Extra: Visita a la Torre Stark
Louis Tomlinson
Abro la puerta del departamento, Harry viene tras de mi cargando una guitarra, apenas entro y me dirijo hasta la sala, tirándome al sillón agotado. Inicios de año y más que sentirme alegre, por la buena noche al lado de mi novio, siento un ligero vacío, el estrés comienza a invadirme y sé que si sigo sintiéndome así, pasare a estar de malas, y por el rostro agotado de Harry, puedo asegurar que no estará de humor tampoco.
—¿Hazz? —lo llamo.
—¿Si, Lou? —me responde, sentándose en el sillón de frente.
—¿Te sientes bien? —le pregunto, preocupado.
Sé que el haber pasado estas fechas alejado de su familia es duro para él, incluso más que para mí. Ambos llegamos persiguiendo nuestros sueños, Nueva York lucio el lugar perfecto para ello. Podíamos estudiar la universidad y en paralelo buscar formas de ingresar al medio musical.
—Extraño a mi madre. —dice, con aire triste.
—Yo también. —Me pongo de pie acercándome, sentándome en el respaldo izquierdo del sillón, posicionando mi brazo en su espalda, en una caricia que espero lo calme.
—¿Cómo crees que la haya pasado Peter? —pregunta.
—Nos mandó un sticker de corazón, he de suponer que tuvo una dosis de sexo o que al menos el multimillonario le propuso salir.
—¿Confías en él?
—¿En Stark?
Harry asiente. Me alejo de vuelta al sillón frente a él.
—Se ve buena persona, vi la manera en que miro a Peter aquella noche, y aunque apenas se conocían, sé que el amor puede ser a primera vista. —Le guiño un ojo sonriendo—. Además, puedo apostar que los medios son los que se han encargado de darle una mala imagen.
—Sí, creo eso también. No me imagino lo que se sentirá estar en medio de los ojos de tantos.
—Quizá algún día nos hagamos famosos y lo descubramos. —Me recargo, tomando una almohada y abrazándola—. Quizá tengamos a chicas y chicos tras de nosotros.
Me rio, y escucho como Harry gruñe, lo vuelvo a mirar.
—¿Qué?
—No quiero que nadie este tras de ti.
—¿Y de ti si?
—Yo no quiero a nadie que no seas tú.
Titubeo una respuesta, y solo me rio, evadiendo la mirada que me está dando en este momento. Pasaran años y años, y estoy seguro que siempre lograra desestabilizarme, que no importara el tiempo, que pese a nuestras personalidades tan opuestas, siempre nos atraeremos más y más.
—Espero digas eso hasta el fin.
—Veras que sí. —Se pone de pie, acercándose y tendiéndome su mano—. Vamos a la cama.
—Pero si es medio día.
—Es inicio de año, es para flojear, y de cualquier forma, ¿Quién dijo que dormiríamos?
Le sonrió, tomando su mano como desde el primer día. Porque solo a su lado sentía que podía recorrerlo todo.
º º º
Me remuevo sintiendo unos brazos tomándome del torso, al abrir mis ojos me encuentro con los rizos de mi chico quien yace aun dormido, su respiración golpeando contra mi pecho desnudo, nuestras piernas enlazadas y recién percatándome que yo también lo rodeo con mi brazo debajo de él. Comienzo a sentir el entumecimiento, y pese a que deseo zafarme, no deseo despertarlo.
Recuerdo las primeras noches en las que nos tocó dormir aquí, las noches tan ruidosas y no tan tranquilas como en nuestro hogar, la mirada nostálgica de Harry cada se asomaba por la ventana, la forma en que solía tomar la pulsera que había sido regalada a él, por su madre antes de partir.
Pese a que la tristeza y nostalgia solía golpearme con la misma intensidad, trataba de ser fuerte, para poder darle una sonrisa que le transmitirá la tranquilidad de un futuro bueno para ambos. Que todo valdría la pena algún día, que saldríamos adelante y que lograríamos todo.
La vida poniéndose tan tormentosa en tantas ocasiones. Llegamos aquí gracias a un hombre que nos vio tocar en un café en Londres, nos ofreció aquello que soñábamos, crecer como músicos y en un futuro lograr ser cantantes exitosos. Todo pintaba tan rosa, tan mágico, tanto que nuestros yo, más jóvenes, no lo vieron venir.
Al final todo ha sido una ida tras vuelta. Sin embargo, jamás nos rendimos. No podemos parar mientras nos tengamos uno al otro.
