Capitulo 6
Derek
Mi cabeza dolía horrores y el ruido del despertador no estaba ayudando para nada, anoche me quede ensayando hasta tarde una coreografía para adicionar en la nueva obra de balette que estaban estrenando. Pase gran parte de la noche practicando, horas tras horas, una danza que me sabía de memoria pero que sin duda quería perfeccionar.
Abrí los ojos demasiado cansado intentando que mi mirada se enfocara con la poca luz que estaba ingresando a través de las cortinas, observo el color verde de las horas y suelto una maldición cuando caigo lo tarde que es. Saco mis sabanas de golpe de mi cuerpo, y voy corriendo por toda mi habitación agarrando las cosas necesarias, me coloque mi malla de danza y las calzas negras, agarre mi bolso y eche a correr hasta mi cocina. Sin duda era un desastre.
Me tropecé a mitad del camino con las zapatillas mientras me las colocaba, abrí la heladera en donde retire el cartón de leche y le eche un gran trago. Viniendo de mi no era tan poco creíble que me haya quedado dormido, pero necesitaba esa audición, era importante para mi.
Hace unas noches, había estado hablando con mi hermana, donde ella me contaba de manera triste que mi abuelo hablaba sobre mi y el fracaso que estaba cometiendo al desperdiciar mi vida como algo con el balette. Y aunque contara con mi hermana quien me echaba ánimos, sin duda debía seguir esforzándose para mostrarle a mi abuelo que se equivocaba. Dar clases a niños no era suficiente como para decirle de su gran error.
Al llegar a calle abajo, eche a correr chocándome con la gente de Londres quienes caminaban en paso seguro y tranquilo. Porque ellos, a diferencia mia, no tienen ningún apuro a donde llegar en estos momentos, esquivaba a niños pequeños, intentaba adelantar a viejitas, y casi tiro a un chico al que lo único que pude gritarle fue "suerte" mientras seguía corriendo. Esquivaba perros que se atravesaban en mi camino mientras seguía corriendo sintiendo la respiración entrecortada.
Y entonces llegue, al Royal Opera House, un gran teatro de color blanco con columnas inmensas y escaleras majestuosas que te guiaban a aquella puerta de vidrio. Donde al cruzarla llegabas a la entrada principal todo con color rojo y dorado, en toda una pared colgando sus obras mas famosas que se fueron presentadas. Mi tía me había traido a ver Romeo y Julienta cuando yo era mas pequeño, cuando aun ella tenia sus piernas funcionales. Luego de eso, fuimos a ver el lago de los cisnes, el cascanueces, entre otras tantas.
Fui corriendo a la puerta donde casi me choco con un chico, lo conocía. Claro que conocía aquel cabello rubio platinado bañado en gel y sus ya conocidas calzas violeta, me sonríe presumido.
—Oh Derek, ¿Qué haces aquí?
—A las audiciones.
—No te molestes, acabo de terminar mi audición y fue tan genial que los jueces quedaron conmovidos.
—Como digas, Adrián.—dije abriéndome paso para ingresar.
—Enserio, no te molestes, las audiciones acabaron y están por irse. Y creeme, no por ser el sobrinito de Loretta Hills te dejaran audicionar.
Ni me moleste en responderle, quedarme a discutir con él era mas tiempo perdido, fui corriendo por los pasillos pasando al lado de las filas de butacas. Donde justamente veo a los tres encargados de la obra juntando sus cosas para irse.
—¡Esperen!, Falto yo, mi nombre esta en la lista.
Eran dos mujeres y un hombre, los tres vestidos de manera impecable, dos de trajes negros y la mujer mas joven tenía un traje rosa con flores. Lucian como unos absolutos críticos mientras me observaban.
—Soy Derek Hills.
—Lo hemos llamado cuatro veces señor Hills. Las audiciones han terminado.—dice el hombre.
—Lo se, lo se, pero por favor, déjenme adicionar. Me quede dormido...pase toda la noche ensayando. Por favor, se los suplico.
Nunca creí que llegaría tan lejos como para llegar a suplicar de cierta forma, estaba siendo todo un patético en este momento sin duda alguno frente a tres grandes presentadores del Ballet, pero realmente queria este papel, realmente queria la oportunidad y que mi familia se comiera sus palabras, que mi tia y mis hermanos me vieran en el escenario.
—Tal vez por ser sobrino de Loretta nunca escuchaste un no, siempre hay una primera vez.—dice la señora.
—¿Nunca escuche un no?, mi tía pudo haber sido una genial bailarina y profesora pero siempre me demostró que para tener un lugar merecido era ganármelo. Fui el ratón en la cenicienta, un tenedor en la bella y la bestia, fui el reemplazo como uno de los pequeños cisnes en una mini presentación del lago de los cisnes, fui uno de los niños perdidos, trabaje día y noche para mostrar que soy el mejor y que merezco una oportunidad.
Los dos adultos mayores me miraron, la mujer del saco rosa miro el reloj de su muñeca y luego me ofrece una sonrisa antes de ver a los mayores.
—Bueno, supongo que podemos ir a comer un poco mas tarde, aun hay tiempo para uno mas.—dice antes de mirarme.—No desperdicies esta oportunidad Derek.
Quería besarle los pies pero eso seria demasiado raro, asi que solo sonreí y fui corriendo al escenario donde coloque mis zapatillas. Los tres adultos se sentaron en las butacas rojas, la mujer de traje rosa me sonríe mientras que yo suspiraba intentando relajar todos mis músculos. Tenía una gran vista a las butacas y a los palcos de arriba, el teatro contaba con tres pisos y era bastante grande.
Si llegaba a quedar con el papel principal, esperaba no hacerme mierda en los pantalones por lo inmenso que era esto. Y cuando pusieron la música, eso fue todo, comencé a moverme al ritmo de ella, deje que las notas me envolvieran mientras movía mis piernas y las manos como lo indicaban la coreografía actuaba la escena como si estuviera bailando con alguien aunque en realidad me encontrara solo.
Para cuando termine, aun con el corazón latiendo como loco, y sintiéndome tan exhausto como nunca, los tres adultos se quedaron con la mirada fija en mi. Hablaron entre ellos tres, y los dos mayores juntaron sus cosas.
—Te llamaremos, Derek.—dijo la del traje rosa.—Estuviste excelente.
—No lo sé, Tía, fue tan raro todo.—dije caminando por la calles de Londres.—Entre sintiendo demasiada adrenalina y yo...yo quiero que me elijan.
—¿Quieres que te elijan porque quieres la obra o solo para demostrarle algo a tu abuelo?—escucho a mi tía del otro lado mientras caminaba sosteniéndome del bolso, ahora que estaba mas tranquilo podía darme cuenta que el cielo estaba semi-nublado, que había demasiado tránsito en las avenidas, y que sin duda elegí la calza que había cocido y se rasgo durante mi audición pero por suerte nadie se dio cuenta.
Solté un suspiro.
—Un poco de ambos, quizás, no voy a mentirte a ti.-dije haciendo que se ría.
—Te elegirán Derek, no creo que haya nadie mejor que tu para eso.
—¿Crees poder ir?, digo, aun si no quedo como principal tal vez me den un papel pequeñito...
—No lo se cariño, hace mucho que no viajo a Londres y lo sabes—dice ella.—Pero haré lo posible.
Nos quedamos hablando un rato mas hasta que decidí cortar mientras seguía caminando, al llegar a mi edificio, me crucé de brazos recostado en las paredes del ascensor mientras este mismo subía, me fregué los ojos. Tal vez podría echarme una siesta un buen rato, dormir para ignorar todos mis problemas y preocupaciones del momento.
Al llegar a mi piso, camino hasta mi departamento cuando reparo que la puerta de Klaus estaba semi abierta. ¿Le habrá pasado algo?, ¿le entraron a robar?, me aferre a mi bolso caminando a su puerta empujándola un poco, si llegaba a ser un ladrón ¿Cómo carajo me defendería?, ¿golpeándolo con mi bolso?
—¡Fuera de aquí malditos pájaros!—escucho el grito de mi vecino, bueno, al menos estaba bien y no le entraron a robar. Deje mi bolso en su sillón mientras veo a Klaus sacudir una escoba en el balcón.-—Y no vuelvan malditas!
—¿Esta todo bien?—pregunte.
—¡Derek!
—Perdona, estaba abierto—dije refiriéndome a la puerta mientras que Klaus ingresaba tras dejar el balcón. Y sostiene la escoba entre sus manos.
—Oh si, perdón por eso, estaba ingresando cuando vi a unas...malditas desgraciadas.—murmura mirando hacia su balcón.—Se que están esperando a que me vaya pero no me iré.
—¿Qué ocurre?—pregunte, y Klaus procede a explicarme.
Me dijo que se armo un pequeño jardín en su balcón, con muchas macetas y diversos tipos de plantas. Todo iba bien hasta que las palomas comenzaron a invadirlas armándoles nidos y cagando en las mismas, eso lo estaba enfureciendo con aquellas criaturas, asi que cada vez que veía una paloma se disponía a atacarla con la escoba.
O, en sus palabras, convertiría las palomas en un grandioso aperitivo.
Le sugerí que comprara repelente para palomas o algo que sirviera para ahuyentarlas, pero él no iba a dejar su balcón desprotegido, asi que mientras esperábamos a que el tipo de Amazon viniera con el paquete ambos nos quedamos sentados en el balcón ahuyentando a las aves cuando veíamos que se acercaban o ellas mismas hacían un amague de irse.
Algunas inclusive estaban paradas en mi propio balcón esperando a que nos fuéramos. Seguramente también necesitare un repelente.
Klaus fue adentro y volvió con unas cervezas para ambos mientras esperábamos al tipo de Amazon.
—¿Venias de dar clases?—pregunta Klaus.—Vi tu bolso y tienes tu traje de bailarin puesto.
Mire mi atuendo.
—De echo vine para una audición.
—¿Ah si?—pregunta asombrado.—¿De que?
—Del fantasma de la opera, seguramente no la viste...
—¡Amo la película!, y el libro, no sabia que era un ballet también.—dice viéndome a los ojos y me quede un rato hipnotizado por él.—¿Te dieron el protagonico?
—No...es decir, aun no tomaron una decisión están evaluando todas, solo espero haberles gustado.
—Seguro que si Derek, eres buen bailarin.
—¿Tu que sabes si nunca me has visto?
—Tu crees que no te e visto.
Me quede mudo, y las mejillas de Klaus se pusieron rojas de golpe.
—Es decir, a veces haces unos pasos en el balcón y no puedo evitar verlo cuando salgo o...
—Tranquilo Klaus.—dije bebiendo la cerveza, la verdad es que yo también e visto a Klaus a veces. La forma en la que hace un gesto cuando se quema con el café porque esta caliente, como casi siempre parece tener un pequeño agujero en los buzos de su sweter, y cuando nos cruzamos en el ascensor para cada no irse a nuestro trabajo, puedo darme cuenta que tiene los cordones desatados provocando que se tropiece.
Pero aquí esta la diferencia, yo veía demasiado interesante a Klaus, pero tenía una gran red de heterosexualidad a su alrededor. Pero...¿Qué tal si no lo era del todo?, es decir, no todo el mundo sabe lo que es del todo. Y a veces Klaus se detiene por largo rato viendo chicos, o viéndome cuando tuve aquella cita con Henry y él tuvo una con aquella chica.
Bebí de mi cerveza.
—¿Qué tal Henry?—me pregunta y bebí encogiéndome de hombros. La verdad nada había pasado con Henry, salidas clandestinas a algún lugar, coqueteos sin importancia porque estaba seguro que ninguno de los dos buscaban algo serio.
Henry era la clase de chico que queria hacer sociables y coquetear. Y yo solo queria sobrevivir.
—¿Y tu con June?
—La verdad es que esta algo complicado—me confiesa.—¿Te puedo cuento un secreto?
Asentí con la cabeza, y Klaus comienza a relatarme de aquellas veces que a querido acostarse con June pero no a podido. Como nada en su interior parece despertarle sentimientos por tener sexo con ella, él estaba seguro de que June no era el problema, pero no sabía lo que podía ser.
Cuando suena el timbre, él va a atender al tipo de Amazon, mientras que yo lo observo a través de la puerta de cristal del balcón bebiendo de la cerveza, pensando en aquella confesión. ¿Y si...?
El chico de Amazon tenía una piel tostada y el cabello castaño con rizos, no podía notar muy bien sus ojos pero tenia buen cuerpo, se supone que nadie se ve bien en un traje de uniforme de Amazon pero él lucía bien. Unos cuantos años mayor que yo seguro, una sonrisa seductora y la marca de una pulsera en su muñeca.
Y sobre todo, veo la reacción de Klaus, esos movimientos torpes mientras habla explicando una historia de las palomas que seguramente al tipo no le debe importar en lo mas minimo, pagando al hombre y solo cerrar la puerta cuando se asegura que el chico se fue.
—Ahora estas palomas no se reirán de mi, verán quien rie mejor.—dice Klaus sacando el paquete para comenzar a armar toda sus trampas contra esos animales.
—Klaus, ¿puedo preguntarte algo personal?
—Claro.—dice él distraído, doy un trago a la cerveza.
—¿Alguna vez te pusiste a pensar en chicos en el sentido romántico?
No se que tan mala habrá sido mi pregunta, porque el paquete con las cosas terminaron en el suelo.
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