Hacia ya un tiempo que no veia a Jack, dejo de asistir a las clases y tampoco parecia que estaba en casa.
-Tia Lis, - ella estaba fregando el suelo y me miro, dando a estender que siguiera hablando - Hace mucho que no se nada de Matilde... - comente esperando que supiera algo sobre Jack y su madre.
-Ahora que la mencionas, llevo unos dias preguntandome si esta enferma. Ha estado ausente en la empresa y eso no es normal.-
-Pero no parece que este en casa- dije,
- La llamare, estoy un poco preocupada la verdad- dijo mi tia y salio de la cocina.
Me sente en el suelo desilusionada, estaba segura de que me diria algo sobre donde podian estar.
Por la noche, salte por la terraza y cai en su casa. Cuando entre me di cuenta de lo vacia que estaba la casa, estaban todos los muebles pero ya no habian libros apilados en ellos, ni las fotofrafias de cuando Jack era un niño pequeño y regordete, con esos mofletes rosados, y unas pecas casi inexistentes en la zona de la nariz. Y sus ojos, sus ojos tan verdes como siempre. Suspiré.
Entré cuidadosamente en su habitacion, esperando encontrarmelo tendido en su cama, si, eso es lo que queria. No habia nadie, encendi la luz, y mire con tristeza todo. No colgaba ropa de las perchas vacias de su armario, ni boligrafos tirados en su escritorio, tampoco dos de sus trofeos de atletismo. ¿Que estaba pasando?, se ha ido sin decirme nada, ni a donde...

-¿Donde estas Jack?- susurre mirando al cielo oscuro y sin estrellas de la noche, antes de saltar.

*Jack*

Otra llamada perdida de ella. No se que deberia decirle si se lo cogiera, no es algo agradable de contar pero tampoco quiero huir.
-He conseguido que la empresa pudiera transladarme a esta, ¿no es increible?-
-Claro que lo es, ahora si podremos estar tranquilos-dije colocando uno de los trofeos de atletismo.
-Son tus hermanos Jack- la mire desde mi nuevo cuarto, algo mucho mas pequeño.
Parece que entendio perfectamente lo que opinaba de aquel tema y me dejo solo cerrando la puerta al irse.
La echaba demenos y todo por mi culpa.
Sacando cosas de las cajas me encontre con una goma de pelo, sonrei, -esa niña es muy despistada-
Mira a la ventana y me odie a mi mismo por huir de esa niña, y al ver ese cielo tan oscuro me dio la sensacion de que esto estaba mal.