Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 43

Griffin se encontraba sentado sobre una cobija roja y blanco a cuadros sobre el pasto verde de aquel bosque, habían terminado de comer hace unos instantes, por lo que cada uno procedió a llevar su bebida con ellos y sentarse para compartir la conversación seria que prometía esta reunión.

Aunque, fue bastante divertido notar los predominancia, el marcaje de territorio y celos de Leah en ese momento, ya que se había sentado en su regazo, dejandola entre sus brazos a voluntad propia y su espalda acolchandose por su cuerpo, al ser un hombre medio fornido, su amada parecía mas pequeña y ponzoñosa en esa posición. Lo cuál no pudo evitar sonreír de dicha, no por la actitud tóxica, sino porque ya lo aceptaba como suyo aún cuando el rechazo de los primeros instante le hubiera dolido como agua caliente en su rostro, pero aquello ya era agua pasada, por suerte.

La abrazó y aceptó dichoso. Mientras que el cuerpo de la nativa se relajaba considerablemente entre ese gesto.

—Bien, como ya sabrás, nuestra gente desde que tenemos memoria nos han contado historias de nuestros antepasados, nuestros ancestros, y has comprobado en estos meses que la habilidad de proteger mágicamente se ha vuelto una parte de ti. —empezó Sam, quién también envolvía entre sus brazos a su impronta, no perturbado por la escena romántica sino por el nerviosismo de volver a hablar con Leah, después de tantos meses sin haberlo hecho.

—Papá está al tanto de lo que soy, no te preocupes por mi. Ya nada nos une. —Leah resopla incómoda.

—Me parece que te estás equivocando, cachorra. —interviene Mavis, incapaz de no ser parte de la conversación. Solo para aplacar el nerviosismo de su lobito— Como ya eres una loba, parte del mágico cargo de protector de estás tierras, debes saber que ya hay una manada formada mucho antes de que despertaras la genética.

—¿Y porqué me interesaría saber eso? Nadie estuvo para cuando cambié, solo estuvieron Griffin y Cleo. —Leah contesta a la defensiva.

—Ups, esa puede ser culpa mía. Disculpa esa gran molestia para ti. —Mavis contesta apenada— Te debe interesar porque tu tribu ha colocado a Sam, por ser el primer en cambiar, como el Alfa de esta generación de lobos protectores. Y como Alfa, eres parte de la manada, quieras o no.

Leah tiembla totalmente molesta por la forma en que lo dice. Escuchando en su cabeza palabras propias de su padre: "Todo lo que pasó entre Sam y tú estaba predicho, no estaban destinados para estar juntos y éste era el motivo. Eres una protectora hija, es un gran honor y responsabilidad absoluta. Serás una hermana más dentro de la manada. Es tu deber, ser unida y pertenecer a una."

—Me rehuso. No lo necesito.

—Leah, sé que en estos momentos no soy la persona a quién quiera tener cerca. Pero necesitas unirte a la manada como tal, eres una hermana y todos debemos unir fuerzas para cuidar nuestro territorio de los fríos —interviene con una actitud pacífica, aunque el tono de voz parecía imperceptiblemente molesta.

—¡Si claro, me quieres ahora como hermana, después de todo lo que me has hecho pasar! —Leah grita molesta. Indignada y dolida— No quiero estar cerca de ti imbécil. ¿cómo se te ocurre haberme hecho pasar por el infierno que dejaste atrás? Ah, claro, debió ser porque te enamoraste de la fría, alguien mas linda que yo, ¿No?

Sam se contrae de dolor. Endurece su mirada y se hace de valor.

—Fui estúpido. Debí haberte dicho mi motivo, no huir como cobarde. No voy a pedirte perdón ni lamentarme más de lo que puedo hacer, sería hipócrita de mi parte. —Sam acepta los improperios— Cuando desperté como lobo una semana antes de nuestro casamiento, no sabía ni como volver a ser persona por eso desaparecí un tiempo. Luego me presenté frente a Billy, me enseñó a cambiar y mantener la calma, al día en que pude conseguirlo fui a verte a escondidas... Tu padre dijo que no sería correcto hacerlo, que podía lastimar a quienes me importaban, pero hice caso omiso y quería aunque saber si eras lo que tanto proclamabamos. Pero con solo verte a los ojos en una oscura noche, lo confirmé. No eramos almas gemelas, Leah. No caí postrado a tus pies, mi lobo no te reclamaba y eso me partió la ilusión de toda una vida. Por eso me fui, corté nuestra relación potque tu padre al verme dijo que era mucho mejor sentar cabeza a la realidad que seguir dandote una vida de una ilusión sin sentido.

—¿Qué...?

—Nosotros al despertar el gen de nuestros ancestros, también despertamos una dichosa magia adyacente a la estabilidad mental y física de nuestro lobo. Como nuestros ancestros resurgieron como lobos para proteger al amor de su vida, como lobos también reconocemos a nuestra huella al conectar miradas por primera vez, una vez despierto la leyenda en nosotros.— responde tratando de explicar la situación lo mejor posible pero está nervioso.

Mavis toma su mano, y la besa. Por consiguiente, causa un efecto de calma reflectiva al instante. Tragando saliva y remojando sus labios, para hablar como debe ser.

—Es decir, vemos a nuestra impronta, es la palabra correcta por el nombraron nuestros ancestro para definir nuestro mecanismo por el cual el cambiaformas Quileute encontramos nuestra alma gemela. —aclara Sam.

—He visto que es un fenómeno íntimo y profundo que existe solamente en esta tribu. Por lo que, no puedes cambiarla solo porque no te guste, es algo que debes aceptar porque es parte de ti una vez despiertas como un lobo. —añade Mavis, como para que fuese más claro la información.

—Cuando un lobo se imprima, la persona se convierte en su todo. Sintiendo un amor incondicional, donde mentalmente el espíritu protector que llevas dentro te dicta lo que serás para esa persona: Serás lo que necesite, un amigo, un hermano, un amante, un protector, una pareja romantica, lo que sea que el instinto y la persona necesite será la forma en la que te acercarás a tu imprimación —expresa con tanto sentimiento, con ojos brillando al recordar su propia imprimación— No importa qué clase de persona sea, sea mortal o no, es parte de tu vida, y se vuelve el ancla que te sujeta a la tierra. Todo lo que te ancla antes de ella, ya no es prioridad, sino esa persona.

—Entonces... Te imprimaste en ella. Una fría, una chupasangres. —concluye Leah, con una amargura profunda— Está en contra de nuestro instinto natural, ¿Lo sabes?

—Lo sé. Tanto yo como la tribu, dicen que ella es una impronta diferente. Mientras no se alimente cazando personas no es nuestro enemigo. Ni su familia, ellos no son como los Cullen —contesta Sam, un poco mas tranquilo al ver que ya no le gruñe.

—Esos caras pálidas consumen venados, y los ojos rojos sangre de nuestra gente. ¿Qué podría hacerla diferente a ella de los demás?—pregunta apática.

—Mucha diferencia si hay. Puedo comer ciertas comidas fuera de la alimentación que conoces. Es decir, la sangre es primordial para mi existencia, soy vampiro y un monstruo como tal, sin eso no existo. —se permite intervenir Mavis— Aunque yo consigo mi alimento de bancos al que donan la sangre, es extremista atacar a una persona y exponerse al mismo tiempo.

Leah no sabe que decir ante ello. Sentía molestia hacia ella, pero tampoco podía decir algun improperio, se lo había prometido a Griffin.

—Entonces, Griffin también es una impronta diferente.

—Exacto. Ellos son lo que nos faltaban para aceptarnos tal como somos, ellos son los ilegítimos monstruos que toda generación conoce. Y como entre ellos se respetan, nosotros también lo haremos. —comenta Sam abierto a todo tipo de conclusiones, sin estar a la defensiva tal como un líder debe escuchar y velar por un bien comun— Debes saber que está prohibido dañar a una impronta, si una llegase a estar en peligro o siquiera considerar lastimarlo debe abstenerse a las consecuencias. Puedes morir por la impronta, sin el imprimado perecemos de tristeza. Y una perdida de un miembro y hermano de la manada, es la herida mas punzante para una manada, se debilita y nuestra misión de proteger se verá imposible de realizar.

—No podría aunque quisiera dañar a tu chupasangres, si es a lo que te refieres Sam. Es inmortal y tu la proteges. —contesta Leah, petulante.

—Yo no tengo ningún problema contigo ni con tu impronta. Debes saber que, mi prioridad es la felicidad de Mavis.

—Y la mía es la de Griffin. Pero aún cuando comprenda todo esto, soy incapaz de perdonarte o tratarte bien, has sido el peor hombre al que he conocido, pero... No te deseo lo peor. Ya tienes un gran karma encima —dice en mención a su impronta— Haré lo mejor que pueda, pero no me obligues a tenerte respeto por ser el primer hombre lobo.

—Soy el Alfa de la manada, intrínsecamente me debes respeto, sumisión ante decisiones claves. Para ganar contra nuestros enemigos, debemos crear una buena alianza y llevarnos bien, madura. —expone Sam.

—Sos insufrible.

—Tu sigues siendo terca.

Ambos se desafían. Y Mavis como Griffin proceden a hacer lo que mejor hacen para causar alivio en sus lobitos. Los besan y piden a modo de necesidad:

—Calmaos.

Ambos gruñen entre dientes.

—Sht, sht, ¿Qué acaso no escucharon, perritos?— amonesta Cleo, encantada con el amor que profesaban sus amigos— Si vuelven a gruñir, los azotaré.

Leah y Sam tragan saliva ante la seriedad de Cleo de Nile. Tener a Cleopatra era tan irreal de conocer.

—A ti también te amamos, Cleo. —dijo Mavis escapandose de los brazos de su lobito en su forma murciélago para abrazarla mimosa.

Leah abre la boca sorprendida ante ese hecho, mirando inmediatamente al rubio, como si no pudiera creerselo.

—Por eso también sé que somos diferentes, los vampiros de esta localidad son bolas de discos. Mavis es una vampira original, y sabe hacer muchas cosas más. —comenta risueño Griffin, mientras besa cariñoso la punta de la nariz de la nativa.

—Creo que le voy capturando al hilo de esta caña de pescar...—admite Leah aún sorprendida. Acabó siendo muy sorprendida con esta conversación y reunión familiar.

Mavis era sobrina de Griffin, según lo que entendió. Y si la fría le correspondía con cariño de tío, debía suponer que ya todos eran familia. Quierase o no. Sin duda, se sentía muy abatida, mucha información que digerir, por li que aceptó el mimo de Griffin y se disposo a escuchar a esas dos reír armoniosamente.

«¿Quién pensaría que mi vida acabaría así? Siendo mujer del hombre invisible. Y cuñada de una vampira»pensó Leah.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro