
CAPÍTULO 39: Pesadillas
No sé como actuar, no quiero forzar situaciones, no quiero que ella se sienta angustiada. Acaba de pasar por una situación muy dura y aún no sé qué le ha hecho ese maldito cabrón.
Estoy deseando abrazarla, besarla y hacerle el amor, he tenido mucho miedo a que la matara, pero sé que ahora mismo no puedo comportarme de ese modo, tengo que mantenerme en un segundo plano y esperar a que ella de los pasos y me diga lo que necesita de mí.
Estoy en el salón con los demás, les oigo hablar pero es como un murmullo, mi mente está pensando en Greta, hace rato que se ha ido a darse una ducha y aún no ha vuelto. No se si ir a ver que sucede.
- Miguel, estoy preocupada. Greta no está bien.- Justo las palabras que necesitaba para ir a buscarla y por boca de su madre.
- Yo también, voy a ir a ver si está bien.
- Si, por favor...
No espero ni un segundo a ir a su encuentro. Abro la puerta del baño y la veo sentada en la ducha hecha una bola y llorando como una niña. Voy hacia ella y corro la mampara.
- Greta, mi amor, ¿estás bien...?- No responde, me asusta que se haya hecho daño - Greta, cariño, ¿estás bien? ¿que te pasa? ¿por qué estás en el suelo?
No me contesta, sólo llora, me mira y noto que quiere decirme algo pero su voz no sale, sólo llora desconsoladamente. La abrazo quiero que note que estoy con ella.
- Tranquila, estoy contigo, todo ha terminado, no volveré a dejarte sola, lo prometo. Estás a salvo. - le ayudo a levantarse y le pongo una toalla por encima. Dios mío, se ha magullado la piel, la tiene enrojecida de tanto frotarla. - Cielo, ¿cuéntame que pasó?
- Miguel...estoy sucia, tengo la piel manchada...- ¿como puede decir eso?
- No estás sucia, tranquila vamos a salir de esta.
- No te vayas, no me dejes, quédate conmigo esta noche... por favor... aunque te de asco que este sucia...- nada podría separarme de ella, ¿como puedo hacer para que dé cuenta?.
- ¿Como puedes pensar eso? Nada podría evitar que me quede contigo vamos a dormir juntos y te voy a abrazar y besar toda la noche, yo no voy a dormir voy a vigilar tus sueños y tus necesidades.
- Miguel...ayúdame a limpiarme... ayúdame por favor...- no para de llorar mientras la ayudo a secarse y la visto, está paralizada. Me rompe el alma verla así.
- Greta, ¿quieres que te traiga a la habitación algo de comer y te acuestas? Yo le digo a los demás que no te sientes bien.- me mira, intento descifrarla
- No. iré a comer con todos.
- Como tu quieras. Pues vamos.
La cojo de la mano y entramos en el salón. La comida está en la mesa y todos están de pie por el salón, y se voltean a mirarla cuando nos oyen llegar.
- Greta mi niña, ¿estas bien?
- Si, mamá estoy bien
Su madre me mira intentando buscar repuestas en mi. Le intento mandar una mirada tranquilizadora para que no se preocupe. ¿Pero quien me tranquiliza a mi?
Nos sentamos en la mesa a comer ella se sienta al lado de las chicas y Alejandro se sienta conmigo y los padres de Greta.
- Miguel, ¿como está Greta? - Me pregunta Alejandro.
- Pues no muy bien la verdad... cuando he ido al baño a buscarla estaba sentada en la ducha llorando... Me preocupa...
- Miguel cuando entré en la consulta estaba en la ducha y estaba llorando y me decía que se sentía sucia...
- Si, lo mismo me decía a mi, y aparte se ha dejado todo el cuerpo rojo de frotarse con la esponja.
- Mi niña no está bien...
- Miguel que ha dicho el médico
- No ha dicho demasiado Alex, Mañana nos llamarán para programar cita con el psicólogo... pero a mi no me han dicho nada de lo que le ha hecho ese malnacido, pero me hago una idea después de ver como se ha dejado el cuerpo...
- Si...
La observo hablar con las chicas desde mi asiento y ella me mira y me dedica una leve sonrisa. Esta triste y eso me mata por dentro.
Terminamos de comer y todos deciden marcharse. Los padres de Greta querían irse a un hotel pero yo les he dado las llaves de mi casa, yo no voy a ir, así que está libre para ellos.
- Miguel, si necesitáis algo sólo llámame y vengo.
- Gracias Alex. Intentaré que duerma para que descanse.
- Lo necesita...
- Si, Gracias. Oye mañana no iremos a la Editorial, ¿podéis encargaros tu y Úrsula?
- Si, tomaros unos días libres. Yo me quedaré hasta que Greta este mejor.
- ¿Y tu sede?
- Tranquilo, Mi personal se ocupa y si tuviera que ir, sólo son dos horas de viaje.
- Gracias. Yo trabajaré desde aquí.
- Como quieras.
Cuando todos se van voy al lado de Greta.
- ¿Quieres dormir?
- ¿Podemos sentarnos al sofá a ver una peli?
- Claro que si, lo que tu quieras... ¿Quieres palomitas y chuches?
- Si, porfa. - acabo de ver un brillo en su mirada.
- Pues marchando una ración gigante de palomitas y chuches para la mujer más preciosa del mundo.
Se sienta en el sofá.
- ¿Que quieres ver?
- Lo que a ti te apetezca
- ¿Vemos una comedia?
- Me parece bien. Elige tú.
Mientras ella elige la película que vamos a ver yo preparo las palomitas y algo para beber.
- ¿Al final cual vemos?
- Amor de Madre, tiene buena pinta.
- Perfecto, ¡dale!
Me siento a su lado y la abrazo. Ella se tumba, pone la cabeza en mi pierna y yo le acarició el pelo. A media película se queda dormida, se la ve tan tranquila, la miro mientras duerme. De pronto empieza a respirar con dificultad, se remueve y empieza a sollozar.
- ...nooo... por favor... noooo... no me toques... ¡déjame!
- Greta mi amor, despierta... ¡Despierta cielo!
- Diego... no le hagas nada... por favor.. ¡no!
La zarandeo suavemente para despertarla
- Greta cariño, estás a salvo. estás conmigo.- Por fin abre los ojos, me mira y se pone a llorar.
- Ha sido horrible, quiero olvidar... quiero quitarme estos días de la mente...
- Lo sé mi amor, y lo vamos a conseguir.
- No me dejes por favor.
- No lo haré, no podría...- la beso y ella se sienta encima de mi devolviendome el beso. Mi cuerpo reacciona a su roce pero no voy a hacer nada para ir más allá ella tiene que marcar los tiempos.
- Miguel... te necesito...
- ¿Estás segura?
- Si, por favor...
La abrazo y la beso suavemente, la acaricio con dulzura, quiero que se sienta querida más que deseada. Le hago el amor despacio que ella mande en todo momento en lo que hagamos.
- Miguel... Te quiero...- La miro cogiendo su cara entre mis manos y la beso.
- Yo también te quiero Greta.
Nos abrazamos y seguimos amándonos. Terminamos y ella se queda dormida en mis brazos.
No me canso de admirar lo bonita que es y así dormida es como una visión. Yo también me quedo dormido abrazado a ella, llevo veinticuatro horas sin dormir y me vence el cansancio.
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