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Omoke 3: Desequilibrio...

Joder amigo, nunca había tardado tanto para escribir un capítulo, fueron casi tres semanas, pero estoy conforme con el resultado, así que mil gracias a todos por sus comentarios y apoyo, a una historia que espero darle un digno final para este año.

Por favor disfruten de la historia.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Omoke 3: Desequilibrio…

Las tradiciones eran importantes.

Tan importantes como logramos sentirnos orgullosos de las personas que valoramos, nuestros amigos, nuestros maestros, nuestros padres. Hacer ver qué siempre podemos cumplir esos estándares que pusieron sobre ella.

Hinata Hyuuga entendió eso, por eso se sintió orgullosa de lo que estaba haciendo.

La adolescente se quedó mirando fijamente el espejo, mientras varias chicas de la rama secundaria de su clan estaban peinando su cabello, maquillando su rostro y elegir lo que debería de vestir, para la llegada del hijo de daymonio de la tierra del colmillo.

Se veía hermosa.

Aunque... ¿Por qué no se sintió así?

Tal vez era porque ya hace tiempo, dejó de sentir tantas cosas desde que dejó de ser kunoichi, su padre le hizo ver qué nunca estuvo hecha para ese estilo de vida.

Aún así, la hacía sentir triste al haber abandonado el equipo 8, Kurenia-sensei siempre la apoyo al igual que sus compañeros de equipo que venían a visitarla cada vez que tenían un tiempo libre de sus misiones.

"Neji-nii" La chica salió de sus pensamientos cuando escucho al abrir de la puerta, dejando mostrar a la persona que en los últimos años la había ayudado y apoyado más que nadie.

Era el hermano que jamás tuvo.

"Se ve hermosa Hinata-sama" aduló el joven de la rama secundaria con una pequeña sonrisa, "Por favor déjenos solos" le pidió a todas las doncellas de su rama, que de inmediato tomaron todo, para retirarse y lo dejarán solo con la princesa del clan, que seguía mirando fijamente el espejo, "¿Está lista?" pregunto mirando a su prima, que parecía perdida en un mar de pensamiento.

Parpadeando la chica paso sus dedos por el reflejó del espejo, "Si…" murmuró mirando por un segundo la fotografía que colgaba en la pared, su madre se veía igual que ella el día de su boda con su padre, se preguntaba si ella había sentido lo misma que ahora sentía.

Neji tuvo que usar todo su control para no fruncir el ceño, sabía que este día llegaría y tenía que hacer la pregunta que tal vez decidiría las acciones más importantes de su vida.

"¿Es feliz Hinata-sama?"

"…" la chica parpadeo lentamente, su expresión seguía siendo fría y neutral, "Yo soy feliz haciendo sentir orgulloso a mi padre y clan, este matrimonio hará que el clan tenga una fuerte alianza con el país del colmillo, que nos dará un respaldo económico y político que serán cruciales para nuestra aldea"

Ella tenía que hacer esto por su clan.

Por su familia.

Por su padre.

"Neji-nii…"

Su voz fue perdiendo esa frialdad y neutralidad para ser más cansada.

"¿Si Hinata-sama?"

El se acercó a ella para pararse a su lado y responder cualquier pregunta que hiciera, todo sea para hacer de este día más soportable para ella.

"Yo se que muchos me odian y menosprecian"

Esa sola frase.

Fue peor que cualquier golpe que Neji jamás recibió en su vida, que empeoró al ver la sonrisa de resignación de su prima, que parecía admitir una cosa que siempre fue verdad.

"Yo no la odio" respondió de inmediato

"Gracias…" ella le regaló una pequeña sonrisa breve por sus palabras, aunque esa sonrisa desapareció de inmediato al mirarse al espejo, "Hay muchas otras personas que me odian, no se porque, tal vez no fui lo que ellos querían que yo sea, no soy fuerte, no soy ruda, no tengo nada que me haga destacar o agradar a las personas"

"…"

"Las personas son crueles con aquellos que no son lo que quieren, hijos, padres, amigos e incluso desconocidos, todos tienen una visión ideal de lo que quieren que sea, y si está no es lo que ellos esperaron, al final terminan decepcionados por lo que en verdad es…"

La Hyuuga miro en su mesita de noche, la única fotografía familiar en la que estaban todos los integrantes de su familia.

"A veces pienso que incluso mi madre estaría decepcionada de la persona que soy, una más en una larga lista, de personas que odian lo que soy"

"No…" Neji no sabía cómo responder a eso, solo negarlo y decir la verdad, "Tu eres quien eres, no tienes que cambiar por personas que simplemente no importa lo que digan"

"Así no funciona el mundo Neji-nii, por más que digas eso, la realidad es cruel, aunque agradezco tu ayuda y apoyo, se que tú también me odiaste, como todos los demás lo hicieron, odiaste mi debilidad y persona, nunca tuve a nadie que viera algo en mi, algo especial en mi"

"Hinata…"

"Supongo que todos tienen razón… no soy nada"

Hinata Hyuuga se rompió, sus ojos empezaron cristalizarse cuando pesadas lagrimas empezaron a bajar por su rostro, aún cuando trataba de sonreír, está era una sonrisa rota y dolorosa.

"Yo… soy la persona que odia lo que soy"

"…" Neji no sabía que hacer, estaba viendo a la única familia que en verdad apreciaba derrumbarse ante sus ojos.

El verla llorar y caer rendida en el suelo, fue una imagen que jamás podría borrar de su cabeza.

"Hinata…" arrodillándose a su lado, Neji abrazo a la chica con todas sus fuerzas, para decirle algo que tenía que haberle dicho hace mucho tiempo, "Una persona te noto, te defendió, creyó en ti, te animo cuando otros personaron que fallarías… Su nombre era Uzumaki Naruto…"

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"Hemos perdido otro 15% de nuestro clientela habitual con Kiri y Suna en este año, y los números siguen bajando, si sigue así tendremos que hacer cambio para que la aldea no termine en banca rota"

"Seguimos perdiendo shinobis y Kunoichi en misiones que obviamente no estaban calificados, tenemos que dejar de forzar a ninjas de baja categoría hacer trabajos que apenas pueden hacerse por la mejor élite de muestras filas"

"No podemos, si lo hacemos perderemos muchos clientes importantes"

"En cuánto a nuevos reclutas, temo decir que el número de niños que han ingresado a la academia es la más baja de nuestra historia, tal vez sea hora de imponer una ley marcial para que más niños tanto civiles como de los clanes ingresen"

"¡No puedes hablar enserio!"

"¡Sería escupir sobre una de las reglas más antiguas de Lord Hashirama! 'El camino shinobi es uno que se escoge seguir, no uno que se le imponga'"

"No hay muchas opciones, nuestra aldea está en declive, somos la más débiles de las cinco grandes naciones, para lograr este cambio hay que tomar decisiones duras"

"Es fácil para ti decirlo, eres un maldito anciano patético que no tiene hijos que sean usados como carne de cañón"

"Hmm, soy parte de este concejo para dar opciones, y son las únicas las que nos sacarán de este pozo"

"¡Púdrete!"

"¡Si los shinobis hicieran un mejor trabajo no estaríamos discutiendo esto!"

"¡¿Culpas a la rama shinobi de este declive?! ¡Porque no veo a los civiles del comerció hacer nada por alguna alianza o expansión para ayudar en la puta economía!"

"¡¿Cómo te atreves maldita perra salvaje?! ¡Podría irme a Kumo con toda mis sucursales y empleos para dejar está barco que se hunde al fondo del mar!"

"¡Pues lleva tu culo gordo abierto fuera de la aldea! ¡Nadie te extrañará!"

¿Cuántas horas tenía que tolerar esto?

"¡Lady Tsunade!"

La Gondaime apenas levantó una ceja por el repentino grito de Shizune, que fue la que euiso que terminara con la discusión sin fin que había cada fin de semana en esta sala de reuniones.

Odiaba tener que lidiar con estás personas, que se quejaban como niños pequeños cuando las cosas no van como ellos quieren.

Mirando de reojo todo el papeleo que había en su mesa, tuvo que evitar dar un largo suspiro de frustración.

"La situación de nuestra aldea es delicada, eso todos lo sabemos, y sus quejas solo hacen que quiera romper sus cráneos" dijo con sequedad al levantar la mirada y ver brevemente a cada uno a los ojos.

Mas de uno en la sala trago saliva por las duras palabras de la Kage, que tenía una mirada que a más de uno hizo que se tensara en su lugar.

"¿Cree que este es un momento oportuno para una de sus berrinches Lady Hokage?"

El único en la sala que tenía el suficiente valor para devolverle la mirada con la misma intensidad a la Senju, era un serio Danzo que permanecía inmutable en su asiento, justo al otro lado de la mesa.

"¿Un berrinche?" los dientes de la rubia se apretaron por tal atrevimiento, hablarle como si fuera solo una niña.

"Es lo que parece, su actitud a dejado mucho que desear desde que perdimos a nuestro jinchiruki" el rostro del anciano se torció con furia, ante la mención de la perdida de una de sus mejores cartas.

Maldecía el día en que Hiruzen le quitó la posibilidad de el jinchiruki estuviera bajo su mando en raíz, perdieron la posibilidad de tener un arma tan peligrosa y poderosa como lo es el jinchiruki de Ocho colas de Kumo.

Era un desperdició.

"Naruto…"

"¿…?" Danzo apenas escucho ese nombre, por parte de una sombría Tsunade que lentamente se fue levantando de su silla, el rechinar de la madera se escucho en toda la sala, hasta que sucedió.

Toda la sala del concejo se estremeció cuando no solo la mesa fue partida a la mitad, toda la sala se sacudió y partió por el golpe seco del pie de la Senju contra el piso.

"¡Su nombre era Uzumaki Naruto!" su grito hizo que los civiles se asustaran y los shinobis se tensaran ante su instinto asesino que se sintió toda la sala, el que más la sintió fue Danzó, que trato de mantener un rostro de piedra.

Sin embargó, internamente estaba tenso ante la idea de ser golpeado por los legendarios puños de la Senju.

"¡Ustedes vienen aquí! ¡A quejarse de lo difícil que es lidiar con todo esto! Ustedes no saben lo que es difícil, no tienen ni idea, ya me tienen harta con sus lloriqueos y quejas, siempre buscando soluciones fáciles, me dan asco"

Varios por no decir todos se quedaron con la boca abierta por la mirada de desprecio de la Hokage.

"Tsunade-sama, por favor trate de mantener la calma" Shikaku trato de ser la voz de la razón, lo más inteligente es calmar a su líder, por las razones de porque está aquí, "Recuerde porque es nuestro líder"

"Lo soy porque no tuvieron otra opción, y de haber sido así, ¿Creen que ustedes saben porque estoy aquí? La razón de venir aquí está muerto hace tres años, tres malditos años que aguante, porque fue el que me trajo porque me recordó todo lo que perdí… trate de aguantar, pero ya estoy cansada"

Todos en la sala se quedaron en shock, cuando vieron como Tsunade tomo el sombrero que representaba todo lo que era su aldea, ser tomado y caer al suelo.

"¡Usted no puede irse-e!"

"¡Eso sería traición!"

"¡No puede dejarnos así! ¡Usted es responsable de la aldea! ¡De los problemas-"

"Sus problemas no me importan" Tsunade le dio una leve mirada a Shizune, por la expresión que tenía la chica, al parecer estaba tan cansada como ella, al final lo que tanto había pensado se haría una realidad, tenía que irse.

"¡Alto-o!"

"¡Si se va esto será considerando traición! ¡Será tachada como una kunoichi renegada rango S! ¡Será cazada por todo el mundo!"

"¡No puede dejar su aldea! ¡Está traicionando el legado de su abuelo!"

"¡Por favor Tsunade-sama!"

La legendaria Sannin los ignoro a todos, a cada una de las personas que la amenazaban o rogaban para que se quedará, nadie haría la diferencia para la kunoichi que junto a su estudiante solo salió de la sala.

El único que se mantuvo en silencio fue Danzo, con calma se levantó de su silla para acercarse lentamente a dónde estaba el sombrero rojo, sus manos casi parecían temblar cuando lo tomo.

"Llamen al Daimonio en la nación del fuego, alerta roja, necesitamos de inmediato la reelección de un nuevo Kage, y yo me nomino como el mejor candidato"

Nadie notaría el débil brillo rojo bajo las vendas del lado derecho del buitre de la segunda guerra, que aunque por fuera mantenía una expresión de piedra, por dentro la felicidad que sentía era gloriosa.

Su momento apenas estaba empezando.

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Jiraiya ignoro todo a su alrededor.

Las luces.

La peste a alcohol y sudor.

El perfume femenino en el aire y sus risas.

¿Por qué uno de sus lugares favoritos le traía esa sabor desagradable?

Los últimos años habían sido iguales, ese hueco de culpa que hacía que todo perdiera su valor y sentido, por más que se hundiera en el bajo mundo queriendo solo olvidar.

Mujeres.

Alcohol.

Ser consumido por estás adicciones que sabían tan poco.

"¡Ero-sannin este lugar es increíble!"

"Vamos chico, solo son las luces de la capital"

"Oye nunca vine a un lugar como este, ¿Qué es eso?"

"Un puesto de karaoke, donde la gente va a cantar o cosas más interesantes, tú me entiendes~"

"¿Por qué me guiñas el ojo? ¡Quieta esa mirara rara viejo asqueroso!"

"¡Mocoso tarado!"

Jiraiya apretó la copa de la que estaba bebiendo, ante los recuerdos de los momentos que vivió con el mocoso, que lo había puesto en cada situación.

"¡Ero-sannin! ¡Ero-sannin!"

"¡¿Qué carajo pasa?!"

"¡Son las cinco de la mañana y el dueño del hotel está golpeando la puerta!"

"Pues dale el dinero y que deje dormir"

"Lo gastaste todo viejo tonto"

"Oh… ¡Abre la ventana y toma todo lo que puedas!"

"¿Qué?"

"¡Toma todo lo que puedas y tírate por la ventana!"

"¿Eso no es deshonesto?"

"Este lugar será clausurado de todas formas a medio día, es un establecimiento ilegal, la misión era entrar y robar documentos que prueben este fraude, y como soy un hombre multitareas pues bueno, soy increíble"

"Oh… ¿Puedo llevarme el mini refrigerador? El de mi departamento apenas funciona"

"¡Claro! Yo voy a asaltar la bodega"

La copa de vidrio se terminó rompiendo en pedazos en sus manos, no le importaba los trozos de vidrio que se incrustaron en su mano derecha.

Esa vez en que la princesa Tsunade le encargó la misión de hurto y cierre de un hotel de mala muerte, no pudo evitar llevarse a su aprendiz, todo termino con la misión cumplida y ellos por las calles llevando a cuestas todo lo útil.

Aún escuchaba los regaños de Tsunade-hime por sus acciones, pero no sé arrepentía, había sido divertido.

Con la cabeza baja más recuerdos vinieron a su mente.

"Oye nena, no quieres divertirte"

"Oh~ que lindo eres, ¿Cómo te llamas bebé?"

"¡No soy un bebé! ¡Soy Uzumaki Naruto!"

"Que tierno eres, ven conmigo a un lugar más privado"

"¿Eh?"

"¡Oye espera! ¡El es solo un mocoso!"

"Piérdete anciano"

Su risa era amarga, recordando cómo tuvo que rescatar a su alumno que fue arrastrado por ese mujer a las habitaciones privadas, aunque tenía que haberse sentido orgulloso, sabía que Kushina bajaría de los cielos para matarlo si dejaba que su hijo perdiera su virginidad con una prostituta.

Levantándose de su silla, salió del lugar lanzado dinero sobre la mesa, caminando por las concurridas calles ignoro a todas las demás personas que transitaban, chocando con varias de ellas, no se molestó en contestar los insultos de varios de ellos por chocar.

Llegando hasta un callejón, su mirada borrosa se dirigió hasta una máquina expendedora.

El legendario Sannin de los sapos se quedo mirando lo que parecía ser horas, una paleta doble, una que venía en un solo paquete y se podía partir a la mitad para dos personas.

Dos personas.

"Oye niño, ¿Aún sigues vivo?"

"Hmmm"

"Tomare eso como un sí, llevas ya varios días sin descanso intentando aprender el Rasengan, ¿No crees que hora de un descanso? Siéntete y toma"

"¿Una paleta?"

"No hay nada como comer una a la sombra de un árbol con compañía"

"Cierto"

Espalda con espalda, maestro y alumno se sentaron bajo la sombra de un árbol, para comer sus respectivos helados, solo disfrutando del sonido del crujir de las hojas por el viento y la vista.

"Tengo que decirlo chico, nunca vi a nadie tan loco cómo tú, parece que nada te detiene cuando quieres hacer algo"

"¡Claro que no! ¡Nada detendrá al futuro Hokage!"

"¡Ja! Tanta confianza para un enano bocón"

"No soy enano… solo de lento crecimiento"

"Si claro, aunque no temas, te diré el secreto para más alto"

"¡¿En serio?!"

"Claro, el secreto es crecer"

"¡Púdrete Ero-sannin!"

"Oye oye oye aún te queda energía para pelear ¿eh?"

"La suficiente para patearte el trasero"

"Hmmm… ¿Y si lo dejamos para mañana? Tengo hambre y seguro tu también, vamos a comer algo, yo invito"

"¿Ramen?"

"No, si quieres crecer de verdad tendrás que comer más que eso, así que hoy será barbacoa y mucha ensalada"

"Oh bueno, sigue siendo comida"

"Ven chico, la noche aún es joven, súbete"

"¡Wow! ¿Qué haces?"

"Vemos, puedo ver como tiemblan tus piernas, apenas puedes estar de pie, por esta vez te llevare en mi espalda, aunque no te acostumbres"

"Ya quisieras Ero-sannin"

*Golpe*

"Oh vamos, se que te gusta, tienes un complejo paterno más que obvio"

*Golpe*

"¿Verte como mi padre? Si claro, más bien eres el abuelo pervertido"

*Golpe*

"¡Mocoso torpe! ¡Ya te lo eh dicho! No soy un pervertido… ¡Soy un súper pervertido!"

*Golpe*

"Bueno… aún siendo un pervertido, te puedo considerar mi abuelo raro que solo aparece para pedir dinero y arrástrame quien sabe a que burdel"

"Yo te considero entonces mi nieto retrasado y enano, que no conquistaría una chica ni aunque su vida dependiera de ello"

*Golpe*

*Golpe*

*Golpe*

*Golpe*

Todos los transeúntes en las calles se asustaron cuando escucharon los golpes duros y los rechinidos metálicos de la máquina expendedora, que termino hecha pedazos por los golpes del sabio de los sapos.

Ebrio, enojado y adolorido.

Cegado por sus emociones destrozo la máquina y no se detuvo hasta que la lanzo a un lado, y sus nudillos sangraron cuando comenzó a golpear el muro del callejón.

Con un grito de furia, termino rompiendo en el muro con un último golpe.

El silencio fue largo y los transeúntes sabiamente se fueron al ver la mirada mortal de Jiraiya, esto fue suficiente para que todos se alejaran y lo dejarán solo.

Respirando con pesadez y lentitud, se dio la vuelta para dejarse caer contra el muro destruido.

Con sus nudillos teñidos de sangre, paso sus manos por su rostro cuando sintió las gotas de lágrimas bajar por sus mejillas.

¿Cómo había terminado así?

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"Lo hiciste bien Haruno"

"Gracias señor"

Lavándose las manos luego de haberse quitado los guantes cubiertas de sangre, la adolescente de cabello rosa agradeció cuando una de las enfermeras le ayudo a quitarse las batas de protección.

Se sentía cansada luego de una operación de casi tres horas, en que tuvo que retirar un tumor cerebro de un niño de cinco años del clan Nara, muchos habían dicho que era un caso que requería la misma atención de la legendaria Sannin de las babosas.

Pero ella tenía sus propias preocupaciones, por lo que el director del hospital le pidió a una de las doctoras en práctica que lo asistiera para esta cirugía tan importante, y no se equivoco en su elección.

La chica era una genio, parecía archivar todas enciclopedias y libros de medicina, biología y tenía un control de su chakra tan delicado y preciso que jamás pensó ver en una civil.

"Tus prácticas terminan hoy Haruno, desde mañana te quiero trabajando conmigo"

"¿Enserio-o señor-r?" ella no pudo evitar tartamudear de la emoción, muchos otros practicantes tenían entre 22 y 24, eran lo mejor de lo mejor, y que la eligiera a ella para ser su mano derecha a sus 18 era un honor, "¡No-o lo defraudaré!"

"Se que no lo harás, ve a darle las buenas noticias a los padres, yo tengo que hablar con algunos socios, le diré que por fin encontré una aprendiz digna de mi tiempo"

"Si señor"

Sakura se sentía tan orgullosa de la persona quien era, jamás pensó que sería tan buena ayudando a las personas, desde dolores de estómagos, heridas por misiones y las enfermedades más extremas, ella jamás dejaría de darlo todo y sin importar quién fuera su paciente, su vida era valiosa y por nada dejaría que se perdiera.

"Tu… ¿Estarías orgulloso de mi Naruto?" se pregunto al detenerse y mirar por la ventana, una suave brisa agitar las hojas de un árbol.

Ella fue sacada de sus pensamientos cuando fue repentinamente abrazada, por la mujer Nara, la madre del niño del que acababa de salvar la vida, el escuchar sus agradecimientos entre lágrimas de felicidad, hizo que ella sintiera su corazón latir con tanta fuerza.

De seguro estarías orgulloso de mi…

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"¡Miren oferta de dos por uno! ¡Que suerte!"

"Quiero un ramen de cerdo por favor"

"Yo quiero uno vegetariano, gracias"

"Yo de carne de vaca"

"¡Samui mi joven aprendiz, no comas más de esa carne porque no habrá un sostén que pueda contener a tus bebés!"

"¡Deje de rapear sensei! ¡Nada de eso siquiera rimo!"

Ayame tuvo que reírse por la forma tan singular de actuar de sus clientes más recurrentes, que era también uno de los equipos más reconocidos para Kumo.

Samui.

Karui.

Omoi.

Killer bee.

El jinchiruki llevada siendo maestro y guía para estos tres adolescentes desde hace años, y ella tuvo que gusto de verlos crecer y madurar, uniéndose más como un equipo, parecían una familia muy extraño, pero también increíblemente agradable.

Habían llegado a Kumo hace años, pero parecía mucho menos, apenas se instalaron el y su padre tuvieron que poner mucho de ellos para abrir su restaurante, después de todo incluso los civiles tenían sus problemas para pasar de una aldea a otra.

No sería la primera vez que se usarán civiles como informantes, y el castigo de ser descubiertos era grave, y no ayudaba que fueran de Konoha.

Tanto Konoha como Kumo tenían una historia complicada.

Pero por suerte Tsunade-sama había mandado un mensaje directo al Raikage, uno que decía que ellos eran personas de confianza y que ponía incluso su nombre en juego, con tal de darles y asilo, y que por favor cuide de ellos.

Que el mismo Kage imponente de Kumo, dijera que aceptaba esas condiciones, como un favor personal que le debía a la legendaria Sannin de las babosas.

Esa la conmovió a ella y su padre, y siempre estarían agradecidos por eso.

"¡Orden lista hija!" grito desde la cocina Teuchi, que sirvió las órdenes correspondientes en cada tazón, que su hija tomo para servirles a sus clientes, que ya podían captar el aroma celestial que hizo que sus estómagos gruñeran.

"¡itadakimasu!"

Mientras los shinobis y Kunoichi comían como si no hubiera un mañana, Ayame miro de reojo varios cuadros que colgaba en la pared, una de ellas era una foto de hace ya mucho tiempo.

De ella de once años, luchando por intentar bañar a un pequeño Naruto de cinco, que estaba haciendo una lucha campal contra ella para evitar que lo lavaran con un cepille.

Otra era de su padre, intentando cortar el cabello de un Naruto de seis años, que parecía espantado por el corte de tazón que el cocinero de Ramen le hizo.

La siguiente era un sonrojada Naruto de diez entregándole una rosa a una alegre Ayame por el día de San Valentín, que le fue devuelto en un fuerte abrazo y un beso en la frente.

Otra era Teuchi tratando de clavar unas tablas sobre el techo de su tienda luego de una tormenta, con un Naruto de doce ayudándolo sosteniendo los clavos, la siguiente imagen era una enojada Ayame vendando la mano del Uzumaki, mientras detrás se asomaba su adolorido padre, que al parecer recibió un golpe de su hija por golpearle los dedos al pobre chico.

La última imagen, era de ellos tres abrazados, con Naruto exhibiendo con orgullo la bandana en su frente, una de las últimas fotografías de ellos juntos, fue la pequeña celebración que tuvieron cuando por fin el Uzumaki se convirtió en Gennin.

"¿Ayame?" Samui dejó de comer al notar la mirada afligida de la chica castaña, que salió de sus pensamientos cuando noto que lágrimas bajaban de sus ojos, "¿Todo bien?"

"Si-i, solo estaba pensando en alguien especial"

"Oh… ¿Era alguien especial?"

"No… era familia"

Teuchi miro con tristeza como su hija se disculpo cuando se excusó que tenía que revisar el almacén, seguro para que no la vieran llorar, el mismo tampoco podía ver todas esas fotografías y sentirse afligido.

Un nuevo hogar, nuevos conocidos y amigos, y aún así nunca olvidarían al que no sólo era su mejor cliente, sino también un miembro más de su familia, y nunca lo olvidarían, no podrían.

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Una importante reunión en la mansión Hyuuga se estaba llevando acabo, una que normalmente pasaba solo una vez al año en que todos los de la rama principal eran reunidos en un solo lugar.

Las doncella de las ramas secundaria mantenían la mirada baja mientras servían té y bocadillos a sus amos, que irónicamente eran su propia familia, familia que los trataba como si ellos fueran inferiores.

Clase alta y bajo.

Buena y mala suerte.

Privilegio y ordinario.

La gran brecha que había entre ellos nacía de cualquiera de sus factores.

"Hiashi-dono, ¿A qué se debe está reunión tan precipitada?" cuestionó uno de los tantos ancianos del concejo, que por su rostro se notaba la poca paciencia que tenía al estar sentada esperando a que la reunión de inicio.

"¿Disculpe?" El líder del clan dejo de deber su té al escuchar eso, "Yo no convoque esta reunión, recibí una nota que pedía una convocatoria pedida por ustedes, los del concejo"

Todos en la sala se quedaron helados, si ni su líder ni como tampoco su concejo pidió está reunión, ¿Quién fue?

La respuesta vino con golpe de la puerta ser abierta.

"¿Neji?"

"Tío"

El saludo entre tío y sobrino fue sobrio y cortante, la mirada de los dos lo decía todo.

"¿Qué has hecho?" Hiashi levanto su mano para evitar que alguien de la rama principal intentará atacarlo, cualquiera de ellos terminaría muerto antes de ponerle un solo dedo encima a su sobrino.

"Lo que tenía que hacerse hace mucho" Neji no se molestó en mirar a los demás presentes, toda su atención estaba sobre su tío, tomando asiento frente a el, inclinó la cabeza, "Necesito que seamos escuchados"

"Tu osadía está fuera de lugar mocoso"

"Un miembro de la rama secundaria no tiene lugar aquí"

"Has de saber que las consecuencias que te esperan serán terribles"

"Es suficiente" Hiashi detuvo a los ancianos de la rama principal, con una mirada mortal que fue devuelta con la misma intensidad que su sobrino, asintió con la cabeza, "Tienes 2 minutos"

"Nosotros los de la rama secundaria hemos soportado de sus abusos desde incluso antes que existiera el chakra, el menosprecio y oído por parte de la rama principal, que ahora incluso hace la vida miserable de las personas de su misma rama, es algo vergonzoso"

"Un minuto"

"Sin embargo, en su arrogancia de creer que tienen nuestros destinos en sus manos, no han visto el panorama completo, yo lo he hecho y por eso, temo que habrá de hacerse algunos cambios, grandes"

"10 segundos"

"Solo necesito uno"

Todos lo sintieron, de pronto una de las peores sensaciones como lo era un calor tóxico y sofocante que venía desde su interior, fue algo que dejó paralizados a todos los de la rama principal, que se quedaron el shock.

Neji asintió con la cabeza y varias personas de la rama secundaria entraron, cada uno de ellos con el sello en su frente en exhibición y tomando posiciones detrás de cada uno de los miembros de la rama superior.

"De las personas que ustedes han abusado tanto tiempo… somos de quienes dependen, somos quienes cocinamos su comida, somos quienes limpiamos sus baños, somos quienes criamos a sus ojos desde que nacen hasta que se convierten en ustedes"

"…" Hiashi intento hablar, pero ni una sola palabra salía de su boca abierta, estaba completamente paralizado, y solo podía ver cómo su sobrino camino hasta arrodillarse y quedar al nivel de sus ojos.

"¿Lo sientes verdad? Esa desagradable sensación de no tener el control, de no poder hacer cuando alguien tiene tu vida en tus manos, nosotros lo llevamos sintiendo toda una vida… pero no más"

Los de la rama principal, mujeres, hombres y ancianos, los principales cabeceras de la rama, miraron con horror como los Hyuuga que estaban detrás de ellos, sacaron un kunai.

"Ne… ji" el jefe del clan intento hacer algo, lo que sea, sin embargo sus ojos quedaron en blanco, cuando un kunai se enterró en su garganta.

Neji abrazo a su tío, mientras hundía el arma en su cuello, hasta que lo sintió dejar de moverse, con la sangre manchando su rostro y ropa, miro sobre su hombro al resto de la rama secundaria, que ya había hecho lo mismo que el.

La rama principal fue exterminada, al menos las personas más importantes.

Con una mirada difícil de descifrar, Neji se puso de pie para abrir la puerta principal, donde quedó frente a frente con una shoqueada Hanabi, que estaba paralizada frente el.

Dando un profundo suspiro, el se inclinó para quedar al nivel de sus ojos, la misma forma que lo había hecho con su tío, solo que esta vez le ofreció una sonrisa triste a su prima.

"No dejes que los pecados del clan Hyuuga se repitan…" murmuró de forma suave al oído de su prima, que temblando asintió con la cabeza lentamente.

Saliendo de la habitación lleno de cuerpos, que empezó a ser limpiado de inmediato por varios de la rama secundaria, Neji salió de la casa, hasta que se quedó solo de pie en el pórtico, no paso mucho para que varios Anbu aparecieran alrededor de el.

Levantando sus manos como rendición, dejó que lo arrestaran.

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Una vez mas…

Nada había cambiado…

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Era la pregunta que pasaba por la mente de Sasuke, que estaba con la espalda contra la pared, cubierto de heridas y con su chakra casi en cero, mirando con la mirada perdida al cuerpo inmóvil de su hermano mayor a sus pies.

La batalla legendaria había llegado. Los dos últimos Uchihas en una batalla a muerte. Una que estaba predestinado desde la caída del clan, que vio su fin y casi extinción a manos de uno de sus miembros.

El hijo mayor de su jefe de clan nada menos.

Sasuke había entrenado para esto. Todo lo que había hecho era solo para llegar a este momento.

Todo ese entrenamiento.

Todas sus acciones.

Su traición.

Tanto… ¿Para que la historia volvería a repetirse?

Su hermano mayor se contuvo, no, no solo se contuvo, sus movimientos eran lentos y torpes a comparación de la última vez que se vieron, y sus ojos, notaba la ceguera que había en sus ojos que ahora eran casi blancos.

¿Ese era el precio del Mangekyou Sharingan? Un poder tan grande, que apenas se molestó en usar en toda su batalla.

Apretando los dientes hasta casi romperlos, Sasuke cayó de rodillas ante el cuerpo de su hermano mayor, aún con su chakra agotado, sus ojos brillaron cuando su Sharingan se activó.

"¡Ya verás! ¡Te voy a derrotar algún día!"

"En tus sueños perdedor"

Nunca lo vio como un oponente que valiera su tiempo en el pasado.

"¿Acaso estás asustado gatito miedoso?"

Tampoco como un rival, pero al menos el tenía una determinación que lo empujaba a mejorar.

"¿Qué pasa con esa mirada? Gatito asustado…"

El era fuerte, fuerte ante un oponente que hizo que quebrada su voluntad con solo una mirada, que rompió esa ilusión de que en todos los años algo había cambiado.

"Naruto… tu de todas las personas, es con quién más deseo pelear"

El era la persona de la que su hermano mayor le hablaba, de un rival que siempre te empujaría a tus límites, uno que estaría detrás de ti esforzándote por llegar a tus pasos y hacer que los dos se fortalezcan juntos.

"Ve a buscar tu banda, te espero"

"No te preocupes, porque no lograrás hacerme un solo rasguño en la frente"

"¡Nada de eso! Tienes que usarla, porque está batalla sera entre dos camaradas de Konoha, dos rivales, dos amigos"

¿Cuándo… la brecha se volvió tan grande?

¿Cuándo se vio ensombrecido por la sombra de la persona que despreció?

Aún cuando reconocía su poder y rivalidad, el no dejaba de fortalecerse y hacerse más y más fuerte. Y sin importar lo que hiciera, no podía estar a su nivel.

¿Cuándo Naruto se volvió igual a Itachi?

¿Cuándo lo superó tanto que ni siquiera en sus batallas más feroces y brutales nunca ellos dos… fueron con la intención de matar?

¿Por qué? ¿Por qué sin importar lo que hiciera? No podía salir de las sombras de ninguno de los dos.

A pesar de que los dos ahora estaban muertos, sentía esa furia y desesperación de saber que nunca podría estar a la altura, de saber que sin importar lo que haga jamás sería ese el que los superara.

¿Por qué nada era suficiente?

"…" los ojos del último Uchiha empezaron a sangrar cuando el patrón de su Sharingan empezaron a cambiar, los puntos se unieron y deformaron para tomar una nueva forma, una estrella de seis puntas.

Sasuke grito con todas sus fuerzas, hasta casi el punto de que sus cuerdas vocales se cortaron, por las emociones que estaban en su pecho.

Irá.

Furia.

Frustración.

Odió.

Mucho odió.

Odio contra su hermano mayor.

Odio contra Uzumaki Naruto.

Odio… contra si mismo.

El adolescente termino cayendo con pesadez contra el suelo, como un títere sin hilos por el agotamiento tanto físico como mental, que lo dejo casi en coma.

Ambos hermanos quedaron tirados uno junto al otro, inmóviles.

Uno muerto y el otro vivo.

Y una persona que lo estaba observando todo.

"Vaya… vaya… vaya… todo está tomando un rumbo tan inesperado"

Un vórtice extraño salió de la nada, apareciendo en el campo de batalla junto a los dos hermanos Uchiha.

Una máscara naranja y nubes rojas, era lo que distinguía al recién llegado, que se arrodilló junto al más joven de los hermanos, para golpear levemente sus dedos contra su pecho, solo para asegurarse de que aún respirara.

Las nubes de tormenta en el cielo se oscurecieron y los relámpagos rugieron por la fuerte tormenta que cayo sobre el campo de batalla.

"Uno de los Uchihas con más potencial muere y el otro más inestable vive"

Del suelo surgió un extraño ser que parecía estar dividido en dos partes, una blanca y otra negra, cada una con su propia voz y mente, que le dieron miradas diferentes a los dos hermanos en el suelo.

"Es lo mejor, Itachi tenía sus propias metas y objetivos" murmuró con frialdad el enmascarado que miro de reojo el cuerpo del Uchiha mayor, que desapareció en un vórtice que venía de su ojo izquierdo.

"Este también los tiene y dudo que le interese el objetivo de Akatsuki, deberíamos matarlo"

"No" negando con la cabeza, el enmascarado paso su mano por el rostro de Sasuke deteniéndose sobre sus ojos, "Tal vez no podríamos controlarlo, pero si dirigirlo hacia nuestros obstáculos, después de todo, siempre necesitaremos a personas que hagan el trabajo sucio"

El cuerpo del último Uchiha se deformó cuando fue absorbido por el ojo izquierdo del enmascarado, que una vez termino, se puso de pie.

"Espero sepas lo que estás haciendo, ya estamos teniendo demasiados problemas con la ausencia del Kyubi, aún no hay rastros de su regeneración, nunca en mucho tiempo había tardado tanto en renacer"

"Hay otros medios" dijo con sequedad, no interesado en la ausencia de una de las bestias con cola, "Akatsuki a estado demasiado tiempo inmóvil, es hora de que pongamos en marcha el plan ojo de luna"

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

¿Qué les parece?

Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias.

Y bueno mi gente, por más que me gustaría decir que voy a volver con capítulos semanales, la verdad es que este será mi última año como estudiante y el próximo si todo sale bien, ya tendré mi titulo.

Así que los capítulos a publicar serán dos por semanas, o una de cada historia, depende de cuál este más al día, haré que funcione, espero me tenga paciencia.

Además ahora Mirio está increíblemente a full con una historia que oigan, está buenísima, zombies, mujeres exageradamente tetonas y el ecchi por las nubes, pero una buena historia de fondo.

Si llega el día de mi retiro, espero que Mirio se quede con mi página, después de todo la antorcha tiene que pasar algún día a otro, ¿Por qué no mi amigo pajero y sin futuro?

Mirio: ¿Sin futuro? Chupala Gil, ni bien me recibo me hago policía y me chupa un huevo todo, pero también tira el trabajo para una ferretería que tiene mi tío, todo sea por algo de plata que me haga dejar la casa.

Ya oyeron al papá de los vírgenes, así que bueno, no tengo más que decir mis lectores.

Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.

WTF ._.

Búsquenlo la puta madre, búsquenlo y manden link >:v

Algo anda mal.jpg

Amo a mi México por esto XD

Una de las razones por las que amo LATAM XDXDXDXD

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