Capítulo 2
Cuando llegaron a la casa de Jayeon había gran cantidad de personas, la música alta y la gente bailando. Jimin se extrañó que los vecinos todavía no se hayan quejado de la música. Él y Hoseok caminaron entre todas las personas hasta entrar a la casa, se metieron a la cocina donde había muchas botanas y latas de cerveza, y tomó una para seguidamente abrirla y llevarsela a la boca.
—Tan temprano y ya quieres acabar ebrio. —Hoseok comentó palmeándole el hombro.
—¿Dónde está Seokjin? —preguntó ignorándolo, con la voz elevada ya que con la música no se podía escuchar nada.
—No sé, vamos a buscarlo.
Ambos empezaron a caminar juntos, pero en el trayecto Jimin se alarmó cuando vio a Jayeon muy cerca, así que se escondió detrás de un grupo de personas. Cuando vio que ella ya no estaba en su campo visual, salió de su escondite, pero Hoseok ya no se encontraba.
Luego de minutos buscándolo y de ocho latas de cerveza se rindió y empezó a caminar de regreso hacia la cocina. Se tambaleó, se tropezó con un grupo de personas, pero antes de caer al suelo alguien lo tomó de la cintura. Alzó la mirada y se encontró con Yoongi; sonrió y lo abrazó.
—¡Min Yoongaaay! —exclamó poniendo todo su peso en el chico.
—Jimin, estás borrrracho… Aunque… yo igual —habló el de tez pálida soltando una pequeña risa y tambaleándose—. Park Jiminie torpe.
—No soy... torpe… —dijo frunciendo el ceño— Yoongo, me da vueltas todo… Ayúdame...
—Es porque estás borracho, ¡tonto! —le respondió tomándolo de las mejillas.
Yoongi no estaba en todos sus sentidos, pero tenía tantas ganas de besar a Jimin… Lo quería tanto.
—Voy a besarte. —confesó finalmente, a la vez que presionaba sus cuerpos más juntos.
—¡Nouuu! —el rubio empezó a empujarlo.
Yoongi gruñó pero se acercó de nuevo a él. —Vamos, Jiminie... —lo acorraló contra la pared.
Jimin estaba tan mareado que por miedo a caer colocó sus brazos en el cuello de Yoongi, enterrando su rostro en el pecho del mismo, aspirando su olor… una mezcla de su perfume y alcohol.
—Déjame besarte, mi dulce ángel. —insistió el otro nuevamente.
Jimin levantó la mirada sonrojado, y Yoongi no sabía si era algo producto del alcohol o era que se había sonrojado por el apodo que le había dicho.
—Bésame entonces. —el rubio respondió dejándose llevar.
Y dicho eso, fue él quien acortó la distancia y unió sus labios con los de Yoongi.
Necesitaban tanto ese beso que lo hicieron con lujuria.
Yoongi pasó sus manos por debajo de la camisa del chico, recorriendo sus suaves curvas a la vez que este soltaba leves gemidos entre besos. —Te necesito… como no tienes idea… —dijo empezando a besarle el cuello.
—Pues anda a follar a Jayeon. —Jimin contestó escabulléndose de sus brazos.
—Quiero follarte a ti, no a ella. —lo sujetó de la muñeca y lo atrajo hacia sí mismo nuevamente.
Se miraron por unos segundos, ninguno de los dos habló más.
Yoongi jaló a Jimin entre todas las personas hasta llegar a un cuarto del segundo piso. Una vez dentro, buscó en la oscuridad el interruptor y prendió la luz, empujó al rubio contra la pared y empezó a acariciar todo su cuerpo con necesidad.
—Quiero hacerte tantas cosas, bebé. —susurró con voz profunda en la oreja del chico.
Jimin sentía la respiración de Yoongi, y entonces supo que quería que lo tomara e hiciera con él lo que quisiera. Necesitaba las manos de Min Yoongi sobre su cuerpo al igual que sus besos.
—Sí, puedes hacerme todo lo que quieras... —se separó para mirarlo— Pero no aquí, llévame a tu departamento.
—Lo haré… te llevaré… y te haré mío de todas las formas posibles.
• • •
Ambos llegaron al departamento; Yoongi con dificultad abrió la puerta y la cerró de la misma manera cuando los dos entraron al domicilio. Una vez dentro de la habitación, él estampó sus labios con los del rubio en un beso húmedo. Jimin sentía sus piernas flaquear pero con sus manos empezó a desabotonar desesperadamente la camisa del contrario, quedándose sin aliento al tener su torso desnudo ante él, pasando sus manos por la pálida piel, acariciándolo.
—Yoongi... —gimió cuando el mencionado empezó a dejar besos por su mandíbula, haciendo un recorrido hasta su cuello para posteriormente dejar pequeñas mordidas.
Jimin apretó la camisa del chico apegándose más cerca a su cuerpo, causando que sus entrepiernas se tocaran, y aprovechó en frotar deliciosamente su entrepierna con la erección de Yoongi.
Yoongi empezó a quitarle toda la ropa hasta dejarlo únicamente en bóxer, lo empujó sobre la cama y se subió encima de él. Jimin, con dificultad, empezó a bajar los ajustados pantalones del otro, entonces Yoongi decidió hacerlo por sí mismo quitándoselo por completo al igual que su bóxer, quedando completamente desnudo ante los ojos del chico de cabellos rubios.
Y ahí es cuando Jimin cayó en cuenta que en realidad se acostaría con Min Yoongi, su enemigo de años.
Pero tan pronto como ese pensamiento vino, se fue debido al alcohol ingerido y el placer, entonces empujó a Yoongi subiéndose sobre él, juntando sus labios y empezando a moverse encima causando que se les escaparan pequeños jadeos.
—Quiero montarte…
Yoongi deslizó la prenda íntima del rubio por sus piernas y luego empezó a tocarle morbosamente sus nalgas. —Jodida mierda, cuánto he querido hacer esto... —jadeó tirando su cabeza hacia atrás— Tan apetecible...
—Y-Yoongi... —Jimin gimió acercando su rostro al del mencionado, mirándolo atentamente al no haber obtenido respuesta.
—Sí, bebé, puedes montarme. —respondió sonriendo con diversión.
—¿Tienes lubricante? —el rubio preguntó mientras le besaba el pecho, dejando marcas rojizas sobre la pálida piel.
Yoongi le pasó el lubricante, entonces Jimin tomó un poco entre sus manos y seguidamente tomó la polla del chico para esparcirlo por toda la longitud, empezando así a masturbarlo.
Yoongi, reuniendo todo su autocontrol, apartó la mano del rubio sobre su pene. —Basta, joder, me voy a venir si sigues haciendo esto.
Soltando una pequeña risita, Jimin se colocó nuevamente sobre Yoongi y empezó a mover sus caderas, haciendo que este enterrara las uñas en su cintura.
—Ah… Mierda… Deja de jugar… —Yoongi gruñó entre jadeos, pasando sus grandes manos desde la cintura del chico hasta su trasero.
Jimin soltó un dulce gemido, tomó entré sus manos el pene de Yoongi y lo alineó hacia su entrada, bajando lentamente hasta tenerlo completamente dentro suyo. Tomándose unos segundos para que su entrada se acostumbrara al tamaño, Yoongi lo tomó de la nuca sorpresivamente y conectó sus labios con los suyos, esta vez el beso siendo lento como para que ambos disfrutaran el sabor de sus labios.
—Tienes un culo jodidamente delicioso de follar. —Yoongi le dijo casi en un susurro.
Las mejillas de Jimin se tiñeron de rojo por el comentario, pero, sintiéndose nuevamente excitado, empezó a moverse con el duro miembro dentro suyo, soltando ligeros gemidos.
—Eres tan hermoso. —Yoongi volvió a hablar mirándolo atentamente, con su brazo sujetándolo de la cintura para pegarlo a su cuerpo mientras que con su otra mano estimulaba la entrada del rubio, sintiendo cómo su pene entraba y salía fuera de este.
Jimin posó sus brazos en los hombros del otro para ayudarse con las embestidas, y solo entonces, empezó a moverse con desesperación en busca de que aquel duro miembro tocara tu punto dulce. —¡Ah... Y-Yoongi! ¡Joder!
—Sí, bebé, eso se s-siente realmente bien… Tan malditamente bien...
Al oír el tono de voz de Yoongi y verlo tan sumido en el placer, Jimin sonrió y continuó moviéndose, haciendo que la habitación se llenara de gemidos y sonidos húmedos.
Después de unos profundos besos, caricias, mordidas, gruñidos y gemidos, ambos jóvenes llegaron a su tan ansiado orgasmo; Jimin viniéndose entre sus pechos y Yoongi dentro de él.
Yoongi recostó a Jimin y salió de él, dejándose caer a su lado. Nadie se atrevió a decir algo, en la habitación ahora solo se escuchaban sus respiraciones agitadas. Luego, cuando Yoongi dirigió su mirada hacia Jimin dándose cuenta que este ya se había quedado dormido, se quedó mirándolo atentamente con una pequeña sonrisa en sus labios.
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