Ya había pasado una hora desde que Pepito fue tras su novia, la pelimarrón había entrado en pánico y sus mente ignoraba por completo los llamados, solo quería huir.

Los mayores estaban sentados al rededor de la fogata mientras esperaban, sus hijos se encontraban dentro de las casas por órdenes de sus padres, por ahora no podían jugar ni cazar porque asustarían a la nueva invitada.

Las miradas fueron nuevamente a Jisoo, regando con reproche.

_¿qué? - Jisoo enfrentó - nadie me avisó. Nunca me dicen nada pero siempre me hechan la culpa - les quitó la mirada, sintiéndose molesta.

_¿no se lo dijiste? - Jennie interrogó a Rosé, ella negó lentamente, sintiéndose culpable.

_Me olvidé decirle...

_¡¿Ya ven?! - Jisoo reprochó a todos - pero claro, culpen a la Jisoo, siempre la Jisoo - les dió la espalda.

_Perdón, amor - Rosé se sentó más de cerca, acariciando su espalda - es que estábamos apuradas en...en...- miró a todos con disimulo, se acercó al oído de Jisoo y susurró - ya sabes...- se volvió a alejar - y por eso no pude decirte.

Jisoo sonrió sonrojada al recordar.

_Bueno, cualquiera se equivoca - se abrazó a su esposa nuevamente.

***

Pepito rastreaba el aroma de Marcela, podía sentir que estaba cerca, pero el viento soplaba fuerte que difícilmente podía seguir el rastro. Estaba muy preocupado, ella era muy sensible y temerosa, le tenía miedo hasta los bichos más inocentes.

No podía llamarla a su celular, lo había encontrado tirado hace minutos. Iba a gritar nuevamente su nombre cuando escuchó fuertes pisadas detrás de él. El cuerpo de su novia se chocó con la de él y ambos cayeron al suelo.

Pepito notó su expresión aterrada y cuando iba a preguntar, Marcela saltó sobre él y lo abrazó, tratando de cubrirlo por alguna extraña razón. Fue cuando el pelinegro escuchó ese rugido, al segundo un puma aparecía en lo alto, saltando sobre ellos. Pepito entendió porqué quiso protegerlo pero él la abrazó más fuerte y giró su cuerpo poniéndola a ella debajo justo a tiempo, antes de sentir las dolorosas y fuertes garras del puma lastimar su espalda.

El pelinegro gritó ante el fuerte dolor y el grito de Marcela resonó entre los árboles al verlo sangrar y ver que el puma se aferró a él y hundió sus dientes en su hombro.

El eco de su grito recorrió todo el bosque, llegando rápidamente a los oídos de Jennie y Lisa quienes se pusieron de pie de inmediato.

Los gritos lo escucharon también sus hermanos, primos y toda su familia. Lisa y Jennie fueron las primeras en correr a la velocidad de su animal interior. Sus ojos comenzaron a latir cambiando a rojo constantemente, yendo en búsqueda de su mayor hijo.

El pelinegro fue sacudido con fuerza, haciéndolo gritar entre sollozos. Levantó los brazos y abrazó del cuello al puma, comenzando una pelea. Podía transportarse fácilmente, pero no quería asustar a la pelimarrón, temía perderla.

Marcela buscó desesperada algo con qué defenderse, tomó una gruesa rama del suelo y corrió a intentar golpear al puma.

_¡NO TE ACERQUES! - frenó ante el grito del pelinegro, quién no soltaba el cuello del puma mientras este lo seguía mordiendo - ¡QUÉDATE ALLÍ!

Marcela temblaba del miedo y duda al ver la fuerza que su novio tenía, ¿cómo lograba sostenerlo? Eso...no podría ser normal.

Pepito observó preocupado un nuevo puma acechando a la pelimarrón por la espalda, estando a punto de saltar.

_¡NO!

Marcela giró de inmediato y trató de cubrirse con sus brazos soltando un fuerte grito. El nuevo puma fue atrapado en el aire por un gran lobo de pelaje negro, cayendo ambos detrás de grandes arbustos.

Marcela retrocedió a rastras por el suelo, veía y escuchaba los chillidos de aquel puma siendo lastimado. Jennie lo sostuvo de la espalda y lo lanzó lejos, dejándole esas heridas como advertencia.

Ellos tenían una regla, no mates a no ser por defensa propia o por comida. Y Jennie no quería dejarle un trauma peor a su nuera.

Pepito gritó y usando más de su fuerza, logró girar al puma hacia adelante y lo golpeó contra el suelo. El puma soltó su hombro y salió corriendo lejos cuando toda una manada de lobos cayeron al rededor en saltos.

Marcela estaba paralizada del miedo, lo peor fue, cuando uno de esos lobos cambió a una persona y se puso de pie con una capa en cubriendo su cuerpo.

_¡¿Todo bien?! - Sana llegaba corriendo en puntitas para no resbalar, tenía a Leo de su correa y no había podido con la fuerza del pequeño que la llevó a rastras detrás de sus madres - ¡¿nadie salió herido?! ¡tengo curitas! - levantó un botiquín.

Tzuyu la ayudó a bajar de esa pequeña colina.

_Amor...- Pepito pronunció nervioso, solo recibió una mirada confundida y leves temblores - yo...- tenía miedo de acercarse - déjame explicarte - todos estaban expectantes, viendo con curiosidad a esa chica que aún no había dicho nada - cariño...

_¿Estás bien...? - pronunció para la sorpresa de todos - p-puedo...estar...asustada de todo esto...- su voz temblaba - quiero huir...quiero...- sus ojos se cristalizaron - quiero irme de aquí porque...tengo mucho miedo...pero...- levantó su mirada a él, dejando salir sus lágrimas - ¿estás bien...?

Pepito sonrió con los ojos cristalinos y asintió, aún no sabía si acercarse.

_Sí...estoy bien...¿Puedo...acercarme?

La joven mantuvo silencio por unos segundos, pensativa, pero asintió, teniendo al pelinegro a su lado lentamente para no asustarla.

_Estás sangrando...- comentó sin mirarlo, aún no procesaba todo lo que había visto.

_Esto sanará en horas, tranquila...- sostuvo su mano con delicadeza, ayudándola a ponerse de pie.

_Tú...eres como ellos...¿Verdad? - recordaba la fuerza que tenía con aquél puma. Pepito asintió con la mirada baja - ¿estoy soñando? - el pelinegro negó - ¿entonces...esto es real? - asintió - no sé...cómo tomarlo, siento que sí estoy en un sueño.

_No es un sueño...

_Si no es un sueño...¿por qué veo gente desnuda...?

Pepito frunció los ceños con confusión, giró a sus espaldas dónde veía la pelimarrón y abrió los ojos con vergüenza al ver a su madre Lisa y los hermanos de ella andar desnudos recibiendo las capas que Sana había traído en su mochila.

_¡MAMÁ! - Pepito se quejó con Jennie, ella solo viró los ojos en su forma de lobo, todos los hijos ya se habían ido menos los adultos.

_Pepito...sé que debemos hablar pero...- el pelinegro giró a verla - me voy a desmayar primero, ¿Sí?

_¿qué? - su novia cayó al suelo.

***

_Cuantas veces les debo decir que no hagan caso a las ideas de estos - Jennie regañó, señalando a Lisa y a sus hermanos, quienes bajaron la mirada con vergüenza - pensé que la había traído porque querías.

_Pero...ya lo sabe, ¿no? - Pepito respondía nervioso - y creo que lo tomó bien...

_Así parece, solo que hay que esperar a que despierte - agregó Lisa.

Dentro de una de las casas, todos los hijos de la manada veía con curiosidad a la chica inconsciente en la cama, estaba completamente rodeada.

_¿la asustamos? - pronunció uno de los hijos de Sana - hagámosla creer que nos la vamos a comer.

_Si la tía Jennie te escucha, quién recibirá el regañó sería nuestra mamá - respondió su hermano mayor.

_Es muy bonita - agregó una de las gemelas de Jisoo y Rosé - ¿Tendrá pareja?

_Que es la novia de nuestra primo Pepito - respondieron todos a la vez.

***

En solo minutos, el grito de Marcela se escuchó, los mayores giraron a ver la casa y de esta salía la pelimarrón muy nerviosa, se había asustado al ver a tantas personas allí viéndola y otros incluso olfateando sus brazos y cara.

_Ho-ola - saludó con la manta en sus hombros - ustedes...n-no...no van a comerme, ¿verdad? - preguntó con voz temblorosa.

_No - negaron.

_Tranquila - Pepito se puso de pie y ofreció su mano, ella se acercó un poco dudosa y la tomó - ven, sé que estás confundida, puedes hacer las preguntas que quieras - ambos se sentaron al lado de Jennie y Lisa.

_Yo...no tengo nada qué preguntar...- veía nerviosa a todos - no sé...nada de lobos...

_¿en serio no tienes nada qué preguntar? - preguntó Rosé - yo sí tenía muchas preguntas cuando me pasó.

_Te veías tan linda - Jisoo se recostó sobre su hombro.

_¿linda? Estaba aterrada, no eres muy conciente de lo que causas cuando apareces frente a una persona normal así.

_Igual te veías linda - besó su mejilla.

Marcela vió esa interacción, eso logró tranquilizarla un poco, no parecían salvajes.

_¿aún tienes miedo? - pronunció Pepito por lo bajo.

_Algo...debes entender que esto...no es muy normal para mí...

_¿tienes miedo...de mí? - preguntó con temor a que diga que sí.

_No...solo, estoy sorprendida...- Marcela vió extrañada que sus heridas casi ni se notaban - tus heridas...

_Te dije que sanaría - sonrió - ¿quieres saber más de nosotros?

_No me digas que vuelan - había un poco de emoción en su voz.

_No - Pepito vió su decepción - no volamos, pero...podemos correr a una gran velocidad.

_¿Son como crepúsculo? - sonrió, todas las miradas de ofensa fueron a ella - qué...

_No les gusta como los representan - Pepito rió nervioso - les da vergüenza - susurró sobre su oído.

_Lo siento...

_¡A COMEEEEEEEEER! - era el grito de Sana en la casa más grande.

Marcela brincó del susto al ver cómo la puerta donde estaba antes salía volando cuando todos los jóvenes salieron ante el llamado, ahora entendía porque la puerta tan pesada en la casa de sus suegras.

_Ahora que lo pienso...son muchos - pronunció Marcela - ¿todos son sus hijos?

_Estos son los míos - Tzuyu que estaba al lado de Marcela, le enseñó una foto.

_Que lindos - Marcela entraba en más confianza, viendo la foto - ¿y quiénes son?

_Son todos ellos - Tzuyu sonrió. Marcela borró su sonrisa de la impresión - esa foto es del año pasado, cuando se fueron de camping.

_Que...bonitos - ¡¿Trece?!

_Estos son los míos - Taehyung corrió a su lado, también emocionado en mostrar a sus hijos, Jungkook solo comía mientras escuchaba.

Marcela abrió más los ojos al ver a nueve, hombre y mujeres, en una cena familiar.

_¿Son...todos? - Taehyung asintió orgulloso - que bonito...también.

_Quedamos embarazados tres veces, y salieron cinco en cada ocasión.

_¿cinco...de una? - si no pensaba huir cuando vió a tantos lobos frente a ella, ahora sí lo estaba considerando. Quizá si se va caminando llegaría en un mes.

_Estos son mis hijos - Dahyun no tardó en llegar también junto a Momo, mostrando su foto.

A comparación de los demás, cinco ahora le parecía pocos y eso logró tranquilizarla, entonces pueden tener menos de cinco en un embarazo.

_Tres son mellizos y dos gemelos - sonreía.

_Son muy apuestos - tenía a todos los adultos rodeándola.

_Las mías son las más lindas - Rosé también llegaba, pero Jisoo se había ido a comer.

_Son puras mujeres, que lindo - sonrió - ¿todos tienen tantos hijos? - preguntó curiosa - ¿es de...lobos?

_No. Bueno, no necesariamente - respondió Pepito - es que...no querían que nuestra raza se extinga.

_Pero...hubieran donado...¿no? Su...ya sabes...- comentó algo incómoda.

_No - respondió Lisa con la mejillas llenas, estaba comiendo también - yo quiero estar con mis hijos - Jennie limpiaba la comisura de sus labios - gracias, cariño.

_Oye, te lo estás tomando muy bien, pensé que sería más difícil de asimilar - comentó Rosé.

_Es que aún pienso que estoy soñando - rió casi enloquecida, esta vez fue ella quien los estaba asustando - es un sueño...- sonreía.

Lo asimiló de a poco, como en un mes después, pero lo bueno fue que lo aceptó.

Ahora comparte un secreto familiar y entendió cuánto es que le importa al pelinegro como para que se lo contara. Agradeció su confianza y su relación se fortaleció, ya era bienvenida a la manada.

Gracias por el amor a esta historia ♥️

Si podrían apoyarme para la operación de mi tía, por fa :( 

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