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! ୧ Tres.

El rubio despertó desubicado, con un dolor de cabeza fuerte, y la garganta seca, se sentó en la cama y sintió unas ganas de vomitar, se alarmó al no encontrarse en su habitación, miró a su alrededor encontrándose con una cabellera castaña, gritó empujando a la persona que estaba al lado de él ocasionando que este cayera al suelo. Diablos se desesperó al no encontrarse en casa.

—¡Ah mierda!— exclamó Hyunjin, sobándose el cuello. Felix abrió sus ojos y su pulso se elevó.

—¡Hyunjin!— gritó —Mierda, joder tápate.— habló con sorpresa y vergüenza al ver a Hwang totalmente desnudo.

El castaño tomó su bóxer y se los puso, mierda ¿qué había hecho con Felix? Estaba completamente en shock. Al ver que Felix claramente no traía nada debajo de las frazadas y que él al despertar estaba desnudo, sabía con certeza lo que había ocurrido. Miró al rubio, quien tenía la cara tapada con sus manos. Con temor se sentó a lado de Felix, sentía que en cualquier momento iba a explotar claramente odiaba a Hyunjin. El menor levantó su mirada y se encontró con la de Hyunjin. Se le oprimió el pecho de ver las lágrimas en los ojos de Felix.

—¿Qué hicimos?— susurró con temor. Hwang suspiró. Y lo miró no queriendo decirlo. —Tu cara lo dice todo.— se tomó de los cabellos. —Joder, me duele la cabeza y el trasero.

Hyunjin largó una carcajada y Felix lo golpeó, sonrió al ver que Lee ya no lloraba.

—Me duele la puta cabeza.— se quejó Hyunjin, mirando la hora de su teléfono.

—Te aprovechaste de mi.— informó Felix y el castaño se alarmó al escucharlo.

—¡No! No me acuerdo de nada.— dijo un poco enojado.

—Yo tampoco.

—¿Por qué no lo repetimos?— dijo seductoramente a la vez que se subía sobre Felix.

—Hyunjin alejate.— rió por las cosquillas que los besos de Hwang  le daban en su mandíbula. —Alejate, imbécil.

Empujó a Hyunjin y se empezó a vestir, no le importaba estar desnudo enfrente al mayor, solo se quería ir antes de que se vuelva incómodo. Por favor, Hyunjin era su enemigo, la persona que lo molestaba por años.

—No recuerdo lo que ocurrió, pero no volverá a ocurrir.— comentó Felix ya completamente vestido, tomó su teléfono y billetera.

—No me importa Felix, puedo follarme a cualquier chica.— eso fue lo último que escuchó Lee antes de salir de la habitación.

Salió del edificio y apoyó su frente en la fría pared, se golpeó la cabeza contra ésta. Algunas personas lo volteaban a ver con cierta curiosidad y asombró.

—¿Qué hiciste Felix?— Se repetía

Cuando llegó a casa, su madre lo recibió en brazos con fuerza, miró sobre el hombro de su madre encontrándose con Jeongin.

—¿Dónde estabas? Estaba muy preocupada por ti mi niño, llamé a todos tus amigos y no sabían de ti, no me dijiste nada y casi llamó a la policía.— abrazó fuerte a Felix.

—Me quedé dormido en casa de un amigo, lo siento.— Se disculpó y se soltó del abrazó.

—Felix estábamos preocupados por ti, Nayeon me llamó y vine tan rápido como pude.— se sentó a lado del rubio —Te había estado buscando por toda la fiesta, pero unos amigos que me detuvieron.

—No deberías tomar mucho alcohol cariño.— dijo Nayeon preocupada.

—Ya estoy grandecito, sé lo que hago.— "Claramente no, te acostaste con Hyunjin al que odias", se reprendió el mismo.

—Lo sé, sólo avísame la próxima vez.— comentó Nayeon. —Te haré un sándwich y te traeré un vaso de agua.

Suspiró cuando su madre se fue a la cocina.

—Jisung me dijo que te vio salir con un chico.— comentó Jeongin, Felix abrió los ojos, alarmado.

—No sé de qué hablas.— comentó nervioso, esquivando la mirada de Jeongin.

—¿Fuiste a tener sexo? ¿Con quién?— preguntó con las cejas alzadas. Felix frunció el ceño.

—No fui a follar.— dijo nervioso.

—Claro, hasta aquí huelo el olor a semen.— dijo divertido. Pero se borró su sonrisa al ver la cara de Felix.

—Ni me lo recuerdes.

—¿Por qué? ¿No era bueno en la cama? ¿O la tenía chiquita?— preguntó. Se sorprendió al saber que Felix tuvo sexo con algún extraño, no era de los chicos que salen a fiestas y se acuesta con cualquier persona, el rubio prefería mil veces quedarse en casa leyendo algún libro o viendo una película.

—No es eso.

—No se te paró.— empezó a reír. Felix empujó a Jeongin, siempre sabía cómo subirle el ánimo.

—No quiero hablar de eso.— rió —Me iré a bañar.— se paró para luego subir las escaleras. —No te vayas, haremos maratón de películas

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