Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 70

ZORAH CHINANTSU, un nombre con un gran significado por el cuál debía hacerlo valer en su alta y gloriosa frase: Amanecer del verano milenario.

Hace cien años atrás había podido escuchar a voces de un lugar concurrido donde todo monstruo iba a tomarse unas vacaciones del mundo humano, del estrés que generaba enfrentarse o tener un encuentro con uno, y hace más de casi novecientos siglos que estaba buscando un lugar donde caer en descanso, su trabajo como guardana de su templo en Canadá era tan agotador que ya nada parecía animarle a disfrutar de su puesto.

Tal vez en culturas orientales su especie de Kitsune fuera venerada, protegida y respetada pero para otros lugares, solo era un lugar embrujado más. Aún con las especies distintas de seres inmortales que también existían en la ignorancia del ser humano o tal vez la estupidez misma. Zorah con tan solo 818 años, existiendo y protegiendo su hogar dejó a su compañero por un tiempo, este zorro la dejó marchar compasivo por el gran peso que ella misma sobrellevaba a diario. Proteger a los seres vivos en Canadá se había vuelto un caos total desde que una familia de vampiros se hospedó cerca al igual de su antinatural forma alimenticia. Esto tenía que tener un motivo, y para ello mínimo debía conocer un poco a cerca de los seres vampiricos para entender la absurda situación que enfrentaba últimamente.

Seguir el camino a esa aventura y el hospedaje a ese lugar fue sencillo, sus orejas sensibles y agudas lograron seguir a una familia hasta Transylvania, Rusia, lugar donde yacía el Hotel vacacional para monstruos. Lo tenso fue sentirse observada al punto que debió sacar sus nueve colas para mantener su postura altanera.

—¿Qué eres?

Esa voz infantil, aterciopelada y repentina fue la primera de muchas que se llevó el sobresalto perpetuo de los latidos de su corazón. Esa piel palida, ojos azules como el cielo y sentada a la pared como si fuera magia.

No eres humana.

La afirmación había sido tan contundente que la hizo tragar saliva, nadie que dijera eso reaccionaba tan tranquila como esa jovencita frente a ella, su apariencia juvenil era similar al de ella, ¿La edad se podía notar? No, no a menos que hablara demasiado cortes y educada para el siglo presente.

—¿Por qué dices que no lo soy?—se aventuró a preguntarle, mientras su cabello pelirrojo ondulado y orejas pelirrojas tiesas demostraban su seguridad e imponencia calmada.

Porque ningún humano puede pisar mi hogar, y por supuesto, el hotel Transylvania. —aclaró la joven de piel pálida y ojos celestes, tranquilamente.

—¿Y tú eres?—preguntó a la defensiva.

Yo soy...

—¡Maravilloso! Un kitsune nos visita. Soy Vlad Drácula, y ella es mi hija Mavis. Somos los anfitriones de este establecimiento vacacional. ¿Cómo ha sido su viaje hasta aquí?—intervino com cortesía un hombre mayor alto trajeado a la antigua y con una capa interna roja y externa negra, zapatos y cabello negro estirado hacia atrás, pálido de ojos azules.

—Bastante interesante. Y así es, soy un Kitsune, mi nombre es Zorah Chinantsu, y me gustaría disfrutar de unos meses vacacionales aquí, ¿Hay lugar aún o debí hacer reservación?—preguntó algo nerviosa. Aunque la emoción era clara tras el ligero movimiento de su colas expuestas detrás de su espalda.

—Por ser la primera vez, no tendrá problema para hospedarse. Sin embargo, sería bueno que agende su próximo hospedaje previamente. —sugiere Drácula con una mirada que demuestra regocijo— Hija mía, llévala a una de nuestras habitaciones disponibles, por favor.

Si, papá. ¿Has traído mas equipaje?

—No... No creí necesario.

Uff, entonces la pasarás más tiempo dentro que fuera. Vámonos, solo sígueme la corriente —responde la joven de ojos azules.

Zorah se sentía tan encantada con la actitud sociable de la hija de Drácula, fue guiada escaleras arriba. Así como también aprendió a que las cabezas vudú colgadas funcionaban como cerrojo o portavoz para servicio a cuarto. La habitación tenía una fachada medieval y rústica, espacioso y cómodo.

Sigo sin entender, ¿Qué es un kitsune?

La curiosidad que envolvía a la hija de Drácula la mantenía bastante divertida, interesada en entender mas a los vampiros mediante una pequeña amistad. La convivencia ayudaría bastante en este proceso de investigación "vacacional".

—Verás un Kitsune es: un ser mítico multifacético, que para cultura japoneza son metamorfos con capacidad de una forma de zorro pelirrojo a trasmutar a una humana, cuerpo mediante el cual podemos comunicar o engañar a los seres humanos. Tenemos un papel significativo en la cultura y la mitología japonesa, conocido tanto por sus travesuras como por la sabiduría y poder. Aunque hay dos tipos, soy la kitsune buena, es decir, una Zenko. —explicó con suma brevedad.

—¿Entonces la palabra kitsune significa zorro?—preguntó Mavis.

—Así mismo.

Pero los zorros no tienen muchas colas, solo una —opinó Mavis.

El número de colas define la longevidad de la sabiduría en los Kitsune, por ejemplo, tengo nueve colas porque tengo mas de ochocientos años. Aunque no lo parezca por mi tierna cara y estatura —aclara Zorah mostrando gestualmente con su mano sus ciento cincuenta centímetros de altura, altura por la cual siempre la consideraban una niña traviesa.

Mavis sonríe disimuladamente.

Entonces eres mucho mayor que yo. Eso es bueno, aprenderé de ti. —responde encantada.

—¿No te molesta que sea muy mayor?

No, si te fijaras más al entorno donde estás, notarías que ya estoy acostumbrada. Hay una pareja de hombre lobo, una momia, un Frankenstein y mucho mas viejos que yo. —admite encogiendo sus hombros con resignación— Es mi pan de cada día.

—Vaya. Tienes razón. Aunque yo también quisiera aprender de ti, ¿Podría ser posible?—pregunta Zorah.

Mavis la admira con una digna expresión de confusión.

¿Aprender de mi? ¿Cómo sería eso...? Yo creo que con mi papá, aprenderás más que conmigo, ¿No te estarás equivocando?—preguntó.

—También me puede ayudar, pero, como estoy para descansar creo que sería mejor tener una amiga en el hotel a tener una relación profesional con el dueño del Hotel. ¿Me entiendes?—pregunta sugerente mientras se sienta en la cómoda cama.

Uhm, supongamos que fuera así. Pero... ¿Qué podría enseñarle yo?

—Los conocimientos básicos o los que puedas de tu especie de vampiro. Tengo un problema con una especie similar a usted y me gustaría saber como conseguir una solución pero solo aprendiendo a convivir contigo creo que podré obtenerlo —confesó.

Mavis se sorprendió, la mira ceñuda.

¿Similar? Si te hace problema, ¿Porqué nosotros seríamos diferentes según su opinión?—preguntó desconfiada.

—Por el color de tus ojos. Los tienes azules, y sois mas sociables de lo que yo he podido recaudar información.

—¿Y de qué color son los de esos vampiros que mencionas?—pregunta Mavis mientras se cruza de brazos.

—Dorados.

La joven vampireza soltó un gritito de incredulidad, logrando alertar al padre que ninguna sabe de donde vino pero si que llegó muy velozmente hacia ellas.

—¡Mavis! ¿qué te pasa? ¿Te has lastimado una ala? ¿te sientes bien? ¿le pasó algo a la huésped...?—preguntó nervioso Dracula, buscando el daño pero nada encuentra pero si miradas divertidas de ambas jovencitas— ¿Porqué me miran así? He hecho algo gracioso, a caso?

Eres muy sobreprotector papá, solo me sorprendí por algo que ha dicho, Zorah. Algo muy extraño y preocupante.

Dracula frunce el ceño.

—¿Cómo que extraño y preocupante? ¿Es algo qué pueda ayudar o daña a mi niña?—pregunta aun metido en su instinto sobreprotector.

—No expone en peligro a su hija. Sino que, me es incómodo comentarselo pero... En mi pequeño templo en Canadá tengo una situación complicada con vampiros, y ...—titubea avergonzada, temiendo ofenderlo.

Y me ha mencionado que estos vampiros tienen ojos dorados, papá. Y le estan causando problemas, quiere saber qué es lo que tenemos de diferente con ellos por el color de nuestros ojos. —completo la oración Mavis.

—Si son dorados... No sé cuál será su alimentación. Conozco los de ojos rojos por la alimentación de sangre humana, pero... Dorados, no. No conozco de esa especie, ¿De qué se alimentan para causar problemas a un Kitsune como usted?—pregunta extrañado Drácula.

Los ojos dorados o ámbar de ella se crispan con severidad.

—Animales. Son bebedores de sangre animal, matan animales por cada zona hasta que ya no quedan nada de ellos. Me saca de quicio porque hasta ahora he podido mantener en vida ciertas especies pero otras, las he perdido por la culpa de esos vampiros —sisea molesta recordando a esas criaturas.

—Oh.

Dracula parecía haberse quedado sin palabras, pero Mavis se acercó para ofrecerle consuelo.

Buscaremos una forma para ayudarte. Nosotros no consumimos sangre humana, a papá le desagrada pero como vampiros aunque sea una vez de entre tanto tiempo debemos consumirlo o nos extinguimos. Pero no nos es obligatorio, podemos comer cualquier otra cosa o comida humana —comenta como si estuviera tratando de consolarla con esperanza propia.

Levanta su mano a acariciar el cabello negro de la joven, conmovida por la humilde ayuda.

—Ella tiene razón, eres uno de los nuestros aún cuando mantengas relación pacifica con los humanos pero haz venido buscando ayuda y descanso a tu martirio en el entorno. Haré todo lo posible para que puedas recomponer fuerzas en el tiempo que necesites vacacionar y buscaré información acerca de lo que has encontrado. —dijo Dracula con total diplomacia.

—No quiero ser otra molestia...

No lo eres. Haz venido al lugar correcto para descansar y conseguir respuestas. Papá es el mejor para eso.

Zorah sonríe con una sensación feliz y en paz absoluta.

—Muchas gracias por su ayuda.

Hizo una ligera reverencia con un acto digno de respeto y gratitud.

Cohibiendo a ambos vampiros quiénes sonríen ante la actitud de la Kitsune.

Este solo había sido el comienzo de la fructífera amistad. Desde esa vez, su agobio y preocupación había disminuido notablemente, hasta su regreso al templo fue para mejor, porque Dracula y Mavis vinieron a solucionar su problema de raíz.

•─ ⃟ ⃟───────••✦••────── ⃟ ⃟──•


Mavis se encontraba siendo apretujada con un caluroso abrazo de su mejor amiga, llevaba bastante tiempo sin verse. Mientras que Jared se removía nervioso cerca del Jeep en el que habían venido.

—¡Estoy tan contenta de que hayan llegado a mi hogar!

—¡Santa Babia! Yo estoy mas feliz, estás demasiado hermosa, Zorah.

Ambas se sonríen cómplices.

La joven pelirroja de ojos verdes sonríe con su onduleante melena. Sin embargo, en cuánto sus ojos se cruzan con el joven que acompaña a su vampirita favorita queda con una expresión de pura sorpresa.

Frunce el ceño al verlo temblar.

—¿Tu amigo que es?

Jared con solo escuchar su voz tan femina, clara, determinada y astuta lo hizo temblar tanto como el cosquilleo que lo acaloró de sobremanera. Cayendo de rodillas hacia ella.

—¿Estás bien?

—¿Yo? Totalmente... De maravillas —responde aturdido y con una gran sonrisa, al estar escuchando las palabras de Sam en su mente. Postrado de rodillas ante ella.

«Es una especie de gravedad. No puedes resistirte. Una vez que te imprimas, la persona se convierte en el centro de tu universo. Serías cualquier cosa que ella necesite: un hermano, un amigo, un protector...»

"Es como si te arrancaran los pies de la tierra. No es la tierra la que te mantiene aquí ahora, es ella. Y nada importa más que ella. Y te harías cualquier cosa, serías cualquier cosa por ella..."

—¡Oh! ¡sisisisisi!—chilló encantada Mavis, feliz de que haya ocurrido.

Zorah se voltea a verla con ansiedad.

—¿Qué acabas de hacer niña? Dilo.

A Zorah no le gustaban las sorpresas y mucho menos no entender nada.

—Jared se ha imprimado en ti.

La kitsune se acerca y acuclilla frente a él, notando perfectamente como ante la imagen del reflejo en el ojo de ese nativo moreno se ve ella más mayor. Hasta podrían decirse que tenían misma edad física. Sorprendida se relame los labios antes de decir.

—¿Seguirás mirándome embobado o vendrás conmigo para explicarme lo que ha ocurrido aquí?—pregunta.

Jared la mira y tembloroso lo intenta pero no puede. Sin embargo, nota la mano que ofrece la pelirroja.

—Te ayudaré, no temas de mi.

Él no le temía pero si que le dio nervios notar las orejas de zorro y varias colas que salieron repentinamente, viéndose detras de su espalda unas nueve.

—No te tengo miedo, pero eso si... No sé que eres. —admitió nervioso.

—No te preocupes, esa retroalimentación de conocimiento lo haremos dentro de mi templo. ¿vienes?—pregunta Zorah, nuevamente con una sonrisa cálida.

—¿Y ... Mavis?—pregunta Jared buscando a su amiga y frunce el ceño al no encontrarla.

—Hace tiempo que entró primera. —ríe divertida al notarlo despistado.

—Oh, perdon por ser tan lento.

—Nah, no hay problema.

Una vez dice eso, con un estiron ligero lo levanta del suelo. Dejando aún mas aturdido a Jared.

—¿Y esa fuerza?—pregunta asombrado.

—Ay, Ay, ven dentro y tal vez te lo digo.

Jared la siguió entusiasmado.

La magia de la imprimación había hecho su acto de presencia. Y Mavis sabía que la vida de Jared a partir de este momento cambiaría bastante, aunque eso ya se encargaría él mismo de hablarlo con Sam, esperaba no haberlo metido en un problema.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro