capitulo 9
Capitulo dedicado a Nik_Mikaelson77 y NallelyHernandez147 por seguir mi historia y estar al tanto de mis actualizaciones...gracias chicas😘😘..
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Siento un inmenso dolor en la cabeza, poco a poco voy abriendo los ojos para acostumbrarme a la luz.
Recorro la habitación hasta que mi vista topa con cáterin, está sonriendo, pero no se ve una sonrisa alegre se ve triste.
- ¿cómo te encuentras? -. Su pregunta provocando que una punzada de dolo llegue a mi cabeza, dirijo mis manos a la zona para tratar de aminorar el dolor, cuando coloco mis manos en mi cabeza siento una venda en ella. -duraste dos días inconsciente...el golpe fue muy fuerte-.
Los recuerdos vuelven a mi mente rápidamente, todo lo sucedido esa noche vuelve a mi memoria y no puedo evitar sentirme mal al recordar todas las cosas que dijo de mí.
- ¿dónde está el? -. Pregunto con un poco de esperanza que estuviera preocupado por mí.
-salió...pero en un momento vuelve-. Responde.
-quien me ha cuidado estos días? -. Quisiera que dijera que el pero las posibilidades son mínimas.
-he...yo y la señora viki te hemos estado cuidando desde que perdiste el razonamiento-. Suspiro con pesadez e intento levantarme de la cama, pero cáterin no me lo perite. -todavía está débil...debes cuidarte el golpe fue grave...no sé cómo no te mato-. Contesta con cierto tono de rabia.
[....]
Después de que despertara, me metí a bañar y comí algo, cuando cáterin se aseguró que acabara toda la comida del plato se retiró para que pudiera descansar, la verdad no me siento mal solo por un pequeño dolor en la cabeza, pero fuera de eso no me duele nada.
Decido levantarme de la cama y mirar un poco el bosque desde mi ventana, él día esta nublado y parece que se acerca una tormenta.
Me siento en el marco de la puerta y miro él bosque.
Suspiro con pesadez al sentirme de esta manera, no puedo evitar sentirme mal al recordar todas las cosas que dijo de mí, siento una opresión en el pecho al recordar cada palabra que decía sobre mí, nunca me avía sentido así.
Siento como mis ojos empiezan a picar, la opresión en mi pecho se empieza hacer presente y pequeñas lágrimas se derraman por mis mejillas.
No entiendo por qué me odia tanto si yo no le echo nada, al contrario, él es él que me ha lastimado, quisiera que me tratara como Erik trata a cáterin, pero no o, aunque sea me tratara bien pero no cada vez que lo veo me ignora y no puedo evitar sentirme mal.
Y aunque quisiera odiarlo no puedo lo que siento en mi corazón es más fuerte que él odio que siento, creo que hasta me consideró masoquista por que entre más cosas hace lo que siento crece más, y cada vez que lo veo no puedo evitar alegrarme internamente, pero con una mirada basta para cambiar mi alegría por tristeza.
Siento un vacío cada vez que no lo veo, pero desgraciadamente cuando lo veo siempre me ha de lastimar con sus palabras.
Frotó mi rostro y decido bajar a cenar ya es tarde y a esta hora la señora viky sirve la comida, con la manga de mi sudadera limpio todo rastro de lágrimas y cuando estoy lista bajo al comedor.
-buenas noches señorita ¿cómo se siente? -. Me pregunta la señora viky cuando me encuentro por bajar el último escalón.
-me encuentro bien solo me duele un poco la cabeza-. Respondo.
-bueno me alegro que solo sea esa...pero siente se para servirle-.
-gracias-. Tomó asiento en la misma silla de siempre y espero a que regrese la señora viki.
Siento como una corriente de aire frío recorre mi cuerpo causando que la piel se me ponga de gallina, dirijo mi mirada a la entrada y lo veo, siento como mi pulso se empieza acelerar ya que siento él golpeteo detrás de mi oreja.
Dirijo mi mirada a mis manos mientras juego con una pequeña hebra que sobre sale de la sudadera.
-victoria-. Escucho como la nombra, ni siquiera se toma la molestia de preguntarme como estoy.
- ¿qué se le ofrece joven Derek? -.
-llévame la cena a la oficina...no quiero cenar aquí-. Ya sé que no quiere ni verme, pero no era necesario que lo dijera de esa manera.
-está bien en un...-.
-no es necesario-. Digo mientras me paro de la mesa y salgo al jardín ignorando los llamados de la señorita victoria.
Camino a paso veloz hasta situarme en el jardín trasero, tomo asiento y observo donde estaría la luna, pero las nubes la cubren por completo.
- ¿por qué me haces esto? -. Pregunto como si fuera a responderme, pero de alguna manera desahogo todo lo que siento. -por qué me mandaste como mate de él si sabes que me odia, supuestamente le debes de mandar a la persona que ame que él pueda querer y no solo a quien lo pueda querer sabiendo que lo que siento jamás será correspondido-. Siento como el nudo en mi garganta se hace más grande con cada palabra que digo.
Los minutos pasan y un me encuentro sentada en el mismo lugar, tenía un poco de esperanza que él me viniera a buscar, pero al ver que los minutos pasaban arroje esa idea de la cabeza.
Mi cabeza nuevamente me ha empezado a doler, pero aun no quiero entrar, aunque por dentro me esté muriendo por verle sé que al verle me lastimara de alguna manera, no físicamente pero emocionalmente sí.
Deseo tener devuelta mi vida de hace apenas unos meses, donde era libre, hacia lo que quisiera nadie me lastimaba, nadie me decía que me odiaba que le doy asco, nadie provocaba mi llanto con solo esas simples palabras al contrario las pocas personas que llegue a conocer les agarre mucho cariño, se preocupaban por mí, me preguntaban qué tal mi día cosas sencillas que realmente apreciaría en este instante.
Cuanto deseo un abrazo de mi madre, una caricia suya que me dijera que todo está bien que esto es un sueño y pronto despertare, pero lamentablemente no lo es y si así lo fuera no quisiera olvidarlo del todo, porque lo conocí a él, sentí sus labios unidos a los míos, sus caricias que provocaban cosas en mí que nunca avía sentido y sobretodo este sentimiento que crece cada maldito día y aunque quisiera que no fuera así no puedo evitarlo.
Frotó mi rostro con las palmas de mi mano y puedo sentir algo mojarlas, no me avía dado cuenta que estaba llorando, las limpio rápidamente con la manga de la sudadera y dé sido observar el cielo repleto de nueves espesas.
Me recuesto en el césped y cuando menos me doy cuenta caigo en un profundo sueño.
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