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CAPÍTULO 36: A veces hay que atravesar una tormenta para conseguir un arcoiris

Diego acaba de salir de la habitación, nunca me imaginé que pudiera llegar a esto, tantos años con él y jamás pensé que fuera un monstruo. Parece otra persona.

Estoy tumbada en esta asquerosa cama, desnuda, sólo cubierta por una fina sábana. Tengo frío, no puedo decir que tenga hambre porque estoy con el estómago cerrado.

No sé qué va a pasar, no sé qué va a ser de mi... aunque ahora mismo no sé qué preferiría, no puedo dejar de pensar en lo que me ha hecho, me siento sucia, sólo tengo ganas de llorar. Me arrancaría la piel para eliminar todo rastro de él. Lo único que me mantiene cuerda es saber que ni Miguel ni Alejandro van a parar hasta dar conmigo.

Oigo sus pasos volver, siento un escalofrío recorriendo mi cuerpo, me da pánico que vuelva a tocarme. Me hago la dormida a ver si así se va.

- Gretita... ¿Estás dormida?...- no me muevo.- Está agotada.- Lo veo entrar en el baño. Enciende la ducha, le oigo ducharse.

Me duele mucho el estómago, lo veo salir del baño vuelvo a hacerme la dormida.

- Gretita, ¿sigues dormida? Que lástima podríamos aprovechado el tiempo...- se acerca y me pasa su asquerosa mano por el pelo y la mejilla y sale de la habitación.

Respiro profundamente y lloro en silencio, quiero que esto termine, prefiero morir que estar aquí.

Al final me vence el sueño y me quedo dormida hasta que entra la luz por la ventana del dormitorio.

Abro los ojos, miró alrededor y vuelvo a mi horrible realidad y las lágrimas vuelven a brotar de mis ojos.

Me toca volver a afrontar un día totalmente expuesta y amarrada a los barrotes de una cama a la espera de lo que un maldito psicópata quiera hacer conmigo.

Y pensar que estuve a punto de casarme con este monstruo... Oigo sus pasos en el pasillo y abre la puerta.

- Buenos días Gretita, ¿como has dormido? No te puedes quejar, he sido un buen chico y he dejado que descansaras... supongo que necesitas ir al baño, ¿no es así?
- Si.
- Pues haremos lo mismo que la última vez. Te esposaré a mí e iremos al baño. Como estás desnuda te será más fácil todo.
- Me sería más fácil si me soltaras...
- Uy, ¿te has levantado peleona? Sabes que eso no te conviene, ¿verdad?
- ¿Que más puedes hacerme? ¿Matarme? Hazlo y acaba ya con todo esto...
- Tenemos mala memoria veo... te la refrescare... te dije que si no te comportabas tu muñequito era quién iba a pagar las consecuencias, así que tu decides si quieres que lo borre del mapa .- agacho la cabeza y mis ojos vuelven a brotar y el al ver mi reacción se ríe- Eso imaginé. Ahora vamos que te llevo al baño.

Me lleva al baño, que situación más incómoda, caminar desnuda con el esposado a mí, quiero que esto termine ya.

Miro a mi alrededor a ver si hay algo que pueda coger para clavárselo, pero no hay suerte .

Termino de hacer mis necesidades y me vuelve a llevar a la cama y me tapa con la sábana.

- Por ahora puedes estar muy tranquila, no voy a tocarte, es más, vas estar sólita un rato porque tengo que solventar unos asuntos y volveré enseguida. Te recuerdo que no es necesario que grites, nadie te va a oír.

Se da la vuelta y sale del cuarto. Pero vuelve a entrar..
- ¿Sabes que? No me fio nada de ti... vamos a mantener esa boquita tapada..
- No por favor... estaré callada... por favor
- Lo siento Gretita, pero no me fio de ti y no me voy a arriesgar...

Me amordaza y ahora si que sale de la habitación cerrando la puerta detrás de él.
Lloro desconsolada.

Pasado un rato. Oigo pasos por el pasillo, ya ha vuelto...
- ¿SRA. HERNÁN? ¿ESTÁ AHÍ?...- ¿Estoy soñando? - GRETA HERNÁN, ¿ESTÁ AHÍ?

Intento gritar pero con la mordaza es imposible, sólo emito un gruñido ahogado. Doy patadas con mis piernas al colchón para a ver si así hago el ruido, pero nada funciona, justo cuando voy a darme por vencida, se abre la puerta y entra un hombre empuñando una pistola.
- Sra. Hernán. ¿Es usted?- asiento con la cabeza y lloro.- Tranquila soy policía y voy a sacarla de aquí.- me quita la mordaza. - ¿está bien?
- Si, sáquenme de aquí por favor... no tardara en volver...- me libera de los barrotes.
- Sra. Hernán. ¿sabe donde está su ropa?
- No...
- Está bien vamos a envolverla con la sábana y miraré a ver si la encuentro.
- Da igual, vámonos. me quedo con la sábana.

Entra otro hombre en la habitación.

- Vámonos ya antes que venga. Ya vienen 2 patrullas hacia aquí para buscar pruebas.
- Nosotros tenemos que llevarla al hospital a que la revisen.
- De acuerdo. Sra. Hernán. ¿puede andar?- asiento con la cabeza , entonces el agente me coge de brazo y me ayuda a caminar.
- Vamos rápido.

Salimos de la casa y nos subimos a un coche que está aparcado detrás de unos árboles. Arranca el motor y mis ojos empiezan a brotar.
El policía que me libero se ha sentado a mi lado.
- Sra. Greta, tranquila usted ya está a salvo. Ahora la llevaremos al hospital para que le hagan un reconocimiento para asegurarnos que está bien. -Asiento con la cabeza.
- ¿Han avisado a mi familia?. Estarán preocupados.
- Si, tranquila, todo esto ha sido posible gracias a la rápida actuación de su novio. Él le explicará todo. - ¿Mi novio ha dicho?.
- ¿Cuando podré verlos o hablar con ellos?
- Pronto... pero primero tiene que verla el médico y tiene que dar declaración de lo sucedido.
- Está bien.
El resto del viaje es en silencio.

Llegamos al Hospital y ya hay un equipo médico esperando a que entré.
- Buenas tardes, Sra. Hernán. Soy el doctor Stevens. No se preocupe por nada, le vamos a realizar unas pruebas para asegurarnos que todo está bien y se podrá ir.

En ese momento entra el agente que me liberó en la consulta.
- Sra. Hernán, ¿le parece que le vaya tomando declaración mientras el médico la revisa?.
- Si, así acabamos antes. Ya me quiero ir a mi casa.
- Perfecto. Está conversación la vamos a grabar ¿está conforme?.- asiento con la cabeza.- De acuerdo empecemos. Necesito que me cuente que pasó con los máximos detalles posibles.
- Está bien. Salí del apartamento sobre las once menos cuarto por que había quedado con Úrsula, mi amiga y compañera de trabajo, para ir a la editorial. Cuando tomé la calle contigua a la del apartamento. Diego surgió de la nada y empezó a decirme que tenía que irme con él, que quería hablar conmigo. Yo me negué y fue cuando el sopló algo que portaba en su mano, después de eso sólo recuerdo despertarme en una Habitación de hotel y verlo a él mirándome. Pero vuelvo a perder el conocimiento, pero esta vez veo lo que pasa a mi alrededor pero no soy capaz de reaccionar, me mete en un coche y me lleva a la casa. cuando entramos en la casa me esposa a un butacón. Me dejó sola durante un corto tiempo y cuando volvió me llevó a la cama dónde me encontraron esposada.
- ¿Le agredió?
- No me pegó, pero si abusó de mi. Me amenazaba con matar a Miguel. Me obligó a ir al baño con el esposado a mi y después me desnudó y me realizo tocamientos y aunque no me penetró si se corrió encima de mi.- empiezo a llorar.
- Tranquila Sra. Hernán. Ya está a salvo y él va a pagar por esto.
- ¿Cuando me podré ir a casa?
- Una vez el doctor termine ya podrá marcharse. Ya hemos hablado con su familia. Le traen ropa para que se vista.
- Muchas gracias.

El agente le da unas instrucciones al doctor, se despide y sale de la consulta.
- Sra. Hernán, sólo me falta recoger muestras de restos de ADN y ya habremos terminado. Le programaré una visita para mañana con la psicóloga del centro para que la visite.
- Está bien.
- Una vez termine, tiene ahí una ducha para poder asearse. Y ahora vendrá algún familiar suyo a traerle su ropa.
- Vale. Gracias
El Doctor termina y sale de la consulta.

Me meto en la ducha y me frotó bien el cuerpo, quiero borrar todo resto de estos días, me dejo la piel enrojecida de tanto pasarme las esponjas jabonosas.

Por mucho que me frotaba y me daba con el agua no lograba quitarme la sensación de suciedad... Salgo de la ducha y pican a la puerta.

- Greta, cariño...- La voz de mi madre suena detrás de la puerta.
- ¿¿¿Mamá??? - mi madre entra en la consulta y se acerca a mi . Está llorando.

Me acerco a ella la abrazo y rompo a llorar. Me siento como una niña pequeña que necesita que su madre la cure.

- Mi niña, lo siento tanto... si tu tía no hubiese abierto su bocaza esto no habría pasado...- llora
- No Mamá, me hubiera encontrado de todos modos, es un monstruo...- no puedo parar de llorar.
- Tranquila mi cielo. Sabes, estás rodeada de gente maravillosa. Hemos conocido a tus nuevas amigas y son encantadoras, están muy preocupadas por ti. Alejandro ya sabíamos es un gran hombre y Miguel ha conseguido liberarte, no ha parado hasta dar contigo, se nota que te quiere y que es un buen hombre... Cariño a veces hay que atravesar una tormenta para conseguir un arcoíris.

Nos quedamos abrazadas un rato, necesito esto, mi madre me reconforta y me tranquiliza. Ella también lo necesita para dejar atrás la agonía de pensar que iba a perderme.


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