—¡Aaaah, vas a ir a Londres! —gritó Sofía, lanzando al aire una fotocopia de los pasajes.

—Grita más duro, que no te escucharon en Colombia —se quejó Daniela mientras se quitaba la mano en el oído derecho.

—Yo creo que esos gritos no los procesa ni la corneta que está en la casa —acompañé a Daniela en su queja—, pero si, voy a ir ¡Y estoy muy grillua! —tomé la fotocopia de los pasajes.

—Allí viene la coordinadora ¡Actúen natural! —avisó rápidamente Sofía mientras se colocaba en posición de descanso, a su vez Daniela y yo nos pusimos a hablar de cualquier cosa.

—Entonces si, por eso no me gustan las pasas —dijo Daniela de lo más normal.

—Ja, ja, ja. Si... suele pasar —si estuviésemos en un anime, juraría que tuviese una gota de sudor en la frente.

La coordinadora venía en nuestra dirección pero justo cuando pasó a un lado de nuestra mesa (situada en el patio), pasó de largo.

—Sofía, ya se fue —dijo Daniela mientras recobraba la compostura.

—Sentí que me iba a bajar... ya saben que —comunicó Sofía en un acto de bajar sus nervios, pero Daniela y yo nos miramos cómplices.

—¿La regla? —comencé.

—¿El periodo? —siguió el juego.

—¿Andrés?

—¿La cuenta mensual?

—¿El periódico?

—¿Los impuestos en número rojos?

—¡Ya basta! —gritó Sofía, haciendo que unos cuantos ojos la mirasen y en un acto automático se puso roja.

—¡Ustedes si son mentidos vale, miren pa' otro lado! —profirió Daniela y ellos giraron para seguir en lo suyo.

—Si son chismosos —me quejé mientras veía a Sofía—, por cierto ¿donde está José? —dije mientras trataba de buscarlo con la mirada.

—¿Lo voy a buscar? —preguntó Daniela.

—Si, el se tiene que enterar de eso —habló Sofía.

—Dale, ya vengo —avisó Daniela mientras se levantaba—. Y no, no me gusta José —entonces nosotras le quitamos las miradas pícaras que les estábamos dedicando, pasando a ser una de desilusión.

—Algún día —susurramos cómplices, Sofía y yo.

& • &

—Entonces, ya están casi en tercer año muchachos, y yo les voy a dar historia vamos a hacer una pregunta rápida para ver a qué nivel están —todos nos desparramamos en los pupitres, este profesor es buena onda y todo lo demás, pero aveces abusa de su poder.

—Ahg —se quejó José colocando su mano en su mejilla.

—¿De qué color era el caballo blanco de Simón Bolívar? —preguntó el profesor, haciendo que algunos soltaran risitas.

—Profe, eso esta muy difícil, pregunte otra —dijo un alumno, haciendo que me riera.

—Negro no era —dijo el profesor y giramos a verlo—, porque no murió de primero —eso hizo que unos hicieran sonidos de obviedad y otros rieran un poco.

—¡Blanco! —gritó una persona al fondo.

— Luis... casi raspas este año ¿cómo supiste? —dijo el profesor tomando asiento en su escritorio.

—Por el cuadro que está detrás de usted ¡Duhh! —le respondió con la mayor obviedad del mundo.

—Se mamo —Dijo Daniela riéndose.

—Ajá ¿y quien descubrió America? —preguntó el profesor colocándose de pie.

—¡Cristobal Colon! —Respondió Ana.

Algunos hicieron comentarios de: "si", "duuh", "Descubriste America en un vaso de agua", "lo que dijo ella, profe" y cosas así.

—¡Mentira! —Contraatacó José y todos lo miramos —. ¡Fueron los vikingos, profesor! —eso hizo que varios rieran, menos nosotros... sus amigos fieles.

—¿Quién le dijo eso? —preguntó el profesor con una sonrisa.

—Guikipedia, profesor, la página dice que los Vikingos la descubrieron e incluso formaron colonias... pero que ajá, el más importante fue el Colon porque fue el que se registró —respondió ganando un silencio por parte de todos.