Salgo de mis pensamientos al escuchar el móvil sonar a mi lado. Con mi mano libre alcanzo el móvil y respondo.
—¿Peter? —respondo.
—Hola, Lou. —Dice, animado.
—¿Por qué tan contento? —le pregunto, sintiendo como Harry se aleja de mi pecho, despertándose. Aprovechando, libero mi mano.
—¿Por qué te escuchas así? —cuestiona, su voz burlona—. ¿Acabas de despertar?
—Efectivamente, mi estimado sugar baby. —le riño. Harry me mira, preguntándome quien es—. Te pondré en alta voz.
—Iba a preguntar quien estaba contigo, pero si acabas de despertar, supondré que es Harry. ¡Hola Harry!
Volteo hacia Harry quien sonríe y susurra. —Hola, Peter.
—¿Cómo estuvo su noche? —nos pregunta.
—Harry y yo fuimos a un karaoke, estuvo todo muy jodidamente alocado, cantamos, bebimos y conversamos con gente que no recuerdo ahora. —Una risa de Peter se escucha, a la par que Harry se pone de pie, me pierdo en su cuerpo desnudo, lo miro buscar su camisa para colocarsela—. Y bueno, el resto de este dia hemos estado... descansando.
—Jum, seguro que si. —Lo escucho balbucear, buscando las palabras para decir algo.
—¿Qué sucede?
—¿Qué hará este viernes por la tarde?
Giro hacia Harry, quien alza los hombros dándome a entender que no existe ningún plan.
—Una agenda muy, muy ocupada, ¿Por qué?
—Tony me invito a la torre, su mejor amigo estaría allí, la parecer quería presentármelo, y yo quisiera que me acompañaran. —dice, su tono de voz timido al decir lo ultimo, Harry me mira enternecido—. ¿Entonces...?
—Haremos un espacio para ti, cuenta con nosotros.
Harry asiente, acercándose y sentándose a mi lado, ya vestido.
—¿No le importara?
—¿A quién? ¿Tony? No, dijo que podría invitarlos si quería.
—Correcto. —respondo—. ¿Qué haces ahora?
—Recién llegue a mi departamento.
—Bien, probablemente nosotros sigamos en cama un rato mas.
—Es lo mismo que hare, me siento agotado.
—¿Te duele el trasero? —le pregunto, sabiendo que solo logro molestarlo.
—Me siento tan de buen humor que no caere en provocaciones. —Comienza diciendo—. Pero respondiendo a tu insinuación, no, no me duele. Al menos no como seguro a ti ha de estar doliendo.
Me carcajeo y Harry suelta una ligera sonrisa.
—En fin, les confirmo la hora en unos días, cuídense.
—Igualmente, Pete. —Se despide Harry.
—Adiós, Parker.
Cuelgo y me pongo de pie, vistiéndome y dejándome caer una vez más sobre la cama.
—¿Por qué tan callado? —le pregunto a Harry.
—Me duele un poco la garganta.
—Pobre de mi chico, tomemos algo caliente.
—Eso suena bien.
º º º
—¡Lou, date prisa! —me grita Harry saliendo del baño.
Lo miro terminando de abotonarse la camisa negra.
—Espera Harry, aún queda media hora. —Lo tranquilizo, colocándome mi saco.
—Sí, media hora en la que debemos estar allá.
—Siempre tan puntual. —Me quejo.
—Y tú siempre tan dejado. Te dije que debías apurarte desde hace dos horas. —Sigue quejándose mientras se mira al espejo, se ve bien, no sé qué tanto sigue viéndose. —... pero no, te gusta llegar tarde a todas partes-
—Harry, Harry, Hazz. Tranquilo, ya estoy listo, vayámonos.
Me mira, recorriéndome con su mirada.
—Te ves muy guapo. —Suelta, sonriéndome.
—Gracias, tú también, cariño. —Le sonrió y comienzo a caminar hacia la salida—. Ahora deja de verme el trasero y apurémonos o llegaremos tarde. —Digo, haciendo énfasis en lo último.
—No te estaba viendo el trasero. —Bufa.
El trayecto a la torre Stark no fue largo, al caso 20 minutos, mayormente por el tráfico. Cuando llegamos, tanto Harry como yo, miramos asombrados la magnitud de lo que es tener la torre frente a nosotros.
Su estructura tan imponente y moderna, la elegancia de la misma cohibiéndonos al encaminarnos hacia dentro. Una chica castaña se acerca a nosotros, camisa blanca y falsa negra formal, su gafete indicándonos su nombre: Sammy.
—¿Louis Tomlinson y Harry Styles? —pregunta, analizándonos. Obsequiándonos una sonrisa.
Yo asiento y Harry responde.
—Sí, somos nosotros.
—El Sr. Stark indico que los hiciera pasar directamente a la sección privada. —Dijo, mientras nos indicaba que la siguiéramos—. Este ascensor los llevara directamente, ¿Alguna duda?
—No, gracias. —respondo, sonriéndole.
—Ha sido un gusto haberles atendido, disfruten su estancia.
Harry me sonríe acercándose a mi lado, con suavidad tomo de su cintura guiándolo hasta el ascensor. Una vez dentro, se cierra y comienza a subir.
—Bienvenidos, Jóvenes Harry y Louis. —Suena una voz robótica, haciendo que nos asustemos por un segundo.
—¿Hola? —pregunto.
—¿Quién eres? —Harry mira asombrado con una gran sonrisa. Desde hace mucho que sabía del interés de Harry por esta torre. Y aunque nunca lo hice tan obvio, también deseaba conocerla.
—Soy Jarvis, la inteligencia artificial del Señor Anthony Stark.
—Wow.
Son unos segundos más los que tardamos en llegar para cuando se abre al ascensor. Al salir vemos lo que bien puede considerarse una mansión lujosa y moderna. Puedo asegurar que un solo cuadro de los que yacen colgados a nuestro alrededor vale lo mismo que el departamento donde vivimos.
Sigo tomando a Harry de la cintura, esperando que diga algo, pero su mirada solo se pierde en cada parte de esta gran torre. Caminamos aún más, lentamente, disfrutando de los pequeños robots que deambulan por la torre. Los paneles tecnológicos, tentándome a presionarlos, Harry me detiene cuando se percata de lo que hare.
—No, Lou.
—¿Por qué no?
—Porque si la seguridad es tan buena como dicen, no quiero que salgamos volando de aquí.
Yo abro la boca para decir algo y la cierro. Tiene razón, definitivamente no debo tocar nada.
—¿Hacia dónde crees que deberíamos ir? —pregunto.
—Shh... —Levanta su mano—. Hay voces más adelante.
—No escucho nada. —me quejo, pero aun así lo sigo.
Para cuando llegamos, a lo que parece ser una hermosa sala de descanso, veo a Peter recargado en un sillón, camisa ligeramente desacomodada, rostro de un rojo intenso, y a su lado a Stark quien parece ser regañado molestado o regañado por un tipo moreno, que puedo reconocer como el Coronel Rhodes.
—No puede ser, también hay un coronel. —Suelta Harry, concordando con lo que pienso.
Me aclaro la garganta.
—¿Hola? —Hablo, ganando que los tres giren hacia mí.
Peter se acomoda la camisa mientras se acerca hasta mí. El coronel y Stark siguiéndolo.
—Creí que llegarían más tarde. —Nos dice Peter, volviendo al tono natural de su rostro.
—En realidad llegamos más tarde de lo acordamos. —Harry le dice.
—Sí, supongo que... se nos pasó el tiempo a nosotros. —Peter voltea a mirar a Tony, quien le devuelve una mirada que bien podría catalogar como coqueta, así como el Coronel rodando los ojos.
—Demasiado ocupados estaban —Habla por primera vez el Coronel—. Un gusto tener su presencia.
—Gracias. —Decimos al unísono.
—Un gusto verlos de nuevo, Harry y chico muy agradablemente prudente, Louis.
Le sonrió.
—Apuesto que bastante agradecido estarás.
Harry me golpea son su codo, regañándome en un susurro.
—Tranquilos. Peter me comento que querían conocer la torre, ¿Quieren un recorrido?
Miro a Harry quien inmediatamente asiente.
—Nos encantaría.
Quizá no todo estaba saliendo tal y como alguna vez las mentes ingenuas de Harry y mía, habían esperado, quizá no todo ha sido rosa y brillante como esperamos que fuese, todo ha sido muy diferente, pero al menos no todo ha sido malo.
Puedo compartir estos momentos a su lado, siendo testigo del brillo de felicidad que emana mi Harry. Y ver esto, me da un satisfacción que nada puede opacar.
—Síganme, verán lo mejor de sus vidas.
Sí, habrá otra parte más, donde veremos cómo estuvo la situación en la torre antes de la llegada de Harry y Louis. 👀
Aún no se desde la perspectiva de quién, pero seguramente de Tony.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro