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3: No somos iguales

Ignorando por completo el problema de la intromisión demoníaca, Shade y Malcon estaban ya llegando al final del recorrido sin necesidad apenas de combatir, pues lo que la primera no lograba visualizar de antemano era prevenido por el oído del segundo, teniendo solo que pelear contra las criaturas de la zona un par de veces, en las que de nuevo se complementaban perfectamente, pues mientras una los inmovilizaba con sus propias sombras, el otro hipnotizaba y dormía a la bestia o directamente chupaba parte de su sangre para dejarla debilitada.

-Deberíamos formar equipo más a menudo en cuanto nos acepten Shade, algo me dice que no eres tan borde como parece -le dice soltando una ligera risa, notando que esta no le hacía caso -Ey, ¿me estás escuchando? -pregunta alzando una ceja.

Por su parte, esta le hace un gesto de que guardara silencio mientras se acercaba a una criatura felina que estaba tumbada en el suelo -Por aquí pasó alguien más... -comenta en un tono serio, pues igual había algo que no le agradaba en el ambiente, aunque no sabía el que.

Al escuchar eso, Malcon se encoge de hombros -Sería otro vampiro, ya déjalo y que se recupere ¿si? -le dice negando con su cabeza.

-Esta muerto -le responde ella ya más seria al notar que no respiraba mientras se acerca más para tocarlo.

-Bueno, no controlaría la cantidad que bebía, es un bicho bastante pequeño, se terminaría muriendo por otras heridas -vuelve a insistir el vampiro en que se fueran.

-Esto no lo hizo un vampiro... -le dice apartándose un poco, pues lo había movido un poco para ver su espalda, mostrándole al contrario que la criatura tenía una violenta mordedura en la misma que le había arrancado gran parte de la carne, pero lo más curioso de todo es que no había sangre por ningún lado.

Aquello ya si que llamó la atención del pelinegro, mirando un poco a su alrededor -Solo hay una criatura que haga esa mordida tan fuerte.

-Y menos dejarte seco en el proceso -continúa diciendo la demonio.

Al decir eso, ambos se miran con cierta seriedad antes de decir a la vez su conclusión -Un demonio de la sangre.

-¿Pero qué coño hace uno aquí? Quiero decir, ¿no que tú eres el único demonio que vive aquí? -comenta Malcon confuso.

-Hasta donde yo se, si... Nunca había visto a otro demonio en Holcity... -comenta ella con seriedad, observando al frente.

Aquel comentario sorprende al vampiro, pues si bien había escuchado que vivía con su padre por las habladurías, no se esperaba que no tuviera conciencia de conocer siquiera a su propia madre, quien obviamente le habría pasado su lado demoníaco.

-Hay más igual hacia allá -continúa la pelinegra señalando con su cabeza -En dirección a la salida... Tenemos que ser más rápidos y avisar a quien podamos. -dice mirándolo.

-Espera, pero eso haría cundir el pánico, es mejor que... -termina siendo cortado por ella.

-No hay tiempo Malcon. No sabemos cuantos son, pero al menos hay uno de la sangre, ¿y sabes qué les pasa cuando consumen sangre? Su fuerza, voracidad y velocidad aumenta -le dice frunciendo el ceño -No lo hacen por alimento como un vampiro, sino por capricho -recalca con seriedad empezando a correr siguiendo así el rastro de cadáveres.

Finalmente, el vampiro la termina siguiendo, pero ahora como un murciélago al no ser tan rápido con sus piernas como con sus alas.

Mientras tanto, ya había bastantes aspirantes esperando a que los demás fueran llegando mientras podían ver el cronómetro con el tiempo de prueba que quedaba.

Si bien hablaban en grupitos o se acompañaban a tratar las heridas que se hicieron en el camino, una mujer lobo estaba bastante molesta -Por favor, ¿se puede terminar ya esta prueba? La espera me está matando -comenta una de ellas cruzándose de brazos y soltando un gruñido.

-T-tranquila Cyndi, seguro pasa rápido el tiempo -le dice su compañera en la prueba, una elfa de ojos verdes y cabello blanco.

-Ya cállate Linnea, una paliducha y debilucha como tú ya ni siquiera debería estar aquí, y si tienes una mínima oportunidad de aprobar es por mi -le responde la loba gruñéndole.

Por su parte, la elfa se encoge un poco nerviosa, pues la contraria le daba bastante miedo al parecerle muy imponente, en parte también por ser ella bastante pequeña en general.

Nadie parecía siquiera hacer caso a la conversación entre ambas chicas, aunque si que todos miran hacia el bosque que tenían enfrente al escucharse una risa profunda venir de entre la maleza.