—Esta en lo correcto —le dijo el profesor, ganándose aplausos—, por poco que parezca lógico, es cierto... fueron los vikingos...

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—Mamá —la llamé desde mi cuarto— ¡Mamá! —la volví a llamar— ¡MAMÁ! —¿qué estará haciendo? Con toda la flojera del mundo baje a la sala y no la vi en ningún lado—. ¡Ay verdad, que salió... ups!— y regresé a mis aposentos.

—Vamo' a hacer la maleta —saqué la maleta azul ¡casi indestructible! Del closet y la abri—, a ver... ¿qué tipo de ropa llevo? Bueno "x" tampoco es que tenga tanta ropa, solo debo llevar lo más lindo pa' no pasar pena.

(Error).

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—¡Listo! —exclamé cuando logré cerrar la maleta, en ese momento la puerta principal se abrió dejando escuchar un claro: "¡Ya llegue!" Por parte de mi madre— ¡Voy!

Baje corriendo por las escaleras y la ayude con la carpeta que tenía— ¿qué hiciste?

—Tú permiso está listo para mañana —avisó y yo salte feliz—. Tengo hambre ¿qué quieres comer?

Mis años compartiendo casa con mi madre me han enseñado que estos momentos son "mágicos".

—¿Pizza? —ella negó con la cabeza —¿Perro caliente del puesto de la esquina?

—¿Queréis?- definitivamente esto es algún tipo de brujería.

—Pues si wey, te estoy diciendo por eso —entonces ella sonrió satisfecha y subió las escaleras.

—Déjame cambiarme y vamos.

«¡Yay!»

Mientras yo fui a ponerme unos zapatos.

(***)

Estábamos sentadas en la mesa del comedor con los perros calientes.

—Esta muy bueno —dijo mi madre dando otro mordisco a su comida.

—El huesito si sabe cocinar estas cosas —le comenté mientras seguía comiendo.

Seguimos comiendo tranquilamente hasta que recordé algo.

—Mami —llamé su atención y trague lo que tenia en la boca— ¿Se supo quién encendió la alarma de incendios?

Entonces ella tragó lo que tenía para contestarme— No, creen que fueron unos de 5to pero no saben nada, total ya se va a acabar el año... no se para que se ponen con esas ridiculeces —comentó para dar el último bocado.

Yo colocando una cara de extrañeza terminé mi comida y ayude a recoger la mesa.

Más tarde, estaba en mi habitación apunto de dormir cuando siento algo extraño, algo que me hacía sentir incómoda... ¡Tenía el pie fuera de la cobija! Ay Diosito que siempre me protege de los males.

& • &

—Nos vemos el año que viene —nos abrazó Daniela—, este año me dejó agotada.

—¿Que habláis? —le reclamo Sofía—. Si yo hice todo y pasaste porque te copiaste mío.

—Exacto, me duele el cuello y la mano de todos los movimientos rápidos que tuve que hacer para poder copiarme bien — «me tenté», me reí de su comentario—. ¿Nos vamos a ver en vacaciones?

—Meh —dije—, no se si me dejen salir —y sonreí.

—Perra, ni vas a estar aquí —me molestó Daniela riéndose—, ¿me vas a traer algo?

-Si —argumentó Sofía— un collarín para el año que viene.

—¡Sofía! —Daniela le dio un golpecito en el brazo.

—¡Te pegó la rabia, Sofía! —José señaló con el dedo el lugar del golpe.

—¡José! —entonces Daniela lo comenzó a seguir por el patio para tratar de golpearlo.

—Esos dos se aman —le dije a Sofía.

— Van a terminar juntos —continuó—, seremos las madrinas del primer hijo.

—O hija —entonces nos miramos—, creo que estamos contando los pollitos antes de nacer.

—Si, eso estamos haciendo —concordó conmigo y volvimos nuestra vista hacia la "futura feliz pareja".

¿En que otro lugar podría encontrar un trío así?