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CAPÍTULO 9

- Casi olvidaba como se veía una ciudad en pleno apogeo- Pensaba Kagome cuando llego al lugar de su misión, viendo con detalle las luces de la ciudad, ya que era de noche y era todo un deleite ver la iluminación cubriendo cada lugar – No tendré mucho problema en moverme en este lugar, lo único en lo que habrá inconveniente es mi olfato, al tenerlo más agudo los aromas se intensifican, ahora entiendo a Inuyasha cuando iba a mi casa- Soltó una pequeña risa para adentrarse al suburbio, a la vez que tomaba de las manos a sus hermanos (quienes los saco en el instante en que habían llegado) para evitar que se perdieran.

Miraba con algo de diversión a sus hermanos quienes miraban con asombro el lugar, ya que era la primera vez que ellos estaban en una ciudad era lógica esta reacción, por una extraña razón sus hermanos habían adoptado la apariencia de unos niños de aproximadamente cuatro años, haciéndolos ver muy adorables, lo único que se le vino a la mente es que ellos estaban muy a gusto de esa forma.

Estuvieron así por una media hora, a la azabache le empezó a sonar el estómago; ya que no había comido nada desde que había terminado su primera misión, así que opto por buscar un lugar apartado del bullicio para comer y también para dejar descansar su olfato, los tantos aromas que había en la ciudad la empezaban a aturdir.

Llevo a los (ahora) niños a una calle menos transitada para hablar con ellos.

-Tanji, Nezu, que les parece buscar un lugar tranquilo para descansar, así aprovechamos en comer algo también- Vio a sus hermanos negar con la cabeza – Les prometo que después nos damos otra vuelta por la ciudad- Entonces solo así los pequeños Kamado aceptaron.

Entonces los tres emprendieron camino para buscar un buen y tranquilo lugar, mientras caminaban Kagome empezó a recordar algo que había pasado por alto.

- Había casi olvidado por completo si mis hermanos podrán comer comida humana – Pensó preocupada la azabache – No perdemos nada en probar, tal vez y así recuperen energías más rápido, ya que no sé hasta que alcance tenga mis poderes para curarlos-

Salió de sus pensamientos cuando sintió un par de tirones en las mangas de su haori, dirigió la mirada hacia sus hermanos quienes apuntaban había enfrente.

- ¿Qué hay por ahí mis amores? - Al hacerles caso pudo observar un pequeño puesto de comida no lejos de ahí, volvía a dirigir la mirada a los pequeños – Sí que son unos niños muy listos, agracias por decirme- Les acaricio levemente la cabeza a cada uno (quienes recibían gustosos las muestras de cariño de la mayor) para después dirigirse al puesto, percatándose que ahí vendían yama udon.

- Buenas noches señor, ¿me podría preparar un plato de yama udon por favor? -

-Claro que si señorita, tome asiento mientras se lo preparo-

El vendedor no tardó mucho en llegar con su pedido, al recibirlo dirigió su atención Tanjiro y Nezuko.

- Tanji, Nezu, quisiera probar en este momento ha ver si son capaces de ingerir comida humana, pero tampoco los obligare si no quieren, así ¿Qué dicen? ¿Lo intentamos? – Hablo algo esperanzada la ojiazul.

Por un momento ambos demonios se vieron entre sí por un momento, como si platicaran telepáticamente, para después de un par de minutos regresar la vista a la azabache y asentir, cosa que alegro mucho a la chica. Kagome les quito con mucho cuidado los trozos de bambú de su boca, empezó con Tanjiro quien la miraba a cada cosa que ella hacía, la ojiazul tomo un poco de los fideos para enfríalos un poco para después acercárselos a su boca.

- Bien Tanji, di aahh- Le hablo dulcemente la ojiazul, el ojirubí la obedeció para empezar a degustar el alimento – Tú también Nezu, di aahh- Realizo la misma acción con la ojirosa para que ella también degustara la comida.

