CAPÍTULO 116: Yo siempre lo hice.
Han pasado dos meses desde el nacimiento de los gemelos. Lanna y Leo se portan genial, Úrsula y Ale están como locos con ellos y nosotros también.
Como adaptamos un espacio en su despacho para ellos, cada día los traen a la editorial y disfrutamos de momentos preciosos con ellos. Me encanta pasar el rato jugando con ellos.
Por fin todo está en su lugar y me puedo dedicar a organizar nuestra boda. Miguel está impaciente, lleva tiempo diciéndome que ponga ya una fecha y me ponga manos a la obra con los preparativos.
Quiere que sea la boda que siempre he querido, me ha dicho que no escatime en nada. Cualquier cosa que haya soñado quiere que la haga realidad.
Yo le he preguntado que es lo que el quiere para nuestra boda y su respuesta fue:
"Todo lo que a ti te haga feliz, quiero ver tu cara sonriendo durante todo el día mientras estás cumpliendo tus sueños".
La verdad es que nunca he tenido un tipo de boda idealizada, ni siquiera he pensado en decoraciones o tematizado especial.
Con Diego la boda iba a ser sencilla, mi vestido era muy sencillo, sin brillos ni encajes... tampoco iba a venir demasiada gente, sólo los mas allegados que por entonces no eran demasiados.
Así que la verdad voy bastante perdida en lo que a preparativos de boda se refiere.
He fijado fecha para el 20 de junio lo que nos da un tiempo de actuación de mes y medio.
Como es lógico, el banquete y la fiesta serán en el restaurante de las chicas y en la sala de fiestas. Y la ceremonia será en la terraza superior de la sala de fiestas ya que la han abierto y preparado para este tipo de eventos.
Zoe y Leyla se va a ocupar de todo. Y se lo agradezco porque yo no sabría ni por dónde empezar.
Zoe me ha dicho que va a elaborar un menú especial para nosotros y Leyla de la decoración de la ceremonia, del restaurante y la sala. Lo único que le he pedido es que en los arreglos florales predominen las rosas amarillas. Son un símbolo de nuestra relación, él siempre me regala esas rosas, todos nuestros momentos están decorados con esas flores.
Esta tarde voy con mi madre y las chicas a mirar vestidos de novia. También vamos a mirar los vestidos para ellas.
Estoy nerviosa, aunque ya lo hice una vez, esta vez es distinto, me siento diferente.
Iremos a la misma boutique dónde me compré el vestido para casarme con Diego. Es una pequeña tienda de mi pueblo. Me gustó mucho el trato que me dieron, fue muy personalizado, la dependienta es muy amable y está atenta momento a las necesidades de la novia e intentando que consiga el vestido de sus sueños y que en todo momento se sienta especial.
He llamado al doctor de mi madre para asegurarme que puede hacer el viaje hasta allí, y me ha dicho que no me preocupe porqué está completamente recuperada y ya puede hacer vida normal.
Asi que como hoy va a ser la primera vez que salga de la ciudad desde su intervención aún será más especial para mí. Saldremos de aquí al mediodía para llegar allí sobre las cuatro de la tarde.
Miro a Miguel que como siempre está trabajando en su ordenador y de pronto levanta la mirada hacia mí.
- ¿Todo bien?- me pregunta
- Si, sólo te observaba...
- ¿Me observabas? ¿Y te parece bien lo que ves?
- Espectacular... eres una gran distracción...
- ¿ Y de que te he distraído?- Me pregunta mientras se acerca a mi mesa.
- Solo de mis pensamientos... estaba pensando en nuestra boda...
- ¿Como lo llevas?
- Bien, las chicas me están ayudando mucho...
- ¿Hoy vas a la prueba de vestidos, no?
- Si, vamos todas. Hasta mi mamá. El médico ya le dijo que puede hacer vida normal. Alejandro y tu os quedáis con Lanna y Leo.
- Perfecto, me alegra que Alicia por fin pueda hacer vida normal. Y por los peques ningún problema... no dan ningún ruido... sólo duermen y comen.
- La verdad es que han tenido mucha suerte, no han salido llorones.
- A ver cuando sean más grandes... jajajajja.
- ¿Y tu, cuando vas a por tu traje?
- ¿Mi traje?... ¡Ya está listo!
- ¿Como? ¿Cuando?...
- Cuando me dijiste que sí, ya se lo encargue a mi sastre. Así que si me pides que nos fuguemos para casarnos estoy preparado...
- Eso no es viable... yo no tengo el mío...
- Pues has estado apunto de que te subiera en un avión y te llevará a las Vegas...
- ¡Que exagerado e impaciente...!
- No lo creo... hace más de siete meses que te pedí matrimonio y te dije que pusieras fecha... y hasta hace una semana no había nada agendado...
- Pues ya puedes estar tranquilo que en mes y medio seré tu esposa...
- Realmente ya lo eres solo vamos a legalizarlo... Eres mía desde el momento que aceptaste el traslado a mi editorial...
- Pensaba que ibas a decir desde que naciste...- me burlo
- Si, pero me llamarías exagerado. Pero esta claro que naciste y ya estabas en mi destino.
- ¡Venga ya!... pero si no nos habíamos visto hasta el momento en que vine a tu editorial...
- ¿Estás segura?...
- ¿No es así? Yo no te había visto antes...
- Tú...- me suelta eso y se queda callado...
- Miguel, me acordaría...
- Por lo visto no...
- ¿Me lo vas a contar?
- No lo sé... quizás me lo guarde para mi... total tú no lo recuerdas...
- ¡Miguel!... ¡Habla!...- Esta empezando a desesperarme, odio cuando se pone en plan misterioso... y encima se ríe.
- Fue hace muchos años... Y sólo fue un momento... después no volví a saber de tí...
- ¿Me lo cuentas ya?...
- Está bien... Cuando tenía 15 años, mis abuelos y los padres de Alex nos dejaron ir a un campamento de verano...
- No me digas que...
- Si... cuando quedaban un par de días para terminar el campamento y una niña se cayó en un charco de barro...
- Nooo...- se ríe
- Me acerqué a ella para ayudarla a levantarse. Cuando me miró, me sonrío sentí que se me paraba el corazón. Quise preguntarle su nombre pero salió corriendo mientras me decía gracias...
- Eras tú...¿Y cuánto hace que lo recuerdas?
- Nunca lo olvidé...
- ¿Pero cuando supiste que yo era esa niña?
- ¿Recuerdas el día que te caíste encima de mí en la discoteca...?
- ¿Como olvidarlo? Casi me muero de la vergüenza...
- Pues en ese momento sentí lo mismo que aquella vez... y en tus ojos vi a aquella niña...
- ¿Y porqué no me dijiste nada antes?
- Pues por que sabía que tú no lo recordabas...
- Yo siempre recordé ese momento y la vergüenza que pasé, pero no sabía que eras tú...
- Mira te voy a enseñar algo.- Saca algo de su billetera y me lo pone en la mano.- Toma.
Miro la palma de mi mano y veo una horquilla con una rosita amarilla. No puede ser... ¡es la que perdí en el campamento!.
- ¿Y esto?...- lo miro asombrada.
- Cuando saliste corriendo se te cayó del pelo y yo la guardé. Siempre la he llevado conmigo.
- Miguel... ¿Como es posible?
- Nena, como te he dicho siempre fuiste mía y yo tuyo, ahora sólo nos falta serlo legalmente.
- Te amo muchísimo.
- Yo siempre lo hice. Nunca en todos estos años perdí la esperanza de volver a encontrar a esa niña. Siempre imaginé nuestro reencuentro y tenía muy claro que cuando eso pasará no te iba a dejar que volvieras a huir.
- Y así ha sido...
- Y así será... Esta rosita. - me la coge de la mano- me ha acompañado todos estos años recordándome que tu serias la única a la que podría amar. Y así ha sido por más mujeres que haya conocido, ninguna era especial, ninguna eras tú.
- Miguel...
- ¿Sabes algo? Para mi las rosas amarillas que te regalo son el recuerdo de ese momento, tu me regalaste primero esta horquilla.
- Miguel...
- No digas nada...- me besa y me abraza fuertemente.
Nunca dejará de sorprenderme... ahora lo tengo más claro que nunca...
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