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CAPÍTULO 71: Todo en su lugar

Son las cuatro de la tarde, miro a Miguel, está concentrado trabajando en algo en su ordenador. Nota que le estoy mirando.



- ¿Ya es la hora?


- Sí, pero si aun tienes trabajo, podemos quedarnos.


- No, vamos. Déjame que termine de enviar este correo y nos vamos.


- Vale, yo iré recogiendo.


- Perfecto. Cinco minutos y nos vamos.



Empiezo a recoger mi mesa mientras el sigue en el ordenador. Meto las carpetas de los nuevos escritores y el portátil en mi maletín para trabajar en el hospital en caso de que mi madre esté dormida.



- Preciosa, ya estoy, recojo y nos vamos.


- Vale, yo ya estoy lista.



Tarda dos minutos en guardar todo y salimos del despacho, nos despedimos de Úrsula.


- Nos vemos mañana.


- Vale chicos. ¿vais al hospital?


- Si, me quedaré con mi madre así mi padre puede desconectar unas horas.


- Salúdalos de mi parte.


- Así lo haré.


- Nos vemos mañana.



Miguel me coge de la cintura y me besa en la cabeza mientras salimos de la editorial y avanzamos hasta el coche.



Nos subimos al coche y vamos al hospital.



- He pensado que llevaré a tu padre al apartamento para que se dé un baño tranquilo y descanse mientras tu te quedas con tu madre.


- Me parece buena idea, lleva días en el hospital duchándose en la sala de familiares y sin salir. Le hace falta descansar de hospital.


- Sí, de todos modos le preguntaré que quiere hacer. Te recogeré a la hora de cenar para irnos a casa. ¿Te parece?


- De acuerdo.



Llegamos a la habitación del hospital y veo a mi padre hablando con mi madre... ¡Está despierta!... Mis ojos brotan de emoción, la última vez que la vi estaba aún en la sala de cuidados intensivos.



- ¡Mi niña!...- exclama mi madre. Creo que su voz es el sonido más bonito en este momento.


- ¡Mamaaa!.- me acerco a la cama y le abrazo, estaba deseando este momento. - ¿Cómo estás?


- Mejor de lo que pensaba, hoy me he despertado bastante bien. Aunque también hay mucha medicación de por medio...


- Eso es normal, lo importante es que estas mejor.- Miro a mi padre.- ¿Papá ha pasado el médico?


- No, tiene que estar por venir.


- Pues vete ya con Miguel, intenta descansar .


- No, me quedo a esperar a que venga el medico...


- Ángel vete con Miguel y déjame con mi hija, tengo ganas de un rato con ella a solas, si pasa el médico ella te llamará para decirte que le ha dicho.


- Esta bien, pero mantenerme informado.


- Si, tranquilo Papá.



Se acerca a mí madre y la besa en los labios y en la frente.


- Oye, me voy, pero quiero encontrarte igual o mejor de lo estás ahora.


- Que siii, cansino... ¡Anda dame otro beso y lárgate!



Mi padre le obedece y veo que se va, aunque no demasiado convencido.



- Miguel te espero fuera...



Miguel asiente, me mira, se acerca a mi y me besa.



- Luego vengo a buscarte, disfruta de este rato con ella.


- Gracias, nos vemos luego.



Se van y nos quedamos solas.



- ¡Qué terco llega a ser!


- Pobre... Lo ha pasado fatal, es normal que le cueste irse.


- Lo sé... ¿Y tu que tal estás?


- Bien, ahora bien, he pasado mucho miedo por ti... pero al verte así estoy tranquila finalmente.


- Te voy a decir lo mismo que a tu padre cuando desperté... No soy eterna, y en algún momento partiré y vosotros tendréis que aceptarlo y superarlo.


- ¡MAMÁ!... mejor hablemos de otra cosa ¿quieres?...



En ese momento pican la puerta y entra el Doctor Ventura.



- Buenas Tardes Alicia. ¿Qué bien acompañada estás?


- Buenas tardes Doctor. Si, ha venido mi hija.


- Que te rodees de los tuyos es muy bueno para tu recuperación. ¿Cómo te sientes?


- La verdad es que ahora estoy bien, tengo molestias en la cabeza, pero debe ser normal.


- Veo que esta noche te tuvieron que separar por que te dolía mucho la cabeza...


- Sí...


- Descríbeme el dolor.


- Era un dolor punzante, intenso y prolongado en esta zona- señala la zona de la sien y la nuca.


- Es normal, piensa que esa es la zona que hemos intervenido.


- Doctor, ¿Se pudo quitar todo el tumor?


- Si, Alicia. La operación, aunque tuvimos complicaciones, salió bien y en principio estás limpia. De todos modos mañana te llevarán a hacer un Tac y una resonancia para hacer las comprobaciones pertinentes.


- ¿Cuándo podré irme a mi casa?


- No quieras correr antes de andar... Todo a su tiempo... Primero tenemos que hacerte varias pruebas, mantener estable esos dolores de cabeza y si las pruebas son satisfactorias y remiten los dolores de cabeza entonces nos plantearemos mandarte a casa pero con reposo. Vivías fuera, ¿verdad?- mi madre asiente.- Pues sería importante que te quedarás en la ciudad un tiempo. ¿Tienes dónde quedarte?


- Si, tiene Doctor, yo dispongo de un apartamento cerca de aquí para ellos.


- Perfecto, pues es importante que se muden ahí por un tiempo. Va a tener muchas revisiones antes de darle el alta completamente.


- Está bien Doctor. - miro a mi madre y me mira con fastidio.


- Alicia, si tienes alguna molestia, pide que te den un calmante no aguantes el dolor, no es conveniente que tengas presión sanguínea en la cabeza. Necesitamos que estés lo más relajada posible.


- De acuerdo Doctor.


-Bueno, mañana vuelvo a visitarte para ver como estás y como progresas. Ahora intenta descansar y dormir. Es bueno que duermas mucho así mantenemos la zona relajada. Sería bueno que anotaseis las horas que está durmiendo.


- Eso haremos. Gracias Doctor Ventura.


- Nos vemos mañana.



Sale de la habitación y volvemos a quedarnos solas.



- Al final te saldrás con la tuya y tendremos que mudarnos a tu apartamento...


- Era y es lo más razonable... No estaba equivocada al proponéroslo.


- Me recuerdas a alguien...


- A ti mamá... a ti. Ahora estírate e intenta descansar.


- Si señora...- me dice con sorna.


- No te lo mando yo... te lo ha dicho tu medico.



Se estira y no tarda demasiado en quedar dormida. Así que yo me pongo a trabajar en los autores.



Suena mi teléfono, miro la pantalla y es Alejandro.


- ¡Hola Guapa!


- Ale, que bien oírte.


- ¿Cómo estás?¿Y tu mamá?


- Bien, ahora se acaba de dormir.


- Me alegro... oye... a parte de para saber, también te llamaba por si Miguel te había comentado lo de mi traslado.


- Sí, me lo dijo esta mañana. Me alegra muchísimo.


- Sí, no le digas nada a Úrsula, quiero darle una sorpresa... bueno más bien dos...tres.


- Ayyyyy... ¿no me digas que...?


- Shhhh... ya hablaremos con calma pero voy a necesitar a mi amiga para que me ayude. Ya sabes que soy un desastre para estas cosas. Y tú eres muy buena organizando.


- Ya sabes que lo que necesites.


- Pues por eso. Esta semana no podré bajar, por eso vas tener que ir a mirar un par de cosas por mí y darme tu opinión y si pudieras hacer que Úrsula te acompañe con alguna escusa y te dé la suya sería de gran ayuda.


- ¿Qué cosas?...


- Bueno, más bien... Son tres casas...


- Vale, estás buscando una casa familiar dónde mudaros.


- Sí. He encontrado tres que son muy bonitas pero necesito decidirme ya, antes que les salgan otros compradores y por eso te digo que si pudieras hacer que ella te acompañe y te dé su opinión , sería más fácil escoger.


- No hay problema. Tengo la escusa perfecta...


- ¡Genial!, pues concertare la visita y vais.


- Ok, ya me dirás.


- Sí, tranquila. Una vez tengamos eso te comentaré el siguiente paso de lo que necesito.


- Pues si que me vas a dar faena...


- Tengo una gran amiga de la que no puedo desaprovechar su magnífico talento e inteligencia...


- ¡Mira que llegas a ser pelota!...


- Pero funciona...


- También te funciona sin hacerme la pelota, sabes que eres mi debilidad...no puedo decirte que no.


- Te lo recordaré cuando te niegues a algo... jajjajajajaj


- ¡Qué gracioso!


- Bueno guapa, estamos en contacto, te digo la hora de la cita.


- Vale. Ya me dices. Adiós Romeo.


- ¿Y me lo dices tú... que eres Dulcinea?


- No sé si me gusta demasiado esa comparación...


- Coño, ¿te vas a quejar?, ¡el mío acaba muerto!- Nos reímos


- Pues eso que hablamos para ponernos de acuerdo. Un beso


- Un beso guapa.- cuelga.



Me quedo pensativa, me encanta ver a Ale tan entusiasmado y enamorado de Úrsula. Y saber que por fin voy a verle a diario y volver a tener la relación que siempre hemos tenido me alegra. Es como si todo volviera a su lugar.



Llega la hora de cenar en el hospital, le traen una bandeja con la comida que debe tomar.



- Buenas. ¿Cómo ha pasado la tarde?- me pregunta la enfermera


- Ha dormido toda la tarde.


- Bueno, te dejo esto aquí, sería bueno que comiera un poco.


- ¿La despierto?


- Déjala un rato más a ver si se despierta sola. Esto dura caliente una hora más o menos.


- Vale.



Sale la enfermera y justo entran Miguel y mi padre en la habitación.



- Hola mi niña.


- Hola papá.


- ¿Cómo está?


- Bien ha dormido toda la tarde.- Le cuento todo lo que dijo el médico y la enfermera.


- Está bien. La dejaré dormir un rato más.


- ¿Has podido descansar?


- Sí, Miguel me dejó en el apartamento y descansé después de darme un baño. Me ha venido bien.


- Claro papá, son muchas horas aquí metido.


- Es lo que hay... iros ya, tenéis que descansar.


- Vale, cualquier cosa me llamas.


- Sí, vete.



Me acerco a mi madre y le doy un beso en la frente y le doy otro a mi padre y me voy con Miguel a coger el coche para irnos a casa.



- ¿Cómo ha ido?


- Bien, aunque ha estado casi toda la tarde dormida.


- Si duerme es porque su cuerpo lo necesita.


- Si.


- Vamos, te tengo una sorpresa....


- ¿Una sorpresa?...










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