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CAPÍTULO 29

Kagome aguardaba silenciosamente en su lugar, su presa está a unos cuantos metros de ella sin ser consciente de su presencia, sin más, a una gran velocidad se lanzó sobre ella, haciendo que este gritara de la impresión.

- Kagome-san, no haga eso-

- Lo siento Senjuro, es que no me pude resistir-

Sí, la "presa" de la ojiazul era precisamente el menor de los Rengoku, quien se encontraba tendiendo unas sábanas, al día siguiente de que la azabache llego ahí quiso intentar subirse en los hombros de Senjuro, por lo que en ese instante vio la oportunidad perfecta para llevarlo a cabo. Al recordar a la pequeña Kirara hacerlo muy seguido con su amiga Sango quiso hacerlo ella también.

- Si tanto quería subir a mi hombro, solo bastaba con decírmelo-

- ¿Y quitarle la diversión? Por supuesto que no-

El menor solo negó levemente con la cabeza con una sonrisa dibujada en sus labios, a la vez que acariciaba suavemente la cabeza de la azabache, mientras esta ronroneaba de satisfacción por la acción de menor.

- Usted cada vez se parece más a un gato común Kagome-san-

Kagome quiso defenderse, pero no pudo lograrlo, ya que sus sensibles orejas habían escuchado a alguien dentro de la casa, esa reacción que hizo llamo la atención de Senjuro. Sin más la azabache se bajó del hombro del rubio para dirigirse al origen del ruido, mientras Senjuro la miraba sin entender muy bien lo que le pasaba.

- ¡AAHH, KAGOME-CHAN SE VE REALMENTE LINDA! -

Kagome ya se encontraba en el pasillo cuando escucho de la nada ese grito, ocasionando que involuntariamente brindara del susto y terminar aferrada fuertemente del techo, para después ver al Pilar de la Llama siendo acompañado de la Pilar del Amor, siendo esta dueña del inesperado grito. Al ver esto, Senjuro inmediatamente corrió hacia donde anteriormente se encontraba la ojiazul y tratar de ayudarla, pero esta ya se encontraba en el piso.

- Oh, lo siento mucho no fue mi intención asustarte Kagome-chan- Hablo con pena la pelirosa.

- No se preocupe Kanroji-san, sé muy bien que no fue su intención- Le contesto la aludida mostrando una sonrisa, provocando un nuevo grito en la Pilar.

- Contrólate Kanroji- Intervino Kyojuro.

- Lo siento, pero es que se ve tan linda de esa forma y más los gestos que hace- Mientras decía esto, Kagome pudo apreciar en ella como extrañamente pequeños corazones la rodeaban - Pero... solo mírela, es casi imposible no reaccionar así-

- No exagere Kanroji-san – Rio nerviosa Kagome a la vez que una pequeña gota de sudor bajaba por su sien.

- Debo admitir mi chica que me sorprendió mucho la noticia, por lo que tenía que verlo con mis propios ojos, así que me apresure a terminar mi misión y regresar de inmediato-

- Bueno, no imaginaba ser el centro de atención- Respondió mientras miraba a los Pilares – Y eso que solo los Pilares se les dijo la verdadera razón de mi repentina ausencia, no quiero imaginarme lo que sucedería si se enterara toda la Organización- Salió de sus pensamientos cuando la pelirosa la tomo en sus brazos y empezó a frotar su mejilla en la de ella y repitiendo una y otra vez lo linda que se veía en esa forma.

- Parece ser que Kanroji cayo rotundamente bajo los encantos de mi querida chica-

- Sin duda alguna hermano- Lo segundo el menor riendo al ver tal escena.

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Kagome cumplía exactamente una semana desde que había llegado a la Finca de los Rengoku, durante ese tiempo ha contado con varias visitas del Pilar del Amor, quien la mayoría del tiempo está cargándola de un lado para otro y colocándole de vez en cuando listones en su cuello como si realmente ella fuera una mascota; y pues ella no tenía corazón para negarle eso.

Sus hermanos y Hideki también la han visitado, por obvias razones esto ha sido en las noches y bajo el cuidado de Shinobu, en una de esas visitas Kagome le ha preguntado a la Pilar si sabía algo de su pareja, ya que no había sabido nada de él y eso la estaba empezando a preocupar. Esta la tranquilizo al decirle que ya venía de regreso y que tal vez en uno o dos días ya estaría aquí.

Ahora se encontraba descansando sobre el techo de la casa, la primera vez que lo hizo recibió un regaño del mayor de los Rengoku, pero en fin, al último se salió con la suya. Estaba de lo más tranquila cuando un olor familiar le llego a su nariz haciendo que tranquilamente se levantara de su lugar para después dirigirse hacia esa dirección, tomando como vía alternativa la cerca que rodeaba la casa.

- Oh, Shinazugawa-san, bienvenido- Se escuchó la voz de Senjuro en la entrada – Quiero imaginar que busca a Kagome-san- Vio al peliblanco asentir – Entre, iré a comunicarle de su visita-

- No hay necesidad Senjuro- Ambas personas dirigieron su vista al techo del pórtico y ver sentada a la susodicha – Un gusto verlo Shinazugawa-san-

- Lo veo y no lo creo, realmete te convirtieron en un felino- Hablo de forma burlesca el Pilar.

- Entremos y ya le platico los detalles de lo sucedido- Después de decir esto, la ojiazul salto del techo para aterrizar en el hombro del peliblanco.

- Oye, no soy ningún medio de transporte-

- Vamos Shinazugawa-san, ni que pesara tanto-

Al no tener de otra, el mencionado la dejo ahí para entrar a la residencia junto al pequeño rubio, quien soltó una pequeña risa.

- Ya se le hizo costumbre a Kagome-san en hacer eso- Pensó con algo de gracias al recordar las veces que la vio hacer eso con su padre – En fin, que se le puede hacer-

El menor guio al recién llegado en la estancia, para después retirarse y dejar que la azabache pudiera platicar cómodamente con él.

La conversación no duro más de media hora, haciendo que el peliblanco frunciera levemente el ceño.

- Eso te paso por bajar la guardia-

- ¿Usted también? Tenga piedad de mí, no soy ni la primera ni la última que le sucede este tipo de cosas Shinazugawa-san-

- Bien, bien, tienes tu punto, pero trata de ser más precavida en las siguientes misiones-

- De acuerdo Shinazugawa-san, seré más precavida- Respondió con una pequeña sonrisa, dejando satisfecho al Pilar.

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Kagome pensaba muy seriamente que la suerte la abandonaba cuando más la necesitaba, dejándola en situaciones difíciles de manejar, como lo que le estaba ocurriendo en este momento.

Horas atrás ella le había insistido mucho a Senjuro en acompañarlo a realizar las compras del día, ante tal petición el menor no tuvo de otra que aceptar, con la única condición de que evitara hablar frente a los demás. Realizaron el mandado sin problemas, estaban de regreso cuando a Kagome se le ocurrió la idea de ir a explorar mejor el pueblo, por lo que le dijo a Senjuro que volvería antes del atardecer para después emprender carrera y sin darle tiempo de responder al menor.

Todo bien hasta ahí, disfrutaba mucho la nueva manera de ver las cosas, tan distraída iba que no se percató que había entrado a un callejo en donde se encontraban un grupo de perros, se dio cuenta cuando estos al verla le empezaron a gruñir.

- Lindos perritos- Empezó a hablarles con un poco de nerviosismo – Tranquilos, no tienen por qué enojarse- Estos solo gruñeron más fuerte, poniéndola más nerviosa.

Sin previo aviso se abalanzaron sobre ella, por lo que la ojiazul tuvo que correr para salvaguardar su integridad física, siendo seguida muy de cerca por los feroces canes, situación en la que actualmente se encontraba.

- Bien me lo había dicho Iguro-san, que hasta un perro era un peligro latente para mí, pero la tonta tenía que ocurrírsele regresar al pueblo sin compañía- Se regañaba mentalmente, mientras huía de sus posibles asesinos – Ahora si la hiciste buena Kagome, esto encabezara la lista de las mayores estupideces de tu vida-

Kagome estuvo corriendo por bastante tiempo tratando de perder sin éxito alguno a los perros, ni siquiera se daba cuenta del camino, lo único que le importaba era salvar su pellejo, en eso pudo apreciar los límites del lugar y para su buena suerte pudo observar unos árboles no muy lejos de donde estaba por lo que aumento su velocidad, logrando llegar al árbol y trepar rápidamente en él y por fin estar fuera de peligro.

- Debo de admitir que aún me quedaba algo de suerte – Jadeando hablaba Kagome para sí misma – Ahora a esperar a que ellos se cansen y se retiren de aquí para así poder regresar la Finca-

Confiada, Kagome se recostó en una rama a esperar que eso sucediera, aunque su buena suerte no duraría mucho, ya que el cielo empezaba a cubrirse de grises nubes como claro indicio de que estaba próximo a llover.

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- Bien, sabía que era demasiado bueno para ser verdad- Hablo desanimada – Ahora no sé qué camino es el que deba tomar-

Kagome se encontraba caminando por las solitarias calles del pueblo bajo una fuerte lluvia, se había quedado dormida en la rama del árbol a pesar del escándalo de los canes, despertó cuando la lluvia empezaba a caer, gracias a eso los perros se fueron de ahí, lo malo es que el agua elimino todo rastro de aroma en el ambiente y para rematar las calles eran demasiado idénticas entre sí, complicando más su situación para regresar a la Finca Rengoku.

- Sera mejor buscar donde resguardarme de este aguacero-

Empezó a correr tratando de encontrar algún lugar para protegerse, por fortuna no tardo mucho, ya que vio una casa con un pequeño techo, el cual era perfecto para ella, sin más se dirigió hacia ese lugar, cuando llego suspiro de alivio al ya no sentir que se mojaba.

Kagome empezó a sacudirse el exceso de agua que tenía en su cuerpo, sonrió con ironía al pensar que así se parecía a un perro.

La lluvia parecía que no iba a terminar, preocupando un poco a la ojiazul, ya que estaba empezando a oscurecer, luego imagino lo preocupado que debería de estar el pequeño Senjuro y todo por su culpa.

Tal era el remordimiento al pensar en ello que empezó a golpear su cabecita en la pared, esto a modo de castigo, estuvo así por un par de minutos hasta que escucho pasos acercarse hacia su dirección, decidió ignorarlo, pensando que tal vez se trataba de algún aldeano.

- ¿Kagome? –

Esa voz, la cual reconoció de inmediato hizo que ella girara la cabeza en dirección de dónde provenía, encontrándose con nada menos que con su amado novio, el cual portaba una sombrilla de mediano tamaño que lo protegía de la lluvia. Sin contener la emoción salto hacia el pelinegro, siendo atrapada por él.

- En verdad eres tú- El chico soltó un suspiro de alivio y después frunció levemente el ceño algo molesto por la acción de la azabache, pero la regañaría después, por lo que solo la acerco un poco más a su cuerpo para evitar que tuviera frío.

- ¿Estoy en problemas? - Pregunto quedamente Kagome, aun pegada al pecho del pelinegro.

- Ya lo sabrás cuando lleguemos a casa- Fue lo único que respondió el chico, emprendiendo marcha hacia dicho lugar.

******************************

- Y eso es todo lo que sucedió antes que me encontraras-

Kagome le platico todo lo ocurrido minutos después de haber llegado a la Finca, le relato desde que se había despedido de Senjuro, y claro que el regaño de su pareja no se dejó esperar.