Ambos demonios estuvieron así por un par de minutos sin mostrar ningún gesto, haciendo que Kagome esperada ansiosa por alguna reacción ya sea positiva o negativa. De un momento a otro los vio formar una gran sonrisa mostrando sus pequeños colmillos y pedir más de lo que ella les había dado. En la ojiazul empezó a nacer un gran sentimiento de alegría, algo que no había sentido desde lo sucedido con su familia. Abrazo a sus hermanos como acto reflejo, los soltó con suavidad para después dirigirse al vendedor.

- Dos tazones más de yama udon por favor –

- ¡Marchando! -

Los tres se dedicaron a comer en completa armonía, antes de que llegaran las ordenes Kagome les había enseñado a los menores a utilizar los palillos y a como pedir más en caso de aun no estar satisfecho, todo estaba tranquilo hasta que de un momento a otro le llego a su nariz un olor familiar, uno que estaba impregnada en su casa, donde había perdido a seres increíbles, era ese maldito de Kibutsuji Muzan.

Dejo el plato ya vacío para empezar a levantarse lentamente, llamando un poco la atención de sus hermanos, ella les sonrió dulcemente para decirles que no había nada que preocuparse que ella tenía que hacer algo y que ellos podían quedarse mientras volvía a lo que ambos asintieron para regresar con su alimento, después se dirigió al vendedor para pedirle de favor encargarles a sus hermanitos a lo que el señor no se negó, sin más emprendió camino desde donde se originaba ese aroma no sin antes darle como última indicación al vendedor de darle todo lo que le pidan los menores y ella regresando lo pagaría. Después de colocar una barrera de protección sobre ellos emprendió carrera.

-No me interesa por qué motivo ese maldito este aquí y porque hasta ahora haya podido percibir su olor, pero finalmente veré a la cara al desgraciado que mato a mi familia- Pensaba llena de ira la azabache mientras corría lo más rápido que podía mientras empujaba a la gente y agarrando con fuerza la empuñadura de su nichirinto.

Cuando lo pudo visualizar aumento su velocidad para poder alcanzarlo, pero al tomarlo del hombro y obligarlo a que la mirada se llevó la mayor sorpresa que nunca hubiera pasado por su mente. Por más que lo veía no lo podía creer, el asesino de su familia y el responsable de lastimar a muchas personas se hacía pasar por un humano, teniendo una familia que era completamente humana, sin duda alguna era un maldito sinvergüenza.

- ¿Te puedo ayudar en algo? ¿Te encuentras sola? ¿Buscas a tu familia señorita? – Pregunto Muzan haciendo a la chica apretar los puños con ira contenida por la forma en que le hablo, para muchos podía sonar normal, pero para ella no, gracias a su aguda audición percibió un tono de burla.

- No lo creo "señor", usted es la última persona que pueda ayudarme y con relación a la última pregunta pienso que usted más que nadie sabe la respuesta- Hablo fríamente la cazadora tratando de controlarse, no quería tener una pelea en la que pudieran salir dañadas personas inocentes.

Pero a Muzan le molesto mucho la forma de hablar de la joven por lo que hirió y transfirió un poco de su sangre al cuello de un hombre que pasaba cerca de él.

- Ese desgraciado acaba de convertirlo- Pensó con horror Kagome viendo al hombre empezar a retorcer y preocupando a su esposa por esa reacción.

Cuando este levanto la vista su aspecto había cambiado por completo e inmediatamente se abalanzo hacia la mujer para después morder su hombro, así que la azabache ignoro por completo la presencia de Muzan para auxiliar a la pareja no sin antes dirigirle una mirada llena de odio al pasar a su lado.

La chica tacleo al hombre para después colocarle en su boca un grueso pedazo de tela para  evitar que lastimara a alguien más, era una suerte que llevara consigo la bufanda de Tanjiro; aun sujetando al tipo en el suelo de inmediato le dio indicaciones a las personas que se acercaron a ayudar a la herida mujer para que pudieran mitigar un poco la hemorragia. Volvió a dirigir su atención en el lugar en el que anteriormente estaba Muzan, el muy maldito había huido llenando de frustración a la ojiazul, pero por el momento lo dejaría pasar, su prioridad ahora era este señor y su esposa.

En ese instante unos guardias se acercaron para intentar separarla del hombre haciendo oídos sordos a las indicaciones que le exigía esas autoridades y estos al ver la negativa de la joven empezaron a jalarla de sus prendas en un nuevo intento de retirarla.

- ¡Por favor! ¡No hagan esto! ¡Soy la única persona que puede tenerlo sometido! -

Esto molesto más a los oficiales así que iban a tomar medidas más extremas, por lo que uno de ellos tomo un bastón de madera y sin importarle que sea mujer iba a golpearla, la ojiazul se preparó para ello, pero entonces de repente escucho la voz de una mujer.

- Sangre Ilusionaría: Aroma de Fantasía Visual- Fueron las palabras emitidas, para momentos después aparecer flores por todo el lugar a modo de barrera.

- ¿Sera un ataque? No lo creo, a pesar de que es una técnica de demonio esto más bien parece como una defensa ¿De dónde habrá salido? - Pensaba Kagome empezando analizar su alrededor, oyó pasas acercarse a ella por lo que inmediatamente dirigió su vista a ese lugar, pudo observar a una mujer de apariencia elegante y junto a ella un joven de cabello verde y ojos morados, ella sin duda alguna sabía que esos dos eran demonios.

- Lo ayudas a pesar de saber que el ya no es humano, en ese caso yo te ayudare- Hablo la mujer de manera serena – Deduzco que sabes que soy, pero aun así me presentare, me llamo Tamayo y soy una demonio médico-

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Muzan se encontraba caminando por un solitario callejón después de dejar a su "familia" en el coche que las llevaría a casa. Iba de lo más tranquilo hasta que se topó con un grupo de ebrios conformado por tres personas, uno de ellos choco con él, Muzan solo se disculpó para no involucrarse con ellos, pero el otro no tenía la intención de dejarlo ir, lo tomo del hombro deteniendo su andar para después empezar a insultarlo, ya fastidiado por las palabrerías del ebrio hombre le dio un golpe que hizo que chocara en la pared destrozándole el cráneo por el fuerte impacto.

El que parecía ser el más alto y fuerte se proponía a golpearlo, pero él le dio una fuerte patada que lo mando a volar, haciendo que el hombre escupiera sangre y segundos después este se impactada contra el duro suelo.

Muzan se acercó a la horrorizada mujer y se arrodillo frente a ella, le hizo una seria de preguntas de manera fría, mientras extendía su uña para volverla una oscura garra, enterró está en la frente de la mujer para inyectarle sangre, después de esto la mujer se empezaba a deformar hasta no ser más que una horrible masa de carne que se evaporo.

El pelinegro se levantó y dio un chasquido para apreciar a dos demonios arrodillados a sus espaldas.

- Tráiganme la cabeza de la cazadora de demonios que lleva una máscara de zorro aun lado de su rostro ¿Esta claro? –

Los dos demonios asintieron y desaparecieron del lugar.

Mientras Muzan tenía una mirada llena de odio e ira, esto al recordar la mirada que la joven le había enviado y sorprendente hacer que tuviera leves escalofríos, era la segunda vez que tenía una sensación así, apretó más los puños al grado de enterrarse las garras en las palmas recordando al espadachín que casi logro asesinarlo. No quería correr el riesgo de que la chica terminara lo que aquel espadachín no.

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Kagome llego en el justo momento en que sus hermanitos le pedían otro plato al vendedor con gran entusiasmo.

- Ya volví señor ¿No causaron ninguna molestia en mi ausencia? -

- Para nada, tus hijos son muy bien portados- La azabache iba a corregir al señor, pero este no se lo permitía – Además tienen un buen apetito, ya es el tercer plato que se comen, sin duda crecerán grandes y fuerte- Hablo ahora con un tono orgulloso.

Miro un poco sorprendida a sus hermanos ¿Realmente ellos habían comido tanto? Sin querer le recordó a Inuyasha y su hoyo sin fondo que era su estómago. Espero un rato más hasta que sus hermanos acabaron, les pregunto si querían más a lo que ellos negaron con la cabeza.

- Gracias señor, estuvo realmete deliciosa- Después del agradecimiento pago para retirarse de ahí.

Esta vez Kagome no caminaba con ellos tomamos de las manos, más bien iba cargándolos a petición de esos dos pequeños bribones, para ella claro que estaba lejos de molestarla, ya que ellos se dedicaban a acariciarle la cabeza además de que le daban besitos por toda la cara (Ya que por el momento no tenían el bambú), hasta que repentinamente ambos pararon posando su mirada en un punto fijo dejando a la ojiazul confundida. La azabache dirigió su vista en donde miraban sus hermanos solo para toparse con el demonio peliverde de hace un rato parado debajo de un árbol.

- ¿Estabas esperándome? -

-No por gusto, Tamayo-sama los está esperando-

- Pude haber seguido su aroma-

- Esta en un lugar oculto, jamás la encontrarías además...- Apunto a sus hermanitos que ya se había tranquilizado – Esos niños son unos vulgares demonios, así que no pierdas más el tiempo con ellos y sígueme-

- ¿Vulgares? – Pensó confundida Kagome mirando a Tanjiro y Nezuko, para después reaccionar serena y agresivamente – Mira pelos de apio tierno, solo quiero aclarar algo, ellos no son ningunos vulgares, son las personitas más lindas que puede haber en esta región, así que...- Sin que el demonio lo esperada ella le había dado una fuerte patada en el abdomen sacándole todo el aire- No los vuelvas a insultar y no te preocupes por guiarme tengo otros métodos para localizar lugares aparte de mi olfato-

Sin esperar respuesta ella continuo su camino dejando al demonio doblado aún por el dolor, mientras sus pequeños hermanos lo veían de reojo por los hombros de la mayor.

- Esa mujer está realmente loca si piensa que encontrara el lugar donde esta Tamayo-sama- Pensó escéptico el peliverde – Ya quiero ver lo equivocada que esta para burlarme de ella-

Ya recuperado emprendió su camino para buscar a la torpe chica.

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Kagome llego a lo que parecía ser un callejón sin salida, pero para los aun agudos sentidos espirituales que poseía sabía con certeza que la entrada estaba justo frente a ella.

-Es una suerte que este encantamiento tenga similitud con la energía demoníaca, aunque percibiéndolo mejor si se nota varias diferencias, bueno no hay tiempo que perder-

Procurando que nadie la viera ingreso al lugar, solo para encontrarse una hermosa vista ante ella; era un gran terreno con árboles de cerezo en flor y en medio de esta se encontraba una gran mansión, deduciendo que ahí debe de encontrarse la demonio.

Al igual que ella sus hermanos veían asombrados el paisaje mientras se dirigían a la entrada de la mansión, la azabache empezó a rastrear al demonio con su olfato hasta por fin localizarlo, sin más se dirigió ahí. Llego a una habitación en el que no solo podía apreciar el olor del demonio sino también de la señora de hace rato, así que pidió permiso y después entrar al recibir la confirmación.

- Bienvenid...- No termino de hablar la fémina mayor al solo ver a la azabache con sus hermanitos- ¿Yushiro no estaba contigo? - Pregunto de forma confusa.

-Se podría decir que sí, pero... tuve una pequeña discusión con él y pues...lo golpee- Explico la azabache de forma nerviosa.

- Bueno eso explica un poco la ausencia de Yushiro, pero no explica cómo es que llegaste-

-Se lo explicare a detalle más tarde Tamayo-san, pero quiero pedir de favor que tenga su mente abierta- Tras recibir un asentamiento de la fémina continúa hablando – Cambiando de tema ¿Cómo se encuentra la señora? -

- Se recuperada, solo quedo inconsciente por la pérdida de sangre, además de que por desgracia le quedara una horrible herida en el hombro, es una pena-

Kagome dirigió la mirada a la mujer en la cama, pensando si estaba bien tratar de curarla con sus poderes, que se acercó a la cama.

-Tamayo-san, me permitiría intentar algo para ayudar a la mujer-

- Claro, adelante- Respondió Tamayo para permitirle tener mejor acceso hacia la paciente y sintiendo un poco de curiosidad.

-Tanji, Nezu los voy a bajarlos un momento ¿De acuerdo? - Estos se negaron, estaban muy a gusto en los brazos de la mayor- Por favor niños, Nee-chan va ayudar a la señora que esta lastimada- Tras decir esto ellos dirigieron la vista en la mencionada mujer para volver su atención a la azabache, asintiendo esta vez- Buenos niños, por eso los quiero- Les beso la frente para luego bajarlos – Bien, ahora vayan al lado de Tamayo-san-

Kagome coloco sus manos sobre la herida descubierta, empezó a concentrarse para tratar la herida, mientras Tamayo observaba algo asombrada la escena, ya que las manos de la azabache brillaron un poco, el color era un rosa claro casi acercándose al blanco. Unos minutos después el brillo que cubría las manos de la ojiazul iba desvaneciéndose poco a poco, dando a entender que lo que sea que haya hecho estaba terminado.

- Esto es parte de lo que le voy a platicar, así que Tamayo-san quiero que usted lo vea con sus propios ojos, por favor vuelva a revisar la herida- Sin más Kagome se acercó al demonio y así volver a cargar a sus hermanos.

Algo extrañada Tamayo le hizo caso, quedándose sorprendida por lo que veía; su paciente ya no tenía ninguna herida, era como si nunca hubiera sido atacada. Inmediatamente dirigió su vista a la cazadora.

- Vayamos a otro cuarto y haya le cuento todo-

Sin más ambas féminas se dirigieron a otra habitación.

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- Y eso sería todo Tamayo-san-

- Me parece algo difícil de creer, pero dado los hechos no veo fallo alguno con lo que me contaste, es algo sorprendente- Sorbió un poco de té para proseguir- Y más sorprendente lo de tus hermanos, es la primera vez en mis largos años de vida que un demonio pueda alimentarse de comida humana-

- Me alegre mucho por eso, aunque me hubiera gustado más haberlos vuelto humanos nuevamente- Dijo la azabache algo desanimada – Pero "Al mal tiempo, buena cara" así que no me detendré hasta conseguir mi propósito- Expreso de manera determinada.

Tamayo observaba a Kagome con detenimiento mientras esta acariciaba con cariño la cabeza de los menores sentados en su regazo, a pesar de todo lo que le ha pasado aún conserva un carácter bondadoso y a la vez determinado. Sin duda alguna sabía que la chica frente a ella lograría su propósito.

- Quisiera pedirte un favor Kago...- Tamayo fue interrumpida en sus palabras cuando la puerta de la sala se abrió repentinamente.

Era nada menos que Yushiro, quien no tenía muy buena cara, este buscaba a alguien en específico y al encontrarla inmediatamente se abalanzo a ella con intenciones de golpearla.

Tamayo intento detenerlo, pero se detuvo en el acto al ver que el peliverde era lanzado de manera extraña hacia la pared. Luego dirigió su vista a la azabache quien ahora estaba arrullando a sus hermanos.

- Lo siento Tamayo-san, pero pelos de apio tierno empezó- Hablo Kagome repentinamente apenada – Y si se pregunta que hice pues solo coloque una pequeña barrera- La demonio observo el alrededor de la chica para apreciar algo parecido a una cúpula de un tenue rosa – Esto es una las habilidades que le había platicado- Sin más la chica deshizo su campo de protección.

- Sin duda alguna esta chica es una cajita de sorpresas- Pensaba Tamayo para después ver a Yushiro se preparaba para intentar abalanzarse sobre la azabache.

- Es suficiente Yushiro- Hablo de manera seria la médico para frenar al peliverde, el cual estaba un poco sorprendido por cómo le había hablado.

- Pero Tamayo-sama...- Intento responder el peliverde, pero fue interrumpido por la fémina.

- Nada de peros, así no debe tratarse a una dama-

- ¿Dama? Esa mujer es todo menos una dama- Exclamo algo molesto el ojimorado.

- Yushiro, por favor-

- De acuerdo Tamayo-sama- Sin más el peliverde accedió a regañadientes.

Después de ese pequeño inconveniente siguieron platicando, Kagome tuvo muchas interrogantes que amablemente Tamayo le explicaba a detalle, haciendo que ella entendiera ciertos detalles como por ejemplo el distinto aroma que portaban en comparación a los demonios a los que se enfrentó, después de esas explicaciones llegaron a un tema que lleno de esperanzas a la azabache.

- ¿Es verdad lo que me dice Tamayo-san? – Hablo esperanzada a la azabache para acercarse a la médico, cuando estaba cerca de hacerlo lanzo a Yushiro por los aires, ya que había intentado detenerla, haciendo que Tamayo se le formara una pequeña sonrisa de diversión - ¿En verdad un demonio puede volver ser humano? ¿De qué forma? - Pregunto la chica al momento de tomar las manos de la fémina mayor y hacer inconscientemente enojar al peliverde.

- Toda enfermedad y herida tiene una cura, ahora no puedo devolverle la humanidad a un demonio, pero un día...queremos encontrar esa cura – Observo la aun cara esperanzada de la cazadora – Para ello me gustaría pedirte un par de favores ¿Estas dispuesta a hacerlo? –

Kagome miro a sus hermanos acostados en el tatami para regresar nuevamente la vista a Tamayo con renovada determinación.

- Por ellos haría cualquier cosa sin importar el riesgo-

- Bien, la primera es que me permitas estudiar la sangre de tus hermanos y de ser posible también la tuya y la segunda es que me consigas la de un demonio con sangre concentrada de Kibutsuji-

Tamayo le explico más ampliamente las razones que tenían escondidas dichas peticiones a lo que la azabache comprendía a la perfección, además Tamayo le había platicado sobre las Lunas Demoníacas, estos eran los demonios que estaban bajo la orden directa de Muzan y describió a detalle la característica particular de ellas, luego de esto la fémina demonio expreso una interrogante que le había surgido en la plática que tuvieron antes de que llegara Yushiro.

- Me habías comentado que Tanjiro, Nezuko y tú no poseían lazos sanguíneos ¿Me podrías decir porque llegarías tan lejos por ellos? -

- Tanto ellos como su familia me tendieron la mano cuando me encontraba perdida, se volvieron mi familia el tiempo que estuve con ellos, no necesito un vínculo de sangre para dar mi vida por ellos, ya que es lo único que tengo en este mundo- Expreso la azabache seria, haciendo que Tamayo sonriera. Pero de un momento a otro la ojiazul regresaba con sus hermanos mientras gritaba que se tiraran al suelo al mismo tiempo que colocaba una barrera sobre ellos.

Instantes después aparecieron unas temaris destruyendo la casa moviéndose como si tuvieran vida propia; Yushiro protegía a Tamayo y la ojiazul a sus hermanos. Pudieron observar como los temaris regresaban por donde habían ingresado. Gracias a su aguda audición escucho la plática de sus agresores, Se trataban de dos.

- ¿Ya sabes cómo los mataras? - Pregunto una voz masculina.

-De forma atroz ¿No? - Respondió una voz femenina.

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Y con ustedes el capítulo 9 😊.

Los sorprendi ¿Verdad?,  nuestros pequeños demonios pueden ingerir alimentos humanos.  La razón de esto es mas que nada por Kagome,  recordarán que ella y trato de eliminar la sangre de Muzan de sus cuerpos , lo que habia pasado por alto es que ella lo continuó haciendo durante los dos años que Tanjiro y Nezuko estuvieron dormidos;  aunque no logró volverlos humanos inconscientemente habia logrado eliminar el instinto de querer consumir carne humana.

Espero haber aclarado ese punto (Ya que no se me da mucho eso de las explicaciones 😅)

Nos leemos en el siguiente capítulo, que tenga una linda mañana/tarde/noche,  les mando un fuerte abrazo.

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