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Capítulo 10: Graduación

20/06/1998 a las 16:00
Universidad de Londres
Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido

El tiempo va pasando para ambos, ya alcanzando un trimestre desde que se conocieron, las cosas evolucionan favorablemente para el par, una amistad sólida, sana y tranquila. El día de la ansiada graduación de los chicos finalmente llega con todo, antes del evento, el rubio le presenta a su familia, o mejor dicho a sus padres, la madre de Chris, Alison era una mujer muy tranquila y buena, al punto que la hizo sentir fácilmente en confianza hasta que preguntó si era la novia del británico...

— ¡Mamá! ¡Helena es solo una amiga! —recrimina rojo cual tomate

Ella le mira de reojo, con una mirada de sospecha, incomodando al oji-celestes, cuando acaba aquella sonrisa da un cambio de significado dejando con ciertas dudas a ambos por igual, ahora, en la entrega de diplomas van a darle su título al rubio oji-celestes británico del barítono, luego de dar su breve discurso a todos los de allí se dispone a retirarse con una sonrisa en el rostro, tanto de satisfacción personal al haber acabado la universidad con honores como el hecho de ser libre de hacer lo que se le pegara en gana a partir de ese momento, entre ellos el hecho de por fin tener tiempo para poder practicar con la banda, las audiciones con Parlophone no estaban demasiado lejos de allí, más o menos a un mes de distancia aproximadamente.

Más allá cerca del medio, nota a su compañera aplaudiendo con una sonrisa tímida al lado de sus padres... el mundo parecía volverse cada vez más lento conforme se movía y seguía observándola, la mujer usaba un maquillaje que resaltaba más su belleza, sus ojos cafés presentaron cierto brillo reflejados, notándose su alegría... está tan distraído flotando en medio del escenario como un imbécil enamorado que no se da cuenta que se dirige al borde del escenario y no a las escaleras, cuando se dio cuenta fue tarde, cayendo de cara sobre el pasto, convirtiéndose automáticamente en el hazmerreír del campus.

Sus amigos se acercan para asegurarse que no se había herido o algo similar ayudándole de paso a ponerse de pie, algo aturdido por la sorpresiva caída que tuvo, al menos solo se había ensuciado algo con la tierra, pero nada más que eso... de pronto ella hace su aparición junto a sus padres, notándoseles preocupados, ella con los bordes de su vestido blanco alzados revelando un par de zapatos de plataformas, ella le toma del rostro con una mano buscando contacto visual, al parecer se hablan de esta forma ya que relaja los hombros luego de unos segundos, para acabar con un abrazo de oso... como ya acaban de recibir sus cosas, se retiran hasta que los llamen para las fotos y esas cosas.

Más tarde es la fiesta de egresados en todos los ámbitos, pudiendo vérseles a los chicos bailando de alguna manera pero con tal de hacerlo, y sí, aún siguen en el campus, dentro de un salón de eventos especialmente diseñado para estas cosas, los únicos sentados en una de las mesas eran el rubio británico del barítono y la pelinegra morena latina, ambos simplemente observando a los otros, con un par de copas de espumosa champaña que ninguno de los dos parece haber tocado aún... por cierto, los padres del rubio se habían adelantado para regresar a su pueblo, dejándole allí para disfrutar...

—Se nota que los chicos la pasan bien... —dice ella

—Sip... —dice él

La música empieza a volverse cada vez más tranquila hasta volverse una digna de un vals, los varones rápidamente buscan a una mujer para bailar, él sonríe, se pone de pie, se coloca frente a ella y extiende su mano...

Secuencia: Recuerdo No: 2302839 del 04/04/1998
Inicio de transmisión
Kensington, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido

Se puede ver a Chris caminando junto a Will en los parques de Kensington, era domingo por la tarde, se supone que sería el día libre de Helena, pero como va arrastrando la residencia con todo, mejor dicho la semana entera hasta ese momento, no había podido ir a caminar, lástima... de hecho cuando le preguntó si no quería dar una caminata por teléfono y le dijo que le era casi imposible por el simple motivo de que Erick ya quería tenerla bien acostumbrada a la vida de un médico, se diría que se tiró a su cama a pensar en todo lo que pasó en poco tiempo. Will podría ser el menor del grupo, pero eso no evitaba que fuera el más inteligente y sabio entre los cinco; de hecho hasta tenía una clase de sexto sentido, ya que se apareció un rato después de que ya saben quién invitara a también ya saben quién preguntando si no quería una caminata.

Y no gente, no hay emparejamientos esta vez.

El cielo presentaba intervalos nubosos en ese momento, de todas maneras daba igual si había o no sol ya que apenas proporcionaba calor a los habitantes del hemisferio norte, aunque ya es suficiente tener el cielo de esa manera así el ambiente no parecería tan... soso. Él por ahora se sienta en la misma banca donde se había sentado el día en que conoció a Helena, cerca de las fuentes, no evita que su mente reflejara aquel momento donde se conocen, podía verla allí sentada con un fajo de hojas en las manos, cierra los ojos un segundo pensando en cuando se pone de pie para regresar a la universidad, luego oye el sonido de los papeles volando en el aire, cuando abre nuevamente los ojos no hay más que sus recuerdos...

—Martin, estás pensando en qué.

La voz del baterista lo trae totalmente a la realidad, le mira a los ojos, nota curiosidad en estos.

—Estoy bien...

— ¿Pensando en ella?

—...

Soy Helena...

Y yo Chris...

— ¿Qué sientes? —pregunta Will

—No tengo idea...

— ¿Confundido?

—Puede ser...

Él solo sonríe...

Fin de la transmisión

Un consejo: invítala a bailar cuando tengas una chance, seguro y acepta.

La mujer observa la mano de su amigo unos segundos antes de esbozar una sonrisa y tomarla para ponerse de pie, él la arrastra con suavidad hacia la pista de baile, sus ojos brillan con cierta alegría, contagiando esa alegría a su compañera de baile, las luces bajaron hasta dejarlos solo bajo la luz de la bola disco girando en el techo, lentamente se juntan hasta que se coloca sobre su pecho en un suave baile...

Le encanta la sensación de tenerla cerca, más cuando estaba cerca de su corazón, un sentimiento tan hermoso y calmado que recorre su cuerpo con la forma de una calidez inexplicable... ahora la cabeza de Helena se recuesta sobre su pecho, exactamente en la zona del corazón, haciéndole sonrojar.

Amo esta sensación —piensa — ¡Me encanta!

¿Invitarla a bailar? ¿Pero cuándo? ¿Y cómo...?

Solo espera el momento, o invítala al baile de graduación.

Está bien aunque... creo que si la tomo no querré soltarla...

Y no quería, simplemente deseaba quedar así con ella toda la noche de esa manera, de esa forma tan tranquila que le hace sentir sobre las nubes al punto que todo a su alrededor se desvanece como humo y niebla... cosa que se corta cuando escuchan que el ritmo de la música da un cambio a algo más animado, pasando a una onda latina para sorpresa de Helena, quien amplía una sonrisa; el ritmo era Salsa, se separa del rubio del barítono mientras le toma de la mano, empezando a guiar sus pasos en el ritmo, primero impresionado, luego comenzando a llevarle los pasos sin problemas con mucha energía y una cantidad de emoción en sus ojos, allí dejándose absorber por la canción hasta que acaban mirándose directo a los ojos... el café conociendo a los azules, y los azules a los café...

¡Clap! ¡Clap! ¡Clap!

Ahora todos aplauden sonoramente, algunos hasta silban con fuerza, por poco no lanzan rosas a ambos, aunque se diría que la autora se equivocó con esa parte ya que por allí cerca del pie del oji-celestes cae una rosa blanca, se agacha para tomar la flor, pasándosela con una mirada casi seductora, ella de la misma manera lo acepta, haciendo una leve reverencia al público se disponen a sentarse nuevamente, no evitan reír y abrazarse con alegría.

Alrededor de dos horas después, alrededor de las 0:40, podemos ver que la pelinegra hace su camino fuera del salón de baile, esquivando a los distintos bailarines y el embriagante olor a champaña, cerveza y otras bebidas que inundan medianamente el espacio cerrado en el que se encuentra, en cierta forma se siente algo mareada, haciéndole algo intolerante seguir allí, no era común ya que estaba acostumbrada a ir a fiestas así, pero esta vez sería algo diferente; al salir afuera se encoje un poco por el fresco aire nocturno, tal vez ya era primavera, pero eso no había evitado que por las noches refrescara.

Sus tacones apenas resuenan sobre la acera del vacío y fantasmal campus universitario, como todos los graduados están en el salón y los otros en sus respectivas habitaciones, se diría que era lo más parecido a una ciudad fantasma, suspira, allí se dispone a caminar un poco hasta encontrar unas escaleras que la llevan a una azotea vacía... cuando llega ahí se acerca a un borde, observando a la ciudad, unas cuantas mechas lisas que caen al costado de su rostro se mueven ligeramente por el viento, también acariciando su suave piel morena con gracia, haciéndola sentir extrañamente bien...

Solo se limita a cerrar los ojos y pensar en todo a la vez que deja vacío su mente... familia, amigos, una vida que dejó atrás para iniciar otra con más oportunidades de sobresalir y mantener a sus padres por más que hayan hecho lo que debían de hacer en los Estados Unidos... siente los ojos calientes, algo húmedos de hecho ahora que los recuerda, no es la primera vez que llegó a perder sus cumpleaños por alguna razón en particular, de todas maneras no se sentía bien al no pasarla con ellos... se limpia las lágrimas con algo de molestia en su mirada, ni qué hablar de cuando sea su cumpleaños, el cual es un día antes que el de Will siendo tres años y un día mayor que el mencionado...

¿Por qué tan solitaria, Laney? —pregunta una voz a sus espaldas

Tras ella no aparece nadie más ni menos que el propio Christopher Martin, al parecer algo preocupado por la súbita desaparición del salón de baile, cuando le ve solo se limita a regresar su mirada a la ciudad de Londres, el rubio tenía un ligero brillo en los ojos, con las manos en los bolsillos de su traje de gala se acerca a ella, recostándose contra el borde mientras mira a lo lejos...

—Pensé que te habías ido... o que pasó algo... —comenta en voz baja

—Oh... perdón si te preocupé... —dice ella casi ida

— ¿Qué ocurre Helena? Estás muy apagada...

No existe respuesta alguna por parte de la pelinegra latina, indicándole que no hay exactitud respecto a cómo se sentía en el momento, ella apoya su cabeza sobre sus brazos, los cuales están sobre el borde de concreto, él simplemente dejando fluir sus recuerdos allá a las estrellas, aún dándole la espalda a la ciudad...

Recuerdo del 15/05/1998 a las 21:30
Inicio de transmisión
Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido

Podemos verlos en casa de Helena tomando un vaso de Coca Cola, por los platos sucios sobre la mesa se diría que acaban de terminar de cenar, él le sonríe tímidamente, hasta el punto que se diría que era una sonrisa invisible, casi inexistente, ella no parecía animada, de hecho se nota bien que estaba triste por algún motivo en particular, se da cuenta por la expresión de sus ojos, ligeramente preocupado se atreve a preguntar:

— ¿Qué te pasa Laney?

—Eh, no es nada... no te preocupes...

—Sí, y yo nací ayer —responde sarcástico —. Es fácil decir que estás bien, pero difícil ocultar lo que realmente sientes, tus ojos delatan lo que realmente pasa, y es evidente que algo te molesta. Recuerda que somos amigos —en cierta manera eso duele —, puedes confiar en mí para lo que sea que necesites, no importa lo que sea...

Lo último hizo que su voz se ablandara, causando una pequeña puntada en el corazón de la morena, quien lentamente empieza a quebrarse por más que tratara de parecer firme respecto a sus emociones del momento... cierra los ojos un momento haciendo que unas lágrimas cayeran de su rostro, allí siente algo cálido alrededor de su cuerpo más un aroma de hombre, atajando también sus brazos contra su pecho en forma de cruz, ya sabe quién la abraza de esa manera tan protectora, libera sus brazos y lo rodea comenzando a llorar con fuerza...

—Está bien Laney... solo desahógate...

—Perdón... —susurra —hoy es el cumpleaños de mamá... y aunque no es la primera vez que... que no paso su cumpleaños con ellos... yo...

—Calma, te entiendo... ¿pero por qué no los llamas? Aún hay tiempo para que lo hagas...

Se sueltan, luego de un rato le afirma con una sonrisa que sería buena idea, para devolverle el abrazo, salen afuera a una cabina telefónica, luego de dar el número a la operadora, indica el número para poder hacerle la llamada, que la verdad tuvo su emoción ya que alguien no paraba de lagrimear intentando contener sus ganas de llorar con fuerza por la añoranza, y eso se notaba por más que no entendía un pepino el español, entonces...

—Chris... mi mamá quiere hablar contigo...

Fin de la transmisión

Mira en otra dirección al recordar lo otro...

Helena me ha hablado muy bien de ti desde hace un tiempo, así que cuídala bien porque si le haces algo que pueda herirla o si le pasa algo malo por tu culpa, iré personalmente a golpearte.

