Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36| Parte 1

 
Medito por unos segundos sus palabras, quiero descubrir que hay detrás de ese secreto que tanto esconde. Pero eso me hace dudar, de si solo sea un secreto lo que oculta, o tal vez sean más.  

— ¿Lo dices por el secreto que le ocultas a Elián, sobre su madre? — inquiero. 

Él sigue en silencio sin apartar su mirada de mí. 

— Una parte sí — responde acongojado.  

¿Una parte? Eso quiere decir que hay más secretos. 

— Se que ocultar cosas no es bueno, ya que siempre alguien puede salir lastimado — intento hacerle ver que no es bueno seguir escondiéndole secretos a su hijo — Pero nunca te juzgaría, no soy quién para hacerlo — le demuestro confort en mis palabras — Estoy segura que haz deber tenido tus motivos para hacerlo. 
 

Creo que no sirvió de mucho lo que le dije, ya que apartó su mirada y agacho la cabeza, cerró los ojos por unos segundos y resoplo en un sonido de gruñido. 
 

¿Qué le sucede?, quizás necesite estar a solas para que piense bien las cosas. 

Sin agregar nada más, me giró para retirarme y poder dejarlo solo. Pero en cuanto doy unos pasos, siento su cuerpo pegarse al mío, su pecho a mi espalda y sus brazos me rodean mi cintura, mientras se inclina un poco para hundir su rostro en mi cuello. Un suspiro largo y pausado escucho cerca de mi oído, no digo nada, solo me quedo congelada en mi sitió. 

Me estruja contra su cuerpo, pero no de la forma que me pueda lastimar, inhala el aroma de mi cabello y se queda en ese lugar por un momento que parece una eternidad. Siento su respiración relajada. 

— No te vayas, por favor — musita en mi oído — Ocupo que me escuches. — dice sin aún apartarse de mí. — Pero primero déjame tenerte un momento más así.  
 

Sin protestar ni nada me dejo seguir abrazando por sus firmes y fuertes brazos. Y es que tampoco me quería oponer a que lo siguiera haciendo, amaba estar así entre sus brazos, era algo que nunca iba a dejar de gustar me. Cuando me encontraba así con él sentía protección y me hacía creer que atreves de esa acogida demostraba sus sentimientos hacía mí, que en ese cálido y tierno abrazo reflejaba su amor por mí. Quizás eran ideas mías por querer que me amara como yo lo hacía a él. Quería que fuera un sentimiento mutuo pero no podía obligarlo a que se enamorará si no le nacía serlo. 
 

Podría estar dispuesta a confesar mis sentimientos haciendo a un lado mis miedos por su rechazó y a perderlo. Tal vez diga que es muy pronto, pero desde el primer día que lo vi quede embelesada por él. No fue amor a primera vista, ya que no sabía lo que significaba eso en ese momento.  

Fue un sentimiento que fue creciendo poco a poco y sin darme cuenta ya estaba locamente enamorada por él. Tal vez era por ser el primer latir amoroso que he llegado a tener por un hombre, quizás sea por esa razón que ahora lo amo y ya lo esté aceptando.  

Después de un largo momento en donde se encontraba acurrucado a mi espalda, se aparta para ayudarme a que me vuelva hacía él. Sonríe tiernamente y me ofrece su mano para que la tome, no la pienso dos veces y coloco la mía en la suya, jalandome y llevándome algún lugar de la mansión.  

Bajamos las escaleras y recorremos el pasillo de la planta baja hasta llegar al final y salir por la puerta hacia el patio trasero. Salimos tomados de las manos para llegar hasta el hermoso jardín.  

Es un lugar bellísimo, el primer día que llegue a esta casa, Olga me lo mostró y que de enamoradísima de los hermosos arbustos llenos de flores, tienen un aroma esquisto a jazmines, colores lilas, rosas, amarillos. Son una belleza. Había dicho que sería mi sitió favorito de la mansión, y así seguía siendo.  

Llegamos en donde se encontraban dos bancas de color  blanco de un material que parecía concreto, en ellas estaban detalles dibujados de símbolos romanos, que las habían ver muy bonitas y elegantes, todo el jardín lo era. Había una fuente en el centro al igual era del mismo tono y también tenía su toque romano. 

Me invito a sentarme en cuanto llegamos a una de las bancas, sin soltarnos de las manos tomamos asiento. Se quedó unos segundos viendo fijamente el agua caer por la fuente que se encontraba frente a nosotros. Nuestro silencio hacía que solo se escuchara el sonido de la cascada. 

Espere a que él comenzará la plática, no quería agobiarlo con un interrogatorio. Tenia que dejar que él solo se abriera, si ya estaba listo, en cualquier momento lo haría. Solo tenía que seguir teniendo paciencia.  
 

Inhala y exhala aire, era como si por dentro algo lo ahogara y quería sacarlo pero no tenía el valor suficiente para hacerlo. Lo noté al momento que su mirada dejó de ver el paisaje para verme a mí, directamente hacía mis ojos. En ellos reflejaba temor, y mucha angustia. Había aprendido a conocer bien cuando algo lo inquietaba. 

— Quiero que sepas que todo lo que te cuente en este momento no significará que vaya a cambiar algo entre nosotros — toma de mis dos manos para apretar las un poco — ¿Prométeme que tú tampoco harás que cambie? 
 

El tono de su pregunta sonó más a súplica. Y comencé a preocuparme un poco, ¿qué podía hacerme que cambiara de opinión respecto a nuestra relación? Solo asenti con la cabeza para hacerle ver que nada hará que cambie esto que tenemos juntos. 

Baja un poco su vista y suspira profundamente. Lentamente la fija a mí otra vez para no volver apartarla volviendo a tomar la palabra para proseguir con lo que tenga que decir:

— Comenzaré desde el principio — dice, sin dejar de verme — Cuando tenía dieciséis años me enamoré por primera vez, en ese entonces era un adolescente inmaduro con la testosterona a flor de piel — forza una sonrisa — No fui un joven que anduvo con muchas chicas, solo me concentraba en mis estudios y nada más, pero… — hace una pausa — Después de que conocí a Silvia, mi vida fue cambiando. Ella era una joven liberal, estaba acostumbrada hacer lo que ella quisiera, nunca obedecía a sus padres y eso fue lo que me atrajo de ella, su libertad. — toma aire y prosigue — Estaba en la edad donde muy fácil podían influir en mi vida y más una chica así como ella, guapa y llena de vida para activar mi rebeldía. La verdad no es algo que me enorgullezca, al contrario me da vergüenza que te enteres de todo esto. 

Aprieto un poco su mano para que se relaje. 

— Tranquilo — dije y sonríe dulcemente — No pasa nada, solo eras un joven intentando experimentar cosas nuevas. 

Él responde con una sonrisa y comienza a relajarse con mis palabras.  

— Eres tan buena. A veces creo que eres mucho para mí y que te mereces algo mejor — niego con la cabeza y acaricio sus manos con mis dedos — Espero que sigas creyendo lo mismo después de terminar todo lo que te diré — dice, se que nada hará que deje de quererlo — En ese tiempo me deje llevar por mis emociones y una cosa llevo a la otra y... — me mira — Tuve relaciones con mi novia sin protección, era mi primera vez era muy tonto e inmaduro no pensé en las consecuencias. Después de unos meses me confesó que estaba embarazada, que esperaba un hijo mío, al principio no quise creer, se me hacía imposible ya que solo lo habíamos hecho una vez, pero luego recordé que no me había cuidado y que eso era muy probable que sucediera por ese motivo.— prosiguió — Cuando mis padres se enteraron, que en ese entonces no sabía el como lo supieron. Hicieron que me hiciera cargo, aun era menor de edad, y no te voy a mentir que estaba muerto del miedo. Se que tenía que responder y asumir la responsabilidad que me correspondía, pero eso no quitaba que estaba asustado, que a los diecisiete me iba a convertir en padre y que no sabía nada al respecto. — en su mirada se refleja tristeza — Mi padre se volvió más duro y frío conmigo, me lo merecía por ser irresponsable y no haberme protegido, mi madre fue lo contrario intento comprenderme y siempre se portó cariñosa. No me merecía su ayuda, pero así lo hicieron, nunca me dejaron solo. Silvia se fue a vivir a mi casa, sus padres y los míos habían decidido que nos casáramos antes de que se le notara el embarazo.  

Esta historia que me estaba contando Erick era algo que me inquietaba, no sé porque si era solo su pasado y esa vida ya no era parte de su presente, solo su hijo. Pero aún así me agobiaba, pero tenía que seguir escuchándola para saber la verdad de todo lo que guardaba. 

— Lo bueno de todo es que tenías a tus padres a tu lado — mis palabras salen con nostalgia. 

El solo recordar a los míos me dolía saber que nunca me quisieron, con eso comprobaba que en esta vida no podíamos tener todo. 

— Lo siento bonita, no quise hacerte sentir así — se nota preocupado. — No estás sola, ahora me tienes a mí.  

— No, no pasa nada — dije — Y tienes razón ahora te tengo a ti. 

Le regaló una sonrisa de satisfacción para que note que no necesito nada más en mi vida. Solo mi Ray es el único que me hacía falta.  

— Sin duda ellos fueron mi fortaleza, hasta donde pudieron aguantar — y ahora es él que su tono se escuchaba abatido y con mucha tristeza — Antes de que naciera Elián, a tan solo dos meses de su llegada, fue cuando paso el accidente aéreo que tuvo mi padre — guarda silencio unos segundos, se que aún le afecta por eso le es difícil hablar de ello — Desde ahí todo fue cambiando, en vez de mejorar las cosas, todo empezó a empeorar y fue cuando mi mundo cayó en la oscuridad — dice afligido. 

Me partía el corazón verlo así, estaba abriéndose para mostrar su lado vulnerable, quería conocer esa parte de él pero sin que él sufriera. Se que era difícil confesar un pasado doloroso que te marcó la vida, pero yo quería conocer todos sus miedos y alegrías, sentía que eso me hacia conocerlo más, me hacía sentir que eso me acercaba más a él.  

— Al momento que cumplí la mayoría de edad, la empresa de mi padre pasó a mis manos. — prosiguió — Era una herencia y como mi madre no estaba en condiciones para hacerse cargo, tuve que hacerlo yo. Termine el instituto y entre a la universidad. Mi gran motivo era mi hijo — dice con una tierna sonrisa, como recordando algo — Tenía el apoyo de mi tío Thomas pero él no podía hacer de mucho, ya que siempre ha vivido en Europa. Tuve que sacar esa empresa que se encontraba casi en la ruina, en ese tiempo no entendía porque mi padre había dejado en bancarrota su trabajo que con mucho esmero le costó formar ese negocio. Pero con el tiempo me enteré de la verdad, mi padre se había llevado consigo un gran secreto, que yo con el tiempo lo fui descubriendo. 

¿Qué estos señores solo saben guardar secretos?, era tanto misterio entre los Howard. Tanto él como su padre escondían muchas cosas, espero que su pasado no tenga que dañar más a su madre e hijo.  

— ¿Qué era eso que ocultaban tu padre? — pregunte intentando averiguar la verdad. 

Él deja de verme para girar de nuevo su cabeza hacía la fuente, suelta mis manos y eso comienza a preocuparme. Comienzo a sentir la necesidad de su cercanía y haciéndome falta su toque en mi piel. Se pone de pie y camina un poco a la estructura de cascada, la distancia no es mucha, pero aún así me siento sola por su a lejanía. No sé que es eso que lo atormenta tanto, quiero comprender, entenderlo para apoyarlo y decirle que no está solo. 

Después de un largos minutos que padecieron eternos, gira su cuerpo completamente para verme y ponerse de frente, pero sin cortar la distancia quedando apoyado en el borde de la pileta, con las manos en los bolsillos del pantalón y sus piernas cruzadas. No trae su saco puesto, su camisa de manga larga está remangada hasta los antebrazos tampoco trae su corbata esta desabotonada un poco de arriba, haciéndolo ver como siempre guapísimo.  

— En ese tiempo mi padre tenía un socio, que según era su "amigo" — suelta una risa irónica, frunzo el ceño no entendía su tono — Pero ese sujeto lo traicionó, ese maldito infeliz fue el causante de llevarlo al derrumbe — masculle lo ultimo con mucho despreció, nunca lo había escuchado maldecir, ahora entiendo porque se alejó un poco de mí, creo que no quiso que notara ese rencor que desprende de su ser — El desgraciado huyó con todo el dinero que robó en la empresa después de haber provocado el accidente de mi padre. En ese entonces ni mi tío, ni yo sabíamos la verdad y ni cabeza teníamos para averiguar porque motivo había desaparecido de la nada. 

Quedo perpleja, el tipo había robado hasta dejarlos en bancarrota y no solo eso, él era el culpable de la muerte del padre de Erick y después había huido como si nada mientras ellos sufrían una gran pérdida. Ahora podía entender su resentimiento y coraje sobre ese hombre, su dolor y su impotencia por querer encontrar al causante y encerrarlo en una prisión para siempre. Quería hacerlo pagar por todo el daño que les había ocasionado. Pero ese rencor lo estaba consumiendo por dentro, haciendo presente la amargura mientras alejaba a sus seres queridos. Eso lo comprobé desde el principio que lo conocí, solo que no sabía cuál era la causa de su estado. 
 

Llegué hasta creer que ese era su comportamiento de soberbia y antipático. Llego al punto de caerme muy mal que se me había hecho odioso por su estado frío y de perfección. Pero él poco a poco fue demostrando su verdadero lado, dejando atrás su fachada de hombre petulante. Todo eso era una armadura para protegerse y no mostrar vulnerabilidad. Aunque al principio cuando se presentó ante mí por primera vez, se mostró simpático y educado, y en su mirada pude notar sinceridad en cada palabra que decía. Pero cuando lo volví a ver sacó su lado duro y cortante, quizás temía interactuar con otras personas que no fueran su familia.  

— ¿Ese era el secreto que guardaba tu padre? — me vuelvo atrever a preguntar. 

Se encontraba cabizbajo, lentamente levanta su cabeza para verme de nuevo, resopla con cansancio y eso hace que me arrepienta de haber hecho esa pregunta. Pensé que quería seguir hablando de ello, o tal vez no querer, sino que creí que estaba dispuesto a seguir con la charla hasta el final. Se que no debo presionarlo ya había dado un gran paso platicado una parte de su pasado, pero aún dejaba muchas dudas en mí. ¿Qué había pasado con Silvia?, la madre de Elián. 

Esa parte aún no la concluía, y también quería saber si ya le había puesto fin a esa situación. Ya que recordé que la discusión que tuvo con Elián, cuando la nombró como afirmando que ella estaba presente en sus vidas, eso era lo que más me tenía inquieta. No podía preguntarle porque se iba a dar cuenta de que estaba husmeando detrás de la puerta mientras ellos discutían. 

— No — niega cortante, después de un largo mutismo. 

¿Qué le sucedía?, si ya no quería contarme más cosas para que seguíamos aquí. Me pongo de pie para poderme ir, tenía que volver a la habitación de Elián y hacer mi trabajo.  

— Bueno si me disculpas me retiro — camino nos pasos para irme — Debo ir hacer mi trabajo.  

Termino de informarle para apartarme y regresar adentro. Cuando doy unos paso más, siento su mano tomar mi antebrazo firmemente pero sin lastimarme, haciendo que me detenga y retroceda un poco del jalón.  

— Espera no te vayas — pronuncia tranquilamente — No he terminado, solo quiero que me entiendas que hablar de todo esto me afecta y no es sencillo para mí — gruñe al momento que resopla — No quiero que pienses que no quiero contarte todo, solo que hay cosas que aún me duelen y otras que me hierven la sangre de solo pensar en ciertas personas malas que traicionaron a mi padre y a mí. Y también temo que esto te afecte a ti, por esa razón quiero tener cuidado con mis palabras al instante que te diga todo.

¿Por qué me afectaría a mí?, es su pasado y todo eso se encuentra allí. Soy una persona madura y por más que me de un poco de celos saber que él amo a otra mujer y que no sea yo, soy consiente de que ella ya no significa nada para él. Eso quiero creer, sino no estuviera conmigo y no me hubiera dicho todas esas cosas que me dijo en el viaje o en el hospital. Se que sus palabras fueron sinceras, se que es honesto y que puedo confiar en él.  

Sin apartar su mirada de la mía camina conmigo de vuelta a la casa. Hasta llegar al despacho y entrar en el, nos dirigimos hacia un sillón cuero espacioso que se encuentra a lado de una ventana cubierta por una gran cortina azul marino. Tomamos asiento en el mismo lugar, pero con un poco de distancia.  

No dice nada, se inclina un poco hacia enfrente para apoyar sus brazos en sus rodillas, yo al contrario estoy con mi espalda pegada en el respaldo del sillón. Comienzo a ver que mueve sus dedos inquietamente mientras tiene sus manos entrelazadas. 

¿Por qué está nervioso?, pero de la nada comienza hablar: 

— En cuanto mi padre falleció y después de pasar todo lo trágico — dice — Cuando creí que ya todo iba ir bien — espeta — La madre de Elián se va, lo peor es que abandona a su hijo de casi un año. — dice entre dientes con la mandíbula apretada  —  Aún no tenía establecida la empresa y se me complicó más aún con un bebé de brazos salir adelante, si al principio tenía miedo, en ese momento estaba a casi morir del terror. Mi madre se había ido porque recayó en una depresión y mi tía quería ayudar para no dejarme todo a mi solo. Por una parte no estaba completamente solo, Olga siempre me ayudó con Elián, ya que tenía que seguir estudiando y trabajando para sacar a flote todo lo que habían dejado hundido. Sabía que era muy difícil pero no imposible, tenía la fuerza y el coraje suficiente para lograrlo y también tenía un gran motivo para proseguir en ese oscuro agujero en el que me encontraba. Eso fue lo que hizo que dejará a un lado mis miedos. 

Oh por Dios, Erick había vivido algo similar a mi vida, la diferencia era que a mi no me habían dejado una herencia, ni tampoco me había dejado un amor dañando mi corazón. Solo mis padres habían dejado destrozada a una pequeña niña, uno por huir y la otra por preferir su vicio que en vez de luchar y sacar adelante a sus hijos. Mi daño y mi sufrimiento me lo habían hecho ellos, las mismas personas que me habían dado la vida habían acabando lentamente conmigo. 

Haciendo a un lado mis pensamientos de mi vida pasada. Me centré solo en la de Erick, quería saber realmente qué había pasado con esa mujer, eso de que los abandonó ya estaba algo enterada de ello, solo una parte de lo que me contó Olga al poco tiempo de haber llegado a la mansión. Pero aún era un enigma sin resolver para mí. 
 
 
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro