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Capitulo 3


Derek

Recuerdo perfectamente la primera vez que me enamore de algo tan hermoso como la danza.

Era bastante pequeño, cuatro años para ser exactos, pero estaba al cuidado de mi tía, la hermana de mi padre. No recuerdo que había sucedido, solo se que ella me busco en el jardín de niños y con una sonrisa junto a besarme la regordeta mejilla me dijo "hoy pasaremos un buen dia en mi trabajo", al principio me amargue, porque para un niño pequeño, ir al trabajo de alguien no era la gran cosa.

Pero mi tía me dejo sentarme junto a un hombre que tocaba el piano que incluso me presto su sombrero, y ella frente a un grupo de chicas las iba guiando, y todas comenzaban a moverse de una manera tan delicada, con tanta gracia que solo me quede hipnotizado, veía atentamente sus giros, la forma que saltaban y caían tan suave que parecían una ligera pluma. Como ellas se movían con tanta gracia, y al siguiente minuto yo ya no me encontraba sentado junto al pianista.

Me encontraba imitándola. Ellas estaban completamente encantadas de que me uniera a su baile, y mi tía sumamente sorprendida. Entre todas me guiaban sobre las puntas de mis dedos, como moverme, y mi coordinación era la que se podía esperar de todo niño de cuatro años bailando por primera vez, un completo desastre, pero a la vez, sentí un movimiento en mi pecho que jamás experimente.

Baile toda la tarde, y cuando ya nos teníamos que ir, mire a mi tía con toda la ilusión.

—¿Puedo volver?

Ella solo me observa y me sonríe acariciando la mejilla.

—Hablare con tu padre de eso, pero hay que irnos.—comenta levantándose y extiende su mano a mi, la tome y fuimos a mi casa.

Claro que mi padre no se lo tomo para nada bien, al principio largo una enorme carcajada, para luego mirar a su hermana de una manera seria y dura, y fue la primera vez que escuche tales palabras salir de su boca.

La verdad la primera vez que las escuche en toda mi vida, "¿volverás a un Hills un afeminado y maricon acaso hermanita?, si quieres eso hazlo con tus propios hijos, pero no mariconees a lo mismo".

Le había preguntado a mis hermanos mayores que significaban esas palabras, porque a mi corta edad, ellos dos parecían ser las personas mas inteligentes de todo el planeta, pero no me contestaron, solo se vieron de reojo y me dijeron "algo que nunca debes repetir". No volví a bailar, hasta que tanto insistir, mi tía me anoto en clases a escondidas.

Me hacía demasiado feliz, la mayoría eran todas niñas, pero no me importaba, jugábamos, bailábamos, me movía y me sentía libre, me divertía y pensaba que podía seguir haciéndolo siento de veces. Y para cuando nos descubrieron, mi padre y mi tía se pelearon enormemente, mi abuelo los veía discutir porque vivíamos con él, yo me voltee a verlo, mientras que él ponía su mano en mi pequeño hombro.

—¿Tu quieres ser una niña Derek?

—Claro que no.—respondi frunciendo el ceño.—No quiero ser niña, las niñas huelen raro.

—Bien...bien...

—Yo quiero bailar.

Mi abuelo endureció el gesto, pero de alguna forma que no entendí convencio a mi padre, escuche como le murmuraba un "solo deja que termine de encapricharse con esas niñerías y lo dejara".

Claro que eso duro por muchos años, y fue a los doce que quise dejarlo, no porque haya dejado de enamorarme del baile, si no porque la persona que me había motivado tuvo un accidente que la dejo inmovilizada de la cintura para abajo. No me parecía justo bailar por ella, mi tía fue una gran profesora de danzas, y ella bailaba de una manera tan hermosa que me quedaba horas viendo sus videos, sus alumnos hicieron unos bailes en su honor y me invitaron a unirme, yo no quería, pero ella agarro mis manos y me hablo con su voz totalmente calmada.

"Aun sigo aquí, si, es cierto, ya no puedo bailar y eso me pone triste...pero tu puedes bailar por ambos, puedes poner tu corazón y yo voy a sentirlo, estaré demasiado feliz si tu continuas mis pasos." Y lo hice, en ese escenario me sentí como nunca antes, y volví a tener ese pequeño sentimiento pensé que se iría.

Mi enamoramiento continuo hasta la actualidad donde tengo veintiún años y en este momento se me había roto una cañería que intentaba reparar, el departamento se me estaba inundando mientras intentaba arreglar esa cañería, no quería llamar un fontanero ni nada parecido, tenia las herramientas y a mi hermano gritándome indicaciones en una llamada.

Me llamo Derek Hills, nieto de Frank Hills e hijo de Ben Hills, ambos dueños de una famosa compañía bancaria y de seguros privada, dueño de alguna que otra fabrica, y yo soy el mas joven de sus hijos...y el desheredero claro esta. Pues es una historia graciosa, mi hermano no quería seguir con la compañía entonces decidió veterinaria y mi hermana se fue mas por el lado de ciencias políticas, pero claro, como yo salí maricon y afeminado (en las palabras de mi abuelo y mis padres) fui desheredado.

"Si quieres seguir siendo una bailarina en un tutu rosa entonces ve a serlo, no en esta casa".

Al menos mis hermanos no me dieron la espalda del todo, me ayudaron a mudarme en el centro, soy profesor en la escuela de danzas y hago audiciones para entrar en una obra. Mi mayor sueño es bailar en una gran producción.

Pensé que la independencia me vendría bien, ya saben, esto de sobrevivir por mi cuenta, trabajar duro, hacer audición tras audición intentando que el alma no se me caiga a los pies cuando me decían que no. Llorar, mucho. Y en este momento...

—¡Ah, Park, esta saliendo más agua!—grite eufórico al celular.

—¿¡Como que sale más agua!?, ¿¡Estás haciendo lo que te dije!?

—¡Claro que sigo tus instrucciones!—dije con la voz mas aguda y chillona que me salió, estaba a nada de nadar en mi miseria, pronto moriría ahogado si no arreglaba esto. Y si llamaba a mi abuelo por ayuda, se reiría de mi y me diría que me aceptaría de regreso si me dejaba de tonterías y estudiaba algo serio.

Pues nos vemos en tu tumba abuelito.

—¿No puedes venir?—grite.—No se qué hago.

—No puedo, Derek, tengo que ir a atender unos pacientes.

—¿¡Unos animales es mas importante que tu hermanito menor se ahogue!?—chille, seguramente Park estaba poniendo los ojos en blanco.

—¿Llamaste a Michelle?

—Esta viajando a Bradford por un juicio...Parker estoy muriéndome.

—¿No esta tu casero? ¿ningún vecino puede ayudarte?

Eso seria de mucha ayuda, si no fuera porque el casero se fue hace media hora de su turno y no hablo con mis vecinos...salvo con uno...corte a mi hermano sin contestarle y corrí de manera rápida a la puerta de al lado de la mia.

De manera desesperada empecé a tocar varias veces la puerta, se que mis pintas eran horribles, tenia los pantalones arremangados hasta las rodillas, los pies descalzos y mi remera completamente mojada. Seguí golpeando hasta que la puerta se abre y casi golpeo a la chica que me abrió.

Era una chica linda, ¿sería acaso su novia?. Su cabello rubio estaba recogido en una media coleta con el resto del cabello suelto, por su atuendo de top blanco y pantalones negros, supongo que estaba por salir, tal vez a una cita, su rostro me resultaba extrañamente familiar por alguna razón pude habérmela cruzado con mi vecino alguna vez y jamás darme cuenta. Ella me sonríe amable.

—Perdona.—dice devolviéndome a la realidad.—¿Pasa algo?, lamento que te haya abierto, Klaus esta algo desastroso buscando sus cosas...

—¡Listo encontré mi abrigo!—dice Klaus.—¿Cuándo dijiste que iba a pasar por nosotros...Derek?

—Yo...yo...necesito ayuda.—dije y comencé a hablar en tartamudeos de todo mi problema, en algún momento me iba por las ramas, pero volvía a la realidad al pensar en mi departamento completamente inundado.

—¿Y que te hace pensar que yo se arreglar eso?—pregunta Klaus abriendo grandes sus ojos.

—¡Estoy desesperado!, no se que hacer...

—Bueno, llamemos al casero, puede venir a arreglarlo y...

La rubia pone los ojos en blanco antes de darse la vuelta y dejarnos todo. En algo que yo llamo un tiempo record de cambio, vuelve a aparecer con una remera holgada con la imagen de un pokemon y bermudas que le quedan enormes.

Ambos la miramos.

—Bien...¿quieres ayuda o no?

Ambos observábamos a la rubia de manera perpleja mientras arreglaba mi cañería, miraba a Klaus de reojo, estaba bonito si era honesto. Su cabello negro y levemente largo le caía alrededor de su rostro, tenía una camisa azul con pantalones negros, y observaba a la chica con cierto asombro. Supongo que a todos les asombra descubrir ciertos secretos de sus novias.

Volví a la rubia.

—Muchísimas gracias...te pagare.

Ella ríe.

—Oh tranquilo, te sorprenderías las veces que me paso algo igual la primera vez que me mude a mi departamento en Oxford, mi hermano me enseño a repararlos.—dice ella antes de levantar su cabeza viéndonos.—Mi novio, claramente, no sabe reparar ni un tablón suelto asi que tuve que aprender yo todo solita.

Me reí esta vez mientras que Klaus se apoyaba en el marco de la puerta.

—¿Cuánto puedo pagarte?, no tengo mucho pero...dime y le diré a mi hermana que...

—Oh tranquilo Derek...me alegra ayudar.

—¿Quieres que te ayudemos con el agua?—pregunta Klaus, me rasque la cabeza mientras iba a buscar las cosas para limpiar, Klaus me siguió detrás, suspire sintiéndome completamente agotado con toda esta situación. Llevaba solamente un par de días viviendo aquí, y al más mínimo problema de una cañería rota ya entre en crisis.

Seguramente mi abuelo y mis padres se estarían riendo de mi en este momento si me vieran.

—Enserio puedes decirme cuanto debo pagarle.—dije viendo a Klaus.—Me hace sentir mal.

—Bueno, a Rosie no parece querer que le pagues entonces no sabría cómo convencerla.—dice él encogiéndose de hombros mientras agarraba las cosas para que limpiáramos el desastre que dejo el agua.

—Es bueno tener una novia que sepa de estas cosas.—dije yo.

—¿Mi que...?

—Wow.—dice una voz externa.—Cuando Klaus se referia a que estabas reparando una fuga, realmente se refería a que estabas reparando una fuga.

—Si, soy una chica multiuso, fuerte e independiente.—dice ella con una sonrisita.

—Claro que si, amor.

Me quede de piedra mientras los veía, mas que nada porque ahora caigo en donde me sonaba la cara de Rosie. Y mas cuando ella recibe gustosa el beso que le da su novio, Caleb. Es decir, ese cabello rubio rojizo, los ojos grises, los labios finos...solo se puede tratar de Caleb Ferguson, miembro de Midas King.

Conocido también como la razón por la que descubrí que soy 100% gay. Me quede de piedra observándolos y luego miro a Klaus quien sonríe pareciendo ligeramente divertido con toda esta situación.

—¿Sabes? Asi te ves mas sexy con la ropa ancha y mojada para la fiesta, ve asi...

—Ja, que gracioso.—dice ella besando los labios de su novio.—Oh, te presento, él es el nuevo vecino de Klaus, Derek.

Caleb sonríe acercándose y me ofrece una mano, tartamudee ligeramente unas palabras que no tuvieron sentido mientras sentía mi rostro ponerse rojo. Estaba delante de Caleb Ferguson, mi vecino era amigo de su novia, mi vecino Klaus era amigo de Caleb Ferguson...quienes están mi departamento y su novia arreglo mi cañería sin problema.

Siento un pellizco y me quejo viendo a Klaus quien me sonríe.

—Perdona, pero te lo quedaste viendo mucho y él te hizo una pregunta.

—Oh...¡oh!, perdona. Yo...mierda, perdón solo...no me creo que estoy delante de ti...lamento hacer que tu novia arregle mi cañería.

Caleb y Rosie se rien, el chico abraza a su novia besando su frente.

—Hay algo sexy en verla en acción no te preocupes.—dice viéndonos.—Entonces, ¿tu vienes también a la fiesta?

Mire a Klaus, él me mira antes de ver a sus amigos.

—¿Sabes amor? Acompáñame a cambiarme de ropa, dejemos a Klaus y Derek solos.

—¿Haremos cosas sucias?—pregunta él, su novia rueda los ojos tirando de su mano, Caleb la sigue entre risas y ambos se voltean para decirme al unisono "un gusto conocerte". Me quede estatico un buen rato viéndolos irse, escucho el movimiento de Klaus alrededor y cuando lo veo esta sacando el agua.

Negue con la cabeza comenzando a trabajar sacando el agua, esperaba que nada se me haya arruinado, pensar en comprar cosas y...

—¿Quieres venir a una fiesta?—pregunta Klaus y lo miro.—Mi mejor amiga cumple años.

Lo mire un rato.

—La verdad...no conozco a nadie...solo a ti.

—Acabas de conocerlos a ellos.

Me reí nervioso, seguramente el resto de Midas King estaría ahí también, ¿y como me sentía con eso? No lo se, aparte tenia que limpiar todo esto, debía dar clases al dia siguiente, ver si había audiciones disponibles.

Miro a Klaus quien me sonríe, nunca estuvo tan sonriente conmigo antes...me gustaba eso.

—Claro.—dije tirando el trapo.—Quiero emborracharme.

Klaus se ríe y asiente mientras yo iba a cambiarme. Sin duda, esto se estaba volviendo interesante para ser un inicio. 

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