capítulo 4
- ¡QUE HICISTE QUE! -. Me grita Erik mi beta, ya que le conté lo que acaba de pasar hace apenas unas horas.
-lo que escuchaste imbécil-. Digo con fastidio. - estuvo a punto de hacerla mía-.
-pero, como que apunto -. Me pregunta con cierta curiosidad.
-si es que no soporto su aroma a humana me trae muy malos recuerdo... Y ya olvida lo-. Trato de restarle importancia.
-Derek tienes que dejar el pasado atrás ya sé que esos cazadores...-.
- ¡cállate! -. Grito con furia.
-Derek-. Me llama.
-quiero estar solo-. Menciono y lo veo soltar un suspiro para después salir de mi oficina.
Narra Emma
Trato de no llorar, pero me es imposible imágenes de lo que viví hace apenas unos meses se repiten en mi memoria, y no me puedo creer que de nuevo esté encerrada.
-qué mala suerte tenemos Emma-. Dice mi subconsciente.
Asiento y trato de despejar mi mente de esas imágenes, pero nuevas imágenes de lo sucedido hace unas horas inundan mi mente.
La forma tan posesiva en que me decían que era suya y después imágenes de sus labios unidos a los míos, su forma tan desesperada de besarme.
-ash deja de pensar esas cosas -. Me reemprendo a mí misma. -por su culpa estas aquí-.
Me limpio las lágrimas y me levantó de mi escondite ya que por estar entretenida llorando no me había percatado que hay una ventana en la habitación, me dirijo rápidamente a la ventana que se encuentra a un lado de un pequeño tocador he intento abrirla y esta sede pero todas mis esperanzas se esfuman al ver la altura son como diez metro de altura así que resignada me dedico a ver el paisaje que esta frente a mí, aunque ya es de noche no puedo negar que se ve hermoso aunque todo lo que veo es puro bosque, esa fue una de las razones por las que decidí mudar me esta parte de Canadá es por su bosque de cierto modo me trasmite paz.
Unos golpes en la puerta me alarman, rápidamente cierro la ventana y vuelvo a mi escondite que un espacio entre la cama y una mesita.
Escucho como la puerta es abierta y mi cuerpo se relaja al ver que es la señora viki con una charola en sus manos.
-señorita Emma-. Me llama mientras me busca con la mirada hasta que da conmigo. - oh señorita que hace ahí levántese-. Pide mientras deja la charola en la esquina de la cama y se acerca a mí y me ayuda a levantarme.
- ¿qué es eso? -. Pregunto mientras apunto a la charola tapada que está en la cama.
-es su cena señorita- Dice mientras la destapa y la boca se me hace agua al ver la exquisita comida que no sé qué es pero que se ve muy buena. - coma antes de que se le enfríe-.
Sin pensarlo dos veces me acerco a la charola dispuesta a comer.
-en un momento más vengo por la charola espero y le guste señorita-.
-espere voy a cenar sola-. Digo ya que nunca me ha gustado comer sola, aunque eso suene raro ya que siempre como sola.
-he porque quiere que me quede señorita Emma? -. Preguntas con cierta ilusión.
-si no es mucha molestia...no me gusta comer sola, aunque siempre lo hago-. Pido mientras me siento en la esquina de la cama.
-si claro me quedo señorita -.
-oh muchas gracias-.
Me siento en la cama y palmeo aun lado de mi para que la señora viki se siente.
Empiezo a comer en silencio, pero decido romperlo con una pregunta.
-señora viki que es mate? -.
Veo como la señora viki se tensa ante mi pregunta.
-eh mata es la pareja que nos envía nuestra señora luna para pasar la eternidad juntos-. Hace una pausa para respirar y después continua. -esa pareja es la única que te puede hacer amar de verdad -.
-entonces por qué me dijo que yo soy mate del señor? -.
-porque es cierto usted es la mate del señor-. Dice con seguridad.
-esto es muy extraño para mí-. Digo mientras termino el último bocado de la comida.
-con el tiempo lo entenderá-. Me alienta.
- ¡VICTORIA! -. El grito del señor me toma por sorpresa haciéndome dar un pequeño salto en la cama.
-el joven me llama tengo que irme -. Se levanta de la cama y recoge la charola ya sola.
-gracias por la cena y la compañía señora viki-.
-no es nada señorita que descanse -. Antes de que salga de la puerta la detengo con una pregunta.
- ¿usted es como él? -. Pregunto.
- ¿cómo él? -. Pregunta al no captar mi pregunta.
-sí, ¿usted también se transforma como el en perros gigantes?-.
Pregunto y escucho como la señora viki se ríe.
-no somos perros gigantes somos lobos-. Dice con naturalidad.
- ¡que! ¿entonces usted también se transforma como él? -. Preguntó con cierto asombro.
-sí...no más que ahí niveles entre nosotros los lobos-.
-así como las clases sociales -. Digo.
- ¡VICTORIA! -. Nuevamente se escucha el grito del señor.
-exacto señorita Emma...me tengo que ir la veo en la mañana-. Se despide nuevamente de mí y yo sólo asiento en forma de respuesta.
Me recuesto en la cama asimilando lo que me dijo, probablemente todos los que viven aquí son lobos.
Suspiro con pesadez y trato de conciliar el sueño.
Narra Derek.
-mande joven Derek-. La voz de victoria me desconcentra.
-no quiero que la humana salga de su habitación por nada del mundo a menos que yo lo autorice -. Ordeno.
-de acuerdo joven Derek-. Contesta.
-mañana quiero que le compres todo lo que necesite-.
- ¿ella me va acompañar? -. Me pregunta.
-no...te vas ir sola-. contesto. - solo pídele sus tallas y medidas, no quiero que salga de la casa por ninguna razón -.
-como ordene joven Derek-.
-puedes retirarte-. Ordeno.
[....]
Termino de arreglar unos papeles y me dirijo a mi habitación a descansar, subo las escaleras, pero antes de entrar a mi habitación escucho unos sollozos, me dirijo a la habitación de la humana y puedo escuchar con más claridad que los sonidos provienen de ella.
Giro la perilla de la puerta e ingreso, mi vista se dirijo a un pequeño bulto encina de la cama.
Veo como su pequeño cuerpo tiembla por causa de los sollozos.
Por un instante pienso en acercarme a ella y abrazarla, pero inmediatamente arrojo esa idea de mi cabeza.
-podrías callarte-. Veo como da un pequeño salto del susto, al parecer no se había percatado de mi presencia. - tus lloriqueos se escuchan por toda la casa-.
Sus pequeñas manos se dirigen a su rostro y limpia las lágrimas, en ningún momento voltea a verme ni siquiera cuando me habla.
-l..lo..siento-. Se disculpa.
-como sea solo trata de callarte-. Digo con frialdad.
La humana solo asiente, suspiro sonoramente y me encaminó a la puerta.
- ¿cuándo podré irme de aquí? -. Me giro con brusquedad al escuchar lo que susurro.
Me acerco rápidamente a ella y la tomo con fuerza del brazo
-escucha me bien-. Advierto. - ¡mira me a los ojos cuando te hablo! -. Alzo la voz.
Cuando sus ojos conectan con los míos siento algo removerse dentro de mí, su mirada trasmite miedo, pero a pesar de eso te transmiten...paz.
Agito mi cabeza para alejar esos pensamientos de mi cabeza.
-jamás, escúchame bien jamás vas a salir de aquí-. Su mirada está atenta a mí. Sus lágrimas no dejan de salir de sus ojos.
-por favor suélteme...me lastima-. Suelto mi agarre al percatarme que la tomo con mucha fuerza.
Salgo de la recamara dando un portazo.
-no sé qué voy hacer con ella...no podré soportarlo por mucho tiempo-. Pienso mientras entro a mi recámara.
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