1: Bienvenida a Zetsukuma
El despertador comenzó a sonar con su estridente pitido, provocando una queja y un golpe al mismo para apagarlo por parte de una joven, incorporándose así de la cama para luego levantarse y estirarse, abriendo así sus ojos negros como el azabache tras retirarse su cabello del mismo color de su rostro.
A pesar de que su cuarto estaba completamente a oscuras, esta se mueve con soltura por el mismo, pues los demonios sombríos como ella era en parte eran capaces de ver en la más absoluta oscuridad.
Con cierta pereza, la joven abre su ventana y sube la persiana para que la habitación se aireara mientras ella se dirigía al baño, el cual también mantenía a oscuras por comodidad, y de paso, ahorrarle algo en la factura de la luz a su padre.
Una vez en el baño, se asea y viste con la ropa que ya había dejado allí la noche anterior, y una vez vestida, comienza a peinar su largo cabello negro frente al espejo, gruñéndose a si misma cuando su cepillo chocaba con los pequeños cuernos que tenía en la cabeza, pues solía ocultarlos con su cabello.
Una vez lista, se observa una última vez en el espejo, aquel era el gran día, el día en el que haría el examen de acceso a Zetsukuma, la mejor escuela que preparaba a los jóvenes para la lucha contra los demonios que habitaban al otro lado de los muros de la ciudad. Había entrenado mucho para ese día, y aunque mucha gente la repudiaba en aquella ciudad por el odio a los demonios, el apoyo de unos pocos era suficiente para ir con grandes ganas y demostrar que no se equivocaban en confiar en ella, sobre todo su padre.
Sacude su cabeza al pensar en eso, no, tenía que ir concentrada en su objetivo, aprobar el examen, y con esa idea en la cabeza, sale del baño para luego hacerlo de la habitación y bajar al piso de abajo, donde ya un hombre de estatura media, cabello castaño, una pequeña barbita castaña y ojos marrones la esperaba, teniendo puesto sobre su camisa azul de trabajo un delantal negro que decía "Soy el mejor papá del mundo".
-Buenos días Shade, ¿lista para el día de hoy? -le pregunta a la joven con una sonrisa mientras con ayuda de una espátula sacaba un par de huevos de la sartén y los pasaba a un plato, el cual junto a unas tiras de bacon y salchichas ya en el mismo coloca en la mesa, justo donde Shade se sienta.
-Buenos días Pa, y si, supongo que si... -de nuevo las dudas azotaban su cabeza, sacudiendo de nuevo esta para tratar de quitárselas.
-Cariño, tranquila ¿si? Si este año no lo lograras por lo que fuera, puedes intentarlo el año que viene -comienza diciendo acariciando su cabeza con cuidado de evitar sus cuernos y no descubrirlos -Pero ambos sabemos que vas a arrasar en la prueba -le dice ahora con un tono más juguetón, sacándole una sonrisa a la más joven -Anda, apúrate y termínate el desayuno, cuanto antes vayamos, menos molestias en el camino -le dice un poco en broma, aunque con cierto conocimiento de causa, pues era consciente de que muchos tratarían de sabotearla si se la cruzaban.
Ante la propuesta, la joven de ojos oscuros asiente y comienza a comer, agradecida nuevamente con la vida de tener un padre como él.
Una vez lista, recogen todo entre ambos para luego ir hacia el garaje de la casa, subiéndose al coche de color gris del padre, conduciendo este mismo desde allí camino a la prestigiosa academia.
Al ser tan temprano, no tuvieron demasiados problemas en el camino, aunque Shade si llega a ver por el rabillo del ojo como los escasos transeúntes miraban hacia el vehículo de forma despectiva, siendo aquel el precio por ser "famosa", pero para mal en ese caso.
En cuanto llegaron, el hombre suelta un pequeño suspiro mirando a la joven con una sonrisa -Mucho ánimo cariño, ya sabes que estaré entre el público observando -le dice guiñándole un ojo.
La de cabello oscuro sonríe y asiente -Lo sé -dice antes de darle un beso en la mejilla para luego bajarse del coche, viendo como este se dirigía a la zona del aparcamiento.
-Vaya vaya, miren a quien tenemos aquí -comenta alguien detrás de ella con un claro tono despectivo.
Aquella voz es fácilmente reconocida por Shade, mirando detrás de si para ver a aquella ángel que odiaba con todo su ser, y como siempre, acompañada de su "séquito" -Estela...
-Espero por tu bien que no pretendas entrar aquí querida -le contesta con una sonrisa burlona -No creo que a tu papaíto le agrade ver como los estudiantes aplican el reglamento sin siquiera jurarlo -le dice retirando de su cara con un pomposo movimiento de su mano su larga cabellera rubia, siendo que casi le da en la cara a Shade con el mismo, empezando así a reírse junto a las demás.
Ante la provocación, la semidemonio empieza a gruñir mientras sus pequeños cuernos crecían ligeramente de tamaño, sobresaliendo estos un poco de entre su cabello.
-Ay no, cuidado, un demonio... Oh no, solo es una inútil bastarda -dice ahora la rubia al ver salir los cuernos de la contraria y como estos hasta crecían de tamaño -En fin chicas, dejemos que la escoria se mate sola, no merece el tiempo de un ser angelical~ -comenta ahora alagándose a si misma mientras sus compañeras la respaldaban, girándose así para irse -Hasta nunca bastarda~ -le dice haciendo un movimiento de cabeza para menear de nuevo su cabello mientras se iba con sus compañeras entre risas.
Por su parte, la joven de mirada oscura seguía gruñendo lo más bajo que podía, Estela siempre la sacaba de sus casillas con solo abrir la boca, y si no fuera porque ya su situación en general era problemática solo por su raza, hacía mucho tiempo que le hubiera dado una paliza.
Sin embargo, al pensar en eso niega con su cabeza de nuevo, tenía que calmarse lo antes posible, y sobre todo, que sus cuernos volvieran a ser pequeños para esconderlos en su cabello, acomodándose el mismo mientras se peinaba con sus manos para soltar un profundo suspiro -Bueno, al menos a ella no la veré en las pruebas... -pensaba mientras se acercaba y observaba a quienes, como ella, optaban a entrar en aquella academia sin ser ángeles.
Tras un buen tiempo, todos los jóvenes aspirantes fueron conducidos a una amplia sala que parecía preparada para dar conferencias, y en el escenario, un hombre de cabello blanco, piel ligeramente morena y mirada verdosa esperaba que se sentaran.
A juzgar por su vestimenta, la joven pensó que ese hombre se trataba de uno de los tantos ángeles que dirigían la academia, aunque sonríe levemente al ver quien es cuando una pantalla tras él se enciende permitiendo así a los que estuvieran más atrás verlo bien. Se trataba de Kaleb, un gran amigo de su padre y que siempre estuvo de su lado.
-Muy buenos días a todos y bienvenidos sean todos a Zetsukuma. -comienza a hablar el albino una vez todo estaba listo -Como bien saben, es una realidad que el reino de los demonios es cada vez más poderoso y amenaza constantemente no solo a nuestra ciudad, sino también al país e incluso al mundo entero. Es por eso que aquí, como en otras partes del mundo, entrenamos a jóvenes entusiastas como todos vosotros para poder aportar esa ayuda que se necesita en el campo de batalla. Sin embargo, como bien sabrán, no todos van a ser admitidos, por eso se someterán primero a una prueba escrita para valorar su sentido común y conocimientos básicos, y una vez tengamos los resultados, los que aprueben serán llamados para superar la prueba práctica, que conocerán en detalle a su debido momento. ¿Hay alguna pregunta hasta ahora? -pregunta después de dar su explicación.
Ante la pausa del ángel, una joven algo más adelante de Shade alza su mano, y en cuanto un foco la ilumina para darle el turno de palabra, esta se incorpora un poco, dejándole ver a todo el mundo que se trataba de una mujer lobo de cabello castaño y a quien Shade no podía llegar a verle la cara.
-Bueno, mi pregunta es bastante sencilla pero... Si se supone que vamos a participar en una guerra que ya lleva siglos habiendo contra los demonios... ¿Qué hace una de ellos aquí? -si bien al inicio hablaba de forma pausada, la pregunta fue un claro dardo envenenado hacia Shade, la cual solo rueda sus ojos en su sitio, tratando de ignorar todo lo posible el murmullo que empezaba a formarse a su alrededor, pues debido a la oscuridad del ambiente, no muchos se habían dado cuenta de que ella era un demonio, aunque fuera en parte.
Por su parte, el ángel también endurece un poco su gesto ante la pregunta, alzando su mano levemente para pedir silencio sin decir ni una palabra, y si bien en un inicio no le hacen mucho caso, pronto la muchedumbre permanece callada.
-Agradecemos de todo corazón su preocupación ante un posible polizón en la sala señorita, pero la joven que usted misma mencionó tiene permitido su residencia en Holcity desde hace muchos años ya, por ende, como toda joven habitante de esta ciudad, tiene el derecho de inscribirse en la academia que considere, y debido a lo mismo, pasará el mismo examen que todos ustedes, porque como me imagino que ya sabrán, entre ustedes solo excluímos a los ángeles porque tienen otro examen de admisión. Si eso ha sido todo, siéntese por favor -le pide a la joven de cabello castaño, que si bien no estaba muy contenta con su respuesta, termina obedeciendo y sentándose en su sitio.
Tras unas minutos más, se da por terminada la presentación y proceden a guiarlos por grupos a unas aulas, en las cuales tuvieron que hacer su examen escrito.
Para Shade, este fue bastante sencillo, había estado preparándose durante mucho tiempo para ese día, no podía permitirse fallar en el primer paso.
Al ser la primera en terminar, se levanta para entregar el mismo al profesor a cargo, y en cuanto este le da permiso, sale de la sala tratando de no hacer ruido, aprovechando así para ir al baño y poder asegurarse de que sus cuernos seguían escondidos.
En el camino, gracias a su distracción se termina chocando con alguien, casi callendo al suelo por eso mismo, pero el impacto contra el suelo nunca llega, pues aquel con quien chocó la había agarrado de su mano y tirado hacia él, provocando que ambos estuvieran muy pegados -Lo siento, ¿te encuentras bien? -pregunta aquella voz masculina.
Debido al susto y la impresión de estar ahora demasiado pegada a un desconocido, se aparta con algo de brusquedad un tanto inquieta, observando así a aquella persona, un chico que parecía tener su edad, pero media cabeza más alto que ella, teniendo este un dorado cabello corto, ojos azules como el cielo mismo que la miraban con, ¿dulzura?
Aquel joven esperaba respuesta de ella, y ya que no la recibe, decide comenzar una conversación con ella, notando así uno de los pequeños cuernos de la chica, pues su cabello se había desacomodado con la casi caída -Oh, así que tú debes de ser Shade, la demonio -comenta con una sonrisa -¿Sabes? No se ve mal tu cuerni...
-Cállate -lo corta ella ocultando su cuerno con una de sus manos y reiniciando su camino al baño para poder colocarlo en su sitio. No sabía quien era ese chico, pero que siquiera tuviera la idea de mencionar sus cuernos no lo iba a permitir, menos para que terminara burlándose de estos como siempre pasaba cada vez que eran mencionados, además que de por si, el hecho de ser reconocida no había sido de su agrado precisamente al saber que era por su raza, echándose agua en la cara para tratar de despejar su mente de aquellos pensamientos.
Tras peinarse, vuelve al pasillo donde se suponía que debía esperar, agradeciendo que aquel chico ya no estuviera allí, manteniendo cierta distancia con los demás candidatos que ya habían terminado su examen.
Pasado un buen rato, por megafonía empiezan a decir quienes habían aprobado el examen, mirando todos las placas que se les había entregado antes de iniciar el examen al ser los códigos de las mismas los usados para decir quienes habían pasado.
Ignorando los lamentos de más de uno al ser su código saltado durante el nombramiento, Shade solo miraba el suyo propio con una pequeña sonrisa, había aprobado.
Una sola prueba más, y podría comenzar a forjar un futuro menos oscuro para si misma y su padre.
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