Yoongi conducía por las calles para poder llegar a la universidad. Había estado pensando en ponerse a trabajar en la empresa de su familia ya que sería padre y necesitaba el dinero para mantener a su hijo; el dinero no era problema para él ya que gozaba de buena economía familiar, pero quería ganarlo por sí mismo. Pero, por otra parte, quería poder estar presente en cada etapa del embarazo de Jimin, así que el trabajo tendría que esperar por un tiempo. Otra cosa que rondaba por su cabeza era cómo pedirle a Jimin que estuviera con él cuando hablara con su madre, ya que ya lo imaginaba diciéndole "no, es tu mamá, tú se lo dices solo".

Entró al estacionamiento de la universidad y apagó el motor para luego bajar del auto. Lo primero que pudo distinguir fue a Jimin platicando con Seokjin en unas bancas cercanas, así que caminó hacia ellos. Al estar a pocos metros de ambos chicos, sonrió por la manera en que los ojos de Jimin se cerraban formando medias lunas cada vez que este reía. Puede que Park Jimin la mayoría del tiempo se queje de todo, pero sin duda tenía que reconocer que tenía su encanto.

El chico de cabellos rubios levantó la mirada y se encontró con la de Yoongi, por unos minutos se sostuvieron la mirada, pero entonces él la desvió hacia su amigo poniendo su atención en lo que este le comentaba, sintiendo segundos después a Yoongi sentarse a lado suyo.

—Hola —Seokjin habló—. ¿Sabes dónde está Namjoon? No me contesta los mensajes.

Yoongi negó con la cabeza. —Tal vez se sintió mal —se encogió de hombros y se dirigió hacia a Jimin—. ¿Ya desayunaste?

—No, de hecho íbamos a ir a la cafetería.

—Vamos, te voy a comprar algo para comer, siempre andas comiendo dulces.

Jimin hizo un puchero.

—Ni creas que con esa carita vas hacerme cambiar de opinión.

—Bien —resopló levantándose sin prisa para que los mareos no se hagan presentes—. ¿Vienes, Seokjin?

—Creo que yo esperaré aquí un rato más.

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Yoongi veía cómo Jimin bostezaba de vez en cuando y restregaba sus ojos con la mano tratando de alejar el sueño de su sistema mientras caminaban hacia la cafetería.

—¿Qué tanto me miras? —el rubio finalmente preguntó.

—Espera... —lo detuvo tomándolo del brazo— Necesito preguntarte algo.

Jimin se soltó del agarre y se cruzó de brazos mirándolo con atención.

Yoongi tomó aire. —Le diré a mi madre que estamos esperando un hijo y necesito que estés allí para que mi madre no piense que estoy bromeando.

—Yoongi...

—Sé que no te importa cómo se lo diré a mi familia, pero-

—¡Claro que me importa! —Jimin exclamó sintiéndose herido, sus ojos empezando a llenarse de lágrimas.

—Hey, no llores... —lo atrajo a sus brazos, asustado.

—Sí me importa, se trata de nuestro bebé, ¿qué clase de persona piensas que soy? —se secó algunas lágrimas con la manga de su suéter— Además, yo también ya tengo que hablar con mi madre.

Yoongi esbozó una pequeña sonrisa. —Estaba pensando en decirle el sábado —se alejó del rubio para mirarlo directamente—. ¿Quieres que hablemos con tu familia primero?

—Prefiero primero hablar con tu familia, y si se lo toman bien, hablamos con la mía.

—Claro, que primero me maten a mí…