Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21

No puedo comprender bien lo que acabo de escuchar, Elián intentó quitarse la vida provocando su propio accidente.

He quedado completamente sorprendida, y sin habla. Es extraño escuchar cosas así, esto comprueba que él necesita de mucha ayuda, veré que hacer para buscar ayuda con un profesional de psicología, quizás unas terapias psicoanalíticas es lo que le hace falta.

—Sé que es extraño escuchar esto, no me veas como un bicho raro —dice después de pasar un largo tiempo en silencio.

—No, claro que no, solo estoy intentando asimilar lo que acabas de decirme. —no me muevo en ningún momento solo apoyo mi espalda en el respaldo del sofá e intentando relajarme. Si es que lo logro. —No me incomoda, solo es un poco difícil digerir un asunto así, pero ten la confianza de abrirte bien conmigo, nunca te juzgaré.

—Gracias —responde —No sé si recuerdas que te comenté hace un tiempo que mi accidente —hace con sus dedos comillas cuando dice "Accidente" —Había ocurrido hace como un año, bueno ya va para los dos años. Resulta que estaba por entrar a la universidad y unos compañeros me invitaban todo el tiempo a carreras de autos, a mí me encantaba, pero recuerdo ese día como si hubiera sido ayer —hace un gesto.

—¿En que mes fue? —pregunto.

—Fue a mediados de marzo, en ese tiempo llovía seguido, y ese día había sido uno de esos donde no paraba de llover, yo acepté ir ya que tenía muchas ganas de correr —me mira —Sí, no, no más iba a verlas si no que también participaba en ellas, era un chico rebelde, y era mi forma de revelarme a mi padre por su falta de presencia, al igual era mi distracción.

—¿Entonces lo hacías por gusto o por llamar la atención?

—Ambas —responde —Como noté que no servía de nada ese día había discutido con él y me enteré ciertas cosas de mi madre, que él siempre me ha negado —agacha la cabeza y veo que una lágrima cae en su camisa —Ese día intenté matarme, ya no quería vivir, así que al subir a mi auto, pise el acelerador hasta el fondo, sin detenerme y hasta terminar en un muro estampándome del impacto. Al momento del gran golpe, una parte del concreto cayó en el vidrio de enfrente, aplastando mis piernas y mi cadera.

—Entonces.. —no logro terminar ya que después dudé en preguntar, cayó otra lágrima de su rostro.

—Sí, por esa causa quedé paralítico de mi cintura para abajo, no me puse el cinturón creyendo que con eso iba a terminar muerto si salía disparado por la ventana, pero creo que ese fue mi castigo por jugarle a la muerte. —se limpia las lágrimas que derramó y me vuelve a ver.

Estoy sorprendida, pero también triste, siento mis ojos húmedos. Se queda fijamente viéndome.

—Lo siento —digo mientras me limpio una lágrima que corrió por mi mejilla.

—Soy extraño, ya lo sé —curvea su labio hacia un lado, en vez de ser una sonrisa se hace un gesto. —Pero no creo que esté loco o ¿sí?

—No, no creo que lo estés, solo que si necesitas ayuda de una persona que trate con problemas psicológicos.

—¿Eso no me hace estar loco? —muestra una sonrisa fingida y a medias.

—Ir con un psicólogo no significa que estés loco, todos llegamos a un punto donde nuestros problemas llegan afectar un poco nuestra mente y en algunas veces cometemos actos arrebatados, sin ver las consecuencias. Porque no estamos bien en ese momento —le tomo su mano y la aprieto en forma de apoyo —En el caso de mis hermanos y yo también lo necesitamos, más mis mostrillos ya que ellos son más vulnerables. Así como lo eres tú.

—Lo sé, soy débil. Pero todo lo que esté relacionado con mi madre me afecta. —suspira profundamente.

—¿Qué sucede con tu madre? —me atrevo preguntar, ya que es algo que no logro descifrar.

—No sé mucho, solo es poco lo que sé, en un arrebato de enojo de mi padre en esa discusión el día de la accidente, le había  pedido saber la verdad acerca de ella, y él me dijo que se había ido abandonándome, y que jamás volvió regresar.

—¿Entonces se fue?

—Eso dice él, pero lo conozco muy bien y sé que me esconde más cosas, quizás esté mintiendo, pero es raro que él lo haga. Bueno, ya no sé quien es, ha cambiado mucho en estos años, es más frío y cortante, a veces pienso que él nunca pudo superar el vació que dejó mi madre, y por eso está así porque la ha de seguir extrañando y amando.

Al escuchar esas últimas palabras siento presión en mi corazón, así como si me lo estuvieran aplastando poco a poco, me falta el aire, y me pongo de pie.

—¿Sucede algo? — pregunta al verme de pie.

—Todo bien, solo sentía que me faltaba el aire. —respondo mientras agito mis manos cerca de mi rostro para echarme aire.

Respiro profundamente, ya que siento que me hace falta el aire. Solo de pensar en qué él siga enamorado de su ex mujer me pone de nervios. (Soy una tonta, que esperaba de él) me regaño mentalmente. Lo que necesito es alejarme de él completamente, estos meses que llevo trabajando aquí a afectado más mis nervios.

—No quiero que te preocupes por mí y sientas lástima —dice.

En parte me alivia que crea que mi incomodidad de ahorita sea a causa de su problema, claro que también me importa y me afecta su estado de ánimo. Por todo lo que esta pasando.

—¿Lástima?, eso jamás. Y que me preocupe eso nunca lo podrás evitar, ni yo misma puedo hacerlo —le sonrió —Recuerda que soy la típica chica preocupona y que vive con estrés. —le guiño un ojo. Él se ríe.

—Creo que tú también necesitas ayuda. —me saca la lengua.

—Claro, todos los que tenemos problemas y más si son familiares, necesitamos un psicólogo. —me acercó a él —Que infantil eres niñito.

—Recuerda que soy más joven que tú.

Comenzamos a reír con sus ocurrencias, haciendo aún lado nuestros problemas, estos momentos con él son los mejores ya que nos hacen olvidar por un instante nuestros conflictos familiares. Sé que Elián también se distrae ya que lo noto en su rostro, al reír.


                             ******

Más tarde después de dejar descansar un rato a Elián, bajo a la cocina. Me apetece una deliciosa pasta con mucha salsa de tomate, extrañado mucho la comida que prepara John, y como no puedo ir hasta el restaurante para probar esa delicia de platillo, lo tendré que preparar yo misma, como él me enseñó hacerlo.

Le he pedido la cocina a los cocineros, solo por esta tarde ya que voy a pasarme un buen rato preparándola, sirve que me distraiga, aunque solo sea un momento.

Voy a la nevera y busco los ingredientes, es enorme y hay de todo. Fácil encuentro todo para preparar lo que tengo pensado. Voy a empezar por la salsa.

Hago la mezcla de tomate y la dejo a que hierva, mientras preparo el resto de las cosas. Para alegrar el ambiente, pongo la lista de reproducción de mi modesto celular. Y comienza a escuchar "photograph" de Ed Sheeran, y las notas musicales llenan la cocina.

Preparo la comida tarareando, es una canción muy hermosa, (algo que nunca me pasará) pienso. A veces uno quiere olvidar y mi mejor manera es cocinando y escuchando música, pero cuando la letras es así, es más difícil dejar de recordar.

La mayoría de las veces es un método seguro, pero dependiendo el tipo de melodía. Cuando termino, pruebo con una cuchara la salsa. — Deliciosa —me digo a mí misma, si estuviera aquí John estuviera orgulloso de su estudiante.

Miro por las ventanas de la cocina. El atardecer a comenzado a tomar posesión del cielo, rayos de color anaranjado se reflejan en los cristales, es muy precioso.

