Hace aproximadamente 3 horas que desperté en éste lugar y la desesperación se empieza apoderar de mí. Las lágrimas no paran de salir, me arde la garganta de tanto gritar que por favor alguien me saque de aquí, pero nadie viene.

- ¿Por qué? Otra vez encerrada- Digo al aire mientras más lágrimas bajan de mis ojos.

Escucho cómo alguien abre la puerta a lo que yo inmediatamente me arrincono en una esquina y me hago bolita.

Siempre que me siento en peligro adapto esta posición, es como un tipo de escudo para mí. Cuando me tenían encerrada, con esta posición lograba que los golpes que me daban dolieran menos.

-Hola - Alzo mi rostro y me encuentro con una señora de ya avanzada edad, se ve amable, pero en su rostro puedo ver arrepentimiento y tristeza.

-Por favor sáqueme de aquí - Suplico entre sollozos mientras intento encontrar refugio entre mis propios brazos.

-Yo... No puedo hacer eso señorita-. Dice mientras baja la mirada.

- ¿Entonces qué hace usted aquí? - No puedo evitar cuestionarla.

-Me mandaron para ayudarla a cualquier cosa que necesite.

-Oh...- Es lo único que logro decir.

-Mi nombre es Victoria—. Dice mientras me extiende la mano derecha, me levanto para extender la mía.

-Mi nombre es Emma- Digo mientras correspondo su apretón y con mi mano libre limpio mis lágrimas.

-Mucho gusto señorita Emma- me da una sonrisa la cual yo siento cálida.

Yo sólo le regalo una casta sonrisa.

-Se tiene que arreglar, el joven Derek quiere hablar con usted, acompáñeme por favor- Aunque parece una petición, lo siento más como una orden.

- ¿Quién es el tal Derek? - Pregunto con curiosidad y temor.

-Es el Alpha- Caminamos hasta llegar a una puerta de madera, a simple vista se ve madera muy pesada

- ¿Alpha? - Pregunto, pues no entiendo qué es eso.

- Sí, es el líder de la manada.

"Alpha y manada" Esas palabras están haciendo que mi cabeza duela más. La duda de que él sea el causante de mi encierro surge.

- ¿Por él es que estoy aquí? - Pregunto, ya que me está dando respuestas sin rechistar debo recaudar la mayor información posible.

-Así es- Afirma y después de encontrar una llave muy grande, la introduce en la cerradura abriendo la puerta dejando ver una habitación.

La señora Victoria me indica que me tengo que bañar, así que eso hago. Además de que lo hice porque la señora me cayó muy bien, siento que no podía estar más tiempo sin bañarme.

-Lo siento Señora Vicky, pero no me pondré eso- Digo al ver el vestido que me dio, es color rojo y creo que me llega como a la rodilla.

-Pero es lo que me dio el Señor Derek para que se lo pusiera- Veo cierto atisbo de temor en su mirada.

-Lo siento, pero me iré vestida con lo que traje. No quiero nada que venga de él - Digo con firmeza. No me pondré nada que provenga del que posiblemente sea mi secuestrador, además de que si lo uso se verán mis cicatrices.

-Bueno... está bien señorita Emma- Dice después de dudar unos segundos a lo que yo sonrío con satisfacción.

-Muchas gracias, pero no me llame señorita ¿De acuerdo? sólo dígame Emma.

-No...yo no puedo hacer eso usted es la mate del señor y merece respeto- Mueve su cabeza de un lado a otro en forma de negación.

- ¿Mate? - Digo mientras la volteo a ver y puedo ver que se pone nerviosa y agacha la mirada.

- Ah... este...- Su balbuceo me desconcierta ¿Acaso dijo algo malo?

-Victoria ¿Ella ya está lista? - Un señor como de la misma edad que Victoria nos interrumpe.

-Sí, ya...ya la puedes llevar- Por su cara de alivio, parece que el señor que nos interrumpió es su salvador.

El hombre me indica por dónde tengo que ir, mientras camino puedo ver que hay muchos cuartos y pasillos. Caminamos por un par de minutos y bajamos las escaleras, pasamos por lo que creo es la sala hasta que nos detenemos en una puerta muy alta de color vino y por alguna razón empiezo a temblar.

- Aquí es, la dejo señorita, con su permiso- Se inclina y hace amago de retirarse. Parece un señor amable.

<<Ay Emma, para ti todos son amables>>

-Gracias y por cierto, soy Emma- Lo detengo con esas palabras y le doy una sonrisa.

-Mucho gusto señorita Emma. Yo soy Carlos y estoy para servirle- Dice y me extiende su mano, yo inmediatamente correspondo el saludo.

Carlos se despide de mí y me deja a solas enfrente de la puerta.

Me acerco y logro escuchar la conversación que hay detrás.

- ¿No había otra forma Derek? - Pregunta un hombre con la voz un poco ronca.

- ¡Yo hago lo que se me da la puta gana! ¿¡De acuerdo?!- Responde el que creo es el tal Derek, y nuevamente empiezo a temblar.

-Ya llegó- Dice el mismo hombre de la voz ronca.

-Ya lo sé, apesta a ella-. Dice el tal Derek con tal asco que inconscientemente inclino mi rostro hacia un lado para olerme, pero no, hasta eso huelo bien.

Toco la puerta y al ver que no hay respuesta entro con la cabeza agachada.

- Largo de aquí Erik- Dice el tal Derek e inmediatamente reconozco la voz, es el mismo hombre de la otra noche.

-Pero...- intenta replicar el tal Erik

- ¡Largo! - Grita haciéndome sobresaltar.

-Me voy, pero si me entero de que le hiciste algo...te vas arrepentir Derek- Dice el que ahora sé cómo se llama, sale dando un portazo y hecho una furia.

Mis temblores son más fuertes, escucho cómo, al parecer Derek, suelta una pequeña risa.

-Por favor déjeme salir-. Pido con lágrimas en los ojos.

Escucho sus pasos dirigiéndose a mi he inconscientemente retrocedo hasta topar con la pared.

-Nunca-. Susurra en mi oído causando una sensación rara en mí, como si una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.

- ¿Por qué? -. Pregunto y las lágrimas empiezan a bajar, ya no las puedo contener.

- ¿Por qué? - Repite mi pregunta con altanería y suelta una risa que me hace temblar. - ¡Pues porque tú eres mía! ¡ME PERTENECES! —. Me grita mientras me toma con fuerza del mentón para que lo voltee a ver.

-Yo no soy suya y mucho menos le pertenezco- Digo en un susurro ya que mi voz no sale debido al nudo que siento en mi garganta.

Puedo notar cómo su cara se pone roja del coraje y por un segundo me arrepiento de lo que dije.

- ¿Quieres ver...cómo te hago mía? - Susurra en mi oído y todas mis alarmas se activan.

En un abrir y cerrar de ojos me encuentro en su escritorio y él encima de mí.

-Por favor, no me haga nada ¡Suélteme! —. Suplico y ahora mis lágrimas caen más rápido

Narra Derek

- ¿Quieres ver...cómo te hago mía? - Susurro en su oído y noto enseguida cómo se tensa. La furia y el deseo nublan mi mente, inmediatamente la tomo y la coloco encima de mi escritorio.

-Por favor, no me haga nada... ¡Suélteme! - Me ruega y eso provoca que mi deseo crezca aún más, abro sus piernas y me coló entre ellas.

Noto como se tensa al sentir mi erección rozar su vientre, me acerco a su cuello y deposito un beso para después morder con delicadeza, la erección dentro de mi pantalón empieza a rozar la orilla de éstos. Acerco mi boca a su cuello dándole una lamida, su piel responde ante mi tacto.

-Por favor, suél...- Estampo mis labios contra los suyos callándola. Muevo mi boca con ferocidad, al principio se resiste, pero después corresponde de igual manera.

<<Sus labios son tan dulces>>

Pienso mientras la sigo besando, no pido permiso para meter mi lengua en su boca, lanzo un gruñido por la satisfacción que siento y empiezo a explorar todo su interior con lo lengua sin pudor.

Su sabor es indescriptible, es tan exquisito.

La escucho gemir al sentir mi mano dentro de su blusa y eso provoca que vuelva a mis cabales.

Me separo bruscamente de ella, huelo con fuerza recordando su olor de humana, el coraje se apodera de mi al pensar lo que iba hacer y lo que ella provocó en mi con tan sólo verla y oler su exquisito aroma, pero después viene su apestoso olor a humana.

Volteo a verla y puedo notar lo sonrojada que está, eso provoca que el coraje se apodere aún más de mí, se supone que no lo debería de estar disfrutando.

- ¡Carlos! - Grito a uno de los sirvientes haciendo sobresaltar a la humana.

De inmediato aparece él entrando a la oficina.

-Sí, dígame Señor Derek- entra inclinando la cabeza con respeto

-Llévatela de aquí, y por ningún motivo la dejes salir de la habitación a menos que yo lo ordene- me volteo dándole la espalda a la mujer.

-Como usted ordené, Señor- Dice y se dirige a la humana.

-P...pero yo n...no quiero estar aquí- Balbucea la humana.

-Y yo no te lo pregunte- Contesto.

-Acompáñeme señorita Emma- Escucho cómo la nombra.

<<Con que así se llama...>>

-Lindo nombre- Dice mi lobo Jack con cierta alegría.

-Es horrendo- respondo.

Emma sólo asiente y le sigue, pasa por un lado de mi con la cabeza gacha, pero puedo percibir el rubor que tiñen sus mejillas y las lágrimas que se resbalan por las mismas.

Los veo salir de la oficina, me dirijo a mi escritorio y tomo asiento en mi silla.

-Maldita sea- Me tomo el pelo con frustración.

- ¿Ahora cuál es el problema? - Pregunta mi lobo con alegría ya que ha visto a su mate.

- ¿Acaso no viste? Estuve a punto de hacerla mía

-Sí lo noté y también noté cómo lo estabas disfrutando- Me responde.

-Exacto, ese es el problema. No debería de haberme gustado, pero al escucharla gemir sentí que ya no iba a resistir más, luego percibí su aroma de humana y no sentí más que repulsión hacia ella y no pude continuar. Todo el deseo que sentía se esfumó en sólo una olfateada- Digo con enojo al pensar la estupidez que iba a hacer. 

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Holaaaaa espero y les guste el capítulo besos.

Capitulo corregido por:chicadejimin ❤️