Capítulo 4: Todo marcha sobre ruedas

Odio madrugar, estuve a punto de estampar la alarma contra la pared pero no quiero destrozar mi cuarto nuevo. Me costó levantarme pero tuve una gran fuerza de voluntad y paré a alarma, ¿pero que demonios?,¡pero si anoche se me olvidó preparme la alarma! ,¿Son alucinaciones mias o era el timbre de la casa?

-Ya voy, ya voy...-

Abro la puerta y me encuentro con mi padre.

-Buenos días hija- Qué energía tiene este hombre de buena mañana...¿qué desayunará?, ¿pilas?...

-Buenos...¿días?-pregunté o dije sin más no sé

-Susa deberías hacer deporte, te veo...-

-...con cara de dormir?, si claro suele pasar cuando me interrupen de mi preciado sueño- ¡Viva mi mala leche cuando me despierto!

-yo iba a decir otra cosa, pero deberías salir a correr, ya sabes ,¡ como en los viejos tiempos!-

-Papá,  tu lo has dicho, antes cuando era una niña ahora ya no me gusta y tampoco esa mania de llamarme Susa-

-Bueno hija ya habamos cuando seas persona y todo eso, me voy que tengo mucho trabajo-

Resoplé y cerré la puerta. Tenía dos opciones dormir o hacer deporte... Si reconozco que la segunda era muy tentadora pero el sueño me pudo antes de poder elegir.

-ME CAGO EN...- ¡La virgen, que susto me pegué al vibrar el móvil!

-Hola tia-

-Hola cariño, que esta tarde salgo antes y cenamos juntas-

-Ah, vale-

-Bueno, te dejo Susan-

Realmente me pasé con mi padre... Soy una gran atleta bueno... era, de pequeña era la primera en todas y cada una de las carreras, de mi clase la número uno tanto en chicas como en chicos, un día me di cuenta de que por muy bien que lo hiciera era una cosa que no me llenaba y que solamente lo hacía porque a mi padre le encantaba verme. Aunque ahora ya no sea una atleta no me arrepiento de haver hecho ninguna carrera ya que mi padre disfrutó en en todas. Y él solo quería que me moviera, que hiciera ejercicio y yo me pasé.

Estoy marcando...

-Papá...-

-Vaya ya veo que eres persona-

-LO SIEEEEEEEEEENTO- le dije sinceramente

-Susa, tengo trabajo que hacer hablamos en otro momento-

-pi, pi, pi...

¿Enserio? me he disculpado y ¿me has colgado? 

Son las ocho y media de la mañana y ya empieza el día fuerte. Necesito salir de casa, asi que me voy a vestir. 

Lista; camiseta de tirantes, mallas negras cortas, demasiado para mi gusto pero bueno va a ser un rato y deportivas, vamonos a quemar calorias...yuhuu...

Mantuve un un trote normal y un ritmo rápido. Ahora que me fijo, no tiene nada que ver donde yo vivía a esto, solo veo edificios, tiendas, parques, colegios, hospitales, pisos,pisos, más pisos... vamos, lo de siempre; el ruido, la contaminación y bla bla bla.  

Llevaba un buen rato corriendo y empezaba a cansarme, estuve apunto de pararme recordé haver visto esa tienda antes de salir y que ya quedaba poco para llegar. Una esquina más y podré descansar. ¡Vamos Susan tú puedes!

-Oh mierda , ¿Estás bien?-

Diós ¿por qué siempre acabo en el suelo?. 

-Si, creo...- dije. Vaya que rubio más mono, creo que me he enamorado... bueno sin contar que me ha atropellado con su bici.

Me ayudó a levantarme y se volvió a disculpar.

-No pasa nada, estoy bien - le sonreí.

Mierda. Al apoyar el pie me doblé el tobillo. Me quejé, espero que no se haya dado cuenta, ahora tendré que ir andando...

-Sube-

¿Qué?, me quedé perpleja.

-No gracias ya estoy cerca de m...-

-Si no subes tendré que llevarte como las princesas-me cortó

Alguien tiene que aprender de este chico y me refiero al imbécil de turno.

-Venga- me sonrió

Subí y le fui indicando, enserio no le mentí cuando le dije que ya estaba cerca... 

-Bueno, gracias por traerme- le dije agradecida.

-¡Pero si te acabo de atropellar!-

-Es verdad, creo que te voy a denunciar-

Ambos reimos.

-Bueno, adios...-le dije 

-adios...- me dijo él.

Casi cierro la puerta cuando me dijo 

-¿Sueles salir a correr?-vaya si fue directo...

