6: Encuentro accidentado
Dos días después de que Shade saliera del hospital ya era el momento de mudarse a la residencia de estudiantes de Zetsukuma para comenzar allí su camino en la lucha contra los demonios del exterior.
Después de despedirse de su padre con la maleta ya lista, se reúne con Malcon cerca de la entrada de la escuela.
-A que adivino, estabas que no podías dormir en toda la noche, ¿verdad? -le pregunta al vampiro con una leve sonrisa.
-Eres muy graciosilla cuando quieres, ¿eh? -le responde este riéndose con ella -En fin, vamos a dentro antes de tener un encuentro con algún que otro iluminado desagradable -comenta señalando con la mirada a un grupo de ángeles que iban entrando.
Al verlos, la pelinegra asiente algo seria, pues había notado a Estela hablando con otro ángel rubio, tratando junto al vampiro de evitarlos a toda costa.
Sin embargo, ese ángel si llega a fijarse en ambos, desviando su atención de Estela para verlos alejarse mientras se perdían de vista.
-¿Raito? ¡Raito! ¿Me estás escuchando? -lo llama Estela frunciendo el ceño.
-¿Eh? -regresa su mirada a ella para luego sonreírle levemente rascando un poco su nuca -S-si claro Estela.
Ante ese tartamudeo, esta frunce el ceño para luego mirar a donde él lo hacía, notando así a Shade a lo lejos -Ahg, ¿en serio esa bastarda pudo pasar? Si hasta avisó a sus coleguitas de que atacaran la prueba de los simplones y...
-Ya está bien Este, no deberías andar por ahí diciendo eso -le dice Raito algo más serio.
-Ay por favor, si está clarísimo, pero hay ciegos como Kaleb que no quieren verlo. Su padre ya mucho hizo trayendo a una demonio, y donde sea que vaya ella, es probable que atraiga "mágicamente" a otro demonio -le responde ella rodando los ojos con desagrado.
-¿Ya has terminado con tus tonterías? -le pregunta el rubio serio -Precisamente si Kaleb confía en ella, todos deberían hacerlo, o al menos no ser tan estúpidos de decir eso sin conocerla. -le responde empezando a acelerar su paso para alejarse de Estela.
-Oh vamos, tú no tuviste que... Oye, ¡Raito! -le grita molesta yendo tras él tratando de alcanzarlo.
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Una vez en la recepción, tanto Shade como Malcon dieron sus nombres en esta para que les dieran unos folletos con las normas y el mapa de la escuela y la residencia, el horario de su clase y la llave de su habitación.
-Bueno, a mi me ha tocado la 402, ¿y a ti Malcon? -pregunta la chica curiosa.
-Somos vecinos, tengo la 403 -le responde con una sonrisa -Venga, vamos al ascensor -le indica con un movimiento de cabeza señalando el mismo.
Iban hacia este mismo cuando de nuevo escuchan a Estela aún siguiendo a aquel ángel rubio -Raito, espérame idiota.
-¿Podrá algún día dejar de ser tan chillona? -comenta Shade rodando los ojos y ganándose una suave risa de su contrario, acelerando el paso hacia el ascensor, pulsando el botón del mismo para que este bajara a ese piso.
Ignorando aún por completo lo que sucedía con ambos ángeles, el ascensor por fin llega y abre sus puertas para el vampiro, haciendo este último un pomposo ademán para dejarla pasar primero, haciendo que esta sonriera antes de entrar, pulsando así el botón del cuarto piso y manteniendo el de las puertas para que Malcon entrara.
Sin embargo, una estela dorada le había cortado el paso a este mismo, y el que la había provocado termina chocando con Shade, haciendo que esta soltara por el choque el botón que mantenía el ascensor en ese piso, cerrando así sus puertas e iniciando el viaje al cuarto piso.
Durante el choque, Shade estuvo a punto de caerse al suelo, pero una mano logra sujetar la muñeca de la mano con la que segundos antes pulsaba el botón del ascensor, y un brazo sostuvo su espalda para evitar la caída, pudiendo así esta ver los mismos ojos celestes del día del examen.
-¿Te encuentras bien? -le pregunta el rubio ayudándola a incorporarse.
Ante la pregunta, y ya habiéndose recuperado del pequeño shock, esta frunce el ceño mientras lo miraba molesta antes de, en un rápido gesto, darle una fuerte bofetada.
-¿Se puede ser que coño te pasa por la cabeza idiota? -le pregunta esta de vuelta gruñendo levemente mientras sus cuernos empezaban a asomar por su cabello.
Aquella "respuesta" no había sido esperada por el rubio, que se lleva una mano a la mejilla golpeada mirándola un tanto incrédulo -O-oye oye, no era mi intención, te lo juro -intenta escusarse, soltando una risilla nerviosa al ver como ella solo fruncía el ceño -Bueno si, okey, no debí hacer eso, pero no se me ocurrió otra forma de evitarla, ¿si?
De nuevo, esa respuesta solo molesta a la demonio, creciendo un poquito más sus cuernos, para luego escuchar que el ascensor había llegado a su destino, escondiendo de nuevo sus cuernos en su cabello al encogerse los mismos, agarrando su maleta y saliendo del mismo en cuanto las puertas se abren.
-E-ey, espera -le pide el rubio saliendo tras ella y sujetando su muñeca, a lo que esta se detiene, volviendo a crecer levemente los cuernos de su cabeza.
-Tienes tres segundos para soltarme -su voz sonaba ligeramente más grave, y gira su rostro lo justo para mirarlo de reojo, teniendo su mirada un brillo rojizo y apreciándose perfectamente que sus pupilas estaban afiladas.
Ante esa vista, el ángel termina haciéndole caso y la suelta, viendo luego como ella se alejaba en dirección a las escaleras regresando a esconder sus cuernos en su cabello, acomodando este mismo mientras se alejaba.
Sin embargo, este no lo hizo por miedo, o al menos no por el hecho de que esta fuera una demonio, como muchos lo hacían al apartarse para dejarle paso a Shade, llevándose de nuevo una mano a la mejilla que esta había golpeado, imaginándose que tendría la marca de su mano al menos lo que quedaba de día, sonriendo levemente antes de buscar su habitación, la 401.
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