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Capítulo 17: ¿Resoluciones...?

Tantas emociones se arremolinaron alrededor de sus corazones al saber que ambos se correspondían mutuamente, saber que compartían algo tan extrañamente loco llamado "Amor", un sentimiento algo complejo pero que podía llegar a ser perfectamente maravilloso cuando éste era el de verdad, los dos volvieron a besarse en los labios con más pasión al estar totalmente seguros de qué era eso que ambos sentían por el otro... esa atracción tan... tan... perfecta... Lina es esconde bajo la cama para no ver nada si es que algo llegaba a pasar y porque considera al par de tórtolos algo melosos por la manera tan apasionada —y casi peliculera— en la que se besaban... aún cuando ninguno de los dos quería separarse para quedar de esa manera por un largo rato —que podría terminar ya saben cómo—, gracias a la falta de aire se separaron...

Se miran a los ojos, los de Chris brillaban intensamente al punto que al cielo le daría una envidia tremenda de tener el celeste de sus ojos, mientras que los de Helena brillaban de la misma manera, solo que con su tonalidad oscura, tal vez no había necesidad real de hacer la pregunta que muchos esperaron desde que esta historia empezó, pero aún así...

—Helena... ¿quieres ser mi novia?

Ella le abraza de una forma cálida, tierna y bastante abierta, apoyando su cabeza sobre su pecho diciendo no verbalmente que así sería, él cierra sus brazos a su alrededor de la misma manera en la que ella lo estaba haciendo, Lina sale debajo de la cama cerciorándose que ahora no estuviese de lenguas entre ambos para poder subir de nuevo a la cama cual gato, recostándose cerca de los dos, luego de un rato empiezan a hablar de cómo fue el día de cada uno para tener una certeza de cómo llegaron hasta ese preciso momento en el que se encontraban...

Ella le contó del beso de Axel Wesker allí al frente...

Él le explicó con detalle lo que fue en resumen su día...

—Vaya día has tenido entonces Martin... —murmura ella

—Lo sé... —responde él cabizbajo —honestamente no fue intención mía el haber vetado a Will de la banda... pero estaba tan colérico... tan perdido y el hecho de que él estuviese borracho y encima de todo echándome todo lo mal que había hecho no lo pensé realmente...

—Aún así creo que eso no justifica el hecho de obligarte a ti mismo a consumir vodka a modo de "castigo" y luego casi morir congelado... —añade ella con lágrimas —Eres un idiota, casi me mataste de un susto cuando no escuchaba que respirabas o... o...

Aprieta el abrazo tratando de compensar las cosas de esa manera, realmente era cierto eso que era un idiota al haber casi muerto de esa manera, sintiéndose como un verdadero patán cabeza hueca que no pensaba en las malditas consecuencias de sus actos, mira afuera viendo cómo la nieve se retoma cayendo lentamente al piso de la terraza, allí ve que el lugar donde había quedado anteriormente estaba recubierto de una fina carpeta blanca... por alguna extraña razón que ni él comprende sonríe, tal vez de no haber pasado ello ahora estarían en algún momento incómodo o algo así...

¡ACHÚS!

Genial, al parecer se había enfermado... la perra Shiba parece hacer un ligero gemido indicando su desaprobación ante ello, aunque bueno, hasta ella sabía que en cualquier momento la locura de su dueño pasaría factura usando su salud como paga. Helena suspira profundamente casi tratando de no perder la paciencia, retirándose y regresando con unas tres tabletas antigripales en la mano, diciéndole a Chris que debía consumir una cada ocho horas, el rubio se toma las tres pastillas correspondientes y guarda los medicamentos en el cajón solo para encontrarse estornudando ya con la nariz empezando a congestionarse...

—Oh no... —murmura él, sintiendo que su garganta empieza a molestar —supongo que me lo merezco... ¿no?

—Efectivamente —asiente ella

— ¡Oye!

—Lo siento, pero es en serio. Tarde o temprano pasaría...

—En fin... —se tira de espaldas a la cama, haciendo saltar a Lina, quien se coloca de espaldas con la lengua afuera marcando una enorme sonrisa —Supongo que de no haberme enfermado, ahora mismo estaría insinuándome contigo para tener algo de sexo salvaje en tu habitación... pero bueno, no quiero contagiarte así que...

—Eres un idiota —dice ella rojísima

—No te hagas Laney —dice él —, estoy seguro que desde que conociste a mi amigo estás buscando eso conmigo. Y sabes a lo que me refiero.

Ella desvía la mirada tratando de aparentar que no sabía de qué estaba hablando, roja con el tono de un semáforo o puede que más, el británico de ojos celestes menea las cejas casi diciendo "sé que lo quieres", el rojo del rostro de Helena es tal que parece que en cualquier momento estallaría por el calor que siente, sin saber si era la calefacción, por vergüenza o el hecho de que sentía cierta lujuria, se le sigue insinuando en el plan sexual a modo de broma, buscando también incomodarla un poco, solo para ser atacado por una muy pero muy ardida morena latina quien se le tira encima, agarrando una de las almohadas para empezar a golpearlo en la cara como sea que fuese.

— ¡¡Christopher Anthony John Martin, eres un grandísimo idiota!! —exclama ella

Y luego de un rato se cansa, jadeando con fuerza por más de una razón que supongo no haría falta mencionar, tirándose sobre el cuerpo de su novio bastante cansada por todo... el rubio respira fuerte ya que su nariz se había tapado por el resfrío que agarró gracias a su estupidez de haber quedado borracho, muy desabrigado y encima desmayado bajo la nieve quedando prácticamente como una paleta helada... la respiración de la mujer se tranquiliza hasta realmente respirar con mayor normalidad, quedando sobre el pecho de su novio con cierta mirada de tristeza en el rostro, habiéndosele quitado rápidamente la histeria de antes... no se le puede quitar de la cabeza lo ocurrido hace un rato...

Llegar...

Encontrarte con tu perro pidiendo auxilio...

Encontrar a quien te gusta casi muerto...

Casi perderlo...

Y lo horrible que se siente...

Sentir que lo sacaron de un refrigerador de la morgue del hospital y encima no escuchar nada dentro de él, ni un latido o respiración leve que indicara lo contrario en ese momento llenándola de la más profunda desesperación, como si nunca volvería a ver esa sonrisa tan tontamente tierna y esos ojos celestes llenos de amor que siempre la observaban en todo momento, cargados de intenciones puras en cada mirada que le echaba... las lágrimas aparecen en su rostro, lentamente saliendo de sus ojos...

Cierra los párpados tratando de tranquilizarse, lo malo ya había pasado gracias al cielo por su intervención, ahora él estaba allí con ella, un poco enfermo por supuesto, aún así... suspira profundo, notándose las ganas que tiene de subir el volumen al llanto, el rubio le levanta la ropa dejando su espalda descubierta, empezando a acariciarla suavemente con la yema de los dedos para que se tranquilizara, haciendo que su piel se erizara ligeramente con el tacto...

— ¿Qué te sucede Laney? —pregunta el rubio

—No es nada... no te preocupes...

—Lo siento... si es por eso en serio lo siento... nunca quise causarte problemas... a nadie...

—No sé qué hubiese hecho si te perdía Martin... —dice ella, toma una pausa buscando desanudar su garganta —realmente no sé qué hubiese hecho... y más porque Axel se me declaró pero lo rechacé por ti... vales mucho más de lo que crees para mí... no por algo te defendí en veces anteriores frente a mi mamá... o te ofrecí venirte a vivir conmigo...

>He sentido esto desde un par de días que nos conocimos... pero supongo que no sabía lo que era hasta alrededor de un mes después... y hoy finalmente logré aclarar mis sentimientos hacia ti... aunque fue bastante más difícil de lo que crees... salí del hospital y recordé todo...

—Fuimos dos adolescentes que se amaban en silencio... —murmura Chris —dos adolescentes que se dejaban notas en sus casilleros como admiradores secretos, uno sin saber quién era el admirador del otro... amigos frente a todos pero amándose en secreto...

—Me encanta cuando te pones poético, Martin...

Lentamente ella sube por su pecho buscando sus labios, besándolo profundamente y siendo abiertamente correspondida por él, de no haber sido por un ladrido de una incomodada Shiba inu que había saltado a la cama mirándoles con un rostro de estar empezando a hacer tonterías y el hecho de que alguien se había enfermado, dejaron el asunto allí... por ahora, lo primero que se le pasa al rubio para el día siguiente es ir a buscar a Will para agradecerle y también disculparse por su actitud tan idiota de ese día, la mujer se reincorpora con sus manos sobre su pecho, mirándole fijamente a los ojos con una mirada profunda...

Sin decir nada más que un "Te amo" con los ojos, se retira a su habitación buscando darse un baño y posteriormente cambiarse a una ropa de dormir para estar más cómoda, además de querer liberar la tensión de su cuerpo causado por el grandioso susto que Chris le había metido hace algún rato ya, suspira al cambiarse por su ropa de dormir, sintiendo que un peso parece retirarse de su corazón de alguna manera, pero... aún tenía que afrontar a Axel... ¿Y cómo lo haría? Por más que se mostró comprensivo ante ella estaba segura que le rompió el corazón a polvo como si nada...

Se acerca a la ventana, paralelamente el rubio hacía lo mismo, saliendo al balcón para tener una linda vista de la ciudad brillando con todo su esplendor, ahora mismo parecía ser más brillante que de costumbre por la felicidad que sentían, al punto que sin que se dieran cuenta, una sonría se dibujaba en el rostro de ambos por igual, con cierta alegría y calma rondando sus corazones, suspiran profundamente con aire meloso, uno dirigiéndose a la habitación de la otra, encontrándose a medio camino solo para desearse ambas partes las buenas noches...

...

22/03/1999 a las 8:00
Hospital Central de Londres
Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido.

Era temprano, un día tranquilo, la gente empezaba a llegar para las típicas consultas y todas esas cosas, al parecer había aparecido antes que él, ya que aún no se habían cruzado en caminos desde que arribó, siente nervios, realmente prefería no verlo bajo ninguna circunstancia para no sentirse tan mal... aunque no podría —de todas maneras— eludirlo para toda la vida, tarde o temprano deberían volver a dirigirse la palabra, en algún punto de ese mismo día inclusive...

—Helena

Pega un leve brinco al escuchar que era Erick llamándola, suspira hondo tratando de sacarse el sobresalto de encima, le mira con rostro de muerte por el susto, haciendo que un escalofrío bajase rápidamente por la espalda del médico, sintiéndose intimidado ante el rostro serio de la mujer queriendo casi matarlo de una bofetada...

— ¿Qué sucede Erick? —pregunta ella

Él retrocede un par de pasos por temor a perder la vida sin que se diera cuenta o algo similar, ella le mira con un rostro de pregunta, queriendo saber si lo hacía en serio, el mayor carraspea un poco antes de hablar.

—Lo siento pero... ¿Leiscester ha pasado por aquí hoy o no?

—No, aún no...

—Menos mal...

—No sé de qué te preocupas teniendo en cuenta que ya le pedí que te diera un respiro por ahora...

—Creo que ya es una paranoia mía teniendo en cuenta que siempre está allí como un grano en el trasero molestándome... ¿Por qué no molesta a Axel que está encarado ahora de la parte forense?

Se da la vuelta queriendo irse a su oficina antes que alguien más apareciera y le destruyera el día, con un aire de derrotado por cierto...

—Tal vez te controla más a ti porque eres el hermano mayor de Axel...

Se queda parado en su lugar, su piel morena se volvió blanca cual papel al escuchar lo que dijo, se voltea con cierto miedo en sus ojos, viendo que ella tenía un rostro de cierta decepción, claramente fastidiada por no haber sido notificada de ello jamás en ningún punto hasta la noche anterior por parte de un tercero...

— ¿Quién te dijo eso? —pregunta un poco asustado

—Me enteré ayer por parte de un tercero... ¿por qué nunca me dijeron nada? ¿O es que no confían en mí...?

—No es eso Helena... es un tema muy sensible que solo nos concierne, ¿entiendes?

La mirada de Erick se volvió algo sombría luego de pronunciar esas palabras, desconcertando a su amiga a quien consideraba su hermana menor, entonces por la mente de la mujer pasan imágenes de cuando había preguntado a Wesker sobre su familia... malo lo era y mucho seguramente... lo suficiente para eludir el tema cada vez que alguien le preguntara...

El médico se retira con las manos en los bolsillos, casi con cierto pesar en los hombros, ella suspira pesadamente con ello para dirigirse a su puesto en la parte de urgencias, difícil era no pensar en qué anda mal ahora mismo, saber qué pudo pasarle a su amigo en el pasado le causa curiosidad, una gran curiosidad de saber acerca del pasado de su amigo... un misterioso pasado que lo más probable podría encontrarse con un gran trauma... en fin.

Llega a un cruce de caminos donde se dispone a girar a la derecha en orden a ir al pabellón infantil de las urgencias, del lado opuesto se iba a la morgue... viniendo del mismo, ve a Axel acercándose con los ojos carentes de brillo... «¿Tanto lo habré herido ayer...?» Piensa nerviosa y con el corazón pesado... unas cuantas lágrimas amenazan saltar de sus ojos al verlo de tal manera, cuando se acerca lo suficiente le toma de la mano con pesar...

—Hola Axel...

El forense primero le mira sin expresión alguna, le mira a los ojos, los suyos estaban fríos e inexpresivos, causando escalofríos en la espalda de la morena, mira a su mano sosteniéndolo, vuelve a mirarle a la cara, su expresión no cambia, simplemente deslizando su mano y dándole la espalda, rompiendo el corazón de la morena latina, quien aprieta una mano con enojo... no está segura de quién está enojada, si era con él o con ella misma... el par de cafés que tiene por orbes se cristalizan por las lágrimas...

En verdad no tengo intenciones de lastimarte, Wesker... —recuerda

— ¿Axel?

El mismo sigue alejándose sin dirigirle la palabra, aún desprendiendo un aura lúgubre, pinchando fuerte en el corazón herido de Helena, quien aprieta más fuerte sus manos con rabia, baja la mirada con fuego, respira con fuerza, cierra los párpados apretándolos nerviosa...

— ¡¡Lo siento!! —exclama rota — ¡No quiero que estés enojado conmigo Wesker, pero recuerda que en el corazón de uno no se manda! —suspira, continúa —Aún te quiero muchísimo... y justamente porque no quería que esto pasara fue que te pedí que por favor intentaras no sentirte mal... si no quieres verme más solo dilo... —las lágrimas caen de su rostro, se retira sin decir nada más —Lo siento mucho por no quererte como tú quisieras...

El corazón le pesa toneladas, sintiendo que todo fue completamente su culpa, se seca las lágrimas para irse caminando a su lugar de trabajo, saca el pecho tratando de mantener su orgullo de alguna manera, a solo un paso de irse, siente una mano sobre su hombro, al darse la vuelta ve a Wesker mirando al piso con tristeza...

—Lo siento Mercedes... —se disculpa él —pero tampoco he estado bien en estos días... creo que estoy cada vez peor... ni siquiera yo sé qué demonios hacer ahora... aún tengo que hablar con mi psiquiatra para tener noción de qué hacer...

— ¿Psiquiatra...?

—El único que lo sabe es Erick ya que desde que nos conocemos me ha mandado con un psiquiatra para que me ayude con mi problema de depresión post-traumático...

Ladea ligeramente la cabeza con preocupación al escuchar lo que él le contaba, él le da un beso cálido en la frente pidiendo que no se preocupara de nada, que no era de lo cual debiera preocuparse, antes de darse la vuelta en otra dirección, le promete que intentará poner más de sí mismo para evitar causarle daño, ella sonríe al escuchar eso, ambos separándose ahora...

Cierto peso en su espalda parece descargarse entre más avanza a su puesto de trabajo, sintiendo algo más de tranquilidad al saber que estaba en —relativamente— buenos términos con el forense... mete las manos en los bolsillos mirando al techo, se queda quieta en su lugar pensando... solo espera que Chris lograra solucionar aquel problema que tenía con Will... con suerte y no lo odiaba...

—Que sea lo que dios quiera...

...

Ese mismo día a las 13:40
Parlophone Records
Londres, Inglaterra, Reino Unido

Él llegó al estudio algo nervioso, no sabiendo cómo encarar a su amigo luego de haberle gritado el día anterior, tampoco sabía si ellos estarían enojados con él por haber echado al baterista de la banda y luego abandonarlos como si nada hubiese pasado, duda si debería decirles que casi murió por haber quedado noqueado por tanto alcohol que su cuerpo no pudo procesar.

Antes de salir escribió esos versos de la noche anterior en una hoja, luego se quedó jugando con Lina por un largo rato buscando distraer su mente de lo inevitable, luego tomar una taza de té tranquilizante para bajarle a los nervios, sumándole a un vaso de leche tibia con tal de calmarse de una maldita vez, al salir del apartamento en dirección al estudio se quedó por una media hora en los parques con tal de despejar como fuese su cabeza antes que la misma estallase.

Pasa por la puerta con la presión baja, recordarse del estallido de ira en público del día anterior le causa vergüenza, mientras se va acercando a donde sus amigos se encontraban guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta con la mirada ligeramente al piso, al llegar al lugar se detiene, hesitando en entrar o no, suspira profundamente, abre la puerta lento y pasa, ellos voltearon su mirada hacia él con curiosidad poniéndolo más nervioso...

—Hola... chicos... —saluda él

Will se pone de pie y se le acerca con cara de arrepentimiento, haciendo que el rubio se sintiera algo confuso...

—Lamento haberme comportado como un imbécil contigo anoche... —dice él —También lamento no haberte escuchado todas esas veces donde me pediste que dejara de consumir bebidas alcohólicas, los chicos me contaron lo que pasó ayer y la reacción que tuviste luego de eso...

No hubo palabras más que el gesto de la mano levantada buscando reconciliarse, el otro le toma del mismo con una sonrisa de gracia y alivio, para luego darse un fraternal abrazo haciendo que se sintiera mucho mejor en ese momento, tanto con él como consigo mismo, de hecho un peso de encimo había sido levantado de sus hombros, de manera contraria a Helena que tenía una tensa relación con Wesker luego que el mismo le confesara sus sentimientos la noche anterior.

— ¿Y cómo te fue al final con Helena? —pregunta Will

—Oh... bueno...

Les contó de todo lo que había pasado la noche anterior luego de la casi pelear de bar que tuvo, que antes de llegar se compró vodka, bebió a más no poder y terminó desmayado bajo la nieve recién cayendo por culpa de su poca tolerancia a las bebidas alcohólicas, que Axel realmente sentía algo por ella pero fue rechazado porque ella realmente sentía mucho por él...

—Cuando desperté escuchaba a Lina aullando como loca, a Laney abrazándome fuerte sin dejar de llorar, además que sentía frío y no entendía qué estaba pasando... —cuenta —me ayudó a pararme y empecé a vomitar... juro que se estuvo aguantando las ganas de asesinarme...

»Hablamos un rato, me preguntó qué pasó conmigo y le conté todo lo de ayer, también le dije que alguien me gustaba... blah, blah blah, y al final la besé diciendo que era a ella quien amaba... y adivinen qué...

Todos saltan como locos al darse cuenta de lo que acontecía, lanzándose contra el rubio eufóricos con ello, sacándole la mayor sonrisa que había tenido en días, el mismo le ofrece a Will sus disculpas y la luz verde para volver a entrar a la banda, el mismo le dice que no lo haría hasta dentro de un tiempo, eso significaba hasta superar su vicio por el alcohol, pero eso no significaba que no les ayudaría a completar el primer álbum...

—Por cierto, si sueno algo ronco es porque me resfrié, aunque amanecí mejor de lo que estaba ayer...

—Lo cogiste después de haber sufrido de congelamiento, ¿no? —pregunta Phil, el rubio enrojece

No quedan comentarios al respecto...

...

Esa noche a las 22:00
Apartamento de los tórtolos
Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido

El día frío, interesante de un lado y casi pesado del otro, a diferencia del día anterior, donde las cosas fueron bien para Helena y bastante del asco para Chris, ese día fue lo opuesto: Helena había hecho lo posible por acercársele a Axel en todo lo que su turno duró para intentar solucionar de una manera u otra lo acontecido el día anterior, el mismo, aunque ya se había disculpado temprano de su actitud fría y distante, se diría que no dejaba de hacer lo mismo una y otra vez cada vez que los dos se encontraban en algún lugar del hospital, ya fuese en la oficina de Erick, en la cafetería, pasillos...

Al llegar es recibida por una alegre Lina, quien levantó las patas delanteras y comenzó a mover la cola alegre, la morena se agacha de forma melancólica, con el forense y su actitud en su mente era difícil concentrarse en otra cosa, suspirando va en dirección a la cocina por la comida de la Shiba Inu, colocándola en un platito para perro metálico, la misma se acerca y empieza a comer, Helena se va de allí, sacando ropa, dándose una ducha de agua caliente, colocándose algo para dormir y se tira a su cama derrotada, al rato Lina regresa y se sube sobre la cama, acercándosele con su sonrisa zorruna para luego acostarse a su lado...

¡Ya llegué Laney! —la voz era de Chris

Lina se pone de pie y va a saludar a su rubio dueño, regresando unos pocos segundos después con el rubio detrás, el mismo se le acerca con una sonrisa pequeña, junto a una mirada pícara, al llegar a la cama se tira a su lado, rueda un par de veces y quedan cara a cara, el mismo ya con un brillo seductor en los ojos... sonríe ligeramente con el humor que el mismo le transmitía... el joven de cabello de estropajo se le acerca con un beso en los labios, el cual es perfectamente correspondido de una manera tan suave y alegre por ella...

La mujer se incorpora, él copia su movimiento, ella vuelve a besarlo con toda la intención del mundo, de una manera sincera y real que hacía parecer sacado de un cuento... al cabo de un rato se separan, para que la misma se quedara apoyada contra su rubio británico, Chris le da un abrazo con una sonrisa que en parte da la impresión de expresar un poco de melancolía, Helena se hunde en su pecho buscando que el aroma de su cuerpo hiciera que Axel saltara de su cabeza de una vez, el embriagante olor de la colonia que usaba hizo que sus preocupaciones se desvanecieran, quedando con un dulce aroma entre sus fosas nasales...

— ¿Hay algo que te esté molestando? —pregunta él

No hay respuesta por parte de la misma quien solo tenía sus ojos cerrados mientras que se dejaba llevar por las sensaciones de tener a la persona que amaba, en parte no se daba cuenta que expresaba un poco de molestia, y tampoco estaba al tanto de la pregunta que le habían hecho, siente que la protegían de algo, siendo agradable sentirlo... siente que algo se había subido a la cama, la "hija" de ambos se había acercado para acostarse al lado de la mujer, quien se había separado de él para acariciarla...

La Shiba al verla sonríe, abriendo las piernas y mirándola con alegría, ella le rasca la panza con una sonrisa, la cual se borra unos segundos después, haciendo que Lina se reincorporase y se colocara más cerca, el rubio le acaricia un brazo con suavidad...

— ¿Qué sucede Laney?

—Es... Axel... —responde ella —creo que no quiere verme ni en pintura...

— ¿Tanto se enojó?

—Me evita mucho... según él intentaría poner de sí mismo...

—Dale un tiempo para que se tranquilice —dice él —, será lo mejor para ambos, luego intenta acercártele nuevamente.

— ¿Seguro? —pregunta ella

—Por supuesto —responde él —, estarán bien. No te preocupes tanto, estas cosas pasan, y... aunque es muy difícil mantener una relación después, al final se dará cuenta que lo mejor es superarlo.

Y eso esperaba, realmente tener que cargar con el peso de que había roto a alguien de esa manera le ponía un poco... nerviosa... pero lo dicho era cierto, tarde o temprano se dará cuenta que lo mejor es moverse adelante y olvidarlo, intentar de nuevo pero con otras personas, quién sabe, incluso cabe la probabilidad de que se encontrara con alguien mucho mejor que ella, alguien que sí esté dispuesta a quererlo realmente, feliz le haría, incluso le haría más feliz que encontrase con quién compartir su vida para olvidar los malos momentos del pasado.

Ignorante de su vida lo era, no demasiado pero al menos sabía unas cuantas cosas para desearle lo mejor, no solo porque era su amiga, sino porque realmente se preocupaba por él, de poder ayudarle de alguna manera lo haría, pero por ahora simplemente debía hacerse a un lado en su camino con tal de hacerle pensar y descansar un poco de lo acontecido la noche anterior...

—Ahora que lo recuerdo... mi mamá nos invitó a ir a su casa en Whitestone, quería que vayas conmigo pero no tengo idea cuándo son tus vacaciones. Ahora mismo creo que sería buena idea para que mantengas tu mente lejos de Axel, además, podemos ir también solo el fin de semana, al fin y al cabo son dos horas de viaje(1) nada más.

—No estoy segura...

—Oh vamos, mi mamá te ama, si no le cayeses bien cuando te conoció no hubiese dicho que eras mi novia si es que recuerdas, de la misma manera en la que no me hubiese ayudado para mantenerte distraída con tal de hacerte la sorpresa de Navidad. Es chistoso porque siempre pregunta por ti cuando me llama, y a mis hermanas y a mi hermano también le caes bien, según ellos les gusta tu forma de ser.

La verdad que no tenía palabras para responderle a su compañero de piso-mejor amigo-novio, aunque el mismo tenía razón respecto a eso, por ahora realmente necesitaba alejar su cabeza de Axel... aunque eso no sería hasta dentro de unos cuatro días —lo más probable—, con suerte, si le preguntaba a Erick si podía irse de pinta por el fin de semana, siempre cabía la posibilidad de que el mismo le dejase para que su "hermano" tuviese un respiro...

El pensamiento que se le vino a la cabeza era un "lo mato" por no haberle comentado nada, de hecho da la impresión de que se lo quería guardar hasta la muerte... en fin, razones, por más que no estuviesen debidamente justificadas las tenía, además, no podía simplemente meterse donde no la llamaban... sus pensamientos se vieron interrumpidos por un beso de Chris en la mejilla, cerca de la comisura de sus labios, la misma se sonroja al sentirlo, esbozando una pequeña sonrisa. La Shiba Inu, al darse a dónde llegarían a acabar sus dueños salta de allí y se va a su habitación.

Lo que quedó de esa noche, por alrededor de dos o tres horas, lo único audible en el apartamento eran solo las risas indecentes de una pareja teniendo sus asuntos personales en la cama... y como la autora es una maldita floja describiendo estas cosas y de hecho no le da ganas de hacerlo porque la verdad tampoco quiere que le denuncien el libro por una escena como esta —por más que es solo una, aunque quién sabe—, les recomienda que sencillamente usen su imaginación para saber a dónde va a terminar esto...

Oh sí, ahora que lo recuerdo... un rato después que esos dos terminaran de hacer sus cosillas personales, el teléfono de la pelinegra suena, la misma se da la vuelta pasando sobre Chris y su cuerpo desnudo para tomar el altavoz y contestar.

— ¿Hola? —dice —Bien, ¿y ustedes? —pregunta feliz —No, ahora iba a dormir, ¿por qué...?

Chris observaba la espalda descubierta de la misma, dándose cuenta que su piel palideció un poco, la mujer cuelga, él le pregunta qué pasa...

...

¡¡¡NNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

El grito se escuchó hasta el espacio, en la habitación del rubio, Lina —quien estaba acostada en la cama del mismo— se cubrió las orejas sintiéndose aturdida por el potente grito desesperado de su dueño...

Y para la muy mala suerte de la pareja que apenas llevaban veinticuatro horas saliendo y ya habían tenido su noche de placer de la nada, habría muchos problemas por delante... por segunda vez...

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