5: Recuperación
Shade no sabía por cuanto tiempo durmió, pero si pudo escuchar algunas voces distorsionadas antes de abrir sus ojos.
Una de esas voces tenía un ligero tono gutural que simplemente le desagradaba por completo, aunque no entendía por qué, y una vez despierta, trata de avanzar por el oscuro escenario hacia aquella voz.
La segunda por el contrario, sonaba más suave y amigable para ella, y por lo que le decía su timbre, esta se trataba de una mujer, una mujer que discutía con aquella voz desagradable, que parecía ser de un hombre.
Siguió acercándose a aquellas voces hasta que finalmente algo le impedía avanzar, ¿una pared? No, imposible, no había ninguna allí, siendo incapaz también de usar su propia sombra para transportarse al otro lado, dejándola confundida y algo nerviosa, ¿qué estaba pasando?
Su atención regresa al punto del que venían las voces, pues había escuchado perfectamente el sonido de un golpe y un cuerpo caer al suelo, viendo ahora dos siluetas frente a ella, una mujer en el suelo sujetándose con sus manos una de sus mejillas, y un hombre alto con grandes cuernos saliendo de la parte alta de su cabeza, teniendo estos una forma que no podía distinguir, pero que estaba segura que no había visto nunca.
-Por última vez -se escucha decir de nuevo a aquella voz masculina mientras la figura se acercaba a la mujer y la sujetaba de su cuello alzándola, siendo lo suficientemente alto como para obligarla a no poder tocar el suelo -¡Todo será mío! -le grita a su contraria en un tono aún más gutural y profundo que antes.
Sin embargo, la mujer no parece vacilar ante aquellas palabras y cómo era sujetada -T-todo menos... -si bien sigue hablando, sus palabras eran incomprensibles y era imposible tratar de sacar un mensaje claro, pero lo que si pudo escuchar prefectamente fue lo siguiente que dijo tras unos segundos en los que se calló -Kunix...
Al momento de escuchar ese nombre, el suelo comienza a temblar y resquebrajarse, y si bien Shade trata de sujetarse a algo llamando a su padre, su voz simplemente no salía, hasta que finalmente termina cayendo al abismo.
Para cuando pensaba que aquello era el final, abre los ojos de nuevo mientras se incorporaba en la cama sobre la que estaba acostada, empezando a respirar de forma agitada mientras se llevaba una mano a su garganta, comprobando que ahora si emitía sonidos.
¿Acaso aquello fue solo un sueño? Tenía que serlo, pero aún así, ¿por qué ese nombre le dio tanta impresión?
Su atención dejó de estar en ella misma cuando escucha una puerta abrirse, mirando en dirección al sonido para encontrarse a su padre con una expresión preocupada.
-Shade. Menos mal que estás bien -le dice este entrando en la habitación para abrazarla mientras acariciaba su cabeza.
Aquel comportamiento la deja bastante confundida -¿Papá?... ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? -le pregunta al darse cuenta de que aquel no era su habitación, había demasiada claridad y era demasiado blanca como para serlo.
Ante sus preguntas, el hombre se calma un poco y se separa de ese abrazo que solo él daba para acariciar una de sus mejillas, sentándose en una silla que había al lado de la cama en la que ella estaba -Esto es el hospital cariño... Llevas tres días durmiendo... -le dice preocupado -Pero estás bien, ¿no? No sientes nada raro, ¿verdad? -continúa preguntando un poco nervioso.
-N-no papá... -le responde ella un poco impactada por lo que dijo, ¿en serio estuvo días durmiendo?
Sale de sus pensamientos al escuchar de nuevo el sonido de la puerta, solo que esta vez eran toques a la misma antes de que Kaleb asomara por la misma, aparentemente también preocupado -¿Todo bien por aquí? ¿Podemos pasar? -pregunta algo aliviado al ver que la chica estaba despierta.
En cuanto el padre asiente, el ángel entra en la habitación, acompañado por un joven vampiro que la chica reconoce -¿M-malcon?
Al escuchar su nombre, el mencionado sonríe ampliamente -Veo que al menos esos cabezahuecas no te dieron en la cabeza -comenta un poco en broma.
Al principio, esta se nuestra confundida al no saber a que se refería, y al notar eso, ambos adultos se muestran algo preocupados -Shade... ¿qué es lo último que recuerdas? -le pregunta Kaleb un poco serio.
Ella baja un poco su cabeza un tanto confundida por la pregunta, aunque también pensativa en si debería decirles de su sueño, pero sacude la cabeza para quitarse esa idea y pensar, ¿qué había pasado para llegar ahí? -Yo... Era el día del examen... Me tocó con Malcon por tener las mejores notas en el examen escrito y... -frunce el ceño al empezar a tener recuerdos difusos, pero estaba segura de que algo más había pasado, apretando las manos algo frustrada al no ser capaz de acordarse.
Ante eso, ambos adultos se dan una mirada discreta, y en cuanto el padre asiente, el ángel se acerca más a ella y toca su hombro con una de sus manos, empezando esta a emitir un ligero brillo -Tranquila, relájate y ya verás como todo llega -le dice con calma sonriéndole cuando esta lo mira confundida.
Ante esa afirmación, esta se tranquiliza y trata de recordar, empezando sus recuerdos a ser más claros, continuando a decir lo que venía a su cabeza -Malcon y yo nos dimos cuenta de que se habían colado demonios sangrientos, y fuimos a avisar a todos los que pudimos... Y cuando llegamos a la meta, estaban atacando a los que ya habían pasado la prueba y... -de nuevo, sus recuerdos seguían algo borrosos, y el ángel aparta su mano de ella.
-Ayudamos un poco a evacuar a los demás, pero en el proceso casi no salimos -le aclara Malcon con una sonrisa, cruzándose luego de brazos -Bueno, más bien yo casi no salgo, y la próxima que me vayas a lanzar loca, a poder ser no pretendas estrellarme contra una pared -comenta soltando una ligera risa.
-O sea... ¿Que yo me quedé sola con los demonios? -pregunta ella confundida, pues si bien ahora que le decía recordaba haberlo lanzado, no se acordaba de que había pasado en la batalla.
-No cielo, Kaleb estaba contigo dentro, y aportaste tu granito de arena para que ambos salieran de allí bien, pero te forzaste un poquito... Supongo que por eso estabas tan agotada -comenta su padre acariciando su cabeza un poco, teniendo cuidado con sus cuernos -Pero gracias a Kaleb solo fue eso, cansancio.
-Pero tranquila, no fuiste una carga ni nada Shade, de hecho me ayudaste bastante -le dice el ángel con una sonrisa amplia al notar su preocupación -Que bueno, hablando de eso mismo, aprovecho para daros la noticia personalmente a ambos -comenta manteniendo su sonrisa -Ambos fueron aceptados como alumnos.
-¿En serio? Pues espero entonces que nos toque en la misma clase, no me gustaría que quien me salvó no tuviera un hombro en el que apoyarse cuando otros empiecen con sus tonterías -comenta el vampiro sonriendo, sacándole una sonrisa a la chica.
El ángel también se ríe levemente por el comentario -Bueno, de hecho estarán en clase con todos los que pasaron y unos cuatro ángeles que serán elegidos un poco a dedo, pero eso ya no depende de mi -comenta encogiendo un poco los hombros y manteniendo su sonrisa.
-Bueno, seguro que vosotros dos tendréis mucho de que hablar, nosotros vamos a ver si ya te pueden dar el alta y si tienes que guardar reposo en casa, ¿vale Shade? -le dice el padre de esta sonriéndole más tranquilo al ver que al menos tendría un amigo, y sobre todo, que ella parecía cómoda con él, yéndose al poco de la habitación junto a Kaleb y dejando así a ambos jóvenes solos.
-Está bien Pa -le responde ella acomodándose un poco en la cama y soltando un profundo respiro al saber que estaba dentro de aquella prestigiosa escuela, y aunque le desagradaba tener ángeles en clase, por lo menos le alegraba saber que el vampiro también lo estaría.
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