Dos
Una primera vez de muchas.
Desperté, cayendo en la cuenta de que me había quedado sin trabajo. Y todo por una estúpida engreida que lo tiene todo.
Maldita zorra.
Me visto desanimada para ir a la universidad. Rezo para que ningún imbécil me haga cabrear por que si lo hace, estoy segura que saldré en los noticieros de mañana. "Maniática asesina a su compañero con un lápiz". Pensándolo así, no se escucha tan mal.
Espero a que llegue el transporte público y me subo cuando este llega. Ha sido un milagro que haya llegado a tiempo. Esta abarrotado de gente que va al trabajo o a la escuela. Intento sujetarme de algo (o de alguien) para no caer cuando el autobús avanza y sin quererlo le tomo la mano a un chico rubio, a este al parecer no le molesta en lo absoluto y me sujeta mas fuerte, justo antes de que me golpeara contra el suelo.
-¿Estas bien? - me dice, pero no le pongo mucha atención a sus palabras, y me fijo en su mirada, pues tiene los ojos azules y muy bonitos.
- Sí, gracias por no dejarme caer. - le sonrio - de no ser por ti, seguramente hubiera rodado por todo el autobús.
Sus labios entornan una leve sonrisa y me doy cuenta que en la cara tiene marcas de bigote, justo como las de un gato o zorro.
- No exageres, pero te habrías dado un buen golpe. - me río y asiento, pero ya no tengo nada que decir, entonces el trata de hacerme platica - ¿Cual es tu nombre?
- Alice, me llamo Alice White.
- Tienes un lindo nombre, yo me llamo Naruto Uzumaki.
- ¿Entonces eres extranjero?
- Algo así - coloca su mano derecha detrás de la cabeza - yo nací aquí pero mis padres si son de fuera.
Le sonrío de nuevo y sin más que decir me doy cuenta que he llegado a la universidad. Volteo para despedirme de el y veo que también va a bajar.
Ya fuera del autobús me mira incrédulo.
- Así que también vienes a esta universidad - le sonrío y asiento - vaya, es extraño que nunca te haya visto de camino acá.
Por un momento yo también me lo pienso y llego a la conclusión de que no lo había visto hasta ahora.
- Puede ser porque había llegado tarde todos los días a excepción de hoy.
- Vaya, con que eres ruda ¿eh?
- No lo soy, simplemente me gana el cansancio por las mañanas.
Ambos reímos y caminamos juntos hasta la entrada de la escuela.
- ¿A cual edificio vas?
- 51 c.
- Yo estoy en el 47 b - me mira de frente y sonríe - puedo acompañarte si quieres.
Le digo que si y me doy cuenta que es una situación muy extraña.
Normalmente soy la chica que la mayoría de los hombres evitan. No soy alta, siempre uso jeans y converse, no uso mucho maquillaje mas que delineador líquido sobre mis párpados y en ocasiones un poco de labial. Mi cabello es un desastre, no es lacio, ni tampoco rizado, es un término medio de horror. Mi piel es morena suave y mis ojos son grandes pero de un tono café más común que un día lluvioso.
Y un chico como el, está acompañándome a mi edificio, llego a la conclusión de que esto debe ser un sueño o una broma.
Me pellizco el brazo con mucha fuerza y duele de la manera real que bien conozco.
Llegamos a mi edificio y el chico se despide de mi.
- Bien, ¿Alice?
- ¿Huh?
- ¿Te gustaría almorzar conmigo hoy?
- Claro, porque no.
- Entonces pasare por ti.
***********************
Durante el primer período, tuve que aguantar las miradas de mis compañeros, pues ellos saben bien que no soy muy sociable que digamos y el llegar con un chico y que además este sea increíblemente sexy, es una novedad.
Llegó la hora del almuerzo y antes de que me diera cuenta, Naruto ya estaba esperando fuera de mi salón.
- ¡Hey!, tardaste bastante.
- Mas bien tu has llegado antes, ¿no lo crees? - levanto una ceja y el rubio ríe - ¿nos vamos ya?
Caminamos juntos hasta la cafetería y compramos el almuerzo. Normalmente suelo almorzar sola, al aire libre, en el pasto, pues las miradas en la cafetería son de lo peor. Y hoy no son la excepción.
Noto como mis compañeras de clase cuchichean entre sí mientras me señalan, pero las ignoro. A mi ahora amigo rubio le saluda mucha gente al pasar a su lado y comprendo. Es muy popular.
Nos sentamos en una mesa y comienza a bombardearme con preguntas.
- Bien, Alice, quiero conocerte. Asi que si me lo permites, quisiera hacerte unas preguntas.
- Esta bien señor detective, aceptaré el interrogatorio.
- Genial, déjame ver... - pone un dedo en su boca y una mano detrás de la cabeza - vale, ¿dónde vives?
- Edificio Monroe, noveno piso.
- ¿Edad?
- 19.
- ¿Vives sola?
- No se si contestar, no se ni quien eres.
- Entonces vives sola, pero eres precavida, eso me gusta. Descuida, no soy un violador o algo por el estilo. ¿Tienes novio?
- No, eso es imposible.
- ¿Por que?
- Bueno, la mayoría de la gente que conozco, cree que soy rara, una friki, y por ende no tengo amigos.
- No pareces una chica friki ni mucho menos nerd, ¿por que piensas eso?
- Tengo gustos muy particulares y a los demás les parece raro - tomé mi jugo de naranja y le di un sorbo - aunque eso no me afecta mucho.
- ¿Puedo saber cuales son esos gustos particulares?
Me mordí el labio inferior, tratando de evadir la respuesta, pero los ojos iluminados del Uzumaki necesitaban una respuesta.
- Me gusta, amm... - levantó una ceja - me gusta el anime, el rock pesado y no salgo a fiestas.
- Eso no tiene nada de malo, a mi también me gusta el anime. Y conozco algunos más a los que también les gusta. No debes avergonzarte de ello.
- No lo hago, pero cada que lo mencionó todos salen corriendo.
- Te entiendo. De hecho eres la primera persona a la que le digo que me gusta.
Se sonroja y trata de no mirarme. Al parecer el rubio se ha avergonzado bastante. Y eso lo hace ver jodidamente sexy.
Se termina la hora del almuerzo y Naruto me acompaña hasta mi edificio. Cuando llegamos, este se para en frente de mi y tengo que levantar la cabeza para verle, ya que es mucho mas alto que yo.
- ¿Te parece si regresamos a casa juntos?
- Si, por que no.
Se despide y se aleja a paso seguro. Y veo su espalda, su ancha y fuerte espalda. Demonios, creo que el Uzumaki es guapo.
Durante las siguientes clases no ocurren muchas cosas interesantes, a excepción de que uno de los profesores tropezó y el y su gran calva cayeron al suelo. Debo admitir que fue divertido, pero a la vez me preocupo que haya sufrido así en frente de la clase.
Cuando salgo no veo a Naruto por ninguna parte y llego a la conclusión de que probablemente el ya se habrá marchado. Asi que decido caminar hasta donde tomo el transporte público.
Justo antes de llegar, un lujoso corvette rojo se estaciona al lado mío y el conductor hace sonar el claxon. Decido no voltear a ver a lo que probablemente será un pervertido y sigo caminando, hasta que alguien grita mi nombre.
-¡Hey, Alice! - me giro y veo al rubio de ojos azules - ¿Acaso me estás evitando?
Sonrió y me acerco al auto y la puerta del copiloto se abre. Entro y me encuentro con que mi amigo tiene un auto último modelo, muy limpio, amplio y casi nuevo.
- No me dijiste que tuvieras un auto tan hermoso - le digo mientras me ajusto el cinturón de seguridad.
- Pues no me preguntaste, además nunca hablamos de la manera en la que llegamos a la universidad.
- ¿Y por que has usado el público esta mañana?
- Bueno, es que a mi bebé se le ponchó una llanta ayer y hoy se lo estaban arreglando. Por eso tuve que usar el público, pero nunca lo había hecho.
- Vaya, siempre hay una primera vez.
Llegamos a mi edificio y me da un poco de hambre.
- ¿Te gustaría pasar a comer algo? - le invito - Puedo hacer pasta o spaghetti.
- Claro por que no.
Entro, le invito una soda y prendo el televisor. Me meto a la cocina y comienzo a cocinar. Cuando termino el spaghetti, lo sirvo y lo llevo hasta el sofá.
- Esto se ve delicioso, Alice - lleva un poco de comida a su boca y se la come - eres una excelente cocinera.
- Pues más te vale - le sonrio - es la primera vez que cocino para alguien.
- Bueno pues, siempre hay una primera vez.
*************
KYAAAAAA!!!!!
Amo la historia porque, nuestro Sasuke Uchiha esta a punto de aparecer...
Voten y comenten, eso me hace muy feliz.
Les mando un abrazo enooorme!!!
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