-Vaya vaya chicos... Tenemos el premio gordo aquí mismo... -dice aquella voz, mientras el dueño de la misma se empieza a mostrar como un demonio bastante alto y algo grotesco, con sangre seca en su boca y dientes, y sus cuernos curvados hacia atrás, mostrándose tras él otros dos demonios no tan grandes ni deformados como este, pero que se reían por las expresiones de pánico de la mayoría de los aspirantes -Ya saben que hacer... -ordena este antes de callar con un único mordisco a un conejo que traía con él, aumentando ligeramente el tamaño de sus cuernos al consumir la sangre del animal.

Ante la orden, ambos demonios asienten e iban a lanzarse contra los aspirantes a gran velocidad, al menos hasta que se estrellan contra una pared oscura.

-¡Corran todo lo que puedan! -aquella pared la había hecho Shade, teniendo una mano apoyada en el suelo y viendose como su propia sombra se alargaba hasta la ubicación de la pared que había detenido a los demonios.

Mientras ambos demonios miraban a la chica gruñéndole, el más grande de los tres se queda observándola con más detalle, notando así sus cuernos y riéndose a carcajadas -Una chiquilla entrometida, ¿eh? Si sabes que a tiempo de meterte deberías estar ayudándonos, ¿o qué no sabes lo que estas alimañas le hacen a los nuestros todos los días?.

-Vosotros no nos dejais otra opción -le contesta Kaleb, indicándoles con un gesto a los aspirantes protegidos por Shade que fueran por la puerta por la que él había entrado -Vosotros dos también, marchaos de aquí -le dice a Shade y Malcon.

-¿Seguro~? -pregunta aquel demonio riéndose, y antes de que siquiera alguien pudiera reaccionar, este se encontraba detrás de ambos chicos, y tras apartar a Shade de un empujón, sujeta a Malcon del cuello y lo alza lo justo para que no tocara el suelo.

-¡Malcon! -si bien debería hacerle caso a Kaleb y salir de allí, no pensaba dejar atras al vampiro, empezando a gruñir mientras sus cuernos crecían algo más al igual que sus colmillos.

Al ver aquello, el ángel trata de mostrarse calmado, aunque temía las reacciones de la demonio, y sobre todo, que conociéndola como lo hacía, se empeñara en quedarse -Shade, vete, ya -trata de decirle con la seriedad suficiente para que le hiciera caso.

Por su parte, el demonio se termina riendo con burla -Vaya iluso, cree que va a poder contra cuatro demonios él solo, aunque uno sea una chiqui...

-Yo, no soy como vosotros, robasangres -le corta la joven gruñendo más fuerte, tratando de pensar la forma de liberar a Malcon e irse los dos, pero sobre todo, hacerlo sin molestar a Kaleb cuando la pelea empezara.

-Si si, no necesitamos tecnicismos sobre que tipo de demonio, solo se útil y al menos distráelo -le responde este mientras le hacía una seña a sus compañeros.

-Shade cuidad... -empieza a decirle Kaleb pensando que los demonios la atacarían a ella, pero no, estos fueron directamente a por él, empezando así una pelea mientras inevitablemente no le quedaba de otra que alejarse de los dos demonios y el vampiro.

-V-vet-te... -le dice Malcon a la chica tratando de liberarse de la mano del demonio.

-Tranquilo chupasangre, ya se irá con noso... -no logra terminar la frase por un puñetazo que recibe directamente en su mejilla.

Este se lo había dando Shade, pues con ayuda de su sombra se había dado un impulso para acercarse rápidamemte y golpearlo, logrando así que este aflojara el agarre de Malcon lo suficiente para que volviera a convertirse en murciélago y se alejara de él.

-¡Rápido, por aquí! -les dice uno de los encargados de seguridad, pues la puerta estaba empezando a cerrarse para no dejar pasar a los demonios y causar problemas mayores.

Al notar esto, ambos jóvenes van hacia la puerta, pero Shade nota que el demonio iba hacia ellos al escucharlo gruñir, por lo que se detiene y, agarrando a Malcon como murciélago, lo lanza con la suficiente fuerza como para que este pasara por el hueco de la puerta que quedaba, y así ella poder apartarse del camino del demonio y que este se estrellara contra la misma.

-¡Shade! ¡Suéltame! -son las quejas del vampiro antes de ser lanzado por la mencionada para escapar por la puerta.

Por su parte, esta misma estaba en posición de combate, lista para una inminente pelea con aquel gran demonio, que la miraba furioso -Estúpida mocosa insolente, tú eres como nosotros, no les debes nada a estos idiotas.

-Por última vez... -le empieza a responder ella dejando que sus uñas se volvieran afiladas garras -Tú y yo... No somos iguales.

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