Hola todo el mundo, estamos aquí de nuevo con otro capítulo de 'Una llegada inesperada'.

Y bueno, las clases han empezado y ya tengo el cuchillo listo para cortarme las bolas.

En fin, no todo se puede y estaré subiendo menos capítulos semanales, espero poder llegar al menos uno por semana o cada dos semanas.

Sí, mucho menos a lo acostumbrado, pero es lo que hay, espero puedan tener paciencia.

En cuanto a sus comentarios…

Uffff.

La verdad muy dividida la cosa.

Me gusta que cada uno haya dejado su opinión, será de mucha ayudada para desarrollar la historia, tanto los lectores de Wattpad como de Fanfiction, muchas gracias.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 23: La biblioteca…

El viaje era incómodo.

Al menos para los soldados de la nación del fuego, que tenían que seguir en sus puestos, monitoreando todo para que el gran tren/taladro siguiera funcionando como debería y que no disminuyera la velocidad en lo más mínimo o se enfrentarían a la furia de su General.

La general Sui.

Una mujer que por ningún motivo debía de ser molestada, a menos que quieras terminar reducido a cenizas.

Ahora mismo ella, estaba en su camarote, sin su armadura y vistiendo solo ropa ligera, bebiendo de la mejor compañía de uno de los hombres más peligrosas de todos los continentes.

"¿En serio tengo que llamarte Shòukǔ?" pregunto curiosa la maestra fuego que le sirvió una copa a su invitado, que con calma bebió.

"Los nombres no importan"

"¿Entonces por qué usar ese apodo? Esperas que el solo decir tu nombre, todos huyan como niñitas asustadas, Shòukǔ~… Shòukǔ~… Oye, ¿Qué te parece? Da un poco de miedo decirlo"

Divertida la mujer bebió de su taza hasta dejarla vacía y dio un suspiro de alivio por el alcohol, que ya circulaba por su sistema.

"Eh escuchado mucho de ti, el gran Shòukǔ, el guerrero definitivo, la encarnación de la muerte, y más nombres estúpidos que no me interesan, pero si me interesa tu historia"

"…" Él se mantuvo en silencio, viendo como esa extraña mujer se inclinaba en su silla, pensativa.

"Apareciste en la nada en las filas de nuestro ejército, un guerrero no doblador que solo tenía sus puños para defenderse y atacar, fue una sorpresa para todos ver cómo siempre regresabas de las batallas, cubierto de sangre, pero sin un solo rasguño… eso es raro"

Sui dejo de mover su silla, para sentarse erguida y mirar a los ojos al hombre ante, que en el tiempo que llevaban aquí, seguía con esa expresión dura y aburrida.

"Hace unos años hubo un rumor, de un saldado y su pelotón de no dobladores que transportaban suministros para uno de los tantos pueblos locales, ellos se quedaron atrapados en las montañas, rodeados de cientos de maestros tierra… ninguno de esos maestros vivió para contar lo que sucedió, pero si esos soldados del pelotón"

"…" el guerrero notaba como la mirada de la maestra fuego había cambiado, dejo se ser burlona, para ser ahora una más curiosa e incluso alegre.

"Todos dijeron ver cómo un soldado de 17 años, peleo a puño limpio destrozando a sus enemigos, que él no peleaba como un hombre, peleaba como un maldito monstruo sediento de sangre…" el cuerpo enteró de la maestra fuego parecía estremecerse, con una sonrisa que crecía a cada segundo.

"Yo no peleo como un monstruo… soy un monstruo"

"Ah~ tenemos a un acomplejado" de forma burlona Sui froto uno de sus pies contra la pierna del guerrero, que no parecía interesado en su insinuación, "No sabes cuánto amo ver, como alguien hace dar miedo en el corazón de sus enemigos y luego acabarlos sin piedad" ella no se detuvo en solo acariciarlo con su pie.

Su mano se deslizó por la mesa, para llegar hasta la del gigante, que levantó una ceja cuando la general acarició su mano, con un toque tan suave y seductor que haría a cualquier hombre enloquecer.

Sin embargó, de un momento a otro la sonrisa de ella desapareció, la atmósfera tuvo un cambio más tenso y pesado, en que las miradas de ambos chocaban.

"Sabes… siempre pensé que el secreto detrás del poder, son tus razones para tenerlo, puedes querer poder para ganar fama, para hacer justicia, como también para tener venganza, y me interesa saber… ¿Qué te ser tan fuerte?"

"El odio"

"…"

"El odio contra ustedes, los maestros elementales que han abusado de un poder que los humanos jamás debieron de haber poseído, sus actos han llevado a este mundo a la oscuridad y el caos"

"Es cierto" Ella no lo negaría, los dobladores fueron siempre las personas que empezaban todo, conflictos, guerras y muerte, si algo de eso pasaba, ellos tenían que estar involucrados, "El poder corrompe, no esperes darle una antorcha a un niño y que este no queme un bosque"

"Yo voy a arreglar todo"

"¿Arreglar todo?" Pregunto de nuevo interesada la maestra fuego, por ese brillo en los ojos de su invitado.

"Arreglar este mundo…"

Ambos se quedaron en silencio, mirándose uno al otro, mientras su transporte seguía su camino a un destino incierto.

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El equipo Avatar se había tomado un descanso, hace unos días que habían abandonado el pueblo con un nuevo integrante en su equipo, que se había convertido en la maestra del nómade aire.

Que, aunque tuvo sus dificultades y problemas con la bandida ciega, logró sobrellevarlos y adaptarse, pudiendo aprender a dar los primeros pasos para la tierra control.

Pero el avatar no era el único quien estaba avanzando.

En el medio de un claro en el bosque, Naruto estaba de pie, sosteniendo en su mano derecha una kunai, mirándola unos segundos, tuvo un dolor fantasmal de los disparos que había recibido ya hace tiempo en el polo norte.

Tenía que ser más rápido.

Tenía que tener mejores reflejos, que le permitan reaccionar ante un futuro encuentro con esas armas.

Usando toda la fuerza que tenía en su brazo derecho, piso con fuerza y arqueo la espalda para arrojar el arma blanca, que cuando se escapó de sus dedos, salió dispara a toda velocidad siendo invisible para el ojo humano no entrenado.

El impacto no se hizo esperar y atravesó como si fuera papel el primer árbol, para seguir su camino y terminar enterrada a la mitad del segundo árbol, ese era el resultado de usar toda su fuerza bruta al lanzar un kunai.

Que tal vez solo era una ¾ (tercera cuarta parte) de la velocidad que alcanzaba la bala disparada por un mosquete.

1.332 kilómetros por hora.

370 metros por segundo.

Usada a menos de 30 metros de distancia para una presión alta, y con un alcance de casi 250 metros.

Era… un arma muy peligrosa, más aún considerando que era usada en grupo, un grupo de 20 soldados casi lo matan.

Tenía que fortalecerse para poder superar este obstáculo.

"…" cruzando sus dedos Naruto hizo que a su alrededor hubiera un estallido masivo de humo, en breves segundo aparecieron cientos de clones que llenaron el amplio campo verde, que se volvió amarillo y naranja.

"Jefe está es una de las ideas más estúpidas que hemos hecho hasta ahora, y eso que una vez intentamos cocinar ramen comiéndolo crudo y beber agua hirviendo"

"Si te quieres matar, solo vamos a buscar a Azula y dale una nalgada, te aseguro que ella te disparara un relámpago en toda la cara"

"Si… pero valdría la pena" murmuró él shinobi recordando a la chica, se preguntaba que era de ella ahora, negando con la cabeza dejo de pensar en eso, tenía que hacerlo, "No tengo que decir el que vamos a hacer, todos son yo, pero sino me ayudan, los hare desparecer y hare aparecer a otros que si lo harán"

"…"

"Bien…" Naruto se plantó firme arrastrando la tierra bajo sus pies, sacando un par de kunai los apretó con fuerza en sus manos, no podía ignorar el sudor frio bajar de su frente y temblor en sus manos, cuando escucho como todos sus clones sacaron sus propias kunai.

"Estas cavando tu propia tumba jefe"

"No sé si debo de considerar esto homicidio o suicidio"

"Esto terminará mal…"

"Estoy…" dando un profundo suspiro el shinobi levantó la mirada, todos sus clones estaban apuntando contra él, sin poder evitarlo sonrió, no podía evitar sentirse emocionado, de una forma extraña, "¡Listo!"

Lo último que se escuchó en el bosque, fue el eterno silbido de cientos de kunai, que fue seguido del rechinante sonido del chocar del metal, que termino con el salpicar de la sangre.

##### Dos semanas después #####

"¿Dónde está Naruto?" Al otro lado del bosque, estaba el equipo Avatar en su campamento improvisado, ya estaba anocheciendo y esto preocupaba a los adolescentes que no vieron al shinobi del grupo en todo el día.

Últimamente había estado muy alejado de ellos, solo lo veían temprano en la mañana y luego al anochecer, siempre muy cansado, poco después de comer como ellos, caía como un tronco para dormir hasta el siguiente día.

"Explorando y aprendiendo hechizos, no lo sé" Sokka estaba demasiado concentrado en pescar en el río, como para preocuparse por el chico de cabello dorado, "Además, ¿Tengo que preocuparme por alguien qué es obviamente 100 veces más fuerte y rápido que yo? Es como preocuparse de que Momo se coma a Appa, no tiene sentido"

Los dos animales se miraron un momento, y el mono volador voló a la seguridad del cuello del monje, cuando el bisonte le dio una mala mirada.

"¿Crees que tengamos que ir a buscarlo?" Katara sabía que el chico era ridículamente fuerte, pero aún seguía siendo un niño, al menos para ella.

"Creo que, si" bajando de la roca del que estaba meditando, Aang pensó que tal vez era hora de ir a buscarlo, "No creo que este lejos"

"No hay que salir a buscarlo" Los adolescentes voltearon para mirar a una sería Toph, que tenía sus manos apoyadas en el suelo y ladeo la cabeza en dirección a la maleza del bosque, "Él está aquí"

"Preparar una fiesta sorpresa para ti, no tendría sentido Toph"

Las miradas de todos se dirigieron a dónde vino esa voz y se quedaron frío al ver la sangre cubrir el cuerpo del chico ninja, que a paso lento camino hasta ellos y se dejó caer con pesadez en un tronco.

"¡¿Estás bien?!"

El equipo Avatar se alteró pensando que estaban siendo atacados, y que el hechicero tuvo que enfrentarse a ellos.

"Creo… que el entrenamiento se fue de las manos" lentamente Naruto fue sacando las kunai clavadas en su espalda, tenía que mejorar la defensa en su retaguardia.

"¿Entrenamiento?" Katara sentía su estómago revolverse por el desagradable sonido de la carne, cuando el shinobi siguió sacándose esas cosas de su cuerpo, para dejarlas caer y tan pronto como tocaban el suelo, desaparecían en un estallido de humo.

"Eres un maldito loco" Toph podía sentir el corazón del chico latir como loco, haciendo que la sangre saliera más rápido de sus heridas, que para su confusión se iban cerrando aún ritmo muy acelerado a lo normal.

"¿Qué clase de entrenamiento?" Sokka había notado al igual que la bandida ciega, que las heridas del chico se estaban cerrando y curando.

Ya estaba dudando que este chico siquiera fuera humano.

Con un gruñido Naruto se puso de pie, y movió su cuello hasta hacerlo tronar, caminando lentamente fue hasta la bolsa del hermano mayor de la tribu del polo norte.

"Dispara cuando quieres Sokka"

"Ok" el adolescente no lo pensó dos veces y ya tenía el cañón del arma apuntando a la cabeza de su amigo.

"¡¿Y luego preguntan por qué los hombres viven menos?! ¡Dame eso!"

Katara tuvo que quitarle el arma para evitar ver una estupidez, que se podría convertir en tragedia.

"¿Qué? El me lo pidió"

"Si Sokka no dispara ¿Yo puedo hacerlo?"

Toph solo necesitaba tomar el arma y apuntar dónde estaba el shinobi, sentía curiosidad de cómo se sentía disparar esa cosa que tanto parece amar Sokka.

Que Incluso ya le puso nombre.

'Betsy'

Si le preguntaban a ella, ese parecía el nombre para una anciana, pero no se pondría a juzgar ahora, era tiempo de tomar un arma de fuego y dispararle en la cara a su amigo.

"¿En serio esperas que te disparemos?" No hace falta decir que Aang, al igual que Katara se negaba hacer algo como eso.

"La verdad si"

"Pues no" la 'figura materna' del grupo se aferró con fuerza al arma, negándose a darle a cualquiera, "Esta cosa es diabólica, solo daña a las personas y me niego a ver cómo dispararán contra un ser querido, yo digo basta a las-"

*Bang*

En su descuido por su discurso, Katara presiono sin querer el gatillo del arma, que para su pánico apuntaba contra Naruto que cayó en golpe seco por la bala que fue directo a su cabeza.

"…"

"…"

"…"

"Katara… ¡Mataste a Naruto!"

Todos estallaron en pánico a ver la sangre bajar de la cabeza del rubio, que estaba inmóvil en el suelo.

"¡Yo… yo… yo… yo no quería hacerlo!" Katara sentía su corazón llegar hasta su garganta, le había disparado a un niño inocente.

"Iré a cavar una tumba" al parecer Toph se lo estaba tomando demasiado bien, ya que de un pisotón ya hizo un pozo de un metro por dos y cuatro de profundidad para el difunto.

"¡Yo no quería matarlo!" Katara estalló en llanto mientras se arrodillaba ante el cuerpo y lo abrazaba contra su pecho.

"Tranquila hermana… nadie aquí vio nada"

"Yo soy ciega, literalmente nunca puedo ver"

"¿Enserio solo se van a deshacer del cuerpo?" Pregunto incrédulo Aang por la frialdad de Sokka y Toph, que ya estaban colocando flores en una cruz de madera improvisada.

"Claro que no, lo tiraremos al pozo y no pasó nada"

"¡Lo siento Naruto!"

En un río de lágrimas, literalmente.

Katara acunaba el cuerpo del chico con su pecho, mientras le daba suaves besos en el rostro, todo sea para mostrar su afecto ante el chico que tanto respetaba y quería.

"¡Eras tan joven! ¡Tan inocente! ¡Tan idiota!"

"Tan increíble…"

"¡Si! ¡Era alguien increíble y maravilloso!"

"Era tan lindo"

"¡Si! ¡Era un niño tan hermoso! Con un rostro tallado por los mismos ángeles y…"

Katara dejo de llorar cuando se dio cuenta que alguien aparte de ella estaba hablando, además estaba sintiendo como un cálido aliento rosaba entre sus senos, bajando la mirada vio a un sonriente Naruto contra su pecho, sosteniendo entre sus dedos la bala que supuestamente le había dado en la cabeza.

"No sabía que me querías tanto, puedes seguir hablando bien de mi" con una sonrisa descarada el chico apoyo su rostro contra el pecho de la chica.

Sabiamente Sokka, Aang y Toph retrocedieron al ver los ojos rojos de la maestra agua.

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Iroh siempre fue una persona mañanera, antes que el sol se asomara en el horizonte, él ya estaba despierto, preparando un delicioso té para ver el bello amanecer de un nuevo día.

Sentado en el pórtico de la vieja casa, el dragón del oeste sonrió con suavidad al ver a una silenciosa Azula dormir en el suelo cerca de él, la chica ya había dormido casi 10 horas, tal vez fue la primera vez en años que podía dormir con paz.

"Tío"

Pero había alguien que se había levantado antes que todos, Zuko se paró ante su tío cargando una mochila y con sus confiables espadas en su cinturón, la mirada del adolescente era dura y rígida.

"Príncipe Zuko"

Iroh no tenía que hacer preguntas, sabía lo que su sobrino haría y no tenía por qué detenerlo, el jamás lo detendría de tomar sus propias decisiones, solo podía apoyarlos y aconsejarlo.

"Tengo que irme, a buscar mi propio camino…"

"Lo entiendo"

"Ahora tienes a alguien que necesita más de tu sabiduría y té que yo" murmuró él príncipe para mirar unos segundos a su hermano menor, que seguía durmiendo, ignorando todo lo que ahora sucedía.

"Ella también necesita de su hermano mayor, no hay nada mejor que el apoyo de la familia"

"…"

"Tú sabes… Que Azula no tiene nada que ver con la desaparición de su madre ¿verdad?" Pocas veces Iroh se dirigió con tanto seriedad a su sobrino como ahora.

"No lo sé"

"Ella solo tenía 5 en ese tiempo, ¿Enserio crees que una niña a esa edad desearía la muerte de su propia madre?"

"Ella nunca fue solo una niña y tú lo sabes"

"…" dando un suspiro Iroh negó con la cabeza, si, Azula de niña parecía una sociópata antipática muy inteligente, que siempre tenía lo que quiera, sin importar que sus métodos fueran cuestionables.

Pero el aún creía que ella tenía redención, el verla llorar en su hombro anoche solo hizo que se lamentara aún más el no haber estado presente para ella a una edad más joven.

Iroh ya no veía a una guerrera calculadora, fría y amenazante que alguna vez fue Azula.

El solo veía a una chica muy cansada, confusa y enojada con todos.

No solo la acompañaría, haría todo lo que este a su alcance para que esté chica pueda enderezar su camino y tener una vida feliz.

Era lo que Ursa hubiera querido.

"Aunque usted no lo crea príncipe Zuko, todos podemos alcanzar la redención… solo debemos de dar el primer paso, admitir que estamos equivocados y buscar un cambió, es una pena para mí… saber que tu aún no lo has dado"

"…" Zuko no dijo nada, solo se dio media vuelta para irse, necesitaba estar solo y pensar.

En cuanto a Iroh, suspiro cansado, la vida se estaban volviendo demasiada complicada para un viejo como él.

Bebiendo su taza de té, disfruto de la maravillosa vista del sol elevarse entre las montañas, en un bello amanecer.

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"Aquí estamos 'El oasis de las palmeras con neblinas'"

"Aang, no te ofendas, pero hasta mi viejo departamento tenía más clase que este basurero"

"Pies locos tiene razón"

"Tengo nombre Toph"

"No me molestes niñita"

El equipo Avatar decidió tomarse un descanso, y que mejor que uno de los lugares más populares hace 100 años, aunque el tiempo no parecía haber sido amable con este lugar, casas de barro rodeando un pequeño iceberg, que no le faltaba mucho para derretirse y ser solo un charlo de agua.

"Vamos chicos, para apreciar un lugar hay que tener la mente abierta" Katara tuvo que ser jalada por Naruto, para evitar ser golpeada en la cabeza por el viejo trozo de madera que colgaba en la puerta, "O tal vez si es un basurero"

"Eh estado en lugares peores" El Uzumaki no tenía de que quejarse, ya había estado en el desierto de Suna en algunas misiones, y ese lugar sí que era el infierno, aquí no era tan malo, "Oigan un bar, hay que ir"

"¿Sabes que eres menor de edad verdad?"

*Pufff*

Sokka tuvo que tragarse sus palabras, cuando el chico en una explosión de humo envejeció hasta la adultez y su cabello se había vuelto negro, la apariencia típica de un viajero.

"Escuchen, si alguien pregunta somos viajeros adinerados y egocéntricos"

"¿Por qué?"

"Porque nadie le agrada la gente adinerada y egocéntrica Aang"

"Ohhhh"

"Y debemos pasar desapercibido" el Uzumaki saco un gorro de paja para la cabeza del monje y tuvo que hacer que su henge, se volviera un poco más moreno, "Seré el padre de Katara y Sokka, en cuanto a Aang y la enana, serán una pareja joven que huyeron de su aldea para vivir su amor prohibido y yo los ayudo a cumplir su sueño"

"Eres un idiota Naruto" gruño Toph que se vio obligada a tomar la mano del monje, para seguir todo el tonto teatro para no llamar la atención.

"Deja de quejarte y sonríe, se supone que estás casada con Aang"

"¿Y eso me tiene que hacer sonreír? Estoy casada con un flacucho vegano calvo y que huele a bisonte"

"¡Oye!"

"Lo siento Aang, ella tiene razón" sin escuchar las quejas del monje, Naruto empujo a su grupo para adentrarse en la pequeña aldea llena de gente que se veía bastante peligrosa, "Y recuerden concéntrense, somos buscados por todo el mundo"

"Oye cariño ¿Quieres divertirte?"

"Hummm" Al parecer la concentración del shinobi duro poco, ante el ofrecimiento seductor de una mujer atractiva fuera de un camerino.

"Sigue caminando papá" Katara casi le arrancó la oreja al chico para que siguiera caminando.

"Lo siento, eso fue poco profesional, ahora entremos"

El grupo entro a la pequeña cantina, que la verdad parecía el lugar donde alguien solo con problemas de alcohol vendría a saciar su sed, pero al menos había un sujeto se hacía ensalada de frutas con tazones de hielo.

"Dame cinco tazones y asegúrese de picar bien la fruta, mis hijos se podrían ahogar, son como bebés, a menos que no esté hecho papilla no pueden comerlo"

Los cuatro adolescentes fulminaron la mirada a su 'padre', que tenía una sonrisa burlona, al parecer está disfrutando mucho su papel de padre.

Sorprendentemente la ensalada fue mejor de lo que ellos pensaron, y disfrutaron el momento de paz comiendo.

"No te preocupes, puedo secarme rápido"

Naruto se golpeó la frente al ver cómo el monje, en vez de usar servilletas para mantener las apariencias, uso su aire control para secarse, haciendo que su sombrero saliera volando dejando ver las marcas en su cabeza.

"¿Y ese es mi esposo? Que bien los eliges Toph" gruño Toph que bebió su bebida de un solo trago.

"Al menos no hay nadie a quien le interese que sea el Avatar" dijo con resignación el shinobi, que dejó caer su transformación, al parecer la gente se este pueblo tenía demasiados problemas propios como para interesarse en ellos.

"¡Eres el pilar Naranja!"

"Oh vamos" Naruto puso sus ojos en blanco, por el grito del sujeto que se presentó como el profesor Zei, que al parecer no conocía el concepto de burbuja personal por la forma que lo reviso de arriba hacia abajo.

"Cabello dorado como el oro, pupilas azules y piel bronceada, es la primera vez que veo todas estas características en una sola persona" de forma furiosa el profesor hizo notas en uno sus varios cuadernos, "¿Tu cabello rubio es un signo de haber vivido en climas fríos?"

"No, de hecho, en mi hogar la mayor parte del año hace calor"

"Ya veo, ya veo, ¿Tu IQ es mayor que el de una persona cualquiera?"

"¿Qué es IQ?"

"Inteligencia debajo de la medía"

Sokka y Aang tuvieron que sostener a su amigo, para que no golpeara al profesor con una silla.

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"Recuerda, ante las adversidades siempre hay que sonreír"

"Vete al carajo tío" Azula siguió moviendo la porquería de oso/perezoso, debajo de esta porquería había algunas patatas que podrían usar para cocinar y llenar su estómago vacío.

Fue un trabajo sucio, pero con el hambre que tenía la chica, no podía quejarse de mover caca de animal, que para su asco aún estaba caliente, al menos no le llevo mucho sacarla entre la porquería.

Aunque ahora tenía que lavarlos.

"Solo sigue a los demás refugiados, seguro ellos sabrán dónde había un río"

Azula no necesitaba escuchar más, tomo las verduras para ir hasta el río más cercano, que por suerte no estaba muy lejos de donde estaba.

Madres lavando las pocas prendas que tenían.

Padre tratando de pescar algo.

Niños jugando en la orilla del río.

La princesa no sabía que era más tóxico, el agua de este río donde se bañaban y lavaban los sucios campesinos, o la mierda de oso que cubría los vegetales, sea lo que se tenía que lavarlas con agua hirviendo y cepillarlas por si acaso.

"Veo que tuviste suerte pequeña, se ven bien esas patatas"

La adolescente no se molestó en mirar a la anciana que estaba a su lado en el río, ella solo continúo lavando las patatas con una mirada mortal que espanto a los niños que jugaban cerca de donde estaba ella.

"¿Lo necesitas?"

"…" Azula se quedó unos segundos viendo el cepillo que la anciana le había tendido, mirando la mierda entre sus manos, pensó que era mejor usar una herramienta más adecuada, tomando el cepillo lavo con fuerza las verduras.

"En momentos difícil como este, es bueno ayudarnos entre nosotros" la sonrisa de la anciana era suave y tranquila, mientras seguía con su tarea de lavar ropa, que se vio interrumpida cuando varios niños corrieron a ella.

"¡Abuela tenemos hambre!"

"Me duele el estómago abuela…"

"Abuela… nuestras últimas raciones se terminaron"

Todos esos niños miraban esperanzados a la anciana, que solo pudo suspirar con tristeza.

"Tranquilos… estoy segura que en algunos días llegaremos a Ba shing se, hay tendremos tanta comida que comeremos hasta estallar" con cuidado ella saco de entre su ropa una pieza de pan, que lo dividió en partes iguales para cada niño.

"Abuela… ¿No vas a comer?"

"No tengo hambre, adelante coman ustedes"

Azula se había mantenido todo el tiempo en silencio mirando la escena, volviendo a mirar el agua miro a las demás personas en el río, aún en su situación podía ver a los niños felices jugar entre ellos, mujeres charlando entre ellas ya sea cociendo o viendo lo que podían juntar para la comida de cada día.

Los hombres se ayudaban mutuamente arreglando sus carretas o ir a cazar juntos para poder alimentar a sus familias.

Todos se veían tan felices, y con la misma mirada de esperanza que esa anciana, de que todo sería mejor mañana.

Ella no podía entender ¿Cómo podían tener esperanza? Llegar a Ba sing se no les garantizaba protección, toda la atención de la nación del fuego estaba centrada en solo derribar eso muros por tomar la cuidad impenetrable.

Algún día caería y sería solo una cede más de la nación del fuego.

Estás personas serían asesinadas o esclavizadas.

Azula apenas noto como una de las patatas se le escapó de sus manos, y floto en el río, para poco a poco irse fluyendo en el río, pero no llegó lejos cuando fue tomada por unas pequeñas manos.

"Es suyo señora"

Un niño de no más de cuatro años, tomo el vegetal antes que pudiera alejarse y aunque su estómago le gritaba que lo comiera ahora, sabía que le pertenecía a la chica a su lado, con cuidado se acercó ella para dársela.

"…"

"¿Señora?" El pequeño se confundió cuando ella le dio todos los vegetales y se dio la vuelta para irse.

"No las quiero, son tuyas"

"¡Gracias!" agradecido no dudo en correr a dónde estaban sus demás hermanos, "¡Abuela tengo comida!" y su abuela, que miro sorprendida a uno de sus nietos venir con esos vegetales, la anciana intento buscar a la chica de antes, pero ya se había ido.

"¿Quién quiere sopa de patatas?"

"¡Yo!"

Al otro lado del bosque, Iroh miro extrañado dos cuervos muertos a sus pies, y una aburrida Azula que estaba desplumando a otro cuervo.

"¿Qué paso con las patatas?"

"Odio las patatas" gruño la adolescente que le arrancó la cabeza del cuervo y lo a travesó con una vara para ponerlo en la fogata, no paso mucho para que repitieran el mismo procedimiento con las otras aves y al paso de una hora, ya tendrían la cena servida.

La carne de cuervo sabía cómo a pollo.

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

¿Qué les parece?

Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias, recuerden como siempre, mientras más comentarios, más rápido será la publicación del siguiente capítulo.

Y tú tienen alguna pregunta o idea, no duden en darla, después de todo nunca está de más algo de ayuda

Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.