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Capítulo 83

Jacob llega a la cabaña de Mavis con pasos apresurados, sintiéndose perturbado y buscando consuelo. Al entrar, Mavis está en el salón, revisando algunos papeles y mirando por la ventana. Cuando lo ve entrar, su expresión cambia a una mezcla de preocupación y sorpresa.

—Cachorrito, ¿todo está bien? —pregunta Mavis.

Jacob se deja caer en el sofá con un suspiro frustrado, mirando hacia el suelo.

—No, Mavis, no está bien —dice Jacob, su voz cargada de inseguridad y enojo. —Cleo estaba hablando con un tipo, un viejo conocido. No sé qué relación tenían, pero claramente había una conexión entre ellos. No sé cómo manejar esto.

Mavis se sienta a su lado, su mirada atenta y comprensiva.

—¿Cómo era este tipo? —pregunta Mavis con calma.

—Tenía víboras en la cabeza, cabello verde oscuro y esmeralda, de aspecto mayor como ustedes... Se presentó como Deuce Gorgon —responde Jacob, frunciendo el ceño. —Era obvio que tenía sentimientos por Cleo, y eso me puso realmente mal. No puedo evitar sentir que estoy perdiéndola, y no me gusta como lo siento.

Mavis lo mira con empatía, entendiendo sus sentimientos.

—Así que lo haz conocido...—murmura cautelosa al saber de quién habla— Es normal sentirse así, cachorro. La inseguridad y los celos pueden ser muy difíciles de manejar, especialmente cuando se trata de alguien tan importante para ti. —Mavis le da una palmadita en la espalda. —Pero recuerda, Cleo está contigo y es tu impronta. Si hay algo que puedes hacer, es mostrarle tu apoyo y confianza.

Jacob levanta la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de dolor y determinación.

—Lo sé, pero es difícil. No estoy seguro de cómo ser lo que Cleo necesita en este momento. —dice Jacob, su voz temblando un poco. —Siento que no soy suficiente y que no tengo idea de cómo encajar en su vida.

Mavis lo mira con comprensión y una sonrisa reconfortante.

—Jacob, no tienes que ser perfecto. Solo tienes que ser tú mismo y estar allí para ella. Las cosas entre ustedes pueden ser complicadas, pero eso no significa que no puedas hacer la diferencia. —Mavis se inclina hacia él. —Cleo te aceptó porque ha empezado a confiar en ti y te aprecia. Si te mantienes fiel a ti mismo y le das tu apoyo, eso es lo que cuenta.

Jacob asiente lentamente, comenzando a calmarse al escuchar las palabras de Mavis.

—Gracias, Mavis. —dice Jacob con una leve sonrisa. —Aprecio tus palabras. Solo necesito un poco de tiempo para procesar todo esto.

Mavis le sonríe y se pone de pie.

—Claro, toma el tiempo que necesites. Y si necesitas hablar más sobre esto, estoy aquí para escucharte. —dice Mavis, dirigiéndose hacia la cocina. —Voy a prepararte algo de té para que te sientas mejor.

Jacob se queda en el sofá, intentando calmarse mientras Mavis le prepara una taza de té. Justo en ese momento, la puerta de la cabaña se abre y Sam entra, su expresión relajada pero curiosa al ver a Jacob sentado en la sala.

—Jacob, ¿qué haces aquí? —pregunta Sam con una mezcla de sorpresa y preocupación, mientras cuelga la llave en el clavo detras de la puerta.

Mavis sale de la cocina con la taza de té en la mano y se la entrega a Jacob.

—Jacob tuvo una tarde complicada —responde Mavis antes de que Jacob pueda hablar. —Llegó no hace mucho.

Sam frunce el ceño ligeramente, caminando hacia el sofá y sentándose en una silla frente a Jacob.

—¿Qué pasó? —pregunta Sam, observando atentamente a Jacob.

Jacob suspira y toma un sorbo de té antes de hablar.

—Hoy, mientras Cleo y yo estábamos pasando el rato, apareció un tipo, Deuce Gorgon. —Jacob explica, sintiendo la tensión volver a su voz. —Resulta que él y Cleo tienen una historia, y fue obvio que todavía siente algo por ella. No supe cómo manejar la situación y me sentí un niño estando entre ambos.

Mavis frunce el ceño al escuchar el nombre de Deuce y decide intervenir suavemente.

—Deuce Gorgon... lo recuerdo. Es el médico que me atendió aquella vez en el hospital por la falsa alarma de embarazo. —Mavis comenta, mirando a Sam para darle contexto. —Si, tuvieron una historia juntos pero es una persona razonable, estoy segura que lo tomaste por sorpresa al estar con Cleo.

Sam escucha con atención, asintiendo lentamente mientras procesa la información.

—Entiendo. Es natural sentirte así, Jacob. —dice Sam con voz grave pero comprensiva. —Las relaciones pueden ser complicadas, especialmente cuando hay historias pasadas de por medio. Pero recuerda, Cleo está contigo por una razón. Tienes que confiar en eso y en ti mismo.

Jacob asiente, agradecido por las palabras de Sam y la intervención de Mavis, ambos tenían el mismo pensamiento en particular.

—Lo sé, pero fue difícil verlos juntos. Me sentí tan… impotente. —admite Jacob, bajando la mirada.

Sam intercambia una mirada con Mavis, que asiente ligeramente.

—Jacob, la confianza es clave. Si tienes preocupaciones, habla con Cleo sobre ellas. La comunicación es vital para que una relación funcione. —Sam se inclina un poco hacia adelante. —Y si necesitas apoyo, siempre puedes contar con nosotros. Estamos aquí para ayudarte a superar esto.

Jacob levanta la mirada, encontrando consuelo en las palabras de Sam y Mavis.

—Gracias, Sam. Gracias, Mavis. Aprecio mucho el apoyo. —dice Jacob con una leve sonrisa.

Mavis se sienta junto a Jacob, colocando una mano en su hombro.

—Exactamente. No estás solo en esto, cachorro. Tienes una familia que te respalda. —dice Mavis con una sonrisa cálida.

Sam asiente, su expresión más relajada ahora.

—Así es. Ahora, relájate y tomate tu té. Si necesitas más consejos o simplemente quieres hablar, estamos aquí. —dice Sam mientras se levanta. —Voy a cambiarme y luego podemos cenar juntos. Parece que todos podríamos beneficiarnos de una buena comida.

Poco después, mientras Sam y Mavis empiezan a hablar de su día en sus respectivos trabajos, de vez en cuando incluyendo a Jacob. Pronto se oye un par de golpes en la puerta. Mavis va a abrir y se encuentra con Paul y Jared, que entran con expresiones sorprendidas al ver a Jacob allí.

—Hey, ¿qué pasa, Jacob? —dice Paul, levantando una ceja. —No esperaba verte aquí.

Jared asiente, mirando a su alrededor.

—Sí, parece que llegamos justo a tiempo para la fiesta.

Mavis sonríe y les hace un gesto para que entren.

—Jacob tuvo una tarde difícil y vino a buscar un poco de apoyo. Pero ahora que están aquí, podemos hacer de esto una reunión de manada.

Paul y Jared se acercan, sentándose en el sofá y las sillas cercanas.

—¿Qué pasó, hermano? —pregunta Jared, genuinamente interesado.

Jacob repite la historia, esta vez con un poco más de calma, mientras todos escuchan atentamente. Paul frunce el ceño, empatizando con los sentimientos del pequeño cachorro.

—Eso suena complicado. Pero recuerda, siempre tienes a la manada para respaldarte. —dice Paul con un tono de ánimo.

Jared asiente.

—Exacto. No estás solo en esto, Jacob. Cleo sabrá apreciar tu honestidad y lealtad. Después de todo, te está criando.

La atmósfera se vuelve más ligera mientras comparten historias y risas, fortaleciendo el vínculo de la manada.

Después de un rato, Jacob se siente mucho mejor, fortalecido por el apoyo de sus amigos y familia. Se pone de pie.

—Gracias, chicos. Realmente necesitaba esto. —dice Jacob con una sonrisa sincera. —Creo que es hora de volver a la cabaña y hablar con Cleo.

Mavis se levanta y le da un abrazo.

—Buena suerte, cachorro. Y recuerda, estamos aquí si necesitas algo.

Jacob asiente y, sintiéndose más seguro, se dirige de regreso a la cabaña para enfrentar la situación con Cleo.

[...]

Jacob camina de regreso a la cabaña de Cleo, su mente todavía enredada en los pensamientos del encuentro con Deuce y la charla con sus amigos. Abre la puerta y entra con cautela, escuchando el suave murmullo del agua proveniente del baño.

—Cleo, ¿estás aquí? —llama Jacob, esperando una respuesta.

—Estoy en el baño, Jay. —responde Cleo, su voz relajada y tranquila.

Jacob se siente un poco nervioso al acercarse al baño, empujando la puerta ligeramente para ver a Cleo sumergida en una tina llena de agua con sus sales minerales y burbujas. La escena es íntima y bella, con Cleo disfrutando de un momento de relajación, su cuerpo cubierto solo por las burbujas.

—Lo siento, no quería interrumpir. —dice Jacob, sintiéndose cohibido.

Cleo abre los ojos y le sonríe, sin mostrar ninguna incomodidad por la situación.

—No te preocupes, Jay. ¿Cómo estás? —pregunta Cleo, su tono gentil pero curioso.

Jacob entra un poco más en el baño, sintiéndose un poco más relajado.

—Quería hablar contigo. —dice Jacob, sus ojos desviándose un poco por la incomodidad de la escena íntima. —Sobre lo que pasó hoy con ese tipo.

Cleo asiente, sentándose un poco más derecha en la tina, causando que más burbujas se arremolinen a su alrededor.

—Lo siento si te hice sentir incómodo, Jay. No era mi intención. —dice Cleo con sinceridad en su voz.

Jacob sacude la cabeza.

—No es eso. Solo que… fue difícil ver a alguien del pasado de repente. No sabía cómo reaccionar. —admite Jacob, sus ojos encontrando los de Cleo.

Cleo suspira suavemente, entendiendo la confusión y la inseguridad de Jacob.

—Deuce fue una parte importante de mi pasado. Pero ahora estoy aquí, contigo. —dice Cleo, tratando de tranquilizar a Jacob. —Quiero que sepas que, aunque tengo una historia con él, mi presente y mi futuro son contigo.

Jacob se siente aliviado al escuchar eso, pero todavía hay algo de incomodidad en su interior.

—Gracias por decir eso, Cleo. Pero, ¿qué piensas hacer ahora que él está aquí? —pregunta Jacob, queriendo entender los próximos pasos.

Cleo se toma un momento para considerar sus palabras.

—Ya le he dicho lo necesario. No creo que se quede por más tiempo aquí.

Jacob asiente, sintiendo una mezcla de alivio y aprehensión.

—Está bien. Solo quiero que sepas que… me importas mucho, Cleo. Y no quiero perderte. —dice Jacob con una voz sincera y vulnerable.

Cleo sonríe y extiende una mano mojada hacia Jacob, quien la toma con suavidad.

—Y tú me importas mucho a mí, Jay. —responde Cleo, apretando su mano. —Vamos a superar esto juntos.

Jacob asiente, sintiéndose reconfortado por las palabras de Cleo.

—Gracias, Cleo. —dice Jacob, soltando suavemente su mano. —Te dejaré terminar tu baño. Estaré en la sala si necesitas algo.

Cleo asiente y sonríe.

—Gracias, Jay. Nos vemos en un rato.

Jacob se sienta en la sala, tratando de calmar sus pensamientos mientras espera a que Cleo termine su baño. Finalmente, Cleo sale envuelta en una suave bata de baño, su cabello mojado cayendo sobre sus hombros. Ella se sienta junto a Jacob en el sofá, notando su tensión.

—Jay, quiero hablar contigo sobre lo que discutí con Deuce. —comienza Cleo, mirando a Jacob con seriedad.

Jacob asiente, preparado para escuchar.

—Deuce y yo hablamos a solas después de que te fuiste. Le expliqué que tú eres alguien muy importante en mi vida —dice Cleo con voz firme pero suave. —Él entendió que nuestra relación ha cambiado y que, aunque siempre será un amigo querido, mi corazón ya no le corresponde a él.

Jacob escucha atentamente, sintiendo una mezcla de alivio y aprehensión.

—¿Y él lo aceptó? —pregunta Jacob, queriendo asegurarse.

Cleo asiente.

—Sí, lo aceptó. Fue difícil para ambos recordar el pasado, pero entiende que mi vida ha avanzado y que tú eres mi presente y mi futuro. —dice Cleo, apretando la mano de Jacob con suavidad. —No quiero que te sientas inseguro. Estoy aquí contigo, y eso no va a cambiar.

Jacob suspira, sintiéndose un poco más tranquilo.

—Gracias, Cleo. Aprecio que hayas hablado con él y aclarado las cosas. —dice Jacob, mirando a Cleo con una mezcla de gratitud y afecto. —Solo quiero que sepas cuánto me importas. A veces es difícil, pero estoy aprendiendo.

Cleo sonríe y acaricia la mejilla de Jacob con ternura.

—Lo sé, Jay. Y estás haciendo un gran trabajo. No es fácil, pero lo estás manejando bien. —dice Cleo con una sonrisa cálida. —Vamos a superar esto juntos. Siempre puedes contar conmigo.

Jacob asiente, sintiéndose reconfortado por las palabras de Cleo.

—Gracias, Cleo. Me haces sentir mucho mejor. —dice Jacob, apretando su mano.

Cleo se inclina y le da un beso suave en la frente.

—Y tú me haces sentir querida, Jacob. Eso es lo más importante. —responde Cleo con una sonrisa.

La tensión entre ellos se disipa, dejando un ambiente de confianza y cariño. Jacob se siente más seguro de su lugar en la vida de Cleo, sabiendo que juntos pueden enfrentar cualquier desafío.

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