CAPÍTULO 117: Te estaba esperando.
Nos quedamos abrazados, es como si todos los años que espero para encontrarme los vaciara en este momento.
Llaman a la puerta, se abre y Úrsula asoma la cabeza.
- ¿Greta?...
- Si, dime...
- Leyla y Zoe ya están aquí... ¿Nos vamos?
- Si, Claro. Salgo enseguida.
- Ok. Te espero en el despacho.
- Ok.
Miro a Miguel y noto en su mirada que esta recordando el momento en que me vio en el campamento, la sonrisa en sus labios le delata...
- ¿Quién me iba a decir a mi que esa niña llena de barro iba a resultar ser una verdadera obra de arte... lo cual me está dando una gran idea...
- ...Miguel...
- shhhhh... Vete a comprar el vestido para nuestra boda... compra algo espectacular...¡sorpréndeme!
Me levanto de su regazo, le beso y me despido.
- Nos vemos esta noche...
- Si, ya estoy impaciente... te tendré una sorpresa...
- Miedo me das...
- ... Deberías...
Salgo del despacho y voy en busca de Úrsula. Llamo suavemente a la puerta y Úrsula sale.
- Vámonos, se acaban de quedar dormidos.
- Vamos.
Salimos de la editorial y vemos a Leyla y Zoe esperando en el coche.
- Hola chicas.- nos dice Zoe.- ¿Nerviosa?- me pregunta mirándome con una sonrisa en los labios.
- Pues la verdad es sí... -Ellas se ríen ante mi respuesta.- Chicas tengo que encontrar algo muy especial... no sirve cualquier cosa...
- Tranquila ya verás como encontramos el indicado...- dice Leyla.- Vamos a buscar a tu madre que ya nos está esperando.
Nos dirigimos al apartamento y mi madre ya está en la entrada del edificio acompañada de mi padre. Bajo del coche para saludarlos.
- Mamá, que guapa te has puesto...
- Que va...
- Papá.- lo abrazo.
- Cielo, esta vez sí vas a utilizar el que te compres y vas a estar preciosa. Pasadlo bien.- se le nota que está emocionado.- Greta, sobretodo cuida de Mamá...
- Sí Papá, no te preocupes. Iremos hablando para que estés tranquilo.
- Gracias hija.
Nos subimos al coche y nos despedimos de mi padre que está emocionado y preocupado al mismo tiempo. Desde la intervención de mi madre no se separa de ella ni un segundo. Esta es la primera vez desde entonces.
Arrancamos y empezamos nuestro viaje.
- Hija, no sabes lo emocionada que estoy de poder compartir este momento con vosotras...- sonrío con las lágrimas esperando a salir aunque logró dominarlas.
- Alicia, no podía ser de otro modo.- dice Úrsula.
- Vamos a encontrar unos vestido tan estupendos que ni las estrellas de cine en los Oscars.- exclama Zoe
- No lo dudes...- dice Leyla
- Eso espero... Tengo que sorprender a Miguel...- les digo
- Verás que sí... Aunque hija mía, a ese hombre lo tienes tan enamorado que aunque fueras con un saco de patatas en lo alto de la cabeza y llena de barro te vería espectacular...- me hace gracia la respuesta de mi madre, no podría a ver sido más acertada...
- Ni te lo imaginas Mamá...- me río...- Ahora si que vais a alucinar con lo que os voy a contar...
- ¿Qué ha hecho ahora el caballero de brillante armadura?- dice Leyla
- Más bien... que hizo...- me río.
- Miguel nunca deja de hacer cosas...- dice mi madre...
- ¿Mamá recuerdas aquel verano que me enviateis al campamento?...
- Si, claro... sólo has ido una vez...
- ¿Recuerdas que te conté que había un grupo de niños y niñas que se metían conmigo y cuando quedaban un par de días para que terminara me tiraron a un charco enorme de barro y me quede allí sola un rato llorando...?
- Si, claro que lo recuerdo... me sentí fatal por haberte llevado allí y que pasaras por todo eso... por eso nunca más fuiste a ninguno...- su rostro se entristece...
- No pienses en eso por que fue la mejor decisión que tomaste...- Le digo .- ¿ Recuerda que te conté que un chico pasó por mi lado y me ayudo a levantarme y salir del barro?...
- Noooo...- exclaman todas al unísono
- ¿No nos vas a decir que ese chico era Miguel?...- dice Úrsula
- No sé por qué no me extrañaría nada- dice Leyla.
- Exactamente... era Miguel... y eso no es todo...
- Dios mío mi niña...
- ¿Te acuerdas el disgusto que tenía por que perdí una de mis horquillas preferidas?
- Sí, te encantaba esa horquilla con la rosa amarilla...
- Pues resulta que cuando me fui huyendo de la vergüenza que me daba que ese chico que me había ayudado me viera cubierta de barro se me cayó del pelo y el la recogió y todos estos años la ha llevado encima con él...
- ¿Esto es en serio?- pregunta Zoe. - ¿Pero como habéis sabido que erais vosotros...?
- Yo no lo he sabido hasta hoy que él me lo ha dicho...
- ¿Y él, desde cuando sabe que eras tú?- pregunta mi madre.
- Chicas os acordáis la primera noche que salimos de fiesta, el día que el aparto a aquel tío que me cogía de la cintura?- ellas asienten- ¿ Recordáis que en un momento que nos sentamos en los sofás yo me levanté para ir al baño y caí en su regazo?- siguen asintiendo mientras yo prosigo con la historia.- Pues fue ahí donde él se dio cuenta que yo era aquella niña. Dice que sintió lo mismo que en aquel momento que nos quedamos mirandonos cuando me ayudó a salir del barro...
- ¡Por dios que bonito, mi niña...!
- Imaginaos como me he quedado cuando ha sacado mi horquilla de su billetera y la ha puesto en mi mano...
- ¿Pues como te vas a quedar?...- dice Úrsula. - Entonces... ¿De ahí viene lo de regalarte rosas amarillas?
- Exacto...
- ¡Que bonito...!, Estabais predestinados...- dice Zoe emocionada- ¡Yo quiero un amor así!...
- ¡¿Y quién no?!- exclama Leyla
- Mi niña, estoy tan tranquila viéndote con Miguel. Desde la primera vez que os vi, supe que ese hombre te amaba más de lo que podíamos imaginarnos.
- Mamá, es increíble la de vueltas que da la vida...
- Cariño, el destino siempre tiene un plan para nosotros... y el tuyo fue escrito hace muchísimos años. En esta vida nada es casualidad, todo lo que nos pasa tiene un propósito.
Justo cuando mi madre termina su discurso llegamos a la entrada de la boutique de ceremonia.
Aparcamos y salimos del coche. Nos acercamos hasta la entrada. Que está entre dos grandes escaparates elegantemente decorados con trajes y vestidos preciosos y espectaculares. Llamamos al timbre y en poco minutos la dueña nos abre la puerta y nos saluda cariñosamente.
- Greta, preciosa, no sabes como me alegro que vuelva a confiar en mi para encontrar tu vestido...
- Maribel, en ningún momento dudé en volver.
La dueña es una mujer muy amable y cariñosa que en todo momento está pendiente en lo que cuentas para poder ofrecer el vestido que es ideal para ti.
- Me supo tan mal cuando me enteré de lo que te hizo aquel hombre... ¡Menudo sinvergüenza!...
- Pues yo agradezco que lo hiciera porque he encontrado al amor de mi vida gracias a eso...
- Pues también tienes razón... Entrad, vamos a subir a la sala de novia donde haremos las pruebas para encontrar el vestido.
La seguimos, subimos por unas escaleras y entramos a una sala doble. Ellas esperan en la primera zona de la sala donde hay un sofá una mesa y un espejo grande. Nosotras seguimos hasta la segunda zona que está separada de la primer por unas cortinas. Al entrar me quedo parada... Y las lágrimas empiezan a brotar sin poder dominarlas...
- ¿Greta estás bien?- Me pregunta preocupada...
- Siiii... ¡Ese es mi vestido! ¡Quiero ese vestido!
- ¿Sí?
- No quiero probarme otro... ponme ese...
Me pruebo el vestido, se que es el ideal para mi. Cuando Miguel me vea va a llorar de la emoción.
Cuando Maribel cierra la cremallera y me veo en el espejo no puedo dejar de llorar... ¡Me queda clavado! Está hecho para mí.
- ¿Salimos para que te vean?- me pregunta.
- ¿Pueden entrar ellas?... No puedo moverme, de la emoción me tiemblan las piernas...
- Claro... voy a buscarlas...- Maribel sale de la sala y la oigo a través de las cortinas.- Greta quiere que la veáis...
Se levantan del sofá y Maribel corre las cortinas. Ellas entran y me ven de pie con mi vestido.
- Mi niña estas preciosa...- las lágrimas brotan de los ojos de mi madre
- Greta, otro no podría ser más indicado para tu boda...- dice Úrsula
- ¡¡Diiios estás espectacular!!- dice Zoe.
- Es como si te estuviera esperando... Miguel va a alucinar cuando te vea...
En ese momento ya todas estamos llorando incluida la dueña de la tienda.
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