Sí, la madre de Helena le amenazó de golpearlo si algo le pasaba a la morena, un escalofrío recorre su espalda de solo recordarlo, de hecho no quiere ni pensar en que su amenaza se cumpliera... en fin, deja de apoyarse contra el borde de concreto, haciendo su camino a las escaleras dejándola sola un buen rato sumida en sus pensamientos, ahora sus manos estaban sobre sus hombros, sus uñas, pintadas de blanco con algunos diseños de mariposas, estando dispuesto a irse se da la vuelta, ahora encontrándose nuevamente al rubio con unas cuantas flores azules y amarillas en las manos... de entre esas flores saca una blanca, la única blanca de hecho para colocársela en el rodete de cabello que poseía...

—Chris, no era necesario que... —iba a decir

—No importa —interrumpe —, no te lo tomes de ninguna otra manera más que mi deseo de verte alegre... así que acércate, sé paciente y no te preocupes...(1) —esto último lo canturreó lentamente

Toma el ramo con un sonrojo en el rostro, otra vez él le pide la mano con una sonrisa iluminada, ella lo toma, y de allí solo Dios y las estrellas atestiguan el baile sin música del par... los dos con una sonrisa, las frentes pegadas, el corazón guiándoles... y sus amigos observando la escena detrás de la escalera, en silencio, con una sonrisa metiche en sus respectivos rostros.

—Qué bonito... —dice Jon susurrándoles —parecen una pareja de recién casados en pleno vals...

—Les apuesto 50£ a que tarde o temprano ambos acaban casados —dice Will

— ¿Tú crees? —pregunta Guy

—Has la prueba a ver qué pasa, y te apuesto veinte a que te tratará de asesinar con la mirada.

—Hecho.

¿Qué tanto cuchichean entre ustedes?

Se sorprenden demás al encontrar a la pareja de amigos allí al borde de la escalera, pillándoles espiando en el acto, y digamos que se sienten algo avergonzados por estar metiendo la nariz donde no les importa en absoluto... por ahí Phil sale con la excusa de que se preocuparon de no encontrarlos allí en el salón haciéndoles pensar que abandonaron sin avisar, Helena asume su culpa y expresa que solo quería estar sola un rato antes de volver a entrar y que él justamente había salido también para eso, allí pregunta —escondiendo picardía y el hecho de estar en plan de "os emparejo como FedEx"— qué hacía ella con un ramo de flores, conteniéndose las ganas de ponerse roja, les dice que no se sentía emocionalmente bien y alguien se lo había regalado buscando hacerla sentir mejor...

—Sinceramente hablando parecen una pareja de recién casados —dice Phil —, lo único que le falta a Helena es el velo en el rostro y el anillo del dedo para que sea una novia de verdad. ¿Y tú qué opinas Martin?

Ambos enrojecen con el comentario de cachetes Harvey, gracias al mismo no evitó bajo ninguna circunstancia imaginarla como una verdadera novia... parpadea un par de veces para sacarse esa imagen de la mente, mentalmente maldecía que su amigo tuviera la razón en ello: Helena realmente tenía toda la pinta de ser una novia a punto de casarse...

—Lo que tú digas Harvey... lo que tú digas —responde sarcástico

El escocés sonríe con astucia, ofreciéndole una mano a la morena latina preguntando si no quería que le ayudara a bajar la escalera, ella acepta agradecida para sorpresa de todos, mayormente para la de Chris haciendo que ardiera de celos por dentro, a medio camino él le dice algo en escocés, el mismo le responde, miran al rubio quien parecía lanzarle dagas con los ojos, cuando llegan abajo, Guy le da un beso en la mejilla cerca de los labios para mayor enojo del rubio oji-celestes británico del barítono.

—Si quieres podemos ir a bailar un poco —dice él —, luego escaparnos para irnos a un motel y...

— ¡¡Berryman!! —exclama Chris

— ¿Qué? —pregunta el aludido —Lo de "escapar e ir a un motel" era un chiste. No lo haría con una amiga, menos si es la mejor amiga de mi mejor amigo.

Más te valga Rupert, más te valga... —piensa el oji-celestes

—Me asustaste por un segundo con lo de ir a un motel.

¿Lo ves Rupert? ¡La asustaste! —piensa nuevamente el británico — ¿Por qué no mejor volvemos adentro para seguir disfrutando?

Sencillamente todos aceptan, en cierto momento el rubio le lanza una fulminante mirada a su compañero de banda, haciendo que retroceda un poco más al fondo, el azabache bajista escocés allí saca su billetera mas veinte libras y se los pasa a su compañero baterista, quien sonríe con cara de siempre tener la razón, allí simplemente admite que era cierto lo dicho anteriormente acerca de intentar asesinar con la mirada.

Finalmente alrededor de otras dos horas después, siendo ya las tres y algo de la madrugada, busca a los chicos para despedirse de ellos, cuando se despide de Chris éste se ofrece a llevarla a su casa, al principio se niega diciéndole que debía quedarse ya que era su fiesta de graduación.

—Sea mi fiesta de graduación o no, no dejaré que regreses sola a tu casa, nunca se sabe qué puede haber a estas horas y no quisiera que algo te pase. Además yo también estoy muerto, así que sígueme...

De allí salen al estacionamiento a varios metros del salón, llegando al frente de un auto negro, impresionantemente era un Jeep, el rubio saca un par de llaves para introducirlas en la puerta del copiloto, cuando lo abre le ayuda a subir, quedando impresionada por el interior del vehículo y por el olor del tapizado se podía decir que era recién salido de la compañía... sip, definitivamente algo que no se la esperaba.

— ¿Qué te parece mi camioneta nueva? —pregunta el rubio

— ¿En verdad es tuyo y no robado? —pregunta la morena

—Sip, mis padres me lo regalaron por la graduación y por haber salido como el mejor de la promoción.

Solo afirma impresionada, él enciende el automóvil, retroceden y van para la salida, la morena bosteza cubriéndose la boca, intentando no caer dormida antes de llegar a su casa como aquella vez que se había quedado dormida sobre el Puente de la Torre, solo para no causarle molestias a su mejor amigo quien aquella vez había llamado a Diego para llevársela cargando a su apartamento... para evitar quedarse dormida con el silencio, le pregunta:

— ¿Ya tienes un apartamento donde quedarte ahora que ya no estarás en la Uni?

—No, en realidad tengo planeado regresar a Whitestone por un tiempo para descansar mientras consigo un apartamento.

— ¿Cuánto tiempo planeas quedarte allí?

—No estoy seguro... —responde él — ¿Acaso te preocupa que te deje...? —piensa a la par

—Como somos amigos y has demostrado desde el principio en que puedo confiar en ti, quería saber si quisieras venir a vivir a mi casa...

Justo en ese momento llegan a una luz roja, la cara del joven rubio oji-celestes británico del barítono era del mismo tono del semáforo, ella no se dio cuenta de ello ya que no deja de mirar a la ventana aún luchando contra la bruma del sueño que amenazaba con llevársela, él agita su cabeza para alejar la sorpresiva pregunta que llegó de su compañera-amiga-platónica.

— ¿V-vivir en tu casa? ¿Contigo? —pregunta sin salir totalmente de su sorpresa

—Sí... por qué no... —responde cansada —el apartamento es grande, tiene una habitación para invitados... además cuando nos habíamos conocido preguntaron si no quería alquilar una habitación y todo eso... luego fueron diciéndome que encontraron apartamentos para quedarse menos tú... así que... ya ves...

Guau, simplemente no se la esperaba, la luz cambia a verde pero no avanza, era tarde así que no habría tráfico, de todas maneras ella le observa con un rostro de haber dicho una estupidez, aún sigue procesando la información recibida por su cerebro... Helena quería que vivieran juntos, juntos bajo el mismo techo, no en la misma habitación pero sí en el mismo lugar, lo cual era algo, su expresión facial va cambiando de asombro a una más calmada, casi expresando ternura y felicidad...

—Creo que fue una... —iba a decir

—Acepto.

— ¿Qué...?

—Ya lo dije, acepto mudarme contigo.

Ella se sonroja, admitiendo que en verdad no se la esperaba, él sonríe y avanza justo a tiempo antes que la luz volviera a cambiar a color rojo, al llegar al apartamento ambos bajan él la ayuda a bajar por la altura, acompañándola hasta su habitación, ella le dice que le ayudaría con su cama, él se niega argumentando que debía descansar, sin darle oportunidad de contradecir, dice que era necesario que descansara, como ya era realmente tarde para discutir por algo tan tonto decide hacerle caso, dándose media vuelta para cerrar suavemente la puerta, él hace lo mismo, pero para ir afuera, abre la valijera de la camioneta revelando varias maletas, con algo de dificultad baja cuatro de una vez, dejando otros cuatro en su lugar, cierra la tapa para regresar arriba, cuando llega se encuentra a su ahora compañera de piso usando un vestido de noche más un vaso de agua en una mano, la mencionada se sorprende de verlo con tantas maletas en mano...

