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Capítulo 48

Mavis llegó justo para cuando sus amigas salían hacia el auto. Se estiró los brazos y espalda un poco, para liberar tensión, seguidamente de echarle ganas para trotar hasta ellas.

—Holaa.

Angela y Jessica sonrieron encantadas de verla, tirándose ambas a abrazarle.

—Casi pensamos que la ciudad te había tragado, Mavs. ¿Porqué tardaste tanto?—pregunta Jessica, una vez las tres se separan del afectuoso reencuentro.

—No se demoró mucho, Jess. No seas exagerada —replicó Angela.

Mavis sonríe incómoda, pero termina por hacer gesto hacia el auto.

—Subamos y lleguemos a un lugar donde comer, primero. Muero de hambre, chicas.

Jessica bufa, y Angela acepta yendo rápidamente hacia la cabina del conductor, inmediatamente cada una en su acomodado lugar. Al salir las tres juntas, siempre Mavis quedaba sentada en la parte trasera del auto justo en el medio de ambos asientos de copiloto y conductor, mientras que Jessica tomaba el lugar del copiloto y Angela siempre como la conductora responsable.

Una vez dentro, se refugian del anochecer y recorrer con el auto por Seattle, en el trayecto comienza el chisme entre las tres.

—Bien te escuchamos, cuéntanos como te fue con Bella. —pide Jessica impaciente, volteando un poco su cuerpo hacia atrás, delimitada por el cinturón de seguridad.

—El trayecto de la tienda hasta la tienda de preferencia de vuestra compañera no fue ni corto ni largo, intermedio. Y en definitiva, es amante de la lectura, porque llegamos a una tienda de antiguedades pero enfocada a los libros y otras cosas. —empezó a contar Mavis.

—Oh, supongo es normal. Es muy tímida y callada, que le gusten los libros tiene mucho que ver con su... Personalidad —dijo Jessica sin saber muy bien definir a Bella.

—Es nueva, desde mi punto de vista, aún no nos tiene mucha confianza. —opina Angela.

—No me quejo de su forma de ser. Sino de su curiosidad...—admitió Mavis con una mueca de disgusto.

Angela y Jessica compartieron por unos segundos suficientes como para saber a qué podía referirse su amiga mayor.

—Mierda, esa nueva no sabe que cosas hablar y qué cosas ni por asomo preguntar. Es muy metiche, y mi ojo lo percibió desde que almorzamos juntos —reacciona Jessica, totalmente molesta.

—Se lo advertí claramente, de que no te lo preguntara. Es muy... Insensible. —Angela murmura con una voz cerrada.

A ambas jovencitas se le notaba expresamente su disconformidad ante el tema de conversación que dicha chica nueva había elegido tener con Mavis, su mejor amiga y a la que había sido claramente acosada, perturbada por los Cullen. No se lo iban a perdonar.

—Esto... Sé que ambas me adoran, pero no deseo que entre su círculo social creen una pelea discordiosa a raíz de mi, no vale la pena perder tiempo de su juventud en ello —expresó Mavis, agradecida por tanto cariño puro.

—No, no, nosotras no perdonaremos esa falta contigo, eres nuestra mejor amiga. Bella no debió hablar de ello —reclama Jessica, con su ceño fruncido.

—Jess, capaz no haya sido con esa intención, cálmate. —pide Angela tratando de pensar en frío.

—Legalmente, le avisé que se mantuviera alejada de los Cullen. Sin resentimiento. Si no lo hace, ya no es nuestro problema realmente... —expone su migaja dicha.

Angela y Jessica suspiraron a la misma par, al ver la despreocupación de ella.

—Si tu lo dices así, así será —contestó Jessica dejando por cerrado el tema.

—Aunque... Hace una semana atrás, Bella se anda comportando extraño en relación a los Cullen —comenta Angela como recordando un suceso— Bella estuvo expuesta a un accidente automovilístico puesto por las ruedas de un coche de un amigo nuestro a raíz del suelo resbaladizo por la lluvia.

—Oh, cierto. Tyler casi la mata con su coche. Pero Edward la salvó por los pelos, recuerdo que estuvo unas horas en el hospital y al día después, ella se quedaba mirando de más a la mesa de los Cullen. —comenta Jessica adjuntando mas información.

Mavis cierra los ojos escuchando esa información, sintiendo molestias dirigidas hacia esos estupidos vampiros truchos, se notaba claramente que estaban llamando la atención innecesariamente.

—Bueno, al menos no ocurrió una desgracia. Charlie hubiera estado mas perdido que una lechuza ciega —comenta tratando de ser participe del tema de conversación.

—Sii, tiene una bendita suerte de no morir, la tonta de Bella. —murmura Jessica mientras se mira un momento por el espejo retrovisor. Acomodando su cabello al instante.

—Suerte no es, solo ha sido una casualidad el haber sobrevivido. —mumura Mavis.

—¿Mavs?

Sus ojos celestes se dejan ver, para mirar hacia Angela por dicho llamado.

—¿Si?

—¿Qué opinas de Bella?—pregunta Angela seria y concisa. Dándose cuenta del esfuerzo por seguir el tema.

—Eh... No sabría decirte. La conocí recién, pero me desagrada su curiosidad donde no le incumbe —contesta Mavis, muy por encima.

—Ya veo. Es comprensible, no te culpo pero espero no te vayas a incomodar si fuera el caso de volver a coincidir con ella en otra oportunidad —dice Angela tratando de sobrellevar el tema por la paz.

—Si no habla de ellos, no me verás incómoda. Pero, no pidas milagros no soy ninguna genio para conceder deseos ni conseguir la cura para todo —contesta Mavis  con una sonrisa despreocupada.

—Bien, mucha charla. Vayamos a comer en este restaurante. Tengo antojo de sushi o pastas —interrumpe Jessica.

Mavis y Angela la miran con una sonrisa al notar la actitud apática. Jessica era así cuando tenía mucha hambre, y mejor era complacerla ya o se les vendría la ira de medusa encima.

—Vamos, vamos.

Sin embargo, en cuanto Angela estaciona el auto, bajan y ponen seguro al mismo. Se cruzan con dos personas de camino a la entrada de dicho restaurante, quedando las tres con un agujero negro de incomodidad en sus estomagos, pero la sonrisa prefabricada de Jessica sale para disimular la desgracia que sus ojos ven.

Bella y Edward vienen hacia ellos. Como si se hubieran encontrado por alguna parte y tuvieran la misma idea que ellas, el de comer.

—Oigan disculpenme por no contactaros, chicas. Se me hizo un poco tarde en la librería—se excusa Bella.

Sin embargo, Edward mira amablemente a las chicas pero su sonrisa decae al conectar miradas con Mavis, ambos tuercen sus labios.

— Lamento haberla retrasado. Nos encontramos y conversamos un rato. —se disculpa Edward.

—No, nosotras lo entendemos. —dice Jessica con esa sonrisa falsa.

—Si, no importa ya. Lo bueno, es que Bella esté entera y sana, el tiempo no es muy importante ahora —comenta Angela con un gesto de no hay problema, con la espalda curvada hacia ellos, mientras disimuladamente toma la mano de Mavis. Su gesto de apoyo— Ahora estabamos por ir a comer.

—Quiero asegurarme de que Bella tambien coma algo, no las interrumpiremos si no tienen problema, claro está para todas —interviene Edward.

—Claro... —acepta Bella cohibida.

Mavis se abstuvo a gruñir con molestia.

«Saaaam, esto no era parte del plan»gimió internamente a modo de protesta, totalmente inconforme.

—Vamos, no molestan. Jess, vayamos a alimentarte o yo seré la primera en estrangular a alguien por comida —bromea Mavis, para aligerar la tensión.

Jessica ríe plenamente al igual que Angela, yendo enseguida hacia la puerta. Obviando ahora la presencia de Bella con la compañía de Edward.

—Hoy no está siendo tan perfecto día...—dijo entre un murmullo Jessica.

—Tranquila, con la comida seguro mejora —dijo Angela optimista.

Siendo así como la cena se fue dando, a sabiendas que Bella estaba cenando en compañía de un vampiro trucho. Y Mavis disfrutando plenamente de las pastas con sus amigas.

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