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Capítulo XXXII

—De repente mi ex se acaba de volver interesante, muy interesante, menos mal porque ya me estaba quedando sin dinero— Habló para si misma mientras alzaba de nuevo el vaso para beber del dorado líquido —Quien diría que el bastardo iba a servir para tanto.

—¿Necesita algo más señorita?— Pregunto el mesero que le dio la información.

—Tráeme otro trago.

—Sí, señorita, enseguida.

Mientras tanto, muy cerca de allí.

—Hola Nathan— El pequeño volteó para encontrarse con la dueña de la dulce voz, ya que en su visión solo estaba su abuelo, aunque los demás estuvieran a su alrededor.

—Hola Annie— Contestó el aludido.

—Veo, que estás con tu familia, cuando te vi pensé que venías a la fiesta.

—No, vine con mis papás— La chica empezó a girar hacia todos lados su mirada para descubrir cual de los hombres en el lugar era a quien se refería —Es tu fiesta también ¿No?

—No es como si a Jessica le gustara compartir, así que sea su fiesta—  La niña se acercó para que solo su compañerito la escuchara —¿Cuál es tu papá? 

—Hola Annie— Saludó Step cuando entro en escena, ya que no estaba cerca cuando la niña llegó. 

—Hola señorita Díaz— Dijo cuando se sintió descubierta por Step.

—Pensé que estarías celebrando con tu hermana...  

—Ella prefiere ser el centro de atención, así que ya es mucho compartir el vientre.

—Te entiendo, yo también compartí ese espacio vital con un egocéntrico— Sonrío —¿Quieres quedarte, no? Te molesta la curiosidad.

—Un poco— confesó avergonzada —Es que Nathan y usted señorita no tienen el mismo apellido, así que supongo que si tiene un padre, pero no está casada con él.

—A veces me pregunto como es que tu y tu hermana comparten el mismo adn, eres demasiado curiosa para tu propio bien— La pequeña hizo un puchero porque la Step tenía razón, la psicóloga no era la primera en decirlo, pero que lo dijera la mamá del chico que le gustaba le hacía doler el corazón.

—Lo siento, señorita.

—Pero sí, el papá de Nathan y yo no estamos casados, pero tampoco estamos en malos términos, solo que nuestra relación es distinta a la de los demás.

—Eso es cierto— Intervino Alexander —Vivimos juntos, es solo que no necesitamos etiquetas sociales para determinar nuestros sentimientos.

—Eso suena a que la señorita no se quiere casar— Concluyó la pequeña sin mala intención, pero al darse cuenta de los rostros a su alrededor que intentaban contener la risa se dio cuenta de que algo había dicho mal —Así que usted es el padre de Nathan... ¿Cierto?

—Sí, soy el papá de Nathan... ¿Cuántos años tienes?

—Seis... Y creo que ya me están llamando— Dijo antes de huir de la escena, aunque en Nathan la conversación le había sacado una sonrisa, el hecho de que su padre lo reconociera delante de otras personas fuera de su familia le hacía sentir orgulloso.

Apenas la chica se marchó varios de los que escuchaban la conversación soltaron la risa.

—Puede que no compartan lazos sanguíneos, pero si es que te pareces a James— Comento el viejo Leland —Metiéndose en problemas de gemelas y chicas mayores, va a ser un conquistador inocente.

—Ay papá, no digas eso— Se quejó Step, aunque sabía a que se refería y ella también lo había pensado, probablemente ese niño rompería muchos corazones sin siquiera darse cuenta de ello —Es mi bebé —Lo alzó — Aún no hará cosas como esas, es un niño de mami.

—Sí mami— El pequeño dio un beso a su madre en la mejilla, no importaba lo que significara lo que había dicho ella.

La tarde fue más amena, la familia pasó fuera de los negocios y las responsabilidades, además el resto de la familia King y Miller se había unido, aunque el secreto de Stephanie no se había revelado, ni su parentesco con los Stottlemeyer.

—Dios, estoy tan cansada...— Dijo Step al entrar a la casa, ya la noche oscurecía la visión fuera de ella.

—Ven—  Estiró los brazos para que Step le diera su bebé en brazos —Ya es grande, no creo que lo puedas subir por las escaleras.

—Yo puedo solita.

—Deja de ser tan celosa, sabes que un día será grande y ya no podrás llevarlo nunca más, sin mencionar que tendrá novia y se casará, e incluso será él quien te lleve en sus brazos.

—Nop—  Dijo mientras intentaba subir por las escaleras —Aún es mi bebé.

—Siempre será tu bebé, así tenga diez mil años— Tomo el pequeño en sus brazos antes de que su novia se cayera con él por su terquedad —Lo voy a acostar, si quieres puedes ir primero a tomar un baño.

Ella hizo un puchero, pero obedeció estaba demasiado agotada para ser rebelde, preparó la bañera y después de quitarse la ropa se sumergió en espuma y agua caliente.

—¿Qué planes tienes para mañana?— Preguntó Alex cuando entro tiempo después.

—Hay una reunión de padres de familia, así que tendré juntas con algunos padres y luego de ello nos vendremos para la casa, Nathan no tiene que asistir, pero no lo quiero dejar aquí solo y tampoco puedo faltar al trabajo.

—Entonces iré a la reunión y luego me llevaré a Nathan a la oficina conmigo.

—¿En serio?— Preguntó un poco preocupada.

—Claro, es mi hijo y solo hay dos personas con las que mi hijo está totalmente seguro, una eres tú y la otra por supuesto soy yo.

—¡Oh! Un padre responsable y lleno de seguridad, que excitante.

—¿Eso te parece excitante?— Dijo mientras se empezaba a quitar la ropa.

—Lo llevare al dentista y luego a clases deportivas, mientras usamos un uniforme a juego como padre e hijo— Poco a poco se metió en la bañera —¿Quieres que siga?

—Sí sigues me temo que saldríamos tres de la bañera.

—Sabes como encenderme, nena. Pero tres, por mi, saldríamos cinco para empezar.

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—¿Qué información tienes?

—Lo lamento señorita Falconi, no hay ningún registro ni ninguna información al respecto, ni siquiera cerca de la mansión.

—¿Qué objetivo tiene pagar un investigador privado si ni siquiera pueda obtener información?

—La investigación se hizo así que igual tiene que pagar, no es mi problema que no haya nada que se pueda investigar al respecto— La mujer hizo mala cara, aún así le paso un cheque.

—Sí quieres hacer algo bien, hay que hacerlo por uno mismo, manada de idiotas e inútiles— Dijo mientras colocaba un cigarro extraño en su boca, miraba la cuenta en su celular para verla casi vacía —Maldición, casi me deja en quiebra este pedazo de mierda.

Siguiente día.

—¿Irás con Nathan entonces?— Preguntó Step mientras se servía su taza de café.

—Sí, con eso no se tiene que despertar tan temprano— Dijo Alex mientras recibía su taza —Podrás preparar tu reunión.

—Sí, gracias, aunque no es que Nathan me estorbe, solo que últimamente no me puedo concentrar sino sé lo que está haciendo, no sé que hacer después de clases, por lo de la última vez.

—Lo llevaré a la oficina conmigo, con eso tendrá algo de tiempo libre...

—¿Crees que mi problema es el tiempo? Ya te dije Nathan no me estorba, y en el momento en el que mi trabajo interfiera con su cuidado, sencillamente renuncio, porque mi prioridad es él.

—Ey, ey ¿Por qué estás a la defensiva?

—Lo siento, es que no quiero que vuelva a pasar lo de la otra semana... Y no sé que hacer.

—No te preocupes amor, los voy a proteger, además tendrán escoltas, no va a pasar de nuevo.

—Lo sé— Alex la alzó desde la cintura para sentarla en la isla de la cocina, ella aprovechó para quedar atrapada en sus brazos. 

—Aquí estoy, amor, aquí estoy.

Step aprovechó el tiempo que le daba que Alex para salir más temprano hacia la escuela a preparar la reunión de padres de familia, sobre todo por las sesiones privadas por los alumnos especiales. Sí aquellos estudiantes que requieren un poco más de atención y por eso lo llaman de manera particular.

El auto pasó antes de que otro se estacionara para vigilar la puerta, este ultimo se coló entre los arbustos , espero cerca de dos horas hasta que otro auto salió, y lo siguió, desde lejos pudo ver quienes se transportaban en el.

—Prefecto— Ella se acomodo en el auto un poco cansada por la espera, aunque estaba acostumbrada, algo que la caracterizaba aunque pocos lo supieran, era su fría paciencia para hacer lo que fuese necesario. Una mujer cautelosa, fría y calculadora —Así que mi niño ya va a la escuela. Mejor no puede ser.

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 —¡Guao! ¿Ese es el padre de ese niño? Habías dicho que no tenía uno— Comentó una madre a otra.

—Pues eso dijo mi nena,  por eso las gemelas del curso no lo invitaron, el hijo de una madre soltera no es digno de venir aquí, y menos de ir a su fiesta.

—Pero tienes que reconocer que si es su padre se ve muy bien, demasiado para esa simple consejera.

—Igual, ese niño no debería estar aquí.. Se supone que es una escuela de renombre, no tienen porque aceptar becados solo porque uno de sus padres labura aquí.

—Buenos días— Dijo la maestra al ingresar al salón de clases— Sé que todos tienen agendas muy ocupadas así que seré lo más breve posible, esta reunión es para hablar de las notas de sus hijos y a quienes envíe una nota amarilla, para hablar de las falencias que se vienen presentando, nos acompañará la consejera escolar en esas citas privadas. Siéntensen por favor.

—Disculpe maestra ¿Cuál es el escritorio de mi hijo?— Preguntó Alexander fingiendo inocencia, aunque se sentía molesto, aunque no escuchaba lo que decían las mujeres podía percibirlo, a diferencia de Stephanie que ese tipo de cosas no las percibía ni le importaban, Alex tenía una habilidad para saber ese tipo de cosas.

—Y ¿Usted es?— La maestra era imparcial, así que no estaba siendo mala, solo que nunca antes había visto el hombre, y tampoco se sentía hipnotizada por ese cuerpo y esa cara... Bueno, claro que se sentía emocionada por su descomunal belleza, pero era profesional ante todo.

—King, Alexander King, el padre de Nathan.

—Ah— Menos mal había sido profesional, ese tipo acaba de pasar fuera de su liga... Por mucho—El hijo de la señorita Díaz. 

—Sí— Contestó aunque no hubiera sido una pregunta.

—Por aquí, disculpa es que no lo había visto antes.

—Ah sí, lamentablemente no había podido venir por cuestión de trabajo. 

—Esta bien, no hay ningún problema, por cierto su hijo tiene muy buenas notas, aunque es importante que este más en clase.

—Sí, mi mujer me comento algo sobre eso, por eso cancelé mi viaje de negocios para hablar sobre ello, para nosotros la educación es importante, sobre todo para un chico listo  como él.

—Claro que sí, tenemos eso en cuenta por eso tenemos un plan de estudio diferente para él, En realidad hemos decidido hacer diferentes planos de trabajo para todos los estudiantes, por cuestiones de edad quedaran en el mismo curso, pero cada uno de acuerdo a su nivel, por eso se contrataran más instructores para personalizar su educación.

—¿Cuánto costará esta nueva contratación de personal?— Preguntó uno de los padres mientras miraba hacia su reloj.

—Bueno, eso depende de la cantidad de instructores que se necesiten.

—No me molesta que haya un instructor privado, desde que haya recreación con otros estudiantes—  Habló Alex —No me importa pagar el valor que sea necesaria, solo que si quisiera que mi hijo estuviera aislado seguiría estudiando en casa. 

—Entiendo Sr. King, tendremos eso en cuenta.

—Espera ¿King?— Habló el mismo hombre de antes —¿Alexander King? Creo que ya me puedo relajar, mi cita es con usted ¿Verdad?

—Sr. Vaungh, es cierto... Después podemos hablar de negocios, e incluso podemos llevar a nuestros hijos a la oficina, veo que está preocupado por el tiempo, así que puede relajarse y prestar atención.

—Claro que sí, Sr. King.

Andrew Vaungh era un hombre rico y poderoso, siempre venía a las reuniones de padres de sus hijos, por culpa de su esposa, quien se encargaba que fuera parte de la vida de sus hijos a como de lugar, que el hombre se sintiera como inferior ante el recién llegado o más bien le diera un grado de superioridad, hacía que los demás callaran sus ridículos comentarios.

La verdad era que el hombre sí había escuchado las habladurías e incluso sabía quien las había empezado, era un viejo zorro, y que mejor manera de hacerse un aliado tan importante como defender al heredero de la casa King Miller, ya que hasta ahora era el único niño entre las dos familias, al menos el único en sociedad, y para quienes supieran del empresario sabían de la familiaridad entre ellos.

En parte eran negocios, pero a la vez, era su interior defendiendo a un niño al que le hacían matoneo solo por ser diferente, algo que muy bien conocía, hasta que se volvió poderoso. Lo de la cita no era cierto, al menos no para ese día.

La reunión termino y los padres que aún se hallaban en el aula se dirigieron a la maestra para seguir discutiendo el plan, la verdad era que la mayoría eran madres, así que Alex no entendía porque la presión a su hijo por no estar presente.

—Sr. King— Le atajo el hombre —Que gusto verlo fuera de los negocios.

—Gracias Sr. Vaungh—  No era las palabras que esperaba, pero le agradó.

—Puede llamarme Andrew, después de todo estamos fuera de la oficina.

—Igual, usted puede llamarme Alex, además usted es mayor así que con confianza por favor.

—Por cierto, no sabía que tenía un hijo, lo hubiera invitado a la fiesta de mi hijo menor, es ese pequeño que está allá—  Señaló a un niño pegado a su celular.

—Bueno ese de allá es mi hijo— Señaló a Nathan que estaba pegado a un libro.

—El hijo de la consejera... Interesante.

—¿Interesante?

—Lo siento, no quise ofenderlo ni nada parecido, es que esa chica, siento que la he visto en otra parte,  pero quizás ya la había visto a tu lado... Por cierto, ambos han sido muy discretos en cuanto a su relación y la existencia de su hijo, así que es extraño ¿Por qué ahora?

—Ya es grande... No puedo cuidarlo todo el tiempo en casa.

—Eso es cierto.

—Si me disculpas, hablaré un momento con mi mujer y después cumpliré lo que prometí de ir a la oficina.

—Está bien.

Alex se alejó para entrar en el consultorio de Step.

—¿Puedo pasar?— Dijo después de golpear a la puerta.

—Sí, pasa— Ella estaba recostada sobre el escritorio mientras leía unos documentos, su falda entallada y larga, haciendo juego con sus lentes...

—Ufff... Si eso es lo que le muestras a los padres de familia, tengo que venir todos los días y portarme mal.

—Ya cállate, aun tengo varias reuniones más ¿Cómo te fue en tu primera reunión de padres? Papá...

—Bueno, es emocionante ver a mi hijo con tantos logros, pero ya estuve presumiendo de mi dinero allí, así que espero que no tenga tantos problemas por cuestiones de clase, pues mi hijo tiene mucha.

—Claro, todo se soluciona con dinero— Dijo con sarcasmo.

—Puede que no todo, pero al menos esto sí... Por cierto, me dio la impresión que el Sr. Vaungh te reconoció.

—¿Andrew Vaungh? Era o es socio de James, era cercano a la familia de mi papá de cierto modo, además tiene varios hijos, tiene uno grande, iba a la fiscalía de cuando en vez por unos proyectos escolares, me vio en varios juicios, ya debe estar en la universidad o algo así.

—A veces olvido,  que detrás de toda esta sensualidad, eres una mujer poderosa.

—¿Sólo me ves de manera sensual?

—Obvio sí— La abrazó — No hay nada más sensual que la mujer que está dispuesta a dar su vida por tus hijos y que esté dispuesta hacerte unos...

—Ey, ey... No hemos hablado de más hijos... Yo solo quiero que lo intentes y fracases en ello.

—Me siento utilizado, adiós, no me llames yo te llamo, me llevo nuestro hijo.

—Ok, ok... Largo.

Alex se marchó con Nathan y los señores Vaungh, mientras Step se ocupaba en su trabajo, aunque un poco distraída por la propuesta de Alex, la idea de extender la familia era un poco... Demasiado pronto.

Tenía reconocer que su situación no era la mejor, estaba casada con otro hombre, ocultaba su verdadero nombre y además no era la madre biológica de Nathan, y por alguna razón que no entendía eso último estaba ocupando demasiado espacio en su mente.

Ese día fue largo a pesar de que no había clases y solo tenía que estar media jornada en la institución, pero las reuniones con los padres siempre era estresante, tomo un taxi para llegar a la oficina.

—Buenas tardes.

—Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarle?

—Tengo una cita con el ceo.

—Su nombre por favor.

—Stephanie Díaz— Suspiró por el cambio de recepcionista —Puedes preguntarle directamente a la secretaria.

—Un momento— La pobre recepcionista empezó a ponerse pálida —Señora King, pase por favor, este es su pase VIP, discúlpeme.

—No te preocupes, aquí entre nos, prefiero mi otro apellido— Dijo para luego ir al ascensor, empezaba a conocer el camino de memoria, la puerta estaba abierta así que entró sin preguntar —¿Hola?

—Hola, amor.

—¿Ahora soy la señora King?— Sonrió ella —Hiciste sufrir a la pobre recepcionista, sí se siente extraño presentarme a cada rato, pero tampoco para que hagas sufrir a tu personal.

—Cierra la puerta— Dio la orden sin mirarla.

—¿Disculpa?

—Cierra la puerta por favor— Ella obedeció extrañada, aunque lo hizo por la curiosidad.

—¿Dónde está Nathan?

—Está con Nate, la señora Vaugnh y su nuevo amigo, viendo la posibilidad de abrir un espacio o jardín para los hijos de los empleados, tu hijo todo un emprendedor.

—¿Y por qué cierro la puerta?

—Porque quiero acosarte, obvio, es la fantasía de un oficinista, tener una compañera muy sensual, y hacer el amor con ella en la oficina a puerta cerrada.

—¡Voyerista!— Abrió la puerta y se sentó lo más lejos.

—Aguafiestas— Se río mientras seguía sumergido en el océano de documentos —¿Me ayudas?

—Claro...

Unos días después...

—¿Stephanie estás libre?—  Llamó la profesora de Nathan.

—Sí dime, ya terminé de hablar con los padres.

—Está sucediendo algo.

—¿Qué?

—Hay una mujer en rectoría... Ella dice ser la madre de Nathan.

—¿Qué?

—Sí, es muy extraño, la rectora me envió un mensaje de texto para que hablara con ella directamente, no parece una secuestradora o una acosadora, en realidad parece una madre normal, le dijimos que no hay un estudiante con ese nombre, pero se puso a gritar. Llamamos a la policía, no sé si deberías salir, tenemos a Nathan en un salón aparte con la nueva instructora y los compañeritos, he dado la orden para que las actividades sean solo en el salón.

—¡Dios! 

—¿Conoces a esa mujer Step?— Ella le tomo el hombro.

—No la conozco, pero creo saber quien es, es la ex novia de Alex y es un poco, bueno está loca, por eso hemos tratado el asunto de Nathan con mucha prudencia y privadamente por eso, no puedo creer que haya seguido a mi pequeño hasta aquí.

—Lo imaginé, tu esposo me explicó lo de los escoltas... 

—Sí, llamaré para informarle.

Apenas la maestra salió, Step perdió la capacidad para respirar y la fuerza para sostenerse en pie, podía ser una loca cualquiera, pero también podía ser esa mujer ¿Y si venía a quitarle a su hijo? Después de todo no le pertenecía, pero era la mujer que los había dañado.

¿Qué era lo siguiente a hacer? ¿Dónde hay un manual con las instrucciones correctas para defender a tu hijo que no es tu hijo?

—Step, amor ¿Dónde estás?

Al parecer habían pasado horas y ella se había quedado congelada allí, cuando la maestra la fue a ver para saber como estaba se dio cuenta de su estado, así que ella misma llamó a Alex, por suerte ese día había actualizado sus datos.

—Ya, tranquila, todo estará bien, lo prometo— La abrazó para darle calor —Ya se fue.

—Es mi bebé— Fue todo lo que dijo entre lágrimas.

—Sí, es tu bebé, nuestro bebé, vamos, está en la casa de tu papá, nos quedaremos allí por un tiempo, para que te sientas más segura ¿Sí?

La llevó alzada en sus brazos, ya que aún seguía en un estado de negación, su peor pesadilla parecía estar a la vuelta de la esquina.

—Pobre, no me imagino estar en su lugar— Habló la enfermera a la maestra —Que alguien esté amenazando a tu hijo, hasta el punto de tener tanto miedo.

—¿No te dijo?

—¿Qué?

—Hace unos días, alguien intentó secuestrar al niño, pero se la terminaron llevando a ella, y escapo por suerte.

—¿Tú como sabes eso?

—La policía llamó a la rectora para comprobar que no estuviera aquí o algo así, además esperaban la llamada de rescate, pero al parecer nunca sucedió, en fin ella se escapo... Y por eso los guardias extras que los acompañan.

—Guau ¿Quién lo diría? De razón tenía guardado lo del papá del niño, tener un hombre rico como el padre de tus hijos no es una solución a tus problemas, sino la causa de una... Que horror.

—Bueno, ganarse la lotería viene con sus problemas al parecer.

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—ESTOS MALDITOS, ME LA VAN A PAGAR ¿CÓMO SE ATREVEN A LLAMAR A LA POLICÍA?—

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