—Seré franco, tenía planeado regresar a Devon cuando amaneciera y regresar dentro de un par de meses ya que en eso serán las audiciones para Parlophone, de hecho planeaba regresar una semana antes y quedarme con Jonny ya que aún no tengo un apartamento propio... así que me salvaste de una larga y tal vez inexplicable ausencia, menos mal no te quedaste dormida...

Abre la boca para decir algo, pero ningún sonido sale, limitándose a poner una sonrisa sincera, se acerca a él, dándole un beso... no uno cualquiera, sino uno largo, cálido cerca de la comisura de sus labios haciendo que se sonrojara, sin decir nada acaba para irse adormilada a su habitación... cuando escucha la puerta cerrada, aprovecha para sonrojarse salvajemente, ahora teniendo un tono muy similar a la del semáforo de antes, esboza una sonrisa tonta en la cara, para otra vez arrastrar las maletas a su habitación, la cual era enorme, casi tanto como la de Helena, como ya conoce donde queda la habitación extra no hace falta armar desastre, levanta las cuatro valijas sobre su nueva y enorme cama: los dos primeros tenían ropa sucia, los otros dos tenían sus libros...

—Demonios...

Suspira, vuelve a cerrar las maletas colocándolas allí en una esquina, mañana se encargaría de la ropa sucia y dónde ubicarlas, al igual que los libros, hace otro viaje, esta vez solo bajando dos maletas para evitar hacer escándalo, estas tenían algunas sábanas y frazadas que usaba en el campus, junto a unas cuantas toallas y sus elementos de higiene personal, las sábanas y etcétera las va colocando allí en un gran armario de puertas deslizables, arriba a la izquierda lo grueso, al otro lado lo fino, el último viaje rindió frutos ya que tenía su ropa limpia guardada en las dos últimas maletas, también aprovechó para bajar su guitarra, dónde guardaría la camioneta lo averiguaría en otro momento, saca una camisa y un par de bóxers dejando su traje de gala en un costado, solo se cambia de ropa por sentirse el primo-hermano de un zombi, dejando las dos maletas de ropa limpia sobre las otras, quita un cobertor contra polvo de la cama, la sacude un poco, busca sábanas limpias en uno de los cajones de una cómoda, encontrándolos en el más alto, un poco más abajo encuentra frazadas, toma un par para la cama, para cubrirse y para la funda de las almohadas, luego saca una frazada no muy gruesa, por última vez toma una de sus maletas para sacar un par de pantuflas con forma de gatitos.

Antes de meterse por fin a la cama, decide ir a ver cómo estaba Helena, lentamente se va acercando a su habitación, con cuidado abre la puerta, entrando de puntillas, cuando se acerca la ve semi destapada abrazando una de sus almohadas y balbuceando cosas que no alcanza a entender... esboza una sonrisa suave al verla así, se acerca más para tomar las sábanas y cubrirla hasta la altura de los hombros, como si pudiera sentirlo de alguna manera ella sonríe, abrazando más fuerte su almohada, él sin borrar aquella sonrisa se da media vuelta para retirarse a su habitación de nuevo, tirándose de lleno a su cama, suspira, se tapa con las sábanas y cierra sus pesados párpados... escucha el click de la llave de luz subiendo, la luz le aturde, haciendo que se cubriera...

Oye... ¿qué haces en mi cama...? —pregunta una voz que no reconoce

Siente que quien sea que fuera le toca un brazo, moviéndolo ligeramente...

—Déjame dormir... estoy cansado...

Estás durmiendo en mi habitación, papá...

— ¿Eh?

Se destapa abriendo los ojos y se da la vuelta, encontrándose totalmente solo y a oscuras... extraño, de hecho muy extraño al punto que era muy real, ignorando ese hecho de escuchar a una joven diciéndole "papá" vuelve a cerrar los ojos, quedándose dormido a los cinco minutos...

Solo duerme alegre de pensar que ella lo quiere cerca...

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(1) Es una simple referencia a Death and all his friends, solo que los versos están en español, si se tradujiera la historia la frase sería "So come over, just be patient and don't worry..." 

N/A: Omaigáh, tercera semana que actualizo de seguido (/u\) Y es un récord ya que no actualizo así desde hace casi dos años, por lo que deben agradecer para no dejar con las ganas.

Y NO, no habrán horarios para esto, sencillamente porque no quiero :v

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