Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. La alarma de incendios

—Voy a necesitar los nombres de sus representantes —habló la coordinadora—. Sofía —la mencionada alzo la mirada y se dispuso a hablar con la voz temblorosa.

—F-Fabiana Rodríguez —dijo para volver a agachar la mirada.

La coordinadora miró a Daniela.

—María Pérez —si se pudiese matar con la mirada, estaría segura de que la coordinadora estaría 3 metros bajo tierra.

Luego me miro a mi.

—Liliana Fonseca —Dije con la cabeza gacha.

—Bien, ahora... —esa mujer tenía todo nuestro registro en su computadora ¿qué más quería? ¿¡Mi alma acaso!?

—¿Qué? ¿mi alma y mi tipo de sangre también? —dijo Daniela arrastrando las palabras.

—¿Tanto quiere estrenar su carpeta de expediente? —le retó, pero Daniela se quedó callada y se echó para atrás de brazos cruzados—. Miren: yo no hago esto con mala intención, solo quiero que sean buenas señoritas en un futuro.

Nos quedamos calladas y la coordinadora suspiró. Y Veinte minutos más tarde llegaron nuestras madres y una abuelita.

—Buenos días —habló la abuela de Sofía ya que la misma tenía su custodia.

—Adelante —la coordinadora se hizo a un lado dejando pasar a nuestras madres.

—Camila —el sonido hizo que me estremeciera, ya que sonaba a regaño, advertencia, decepción y una pizca de gracia.

—Daniela ¿qué hiciste? —la mencionada se removió incómoda en su asiento.

—Tomen asiento —la coordinadora se sentó del otro lado del escritorio—, están aquí porque sus hijas —miró a Sofía—, y nieta tuvieron un mal comportamiento en la mañana de hoy —se comenzó a sentir una tensión en el ambiente.

—¿Qué hicieron? —habló mi mami.

—Les estaba dando las nuevas normas para el año escolar que viene, pero comenzaron a quejarse y a decir obscenidades.

«Mentira del diablo.»

—Claro que no, nosotras nunca... —comenzó a hablar Daniela pero la coordinadora la interrumpió.

—Claro que si. Dijeron groserías e insultaron a mi persona frente a toda la institución, y yo no podía tolerar tal falta de respeto —habló haciéndose la víctima... lo cual era cierto ¡pero no a esa escala!

—¡Es mentira! Y todos sabemos que Sofía nunca haría algo así de...! —comencé en un acto de defensa, pero también me interrumpió.

—Pero si ella fue quien comenzó todo esto —la abuelita de Sofía miro a su nieta incrédula—, jamás lo pensé pero creo que es por su mala junta, sin ofender —nos denigró con sus palabras y su mirada.

—le creo que mi hija haya comenzado —habló la mamá de Daniela, conociendo lo que tiene en su casa—,  pero no creo que ni Sofía ni Camila lo hayan hecho.

—Es que no fue como ella dice... —comenzó Sofía de forma pacífica, pero la coordinadora interrumpió.

—Pero estás de acuerdo con que cometiste un falta de respeto a mi persona —Sofía iba a responder pero no le salieron las palabras—, en realidad no quería tomar estas medidas sabiendo que estamos en la última semana, pero... —ahora yo la interrumpí.

—se alteró cuando Daniela mencionó el relleno de su sostén —la coordinadora me dedicó una horrible mirada y las chicas ahogaron una risa.

—No interrumpas de esa forma, es de mala educación... —pero mi madre la interrumpió.

—Disculpe, pero así como las has estado interrumpiendo todo este rato, ellas tienen todo el derecho de hacerlo —sentenció mi mami Liliana.

—El punto aquí es... —pero la coordinadora se vio interrumpida por la señora María.

—Que no le gusta que hablen del relleno de su sostén —dijo afirmándolo.

—No estamos aquí para hablar de la cantidad de relleno que uso o n-... —pero la interrumpió Daniela.

—Aaaah, entonces si usa —la cara de la coordinadora era todo un poema.

—Yo... —intentó excusarse—. No quiero tolerar esta falta de respeto ¡y si ustedes no controlan a sus hijas y nieta me veré obligada a expulsarlas, debido a que en tercer año esta conducta podría empeorar! —habló rápidamente.

—Pero no tiene ningún sentido, no sabe si actuarán bien o mal porque nadie puede ver el futuro —habló pacíficamente la abuela de Sofía.

—Ustedes saben que es así ¡y no quiero escuchar nada de esto afuera! —dijo la coordinadora apuntándonos con un dedo.

—¡Señalar es de mala educación, así que metase ese dedo donde le quepa! —le respondió Daniela que ya tenia mucho rato callada, pero esta recibió un leve golpe en el brazo por parte de su madre.

—¡No me grite señorita! Si es que se le puede decir así —entonces la señora María levantó rápidamente la mirada.

—¿Que insinúa de mi hija? —le miró ofendida.

—Que es una irrespetuosa e irresponsable al igual que su madre —dijo colocándose de pie.

—Si esto es porque de pequeñas se creía menos que yo ¡no incumba a mi hija en esto! —respondió colocándose de pie.

—Su hija será igual o incluso peor que usted —habló rápidamente.

—¡Con mi hija no te metas! Vámonos Daniela, el relleno se le fue al cerebro —la Señora María tomó su bolso.

—¡Si usted se va su hija perderá el cupo en esta institución!

—¿¡Quiere decir que la expulsará!? —habló mi madre.

—¡A las tres! —Respondió y automáticamente las cuatro adultas comenzaron a gritarse, yo me acerqué a Sofía quien estaba llorando.

—Sofía ya vas a ver cómo mi mamá arrastra a esa perra —dijo Daniela con una sonrisa, limpiando las lágrimas de Sofía.

—Yo levanté la mirada y vi que la coordinadora le dijo "cachapera" a mi mamá y eso me colmó la paciencia.

—¡Basta! —golpeé el escritorio y se hizo un silencio, me miraron—. ¡No le grite a mi mamá y si así fuera, no es su pinche problema! ¡¿Entendió?! —quería agarrarla por las greñas y pegarla al suelo.

Lo demás pareciera que hubiese ocurrido en cámara lenta.

—¡Expu...! —la miré a los ojos, quería que me lo dijera a la cara, apreté mi puño tratando de contener mi ira, pero algo la interrumpió, la alarma de incendios se había activado, evitando así que dijera las dichosas palabras.

—¡Afuera! —tomé mi mochila y salí junto con Sofía y Daniela, corrimos hasta el patio donde no nos cayera agua.

—¡Nos iba a expulsar, nos salvamos! —dijo alegremente Daniela.

—Pareciera que hubiese sido magia —continuó Sofía.

—Me mojé —dije y ellas me lanzaron una mirada pícara—. ¡Ya dejen sus hormonas!

& • &

Más tarde me encontraba en mi cuarto mirando una película de Barbie.

—Camila —entró mi mami.

—¿Qué sopa? —dije sin despegar la vista del televisor, estás películas son buenas.

—Luis, tu primo, me llamó —allí le baje el volumen al tv y la mire—. Tú papá quiere hablar contigo —yo trague saliva «¿será que se enteró?».

—Voy —le avisé y bajé a la sala a esperar a mi primo por parte de padre el era como el puente para yo poder hablar con el.

Unos minutos más tarde cuando me estaba comiendo unos Doritos, llegó a la casa.

—Pasa —el entró y me pasó su teléfono, esperé la llamada y allí está, el número extranjero.

—¿Haló? —dije y se escuchó un carraspeo desde el otro lado—. Bendición.

—"Dios te bendiga ¿que haces?" —se escuchó desde el otro lado de la línea.

—Nada... estoy hablando contigo.

—"Aaah, ¿tienes tu pasaporte vigente?"

—Sipi.

—"Bueno, te compré unos pasajes pa' que vengas con nosotros."

—¡Si!

—"¿Te deja venir tu mamá?".

—Esa dice que si.

—"Bueno, saca el permiso de viaje. Ya te paso el correo, te amo, cuídate... nos vemos pronto".

—Si, también te amo, nos vemos —corté la llamada y le di el teléfono a mi primo, fue una conversación larga en comparación con otras—. Gracias.

—¿Qué te dijo? —si es brollero.

—Que me voy de viaje —dije emocionada y mi mamá apareció.

—¡Que bueno mija! Ve que me traéis algo ¿pa' donde vas? ¿van Ana y tus hermanos, verdad? ¿va Bella? —comenzó a preguntar emocionada.

—Deberían, claro ¡Ya quiero ver a Bella! —dije emocionada.

—Chao, Liliana —Se despidió mi primo.

—Chao- Nos despedimos las dos.

¡Estaba emocionada!
(En ese entonces, ahora quisiera que me atropellara un thestral).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro