Han pasado tres días desde la fiesta de cumpleaños que nos organizaron en el apartamento. 

Hoy estamos a tope de trabajo en la editorial. Ya hemos empezado a trabajar con el traslado de Alejandro a esta editorial.

Estoy ultimando detalles en el despacho para Alejandro y Úrsula. A parte de lo que tiene un despacho normal, con Miguel hemos hablado de   dejar una pequeña zona para poner a nuestro ahijado cuando nazca.

Suena mi teléfono me llega un mensaje de Miguel.
“ Greta, ven al despacho.”

Salgo del despacho de Alejandro y me dirijo a mi despacho.
- Greta, perdona, ¿puedes venir?- la voz de la chica de recepción me detiene en mi camino.
- Dime Sara.
- Perdona, es que hemos estado tan liados que se me olvidó completamente que el lunes llegó un paquete para ti.
- ¿Para mí?
- Si, toma, disculpa, quizás sea algo importante y se me pasó…
- Tranquila, nos puede pasar a todos.
- Gracias.

Miro el paquete, no es muy grande. Busco el remitente pero no pone de donde proviene, sólo hay escrito mi nombre y la dirección de la editorial.  Todo un misterio.

Abro el sobre y dentro hay una cajita y una tarjeta.  Cojo la tarjeta para leer su contenido.

“ Para ti Greta para que nunca me olvides. Feliz cumpleaños “

No se quien puede ser…

Abro la cajita y hay una cadena de oro con un colgante “D”. Un escalofrío recorre mi cuerpo, no es posible…

Por un momento pierdo el equilibrio pero alguien  me sostiene.

- Amor, ¿estás bien?
- Mi… Miguel… - Le doy el paquete- mira.

Miguel mira el contenido y me mira estupefacto…
- ¿De donde ha salido esto?
- No lo sé,  Sara me lo ha entregado, lo trajeron el lunes… pero no es posible… Diego está muerto…
- Tranquila, nadie va ha hacerte daño… esto seguramente lo ha enviado alguien para molestarte.
- ¿Pero quién?
- No lo sé,  pero lo vamos a saber muy pronto. Ahora olvídate de eso y vamos al despacho.

Asiento, Miguel pasa su brazo por mis hombros y me besa en la cabeza mientras nos dirigimos al despacho.

En el despacho están Alejandro y Úrsula sentados, parece que vamos a tener una reunión.
- Greta, ¿Todo bien?- me pregunta Alejandro
- Luego te lo cuento.-dice Miguel- Greta cielo, necesito que tu y Alex os vayáis a la sede del pueblo para terminar de concretar la dirección de la misma. ¿Te sientes bien para hacerlo?
- Si, claro. Lo que no entiendo es por qué me mandas allí…
- Tu has trabajado allí con Alex y conoces perfectamente el funcionamiento de la editorial. Y así aprovechas también para ir solucionando el tema de la casa de tus padres. Os vais ya y así está noche estaréis de vuelta.
- Si, tranquilo que la llevo a tu casa esta noche.
- ¡Más te vale!... Greta prepara lo que necesitéis para llevaros y así os vais cuanto antes. Alejandro necesito hablar contigo dos minutos.

Salen del despacho y nos quedamos Úrsula y yo preparando las cosas para el viaje.

- Greta, ¿estás bien?
- No, la verdad, alguien me ha gastado una broma muy pesada…- Le cuento lo sucedido.
- ¿Qué me estás contando?...
- Miguel me ha dicho que descubrirá quien ha sido.
- Eso puedes estar segura que lo hará.
Y lo mejor es que hoy te vas y te irá bien para despejarte. Y encima te va s con Alejandro que podrás hablar y desahogarte.
- Sí,  mal no me va a ir…

Se abre la puerta y entra Alejandro.
- Greta ¿Nos vamos?
- Sí.
- Miguel está fuera.

Salgo del despacho y veo a Miguel hablando por teléfono, me acerco.

- Me da lo mismo lo que cueste. Quiero saber quien narices ha enviado ese paquete a mi editorial. ¿Queda claro?- su voz es fuerte y amenazadora. – se gira y me ve- Ponte manos a la obra. – cuelga y me sonríe- Greta, ¿os vais ya?
- Si, estoy esperando que salga Alejandro. Una cosa, ¿recuerdas que hoy eran las entrevistas para el puesto vacante de la secretaría de Úrsula?
- Sí,  tranquila Úrsula y yo nos encargamos de ello.
- Ok. Pues nos vemos esta noche.
- Te amo preciosa,  te voy a extrañar…
- Y yo a ti.
- Nos vemos esta noche en casa.- Me abraza y me besa.

- Tortolitos… venga ya… que nos tenemos que ir…- La voz de Alejandro nos rompe el momento.
- Serás… - Miguel le echa una mirada asesina.
- Cualquiera diría que me la llevo una semana… Sólo son unas horas Romeo…

Alejandro y yo salimos de la editorial y nos subimos en el coche.

- Greta, ya me ha explicado Miguel lo que ha pasado… ¿Cómo estás?
- Confusa, no entiendo como ha llegado eso a la editorial.
- No se, pero no debes preocuparte encontraremos quien ha sido.
- Lo sé…
- Bueno vuelves a ser mi asistente por un día…
- Eso parece…
- Greta, ¿puedo confesarte algo?
- Claro, dime…
- Estoy muerto de miedo…
- ¿Por qué Ale?
- Pues porque estoy saliendo de mi zona de confort de una patada…
- ¿Pero…?- Me corta
- No, no me mal intérpretes. Estoy seguro de lo que estoy haciendo, pero en meses he pasado de estar enamorado de mi mejor amiga a conocer a una mujer maravillosa enamorarme, ser padre y mudarme del lugar donde tenía montada mi vida… Da un poco de vértigo…
- Pero eso es normal… Como tú mismo  has dicho vas a soltar tu zona de confort para vivir una vida completamente distinta.
- ¿Tu como lo hiciste?
- Me dejo llevar, no pienso en lo que dejé atrás, sino en lo que tengo delante.
- ¿Y nunca tienes la sensación de que todo va a cámara rápida y tu vas en dos tiempos?
- Si, claro. Sobretodo al principio… pero esa sensación se pasa a medida que aceptas que todo cambia y que tú debes hacerlo también.
- También pienso que Úrsula es demasiado buena para mí, no sé cuánto tiempo va a soportar a un tío como yo…
- Para de decir tonterías… ¿Qué mujer en su sano juicio se cansaría de ti?... Ale, eres un hombre amable, atento, responsable, muy cariñoso además de muy atractivo…
- Tranquila, no le diré a Miguel que tengo todas esas cualidades según tu…- se burla
- ¡Eres idiota!
- Jajjajjajaja… encima que te cubro…
- Pues eso que eres un idiota con una mujer preciosa que te va a querer toda la vida y con la que además ya estás formando una familia. Deja de preocuparte y disfruta de tu futuro.
- Tienes toda la razón, Úrsula es una mujer increíble y va a ser una madre preciosa.
- Pues claro que la tengo… ¿Cuándo no?
- Es bien cierto que dios los crea y ellos se juntan… Tu y Miguel sois iguales… Y hablando de vosotros… Te veo muy feliz.
- Sí,  Miguel me hace muy feliz. Cuando te conocí siempre pensé que eras el tío con más valores que había conocido, aunque en ese momento amaba a Diego, sabía que no era un hombre tan íntegro como tú. Y cuando me falló, solo pensaba que era una pena que no me hubiera enamorado de ti por que no me fallaría así jamás y que nunca encontraría a nadie con tus virtudes del cual yo pudiera enamorarme. Pero entonces Miguel entró en mi vida y resultó tener los mismos valores que tú.
- Pero no mi atractivo, entiendo que te conformaste con la copia…jajajja…
- ¡Ves como eres idiota!
- Jajajajaja… Ahora en serio. Me alegro mucho que os hayáis enamorado y seáis tan felices, los dos os lo merecéis. Miguel siempre fue un tipo muy solitario, y aunque tuvo relaciones nunca quiso nada serio con ninguna. Pero tú le has cambiado.
- ¿Muchas? - ¿De donde ha salido esa pregunta Greta? Parezco una adolescente.
- Bueno… No ha sido ningún Santo y no creo que eso sea yo quien te lo deba contar…
- Creo que tampoco lo quiero saber…
- Jajajajjaja… ¿Y por que preguntas?
- La verdad… tampoco lo sé… - me siento avergonzada.- Bueno, ¿Qué es lo que tenemos que hacer en la editorial?
- Buen giro de la conversación… Tenemos que dejar planificado con el nuevo director y su asistente las directrices a seguir  para que trabajen del mismo modo en que lo hacemos nosotros. También tengo que recoger algunas cosas personales que dejé. Y tú tienes que revisar unos expedientes e informes para evaluar a la asistente.
- Ok. Ya estamos llegando.
- Si, en diez minutos volverás a entrar a tus inicios. ¿Nerviosa?
- Pues la verdad, es que sí.  Hace tanto tiempo que no he venido por aquí que volver a ver el edificio y la oficina me da nostalgia y despierta sentimientos de añoranza. Hemos vivido tantas cosas en esa oficina…
- Te comprendo, a mi también me da pena tener que abandonarla, Llevo diez año levantándola para que salga adelante.
- Es lógico, esta editorial es tu proyecto personal… Nunca me has contado por qué te trasladaste aquí.- lo miro y veo como cambia su rostro, se vuelve serio y diría que hasta se nota tristeza en él.