-No-

y antes de que empezara a hablar segui diciendo...

-pero mañana puedes puedes volver a atropellarme- 

-¿No me vas a decir tu nombre?-

-Susan-le sonreí. -¿Y tú?-

-Nate-

Él sonrió, nos despedimos y cerré la puerta, dejando a el rubio en la puerta.

*En el portal...

-Eh - se escuchó una voz por el pinganillo de los timbres.

-Dejala, la rubia es mia- 

-Eso ya lo veremos...-le retó el rubiales

-No me hagas bajar...-

*En el ascensor...

Acabo de llegar hace poco y ya he hecho un amigo, menos mal empezaba a preocuparme por mi vida social... Ja ja ja como si tuviera yo de eso... 

Salgo del ascensor y camino cojeando un poco. Veo al imbécil salir de por la puerta de su casa y le digo.

-¿Qué haces ahi?- le señalé su casa con el dedo.

-Vivo ahi- y también señaló la puerta.

-Espera, espera, entonces ¿quién es Matilde?-

-Mi abuela-

-Ahh...- Ahora todo tiene sentido...

-¿Por qué?-

-Ah, no por nada.-

-¿Otra vez celosa?-

-Si, me has descubierto- le dije con cara de sorpresa y tapandome a boca.

-Mañaca...-desvió su mirada divertido y infando sus mofletes.

-Habló-

-Entonces, ¿somos vecinos?-alzó una ceja.

-No-

-¿No?-

-No,-dije. -Somos personas que viven en el mismo edificio y enfrente pero no somos vecinos.-

-Vaya, que buena definición de vecinos acabas de decir...-

-Uff-

-¿No quieres saber mi nombre?- 

-No-

-Lo querrás cuando necesites...sal, leche, huevos...¡UN PLATO DE MACARRONES!, nada cosas normales.-

-Ya sé como te llamas-

-Mentirosa-

-Que sí, que sí-

-Demuestralo-

-Idiota-

-Ja, Ja, Ja, -

-¡Anda si te puedes reir!-

-Como te picas eh-

-Callate idiota- conforme dije eso me fui.

-FEAAAAA- escuche desde el interior de mi casa.

Abrí la puerta y grité

-PESADOOO-

Nos miramos seriamente y después empezamos a reir. Me dijo una gilipollez y le saqué el dedo, entré en y casa y comí. Pensé en ver la tele pero preferí leer un rato bueno, el rato pasó y con él cinco horas. Llegó mi tia, y nos pusimos a ver la tele, terminamos de ver una peli de miedo y nos fuimos a cenar.

-¿Ya conoces Matilde?-

-No, todavía no.-bebí agua.

-Antes de entrar a casa nos vimos por el pasillo y me dijo que tiene muchas ganas de conocerte, asique he pensado que si te apetece puedes ir después de cenar.-

-Claro tia- Tendré que ver la cara del estúpido.

Terminé de cenar y como prometí estaba en la puerta de Matílde toca su tímbre.

-Hola, tu debes de ser Susan, pasa pasa - me invitó la mujer. 

¿Su abuela? debe de estar bromeando podría ser perfectamente de la edad de mi tía, bueno si más mayor que mi tía pero esque no me compares... yo me esperaba una dulce abuelita y me encuentro una mujer de unos cincuenta pues cambia la cosa...

-Tu tia me ha hablado un poco de tí, que tienes 16 años , que vas a empezar bachillerato de artes y eres maravillosa.-le sonreí- Bueno pero no me habia mencionado que era tan preciosa-me ruboricé por su comentario, de verdad me halagó pero...no me considero una persona guapa, ¿a quién quiero engañar?

-Gracias-venga por favor parezco una tonta sin decir nada, solo sonriendo.

-Bueno enrealidad tengo 15, pero los cumplo dentro de poco los 16-sonrei más tranquila.

-Eso es porque eres de las pequeñas, a ti te pasa como a Jack los cumple en Diciembre-

-¡Cómo yo!-Espera un momento... ¿quién es Jack?

-Matilde, ¿quién es Jack?-

-Jack es mi hijo bueno enrealidad se llama Jacob pero odia que le llamen asi-

-¿Te refieres al chico moreno con ojos verdes?-

-Si... -ella rió.

-¿Ya os habeis visto?-dijo.-Vaya... no me ha dicho nada-

sonreí, le di un abrazó y le dije que estaba encanta de haverla conocido, enrealidad estoy contenta. Volví a casa y me acosté  ¡mañana sería la primera vez que quedaría con un amigo desde mi llegada a la ciudad!