Capítulo 15 : Una pesadilla
El lunes, después del gran premio de Bélgica, me levanté siendo trending toping en Twitter y noticia por todo el mundo. En la mayoría de canales televisivas, redes sociales y demás solo se hablaba de la relación entre Carlos y yo.
Miles de fotos, miles de videos, etiquetados en miles de noticias.
No sé cuantas lágrimas he derramado, pero sé con certeza que no serán las únicas, que aún falta más por llorar.
La verdad es que estos días no están siendo muy buenos, casi que no he salido de casa. De la cama al baño, del baño al comedor y de vuelta a mi habitación, así todos los días.
Mi padre me ha quitado el teléfono por lo que estoy totalmente incomunicada y no puedo hablar con nadie.
Ha estado sin hablarme, al igual que yo a él. Ninguno da su brazo a torcer y mi madre parece que se va a volver loca, pero ella está con mi padre, así que tampoco es que haya hablado mucho con ella.
Nada más llegar a casa me soltó la bronca del siglo. Claro que no lo iba a hacer en Bélgica porque seguro que alguien lo hubiese grabado.
A parte de quitarme el móvil, también me ha obligado a quedarme en cada este fin de semana y no poder ir al Gran Premio de los Países Bajos.
- Chiara, levanta no puedes estar todo el día en la cama llorando - dice Alessandra entrando en mi habitación.
- Si que puedo.
- No Chiara, vamos levanta que bastante has llorado ya.
- Es que no entiendo a mi padre. Lo odio.
- Compartimos el sentimiento - dicen a coro.
- ¿A todo esto, cómo habéis entrado?
- Las llaves del buzón chica - responde Bianca, y yo asiento.
- Al veces se me olvida que siempre hay una ahí.
- No es muy normal dejar una llave ahí - dice Alessandra y yo asiento - Venga levanta, date una ducha y vístete que vamos a ir a dar un paseo.
- No quiero - me quejo.
- Chiara o lo haces tú sola, o te cogemos nosotras y te metemos en la bañera.
- Ya voy - me levanto rodando los ojos.
- No hagas eso - me chillan las dos.
Me meto en el baño, me quedo un rato mirándome en el espejo. Tengo unas ojeras increíbles, peor que las de después de una resaca.
- Por fin chica, que tardas la misma vida.
- No empecéis que me puedo volver todavía a casa - digo y ellas niegan.
- ¿Has intentado hablar con tú padre y explicarle las cosas? - pregunta Bianca.
- Es que no hay nada que explicar. Carlos me gusta, yo a él también y queremos estar juntos, no hay más.
- Y a tú padre eso no le gusta.
- No pero es que me da igual. Él no elige con quien debo estar.
- A lo mejor, necesita tiempo para asimilarlo - comenta Alessandra.
- No lo defiendas.
- Chiara, yo creo que si ese chico de verdad te quiere, hará algo por estar junto a ti.
- ¿Y si mi padre lo despide?
- Chiara, no creo que tú padre llegue a eso.
- Capaz es.
- Es uno de los mejores pilotos actuales de F1, si lo dejase escapar sería muy idiota.
- Lo es.
El paseo, creo que me ha venido bien, me he despejado un poco de todo y he intentado no pensar mucho.
- Me quiero mudar - confieso y las dos abren los ojos - No quiero seguir viviendo con mis padres.
- Si lo sientes así, hazlo - me anima Bianca - Nosotras te apoyamos.
- ¿Me ayudariais con todo?
- Para eso están las amigas, Chiara.
Escucho el teléfono fijo de casa y me acerco a este, veo que quien llama es mi padre y aunque no quiero cogerlo acabo haciéndolo.
- Pensaba que no lo ibas a coger - me dice y yo asiento, aún a sabiendas que no me ve.
- Y no lo iba a hacer, pero bueno.
- Chiara, ¿has comido?
- Justo es lo que iba a hacer.
- Vale, que aproveche.
- Gracias
- Chiara, tengo que irme ya pero no olvides que te quiero.
- Adiós papá, mucha suerte este fin de semana.
- Gracias hija, hablaremos cuando llegue.
- Supongo.
Cuelgo y me apoyo en la encimera. Me duele estar así con mi padre, al fin y al cabo es mi padre y aunque haga cosas mal lo quiero mucho. Siempre hemos tenido una relación muy buena y especial, su ojito derecho como él siempre ha dicho. Sé que hay veces que puede ser muy sobreprotector, pero no sé qué le ha hecho actuar así. Es que yo nunca lo había visto así, de esa manera y con ese habla hacia mi. Una manera despectiva, unos gritos que jamás he visto hacia mi persona.
Espero que se pueda arreglar y que mi padre y yo volvamos a tener la misma relación que siempre hemos tenido. Porque echo de menos a ese Matías y a esa Chiara inseparables.
He llegado a casa para comer, y justo como mientras espero que empiece los primeros libres en Países Bajos.
El circuito está bastante lleno, y claro aquí lo que más destaca es todas las gradas apoyando a su piloto, Max Verstappen.
Lo del año pasado fue brutal cuando ganó en casa, haber esta vez que pasará.
Graban como los pilotos han ido llegando al circuito y siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos al ver a Carlos y a Carmen juntos.
Mi cabeza empieza a sobrepensarlo todo ¿y si me padre tenía razón y Carlos no me conviene? ¿Y si ha estado jugando conmigo? ¿Y si solo me quería pata tener sexo? ¿De verdad Carlos haría eso? ¿Y ese tú y yo y un por siempre? ¿Los besos fueron de mentira? ¿Todo fue una mentira para él?
Apago la tele, no puedo ver más. Las lágrimas caen de mis ojos descontroladamente. Empiezo a respirar con dificultad, entro en pánico, intento moverme pero me es casi imposible.
Estoy teniendo un ataque de ansiedad, intento entrar en calma, contar hasta 10 y respirar pero no consigo estabilizarme.
Mis ojos se cierran y yo no puedo hacer nada más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro