Gryffindor resultó ganador.

—Debiste haber visto a Rose ¡Parecía una bala! —alagó uno de sus múltiples primos en la sala común.

—¡Si! Pero blanca, a diferencia de otras —Albert me miró con desprecio y yo giré para verle con asco.

—Eres insoportable.

—Ahí van de nuevo... —murmuró una de las gemelas con molestia.

—Nadie pidió tu opinión —contestó haciendo una mueca que terminó por sacar la lengua.

—Animal del monte, uy, hueles a pata —dije bastante alto y en un tono que mi abuela consideraría como "altanero".

—¡Hey! No me insultes en palabras extrañas.

—Cara de plato.

—¡Bueno, ya basta! —Rose se levantó y se interpuso en nuestro intercambio de palabras— ¿Por qué siempre discuten? ¿no pueden ser adultos por una vez y convivir en un mismo espacio?

El muchacho se levantó de donde estaba y fue escaleras arriba refunfuñando mientras que empujaba a cualquiera que se atravesase en su camino.

—Me debes 3 galeones —murmuraron en alguna parte de la sala común y después solo se escuchó el sonido de un par de monedas siendo movidas.

—Ya se fue —miré a uno de los pelirrojos (cuyo nombre olvide), solté mis brazos que se encontraban cruzados y largué un suspiro para luego dar un aplauso y sonreír abiertamente—. Puedes seguir contando como le patearon el trasero a los verdes.

Entre la mayoría de los estudiantes que se encontraban en ese momento se interrumpían para contar la maravillosa victoria de la casa, algunos añadían detalles y otros trataban de seguir el hilo de la historia. Al final ganamos por unos cuantos tantos de diferencia, lo que realmente marcó la diferencia del partido fue el hecho de que Rose Weasley (la mal educada) atrapó la snitch a una velocidad realmente asombrosa (a pesar de que esa no era su posición).

—Lo mejor fue cuando voló de pie sobre la escoba para atrapar la snitch.

—Charles —interrumpió James—. Eso no pasó.

El chico pestañeó varias veces y luego colocó una cara de sorpresa— Oh, ¿estás seguro?

Potter asintió lentamente mirando fijamente al chico a los ojos— Si, estoy bastante seguro —pero luego sonrió y se levantó del sofá— ¡Y! Aún si hubiese ocurrido, estoy bastante seguro de que Rose se hubiese caído.

La chica lo miró de brazos cruzados y resopló— ¿Por qué lo dices?

—Porque tienes piernas de pollo.

Por un momento mi cabeza se movía de un lado a otro como en un partido de tenis, pero todos tuvimos que huir de la sala en cuanto Rose sacó su varita y James ahogó un grito. No supe nada más debido a que entré en la habitación.

—¡Vaya lió en el que se ha metido!

—La única que está en problemas...

—Eres tu —las voces espeluznantes del par me hicieron sentir un escalofrío por la espalda.

Me llevé una mano al pecho (y afirmo que "Pecho" porque en plural no hay nada) ofendida ante tal acusación— ¿qué les he hecho yo como para que digan salgo así?

—Resuelve tu problema de la bruja —una de las albinas tomó asiento sobre su cama.

—O la situación puede agravarse —la otra señaló mi venda e instintivamente la tape más con la manga de la túnica.

¡Es mucho para mi! Yo solo quería hacer magia, amigos y un exitoso canal de YouTube ¡Pero todo esta mal! Tengo 12... no estoy en la edad de enfrentar a un posible demonio del más allá.

Mire el libro que yacía sobre la cama ¡Había terminado de leer las instrucciones! Eso ha sido un total logro para mi... pero no me habían quedado ganas de seguir leyendo el mismo libro por ese día. Obscuros secretos aguardaban ansiosos por poder salir de él, de eso estaba segura, Javier había tratado de advertirme e incluso hasta los Elfos habían hecho un minúsculo esfuerzo. Pero al final la terca de mi misma hace las terquedades que terminan en desgracia para mi vida.

Si tan solo ese día hubiese lanzado el ojo a los rieles del tren, o lo hubiese cruzado a el callejón diagon ¡Todo sería felizmente diferente! Todo mal.

Ya me encontraba sobre la cama boca abajo, lo único positivo de este día es que el dolor de las piernas ha disminuido considerablemente ¡Pero eso no quita el hecho de que todo me fastidie!

& • &

—Bueno ¿entonces estuviste vomitando caracoles toda la mañana? —Albus se hacía el sorprendido mientras fastidiaba a Albert con aquellos comentarios, haciendo que varios aguantáramos las risas.

—Si. —Albert respondió de mala gana, sin mirarle, pero pude notar como el chico frunció su nariz.

Potter abrió la boca sorprendido y soltó el tenedor que tenía en su mano— ¡Oh, que terrible! ¿sabes quién lo hizo? —falsamente asombrado le realizó aquella "molesta" pregunta.

El muchacho mayor se removió incómodo en su asiento y negó con la cabeza— No, en realidad no —le miró fijamente—. Pero de seguro alguien tendrá una idea —gruñó entre dientes.

—¡Uy! Si, realmente trágico. Pero no se puede negar la excelente ejecución de aquel hechizo, tuvo que haber sido un mago —miró su plato serio por un momento—, o una bruja realmente habilidosa.

Albert frunció los labios y no pude evitar reír cuando noté un leve temblor en ellos, sentí su mirada llena de ira y como golpeaba la mesa y se iba a comer en otro puesto. No sin antes lanzarnos una última mirada de discordia.

—"Excelente ejecución" —volví a reír y lo tome del hombro para apoyarme, por los leves temblores del chico pude sentir que también se estaba riendo.

—B-Bueno se lo merecía —comentó en última instancia.

Mire a la gemelas quienes asintieron en acuerdo con Albus, como una de las pocas (y milagrosas) veces que había visto, divise una sonrisa en sus pálidos rostros.

Más tarde, luego de seguir hablando un poco de nuestro día, nos vimos obligados a retirarnos a las salas comunes, pues la cena ya había terminado. Potter de adelanto con la excusa de que debía ir al baño y nosotras tomamos nuestro tiempo en salir.

Los pasillos estaban casi vacíos y ya corríamos con la suerte de que los prefectos no nos andaban arreando a los de primero hasta la sala común, lo que nos daba un poquito más de libertad a la hora de volver después de la cena. Tropecé con mis propios pies haciendo que me diese de lleno en el piso ¿lo he escrito muy repentino? Es que así de rápido fue el golpe. Iba distraída pensando en cualquier cosa y de un momento a otro en sonido de los zapatos frenando en el piso llego a mis oídos y en segundos el golpe a mis brazos (ya que intenté frenar con ellos).

—¡Ay! Mi bracito —me retorcí un poco mientras sujetaba el brazo donde estaba la venda.

—Caracoles hervidos, Camila, ¿estás bien? —una voz conocida llegó a mi y sin divisarlo me ayudó a levantarme.

—Gracias —lo miré y luego noté como comenzó a reírse de mi caída— ¿Por qué siempre estas cuando me pasan las cosas malas? Tienes el mismo don de tu hermano.

—E-Ees q-que —otra carcajada interrumpió su oración, estoy segura de que coloqué esa expresión que realizó Scorpius Malfoy el otro día "me ha llegado un mal olor", giré y no di dos pasos cuando comencé a reír también.

Si les contara el rato que nos llevo dejar de reír gastaría esta preciada hoja, así que me saltaré a la parte donde apoye mi pie en la pared para atarme las agujetas, el acetato aún se encontraba nuevo así que solo le podía echar la culpa a mi mala capacidad de hacer nudos.

—Vas a dejar la huella en la pared ¿quién lo limpiará después?

—Pues te aseguro que yo no —bajé el pie y efectivamente la huella había quedado en al pared—. Si nos movemos rápido nadie se... —pero ya James se encontraba un par de metros a la distancia, dejando solo el sonido de sus pisadas retumbar por el pasillo.

Avancé un par de metros ignorando los baños, ya solo quería acostarme y reprocharle a las gemelas que dejarme sola le podría traer consecuencias a nuestro lazo de amistad. Pero mientras pensaba en un discurso de víctima un quejido proveniente del baño de chicos inundó mis oídos, mi primera intención fue avanzar más rápido e ignorar y sacar de mi mente todas las teorías sobre aquel sonido, pero un tono de voz me llamó la atención y evitó que llevara acabo mis intenciones.

—¿.Te crees muy gracioso, no, muy valiente? Cuando estás con tus amiguitos de Gryffindor, la casa de tú padre. Pero te dire algo... ni hablando con personas de mi casa estarás a su altura, mucho menos a la de tu hermano —no escuché nada más, pero ahí estaba yo, como las chismosas vecinas de mi cuadra, atenta. Los pasos retumbaron y aceleré un poco haciéndome la que no sabe nada. Sentí como los pasos me alcanzaron y de reojo vi al molesto animal racista que comparte casa conmigo.

Puedo afirmas que ambos nos vimos de reojo pero ninguno de los dos dijo nada, disminuí la velocidad de mis pasos y el acelero los suyos, cuando estuvo lo suficientemente lejos me devolví rápidamente y entré al baño.

—¡Potter! —corrí a su lado, el chico se encontraba viéndose en el espejo, me miró a través de el, lo que hizo que me detuviese a mitad del camino. Desde su reflejo vi el ojo rojo, el chico volteó y me miró fijamente.

—Este es el baño de niños —aún con su ojo lloroso me sonrió de medio lado—... ¿Te imaginas que hubiese estado haciendo pis o algo así?

—No, no imagino a la gente haciendo pis —fruncí los labios— ¿Sabes? Hace un momento me caí, frente a los baños...

—Si, escuché sus risas...

—Yo escuché al cara e lenteja de Albert —miró hacia otro lado—. Sabía que era un estupido pero no un imbecil... —iba a seguir insultándole cuando Potter me interrumpió.

—Me pasa todo el tiempo —se encogió de hombros—. Mi padre y hermano son los famosos, yo solo soy el que fue a Slytherin.

«¿Ese es tú consuelo?»

—Dramas familiares —asentí, «yo soy especialistas en dramas familiares, tengo un doctorado ¿quieres verlo?» estuve a punto de decirle aquello pero lo aguanté y me acerqué a él para abrasarle.

No lloró, pero estoy seguro de que ambos lo hubiésemos hecho si no fuese por el hecho de que el profesor de DCAO nos interrumpió.

—¿Qué creen que están haciendo? —con una sonrisa bastante perturbadora nos sorprendió en aquel lugar, bueno... la verdad es que podía ser peor ¿no? La situación aún se podía explicar. Me había metido en el baño de chicos porque escuché a Albus soltar un quejido...

El profesor nos hizo una seña de que lo siguiéramos. Mientras, iría mejorando nuestra historia de víctimas.

EPA FELIZ AÑOOOOOO. Capítulo sorpresa ¿Los sorprendí, verdad? Yo c q si.