CAPÍTULO 10: No puede ser verdad...
Salgo de mi estado de sorpresa. No me puedo creer que Miguel esté aquí...
- ¿Miguel? - logro articular palabra, aunque sea sólo su nombre.
Se queda inmóvil unos segundos mirándome pero enseguida aparta su mirada.
- Buenas noches Greta, Úrsula, chicas... Estaba en la barra tomándome una copa y ví que os estaban molestando y decidí actuar.
- Que caballero...- dice Zoe
- Simplemente he actuado como lo hubiera hecho cualquiera.
- Miguel tómate algo con nosotras- le propone Úrsula.
Rezo para que diga que no, no creo estar preparada para que se quede ahora mismo.
- Chicas no quiero molestar, veo que estáis de noche de chicas.
- Para nada, un tío tan guapetón como tú no molesta... jajajjaja -Suelta Leyla riéndose.
Intento mirar a otro lado pero no sé en qué momento nuestras miradas se cruzan y siento un escalofrío.
- Está bien. Me tomaré una copa y me iré. - decide como si lo estuvieran obligando.
- Genial. - exclama Zoe.
Nos vamos a sentar a nuestra mesa y se sienta a mi lado.
- Greta me alegro que estés congeniando con Úrsula y sus amigas, eso será bueno para la editorial, cuanto más feliz estés aquí, menos probable será que nos abandones.
- Bueno, por ahora no tenía pensado abandonaros, pero sí que es cierto que Úrsula y las chicas me aportan un punto extra a esta experiencia.
- Me alegra oír eso...
Miro a las chicas y están mirándonos como si de un partido de tenis se tratase
Necesito moverme del sitio, cuando esta cerca de mi me falta el aire...
- chicos ahora vuelvo.
- ¿Estás bien? - me mira preocupado
- Si, simplemente creo que he consumido demasiados líquidos.
Zoe y Leyla explotan en una carcajada.
Me levanto del sofá y no me queda más remedio que salir por delante de él, con tan mala suerte que tropiezo y acabó sentada en su regazo... ¿En serio?... esto no me puede estar pasando
- Perdona Miguel, he tropezado- Me disculpo mientras intento salir de tan embarazosa situación, no me atrevo a mirarle a la cara.
- Sin problema, es mejor que caigas encima de mi que en el suelo.
¡¿Como se le ocurre decirme esas cosas?!
Me alejo de la mesa y voy al baño a esconderme unos minutos a ver si logro calmarme y volver a tener una pizca de juicio.
- ¡Hey Greta!
- Leyla!
- Necesitaba ir al baño, te he llamado cuando te has ido de la mesa pero no me has oído.
- Perdona, no me enteré.
- Oye, una cosita, Creo que el caballero de brillante armadura quiere conquistar a la princesa en apuros- dice soltando una carcajada
- ¡¿Que dices?! ¡Estas loca!- me río intentando esquivar la conversación
- Te lo digo en serio... ¿Has visto como te mira? parece un león acechando a su presa y cielo siento mucho decírtelo pero vas a ser devorada...jajajaj
- Estás loca Leyla...
Volvemos a la mesa y Miguel se levanta.
- Chicas, voy a marcharme y dejaros con vuestra fiesta. Úrsula, Greta Nos vemos mañana. Zoe, Leyla encantado de conoceros. Buenas noches.
- ¡Buenas noches jefe! - suelto sin pensar
Se gira y me guiña un ojo
- Mañana no lleguéis tarde - Se ríe y se aleja de la mesa saliendo del local.
Nosotras seguimos con nuestra fiesta un rato más, pero esta vez nadie se acercó a nosotras, sólo los de seguridad que paseaban a menudo cerca de nosotras.
A las dos de la madrugada damos por finalizada la noche de chicas, pero no sin antes proponer que tenemos que repetirlo.
....
A las dos y media llego al apartamento. Estoy agotada, hoy voy a dormir como un bebé.
Antes de meterme en la cama preparo todo lo que necesito para mañana y reviso mi móvil. Tengo dos llamadas de un número privado de las diez de la noche y un mensaje de mi madre para preguntar como estoy, mañana me comunicaré con ella.
Me meto en la cama y me dispongo a dormir, pero como no, Miguel se asoma a mi mente en el papel de caballero andante...
La imagen de él apartando las manos de ese baboso de mi cuerpo no hace más que empeorar mi situación.
Al final me quedo dormida y me despierto con el sonido de la alarma de mi teléfono.
Me cuesta bastante ponerme en marcha, parece que mi cuerpo funciona a cámara lenta...
Me visto cómoda, hoy no tengo cuerpo para tacones. He elegido unos vaqueros azules con una camiseta negra con motivos en blancos, una americana sport negra y unas deportivas negras. El pelo suelto y un maquillaje natural pero que esconda los estragos de una noche de fiesta.
Cojo mis cosas y salgo del apartamento.
De camino a la editorial llamo a mi madre.
- Buenos días hija, ¿Qué tal estas?
- Bien mamá, ¿y vosotros?
- Muy bien, como siempre ya sabes, echándote de menos.
- Mamá seguramente dentro de dos semanas baje a veros, pero ya te confirmaré.
- Que bien cariño...- le noto la voz extraña
- Mamá, ¿De verdad que estas bien? ¿Papá está bien? ¿Ha pasado algo?
- No cielo, todo está bien tranquila. - sigo notando en su voz un tono de preocupación.
- Te conozco, y algo sucede... ¡Dilo ya!
- Si pasa algo, pero no es importante.
- Mamá, dímelo yo decidiré si lo es o no...
- Verás hija, el otro día me cruce con Diego...
- ¿Y? - No sé, pero intuyo que el resto de la historia no me va a gustar nada...
- Pues que me empezó a preguntar por ti, que necesitaba hablar contigo, que le dijera donde estabas...
- Mamá, no le dirías donde estoy, ¿verdad?
- Greta, - uy acaba de llamarme por mi nombre esto no pinta bien...- Yo no le dije nada, pero tu tía iba conmigo y ya sabes como es... Le dijo que te dejara tranquila que te habías ido a Barcelona, lejos de él...
- Pero Mamá...- me quejo
- Lo siento cariño...
- Mamá, acabo de llegar a la editorial te llamo luego.
- Te quiero hija, de verdad que lo siento
- Tranquila Mamá, luego te llamo. Yo también te quiero.
¡Maldita sea! Diego sabe donde estoy, esto no es nada bueno...
Entro en la oficina y veo a Úrsula en su mesa.
- Buenos días Úrsula, ¿Qué tal estás?
- Pues un poco mejor que tú... Menuda cara llevabas al entrar... ¿Todo bien?
- Si, pero luego te cuento.
- ¿Almorzamos juntas?
- ¡Perfecto!
Abro la puerta del despacho y veo a Miguel en su mesa.
- ¡Buenos días Greta!, ¿Como amaneciste?...- me suelta en tono burlón
- Buenos días Miguel, Pues mejor de lo que pensaba...- le contesto en el mismo tono
Me acerco a mi mesa y veo una bandeja con un vaso de agua y dos pastillas con una nota.
" Tómanos sino quieres acabar el día sin cabeza"
Miro a Miguel y se le escapa una sonrisa
- Yo de ti haría lo que dice la nota...
Lo miro y le saco la lengua, haciéndole burla y el suelta una carcajada.
Me tomo las pastillas porque me empieza a doler la cabeza, la conversación con mi madre me ha dejado inquieta...
...
Mis peores sospechas empiezan a hacerse realidad... Suena mi teléfono, es un mensaje de un número que no conozco.
"Greta, soy yo, Diego. Necesito que hablemos. Llámame o desbloquéame. Se donde estás, necesitamos hablar. No me obligues a ir en tu búsqueda"
De pronto es como si el móvil ardiera en mis manos y lo lanzo contra el escritorio... Miguel me mira con preocupación
- Greta, ¿Todo bien?
Lo miro, no contesto simplemente me levanto de la mesa, salgo del despacho y corro hacia el baño, ahora mismo no puedo hablar... Esto no me puede estar pasando, no puede ser verdad...
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