Yoongi suspiró nervioso antes de tomar el pomo de la puerta y pasar, cuando lo hizo, encontró a Jimin tapado por completo con las frazadas. Con cuidado de no hacer ruido se acercó, pudiendo así oír unos leves sollozos; se sintió mal por ser el causante de sus lágrimas. Se sentó a un lado de él y los sollozos automáticamente se dejaron de escuchar para seguidamente ver a Jimin destaparse y mirarlo con los ojos abiertos en grande.

—¿Qué haces aquí? —dijo el rubio con la voz rota— No te quiero ver, solo vete.

Escuchar esas palabras le dolieron a Yoongi pero sabía que se lo merecía por ser un orgulloso, sin embargo, quería por lo menos intentarlo porque no iba a dejar ir a Jimin tan fácilmente y tampoco iba a poder alejarse de esa dulce criatura que crece dentro suyo.

—Jimin... —lo llamó intentando tomarle de las manos, pero este entendió sus intenciones y se alejó.

Yoongi se lo merecía.

—Sé que no quieres verme, que no lo merezco, no cuando te dejé en la universidad y no te hablé en estos días, pero por favor solo déjame explicarte las cosas.

Jimin parecía dudar pero, después de un momento de sepulcral silencio, asintió levemente alejándose más.

—Sé que soy un idiota, también sé que me viste besando a Jayeon...

Jimin apartó la mirada, tenía vergüenza que Yoongi viera que le dolía el solo recordar ese momento. No quiere que vea que había caído completamente por él. Y no podía dejar pasar el hecho de que Yoongi lo había visto aquel día y aun así no dejó de besarse con esa chica, sino que al contrario, lo intensificó como si hubiera querido restregárselo en la cara. 

—Sí, eres un idiota —respondió con molestia. Tomó una almohada y empezó a golpearlo en la cabeza con esta—. ¡Solo quisiste jugar conmigo para luego dejarme! ¡Era eso porque dejaste que me encariñara de ti! 

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando la posibilidad de que Yoongi solo haya jugado con sus sentimientos cruzó por su cabeza. 

—¡Ya! ¡Basta! —Yoongi lo tomó de las muñecas ejerciendo presión— Es lo que intento decirte. 

—¡Quiero que te vayas! —exclamó Jimin mientras intentaba zafarse del agarre— ¡Suéltame! ¡Me lastimas! 

—¡Mierda! —Yoongi exclamó de igual manera al soltarlo— ¡Ya me acuerdo por qué te odiaba, porque eres un insoportable!

Jimin se sentó correctamente en la cama y bajó la mirada dolido; si se lo hubiera dicho tiempo atrás no le hubiera afectado, pero como ahora estaba tan enamorado...

—Lo siento —Yoongi lo tomó de la barbilla para que lo mirara a los ojos—. Estaba celoso.

El chico de cabellos rubios levantó la mirada cuando escuchó aquello. —¿Celoso de qué? 

—Porque los vi besándose.

Jimin sintió su respiración estancarse, no tuvo que preguntar con quién lo había visto si estaba más que claro de que hablaba de Taehyung.

Yoongi alzó su mano indicándole que no dijera nada. —Y por eso besé a Jayeon y te dejé ese día, estaba tan celoso porque no soportaba que Taehyung te hubiera besado. Quería ser el único de tener ese privilegio y solo pensar que él te besó me hizo sentir furioso, por eso besé a Jayeon, quería que de una manera sintieras lo que yo sentí, pero lo lamento tanto, fui un estúpido.

—Yo no le correspondí el besó —Jimin se apresuró a decir mientras, con timidez, llevaba su mano hacia el rostro contrario para posarlo en su mejilla— Lo juro, Yoongi, yo no quería, él me tomó por sorpresa. 

Yoongi moría de ternura al escucharlo tan preocupado y alarmado.

—Lo sé —dijo esbozando una pequeña sonrisa, haciendo que el otro frunciera el ceño confundido—. Antes de que digas algo, me lo dijo Taehyung.

—¿Taehyung? —Jimin preguntó sorprendido— El mismo Kim Taehyung que conocemos.

—Sí, ese Taehyung —Yoongi rodó los ojos y decidió acariciar el vientre del rubio—. Yo no lo sabía antes por eso hice lo que hice, y lo siento tanto... Espero que me perdones.

—Júrame que realmente no querías besar a Jayeon.

—¡Lo juro, Jimin! Al único que quiero besar es a ti.

Yoongi apoyó su frente con la de Jimin, se sentía aliviado al haber podido aclarar todo porque no hubiera podido vivir sin su rubio caprichoso. Por esa misma razón se atrevió a decirle lo que siente por él, lo que le hace sentir, ya no le importaba si lo rechazaba o si no sentía lo mismo, iba arriesgare por Jimin. Valía la pena arriesgarse. 

—Yoongi... —susurró el de cabellos rubios cerca de los labios ajenos.

—No hables, déjame tomar la confianza de decírtelo.

Yoongi desvío sus labios hasta la mejilla de Jimin porque si seguía así no iba a poder contenerse de besarlo para luego olvidarse de todo. Porque eso le causaban los besos de su chico, lo hacían olvidarse de todo a su alrededor y no podía pensar por lo bien que se sentía besarlo.

—Yoongi, bésame ya...

Pero Yoongi se alejó un poco para poder mirarlo a los ojos, y reuniendo todo el valor posible, dijo—: Estoy perdidamente enamorado de ti, Park Jimin.

Y el corazón de Jimin empezó a latir con mayor fuerza contra su pecho, habían sido las palabras que había querido escuchar, se habían colado por sus oídos de forma dulce y lenta, y no percibió duda alguna.

—Oh, Yoongi... —lo tomó de las mejillas con ambas manos— También estoy enamorado de ti, Min Yoongi.

Jimin se sonrojó al ver el brillo en sus ojos cuando le dijo las palabras que seguro quería escuchar. Colocó sus manos ahora en el pecho de Yoongi y se llenó de felicidad cuando pudo sentir el corazón de este latir con fuerza como sucedía con el suyo.

—Repitelo —Yoongi suplicó—. Dilo de nuevo.

A él no le importaba lo desesperado que se escuchaba, no le importaba en lo absoluto, lo único que le importaba era el hecho de que Jimin sentía lo mismo, en lo feliz que le hacía escuchar esas palabras mientras que su corazón latía como loco y las palabras parecían acariciar su piel como tratando de llegar a su alma. 

—Estoy enamorado de ti. —susurró Jimin cerca de sus labios.

—Repítelo.

—No, ya no lo volveré a repetir. —Jimin soltó una risita.

Yoongi hizo un puchero al momento de escucharlo por lo que lo tomó de los hombros recostándolo suavemente en la cama y, luego, colocó sus manos debajo de la camisa del rubio dejando suaves caricias en su vientre. Segundos después, pudo sentir constantes pataditas sobre la palma de su mano.

—Creo que trata de decirme que me anime a preguntarte. —susurró.

—¿Preguntarme qué?

—¿Me permitirías ser tu novio?

Sin embargo, Yoongi no lo dejó responder porque al momento de soltar su propuesta juntó sus labios con los de Jimin en un beso lleno de sentimientos. Y Jimin se dejó llevar porque tomó a Yoongi de la camiseta acercándolo más a sí mismo, profundizando el beso, volviéndolo húmedo, ligeros jadeos empezando a salir de ambos.

—Sí, acepto —respondió Jimin y tomó de su labio inferior entre sus dientes para enseguida soltarlo y seguidamente susurrarle al oído—: Quiero que seas mi novio, Yoongi.