- Eres consciente del peligro al que te expusiste ¿Verdad? - Vio a la azabache agachar la cabeza – No solo los perros pudieron provocarte daño, también hay gente malintencionada que detesta mucho los animales, en si te expusiste demasiado solo por tu curiosidad- La vio bajar un poco sus orejas, demostrando así lo arrepentida que estaba – Lo importante es que estas bien- Al decir eso acaricio suavemente a la ojiazul, haciendo que esta involuntariamente ronroneara- Sabes, es raro llegar de una misión y encontrarte a tu novia convertida en gato-

- No eres el primero que me lo dice- Respondió mientras aun disfrutaba de las caricias – Aunque a Kanroji-san le parezco linda en vez de rara- Rio un poco al recordar a la Pilar pelirosa.

- ¿Sabes cuándo volverás a la normalidad? -

- Desafortunadamente no Giyuu, Shinobu-san me dijo que esto puede tardar- Vio al chico algo pensativo - ¿Por qué la pregunta? –

- Nada importante, son solo cosas mías-

- ¿De acuerdo? – Respondió Kagome no muy segura dejándolo de lado, en eso su estómago gruño, haciendo que la azabache se apenara mucho.

- Iré a preparar algo de comer, imagino que no haz probado bocado después de tu pequeño escape- Rio un poco después de decir eso – Puedes quedarte en mi habitación o en la tuya, te llamare cuando esté lista-

Sin más el pelinegro se levantó para ir hacia la cocina, dejando a una Kagome aun apenada, después de un par de minutos ella emprendió camino a la habitación de su pareja.

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Después de dejar limpio la cocina, Giyuu opto por ir a darse un baño, mientras Kagome había regresado a la habitación de su novio para ir a acostarse sobre el futón que previamente este había preparado.

La ojiazul estaba de lo más tranquila, cuando repentinamente empezó a sentir en su cuerpo un fuerte dolor.

- Maldita sea, esto se siente igual como aquella vez- Hablo para sí misma, mientras trataba de no gritar del dolor – Si es lo que estoy pensando, tendré que...- No pudo terminar su comentario ya que el dolor aumento a tal grado que le era casi imposible decir alguna palabra y colocarse de pie.

La dolencia aumento tanto que estaba vez le fue imposible a la azabache no gritar; en ese preciso momento el pelinegro lo había escuchado con tal claridad que inmediatamente emprendió carrera a su cuarto con la preocupación muy enmarcada en su rostro.

Después de que soltara aquel grito, Kagome se vio envuelta en una luz blanca por algunos segundos, cuando esta se desvaneció el dolor mágicamente había desaparecido, permitiéndole a ella moverse y así descubriera que había vuelto a la normalidad.

Estaba a punto de gritar de la emoción cuando escucho la puerta abrirse abruptamente tras de ella, para segundos después cerrarse, llegando a solo ver un mechón negro. En un principio la ojiazul no comprendía muy bien lo sucedido, así que se colocó de pie a punto de ir hacia la puerta y fue ahí donde al fin obtuvo su respuesta, haciendo que su rostro se tiñera completamente de rojo.

Estaba completamente desnuda, por eso la reacción de su novio, sin más busco en el cuarto con que cubrirse, pudo visualizar el haori de Giyuu, por lo que inmediatamente fue por el para así cubrir su cuerpo, gracias a la leve diferencia de estaturas la prenda le llegaba a cubrir un poco debajo de las rodillas.

- Es una suerte que lo haya dejado aquí o me hubiera visto en la penosa necesidad de ir a mi cuarto en tan engorrosa situación-

Con lentitud salió de la habitación para buscar a su pareja, lo busco por un rato en todas las habitaciones sin éxito alguno.

- No creo que haya salido, la lluvia no ha parado, al menos que...-

Kagome emprendió marcha al único lugar al que no había buscado y sus sospechas fueron correctas al oír al pelinegro golpear algo, desacelero un poco cuando estaba a unos cuantos pasos de llegar, solo para toparse con una maravillosa imagen.

El Pilar estaba golpeando el saco que ella había elaborado en la Finca Mariposa, este se encontraba con el torso descubierto y portando solo el pantalón del uniforme, además de tener el cabello suelto, que en conjunto con todo lo demás lo hacía ver salvajemente sexy, además de que desprendía un aroma que a la ojiazul se le hacía algo familiar, pero no recordaba bien que era.

- ¿Cómo se sentirá tocar su piel? ¿Y cómo se sentirá sus manos recorriendo mi cuerpo? – Kagome abrió abruptamente los ojos al ver el rumbo en donde se dirigían sus pensamientos, por lo que sacudió su cabeza para tratar de ahuyentarlos – Giyuu- Llamo al pelinegro cuando logro calmarse, pero este parecía no haberla escuchado – Giyuu ¿Estás bien? – Nuevamente no tuvo respuesta por parte del chico, por lo que estaba a punto de entra al lugar cuando fue detenida por la grave voz de él.

- No entres, por favor, no entres Kagome- La azabache pudo apreciar la leve tensión que tenía el cuerpo de este.

- Dime entonces que tienes- Haciendo caso omiso, ella se acercó a él- Giyuu- Pronuncio su nombre con suavidad a la vez que tocaba su hombro.

Sin que Kagome se lo esperada, su muñeca fue agarrada con algo de fuerza para después de un rápido movimiento ella terminada con la espalda en la pared, cuando pudo salir de su pequeño aturdimiento alzo el rostro para mirar al pelinegro, quedando algo sorprendida.

Los ojos del chico se habían oscurecido, el color normal de sus ojos ya no se encontraba presente, su profundidad era tal como si de esa manera quisiera expresar algo que al principio no comprendía, aprecio también que su rostro se hallaba contraído, como si estuviera conteniéndose con todas sus fuerzas de hacer algo. Fue entonteces que al fin pudo recordar con claridad el aroma que desprendía Giyuu.

Era Deseo, pero no solo deseo, también desprendía amor; era por eso que se estaba conteniendo, no quería obligarla a hacer algo que no quisiera. Sus ojos miraron con sumo cariño a su pareja, a la vez que acariciaba con delicadeza su mejilla con la mano que tenía libre, gracias a ese contacto Giyuu pudo tranquilizarse un poco.

- ¿Por qué no te fuiste cuando te lo pedí? - Pregunto en un susurro mientras juntaba su frente con la de ella y aflojaba el agarre de la muñeca.

- ¿Porque debería de hacerlo? –

- Es que no quiero volver a perder el control como hace un momento y...-

- ¿Y...? -

El pelinegro no sabía cómo explicarle lo que le sucedía, no quería saber lo que ella pensaría de él si le contaba que ha querido llegar más allá de los besos y abrazos desde hace un tiempo, además de que había otro tema que le carcomía la mente noche y día.

- Y obligarte a hacer algo que tal vez tú no quieras- Murmuro a la vez que acariciaba la mano que reposaba en su mejilla – No quiero hacerte daño –

La ojiazul no podía estar más enternecida y enamorada de ese hombre, él estaba anteponiendo su propia satisfacción por su bien, solo y meramente por ella, eso hizo que ella tomara una decisión.

- ¿Por qué dices que es algo que no quiera? – Eso sorprendió al pelinegro – Sabes muy bien que te amo mucho y debes recordar que yo soy tuya en alma, por lo que ahora también lo quiero ser en cuerpo-

- ¿Esta completamente segura? No quisiera que al día siguiente te aborde el arrepentimiento-

- Estoy completamente segura-

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Esta haciendo algo de calor ¿No lo creen? 🥵 .

Antes que nada quisiera decirles dos cosas : La primera es que en el siguiente capítulo habrá Lemon y la segunda es que es la primera vez que voy a escribir uno, asi que espero no sean muy duros conmigo😅.

Espero que este capítulo les haya gustado.

Agradezco mucho a quienes siguen esta historia.

Sin nada mas que decir su autora les manda un fuerte abrazo a todos 🥰.

Les deseo que tengan una linda mañana🌄/ tarde☀️/ noche🌙.

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