Se escucha una puerta, creo que es la de la entrada. Después se escuchan unas ruedas (como de una maleta) seguidas de unos pasos firmes y rítmicos. Mi corazón comienza agitarse, ¿es Erick?, quizás acaba de regresar de algún viaje.

—Hola, Luci —dice cuando aparece en la puerta de la cocina.

¡Oh Dios mío! Me dieron ganas de salir corriendo, pero he quedado inmóvil como de costumbre, cada vez que lo veo o escucho su voz firme. Esta guapísimo con un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca que lleva remangada hasta los codos y unos cuantos botones de arriba desabrochados. El cabello ligeramente alborotado. Es la primera vez que lo veo vestido casual; esta tremendamente atractivo. Tanto que creo que ya estoy babeando.

Debo controlarme (como puedo pensar en esas cosas.)

—Hola.. señor —por fin respondo. Me acerco a la encimera y detengo la música. Él hace un gesto. —Estoy… preparándome la cena —digo, justificando mi atrevimiento por tomar la cocina sin su permiso.

—¿Pasta? —pregunta.

—Sí, con salsa de tomate y carne —respondo, al mismo tiempo que me limpió las manos con la toalla de la cocina. Erick ladea un poco la cabeza.

—Me gustaría probar —dice con voz grave y firme.

—Por supuesto —respondo rápidamente —Solo que se termine de cocinar bien la salsa, le sirvo un poco. —estoy algo asombrada por su interés en querer probar mi pasta.

—Bien —asiente. Su intensa mirada verde relumbra, me pone más nerviosa. —Voy a ducharme —dice —En unos minutos regreso.

Yo me limito hablar y solo asiento con mi cabeza.

Al momento que lo veo dar la vuelta y salir del lugar, respiró hondo y suelto el aire poco a poco. ¡Oh por Dios! este hombre me quita la respiración con solo verlo.

Dejo que la comida se termine de hacer, después la retiro del fuego y la dejo en la encimera, para que se enfríe un poco.

Veinte minutos después llega de nuevo a la cocina, pero recién bañado, trae un pantalón suelto y una camisa de cuello V, ajustada ya que se le ciñe al pecho haciendo resaltar su musculación, y su cabello oscuro castaño está húmedo y revuelto. ¡Dios santo!, es guapísimo.

Aparto mi vista de él cuando noto que me está viendo (que vergüenza, ¿se debe haber dado cuenta?) Hago a un lado mis pensamientos extraños, y tomo un plato para servir un poco de pasta con la salsa, sirvo dos raciones en cada platillo. Me dirijo a la mesa y los coloco, me siento en la silla frente a él.

Él toma el cubierto y comienza a comer, espero impaciente su opinión, (debería darme igual) pero no sé porqué quiero sorprender. Alza la vista y me ve por un momento, me pongo nerviosa tras su mirada y muerdo el interior de mi mejilla.

—Está deliciosa —dice finamente. —La mejor que he comido.

Sonrío al escuchar su elogio, ya puedo respirar tranquilamente.

—Eso quiere decir que lo hice bien.

Tomo un poco con el cubierto y lo llevó a mi boca, disfrutando su sabor, tenía razón, esta deliciosa. Y todo gracias a mi maestro.

—Bien, es poco —dice —¿En dónde aprendiste a cocinar así?

—Me enseño un buen amigo.

Al momento de decir "un amigo" el frunce el ceño y su semblante de relajado cambia a uno duro.

—¿Un amigo? —pregunta, pero en tono cortante.

—Sí, quizás lo conozca—respondo.

Él deja de comer y pone toda su atención en mí. Me ve fijamente con esa mirada profunda que lo caracteriza.

—¿Por qué debería de conocerlo? —vuelve a preguntar con el mismo tono, pero se nota algo más molesto.
¿Qué le sucede?

—Bueno.. yo creí.. ya que.. —agacho mí cabeza no puedo seguir sosteniendo su mirada, no sé porque se puso así —Es que como él trabaja en el restaurante pensé que lo conocía.

Guarda silencio por un largo rato, no sé si esté recordando algo o de plano ya no me hablará.

—¿Te refieres a John? —por fin responde, pero con una pregunta, yo levanto la cabeza para verle.

—Así es, el mismo.

Entrecierra los ojos, y luego asiente. Volviendo a tomar el cubierto para comer.

—Definitivamente aprendiste bien, él es muy bueno en lo que hace. Solo que no sabía que fueran amigos —al decir amigos, se escuchó  si lo hubieran remarcado. —Entiendo que se conozcan ya que trabajaste en ese lugar.

—Tengo entendido que también es su amigo, ¿no? —me atreví a preguntar.

—¿Cómo te enteraste?

—Lo escuché allí en el restaurante — afirmo.

—No sabía que le hicieras caso a los chismes —curvea su labio en una media sonrisa.

—No, por supuesto que no —respondo rápidamente negando con las manos —No creo que eso sea un chisme.

Comienza a reír, mientras se limpia la comisura de sus labios. ¿Qué, dije un chiste?

—Solo bromeaba —sigue riendo.

Hago un gesto y lo veo molesta, ¿Qué se cree?

—No me causa risa que me llame chismosa —cruzo los brazos, sigo molesta.

—Lo siento, no fue mí intención llamarte así, no creí que te fuera a ofender. —su semblante cambia serio.

—Pues lo hizo —me pongo de pie tomando mi plato.

Me dirijo a la encimera a recoger todo el desorden que había dejado al cocinar. Él sigue sentado en el mismo lugar.

—Lo siento, no quise hacerte sentir mal —hace un gesto y se queda pensativo y vuelve hablar —El próximo mes habrá una subasta, es para ayudar a la fundación de becas.

Le da un cambio a la conversación, me imagino que para pasar esa incómoda situación, y no verle molesta.

—Lo felicito, ¿pero qué tiene qué ver conmigo? —pregunto algo extrañada, ¿a qué viene eso?

—Tiene mucho que ver, creí que quizás querías apoyar en esa causa.

Comienzo a reír, ¿acaso está bromeando de nuevo?

—Creo que se equivocó de persona, o más bien se le olvidó cual es mi status económico. —¿qué le pasa?

—Nada de eso. Me refería que tú puedes ayudar siendo mi acompañante esa noche. —me sonríe —Esa es una forma de colaborar en el evento.

—¿Me esta jugando otra broma de nuevo? —entre cierro los ojos mientras lo veo.

—Por supuesto que no, te estoy hablando en serio.

—Si es así, eso no significa que sea una ayuda de mi parte, el solo ir.

—Claro que sí lo es —dice al momento que se pone de pie, y metiendo sus manos a sus bolsillos del pantalón. —Sí aceptas ir conmigo eso significa que yo iré y, al ir yo, eso ayuda a la causa, de esa forma estas ayudando.

—¿Y quién le dijo que yo aceptaría ir con usted? —le digo sin pensar lo que acabo de decir, pero él se ha tomado ese atrevimiento hacía a mí. —Además usted ya tiene una acompañante —sigo hablando sin medir mis palabras, rayos creerá que estoy celosa.

—Si te refieres a Isa, ya te expliqué que ella… —no termina de decir lo último ya que lo interrumpo.

—Y yo le dije que no tiene porque darme explicaciones. Solo soy su empleada.

Me doy la vuelta para llegar al lavaplatos, me agacho para colocar los platos que ensucie, cuando me enderezó me giró chocando nuevamente con él, pero esta vez se encontraba mucho más cerca. Mis ojos se abren ampliamente de asombro, el pulso se me acelera por tenerlo tan cerca.

Esto no es normal, me digo a mí misma mentalmente. Quiero correr lejos de aquí y no detenerme, pero a la vez quiero sentir de nuevo su toque. Mi corazón late desenfrenado. Este hombre me va a matar.

Tenerlo tan cerca hace que mi cuerpo se desarme por completo.  Debería alejarlo pero no quiero, y no puedo.

Siento su mano rozar mi mejilla, mientras me ve con esos hermosos ojos verdes que no solo me hipnotizan, si no que ahora me derrite cada vez que me ve de esa forma, con ese brillo.

—Eres tan hermosa, tan delicada y suave como una rosa. —dice mientras sigue acariciando mi mejilla con su mano.

Paso saliva, y siento que mi corazón colapsará dentro de mi pecho. La respiración de Erick es relajada, su aroma me llega a mis fosas nasales e incrementa más mis nervios que hasta me hacen temblar las piernas.

Quedamos absortos el uno en el otro, como si estuviéramos hipnotizados.

—Señor… yo.. murmuro, pero me interrumpe.

—Creo yo que ya no es necesario las formalidades, después de habernos besado.

—Pero… —apenas logré decir.

—Shhh… —susurra callándome, y poniendo su dedo índice en mis labios. —Quiero besarte de nuevo —musita muy cerca de mi rostro.

Me paralizo al escuchar sus palabras, me quiere besar otra vez. Creo que me caeré si lo hace ya que no podré soportar estar de pie por más tiempo, mis piernas no dejan de temblar.

Me sujeta de la cintura y me acerca más junto a él, me atrae hacia su boca y me besa sin que me dé tiempo ni siquiera a respirar. Definitivamente esté hombre va acabar matándome. Sus labios se adueñan de los míos con tanto esmero.

Me siento flotar envuelta en su cuerpo, como si estuviera en estado de ingravidez, ¿cómo es posible que tenga este insólito efecto sobre mí? Este beso es más diferente al primero que nos dimos, este es un poco más apasionado como queriendo decirme algo.

Yo no tengo experiencia, pero hago un esfuerzo para corresponder como pueda, ese beso que hace que me derrita, y como temo caerme me sujeto de sus fuertes hombros. Los labios no me dan de sí para abarcar su boca. Es muy bueno besando, no sé mucho de eso, pero a mí parecer y lo que he notado él es experto en eso. Va ocasionar que me derrumbe completamente entre sus brazos.

Reacciono y detengo el beso intentando alejarme de sus brazos, retrocedo hasta chocar con el lavaplatos. Rayos no puedo volver a escapar.

—Esto.. esta.. —hablo con dificultad.

—¿Mal o bien? —termina de decirlo él, su mirada verde está algo oscura y no la quita sobre mí. Da un paso hacia enfrente para tomarme de nuevo el rostro. —Solo déjate llevar —murmura muy cercas de mis labios. —Déjame demostrarte quien es la que en verdad me interesa. —afirma.

—Yo.. creo… —balbuceo —Esto.. no es correcto.

Quede petrificada, ha confirmado que está solamente interesado en mí, y cuando lo dijo sus ojos tomaron con más brillo su verde. Es tan hermoso, siento esas tontas mariposas en mi estómago. No de nuevo por favor, eso es señal de que nada de esto me llevará por un buen camino.

—¿Quién dice eso? —sigue tan cerca y hablando en voz baja, solo para nosotros. —¿A qué le temes?

Mi respiración se agita, siento como si me fuera a desmayar.

—A ti —pero logró decir. —Tengo miedo de ti, ya que tú estás provocando algo extraño en mí. Que no quiero sentir.

Mis palabras salen, confesando mi gran temor.

Él no dice nada, solo se detiene y me ve. No puedo descifrar en este instante esa mirada, tal vez lo incomodó mi respuesta, o se molestó. Porque deja de tocarme y se aleja de mi poco a poco, rompiendo esa burbuja en la que nos encontrábamos íntimamente.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro