Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 68

Leah no conocía esta parte tal decidida y detallista pero de actitud severa en Griffin, bien sabía que era unos años mayor que ella pero nunca antes lo había visto actuar de esta forma. Ya hace una hora que había agarrado tomado toda la sobreprotección del mundo para llevarsela a un establecimiento hospitalario pero no era uno especialmente humano.

Claramente no lo iba a admitir, pero aunque se haya imprimado en el hombre invisible y que de paso haya ingresado al verdadero mundo sobrenatural del que vivían los monstruos, eso no significaba que había olvidado por completo la molestia, incomodidad, o ira hacia su ex-prometido, y estar sentados en la sala de espera junto a él, no era su especial agrado aquella noche.

—Leah ya sé cuánto me odias, pero ahora mismo fija tu mirada en otro punto, no estoy de humor —bramó Sam con una actitud tan gélida, arisca y desinteresada hacia ella.

La ira calentó su piel.

—No te soporto.

Sam dirije su mirada fija en ella.

Quédate en silencio.

Leah abrió su boca con total indignación al escucharlo pronunciar esa frase con la voz Alfa, induciendo a su cuerpo a seguir la ordenanza. Si las miradas ahorcaran en vez de las manos, ahora mismo Sam estaría ahorcado entre sus manos.

Ambos se quedan estáticos y tensos en cuánto ven pasar a un tipo con gorgoñas en la cabeza, parecía ser un doctor por la bata y estetoscopio que llevaba colgado. Este parece entrar a la sala donde estaban en espera Mavis y Griffin, cuando cierra la puerta vuelven a quedar mas calmados.

—Tenía serpientes formando parte de su cabello... —dijo Leah en un murmullo fascinada.

—¿Será algún doctor de cabecera de Mavis?—se preguntó intrigado Sam, al notar como el alivio cruzó los rostros de Griffin y su impronta en cuánto lo vieron entrar en el consultorio.

—Probablemente así lo sea. Después de todo ellos conocen más este lugar particular que nosotros mismos —opinó Leah, viendo distraídamente el final del pasillo por donde pequeños niños fantasmas pasaban en compañía con una mujer de vestido blanco.

Sam suspira aceptando esa probabilidad contundente, sin embargo, entre sus pensamientos aún está la única duda que lo mantiene tenso y molesto: «¿Porqué no puedo estar en la consulta con mi novia? Maldito seas hombre invisible»

Las horas pasaban tan lento fuera en el pasillo, comparado a lo que se desarrollaba dentro del consultorio. Mavis se encontraba mordiéndose la uña de sus mano derecha, nerviosa.

—Gracias por disponernos la ayuda, Deuce. Esto me tiene demasiado tenso —agradece Griffin mientras se rasca la nuca bastante nervioso.

—Tranquilo amigo —responde con voz relajada el doctor con gorgoñas en la cabeza, manzas y tranquilas. El hijo de Medusa actualmente era el mejor doctor del hospital Monstradamus, un hombre hecho y derecho.— ¿Podrían contarme qué los trae hoy con tanta preocupación?, para empezar digo.

—He vomitado.

El doctor Deuce anarca la ceja al escuchar aquello.

—¿Y qué más?—pregunta mientras escribe en su recetario.

—En mi opinión fue por disgusto. Y he estado usando los condones humanos y condones de la tienda Monstree Market. —comenta Mavis con tranquilidad.

—¿Has tenido otros síntomas? ¿Se ha repetido o es la primera vez que ocurre?—pregunta el Dr. Deuce.

—Solo fue una vez. Osea hoy. Pero no, no he sentido otros síntomas.

—Los condones humanos pueden fallar ¿no? Puede estar embarazada, ¿Verdad?—pregunta Griffin tenso, mientras reubica su lente mejor en el puente de su nariz.

—Si, los condones humanos pueden romperse ante el contacto del cuerpo gélido de los vampiros. Sin embargo, la paciente ha dicho que usa también el otro tipo de condones, así que no veo que haya bebé en camino...—dice el Doctor mientras se desliza con su silla de ruedas hacia una pequeña mesa con algodones e inyectables vacíos y agujas para obtener muestra de sangre— Pero como veo que los tiene preocupados, podemos hacer una prueba de embarazo, solo necesitaría una poco de la sangre de Mavis.

—¿Y cuánto tiempo deberíamos esperar para los resultados?—pregunta Griffin con los brazos cruzados.

—Con ayuda de nuestra medibrujas, el tiempo sería solo de quince minutos a una hora dependiendo de las ordenes de resultados que esten en cola. —contesta con claridad el doctor.

—No estamos apresurados, podemos esperar—dice Mavis— Aunque sé que no lo estoy, solo fue un disgusto.

Griffin no cambiaba su rictus severo y tenso, solo miraba fijamente al doctor, quién siente un poco de calor por la presión de esa mirada. Traga saliva y moja un pocos sus labios.

—Bien, sube a la camilla Mavis. Te quitaré un poco, ni lo sentirás a menos de que no te estes alimentando correctamente claro...—dice el Doctor Deuce, mientras identifica rápidamente el conducto correcto ya que como vampiro era obvio que no tendría un flujo de sangre humano, solo debía clavar la aguja y estirar con la misma para obtener la sangre que inmediatamente llena el cartucho. Lo coloca en un frasco alargado pequeño y lo pone en un cuenco burbujeante que parece teletrasportar inmediatamente el frasco hacia la medibruja.— He visto que ambos tienen dos lobos fuera, ¿Son sus parejas?

—Si, las cosas han cambiado mucho. —dice Mavis con una felicidad plena.

—Veo tus intenciones, Doctor Gorgon. —advierte Griffin.

Una mueca curva torcido en la mejilla en el hombre caucasico de ojos verdes.

—Tch, no es ningún secreto. Solo me gusta saber cómo está ella —comenta con una voz calmada pero la mirada y sus gorgoñas evidencian que el hijo de Medusa sigue adorando a Cleo aún con la distancia— Mientras esperamos los resultados, me gustaría saber si has tenido contacto con Cleo.

Mavis abre sus ojos sorprendida. Y nerviosa mira a Griffin, se muerde el labio al no saber como responder. Era justamente esto en lo que no quería involucrarse, mucho menos sin saber en qué condiciones habían terminado la relación entre ambos.

—Eh... ¿no has podido hablar con ella?

—Les parecerá tal vez más incómodo a ustedes que a mí mismo, pero he perdido su número...

—Oh, pensé que ella había determinado no hablarte más —opina Griffin sorprendido por la forma en la que se expresa el joven.

—Eh... Siempre hemos estado en comunicación, si lo que los pone incómodo es no saber nuestro tipo de relación puedo decirles que no estamos propiamente juntos, pero acordamos que si ambos seguíamos sintiendo lo mismo, en unos años volveríamos a continuar con nuestra relación. Como verán estudié medicina, mi carácter al igual que el comportamiento de mis serpientes es mejor que antes, asi que... Me tiene bastante entusiasmado poder contactar con ella —aclara Deuce mientras parece que el tiempo pasa más rápido y el caldero pequeño de la mesa escupe un papel— Oh, no hubo mucha cola al parecer, veamos cual es el resultado de la muestra.

Mavis traga saliva y trata de no mirar con pena a Deuce. Saber que este chico seguía estando enamorado de Cleo y que ella ahora estaba con uno de los cachorros en camino a una relación a futuro, ya presentía un agobio puro.

—Perfecto. Me encanta el servicio de sus medibrujas, deberías buscar una también para la tribu Quileute, Mavis —propone Griffin con un rictus más agradable, como si quisiera enfocar toda la atención en ese punto.

—¿Tribu? Bueno, creo que eso puedo enterarme luego —dice el doctor Deuce, leyendo la nota y los resultados, por lo que con una sonrisa jocosa anuncia— Buenas noticias, no estás embarazada pero... Deberás alimentarte mejor, hay algo que no estas pudiendo digerir bien y te está causando acidez estomacal.

Mavis hace una mueca de molestia.

—Solo he estado comiendo mis bu-nanas

—Entonces creo que es tiempo de suspenderlas por un tiempo. No le esta haciendo bien a tu digestión —recomienda Deuce— A menos de que quieras que estas nauceas produzcan proximos malentendidos, te recomiendo que busques otro aperitivo.

—¡Qué dicha! Drac no me matará, no sabes la tranquilidad que me trae esta noticia, aún no estoy listo para ser tío y sé perfectamente que mi amigo tampoco lo está para ser abuelo —aclara tan aliviado que empieza a reir encantado con la noticia.— Tenga por dado que ayudaré a Mavis a que mejore su alimentación, de eso no se preocupe.

—Todo sea para ya no bajarte la azucar con este tipo de sorpresas, ¿No?—pregunta con ironía y molestia fingida Mavis. Estaba claro que ser mamá algún día llegaría, pero al menos no sería hoy y eso no le molestaba. Aunque tenía cierta tristeza de no poder hacer feliz todavía a su lobito con una noticia así, aunque bien que lo disimulaba.

—¡Claro! Yo prometí que llegarías aunque sea a los ciento treinta sin hijos, sino Wayne y yo, morimos.

—¿Y porqué lo harían? Drac estaría nervioso por ser abuelo pero no veo motivos por el que se desquitase contigo —interviene extrañado Deuce.

—Perdonen, pero es un acuerdo privado que no puedo compartirles.

Mavis frunció el ceño al entender que había sido el acuerdo y motivo claro por el que Griffin había venido a acompañarla desde que se vino a vivir en Forks.

—Bien, Mavis sera que... Puedes... No sé... Eh... ¿pasarme el número de Cleo?

—Sis... Espera te lo paso. ¿me das un boligrafo y papel?

—Ah, si. Claro. —dice el doctor Deuce dandole lo que pide.

Mavis nerviosa anota el numero de su amiga en el papel, pidiendo a los dioses de su amiga que esta no la quisiera sepultar por el escandalo que vendría encima una vez que se contactaran.

—Ten, espero te sirva. Aunque...

El doctor Deuce parece prever algo, por lo que sus gorgoñas juguetona sisean a Mavis, mientras que le pasa los resultados de prueba negativa de la sangre ante el posible embarazo.

—No te preocupes, Mavs. Solo quiero verla y saber que está bien.

Mavis tiembla nerviosa al capaz haber sido muy obvia. Griffin ríe encantado.

—Bien, creo que nosotros ya nos podemos retirar. Afuera estarán tenso por las noticias y por nuestra demora.

—Si, fue un gusto poder verlos. Y espero que para la próxima tu salud sea el mejor. —se despide el Doctor.

—Si, se intentará. Gracias Deuce.

Y sin más, ambos salen del consultorio encontrandose con una escena no tan inesperada pero tampoco tan agradable de ver, Leah estaba peleando por algo con Sam y su pareja estaba a punto de nombrar algo que sabía que desataría pleito por lo que con solo una voz clara dijo:

A parar ya. Vayamonos a casa.

Con su voz hipnotica sentenció, y ambos se separaron por obra de magia, reacios y con ganas de seguir matándose mutuamente.

Siendo así, como todo al final había resultado solo una falsa alarma.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro