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fin

Luego de semanas caóticas y dificultades de pre-madres primerizas, el mes doce ya estaba marcado en el calendario.

Eran las tres de la madrugada cuando Haerin despertó con un dolor tan fuerte que tuvo que sentarse y respirar profundo para no entrar en pánico. Tocó el hombro de Hanni, que dormía con su antifaz de conejitos dibujados en medio.

—Hanni... —la movió por el hombro hasta que abrió los ojos—, es hora.

—¿Hora de qué? —murmuró Hanni, todavía medio dormida.

—De ir a misa —la mayor frunció el ceño al no entender su ironía—. ¡De que nazca el bebé, genio!

Hanni se quitó el antifaz de un tirón y casi cae de la cama al intentar levantarse de golpe. 

—¡MI BEBÉ LLEGA! —gritó mientras corría por la habitación buscando las llaves, la mochila del hospital y, por alguna razón, un póster de One Direction.

—Hanni, respira. No hay apuro... aún —trató de mantenerse cuerda, a pesar de que le dolían hasta los dedos de los pies.

—¡¿Cómo que no hay apuro?! ¡Vas a parir a mi heredero! 

Minutos después, ya en el auto, Hanni manejaba como si estuviera en una carrera de Fórmula 1, mientras Haerin intentaba no perder la paciencia.

—Amor, por favor, no hagas que choquemos y el bebé termine naciendo en la autopista —dijo Haerin con voz tranquila, aunque claramente agotada.

—¡Tranquila, amor! ¡Nuestro hijo nos va a agradecer este debut!

—Creo que agradecería más que llegáramos vivos.

Cuando llegaron al hospital, las enfermeras las recibieron con caras entre preocupadas y divertidas al ver a Hanni insistiendo en cargar la mochila, los papeles y sostener a Haerin al mismo tiempo.

Durante el trabajo de parto, Haerin mantuvo su serenidad tanto como pudo, pero las contracciones empezaron a hacer efecto en su paciencia.

—Hanni, dame la mano —pidió mientras se preparaba para otra contracción.

Hanni obedeció y, en cuestión de segundos, sintió cómo Haerin apretaba con una fuerza inesperada.

—¿Hae...? Creo que me estás... rompiendo... la mano... 

—¡Tú me metiste en esto, así que aguántate! —gruñó Haerin entre dientes, enojada como gato mojado. 

Hanni intentó mantenerse optimista.

—Vamos, amor, respira conmigo... ¡Haaaa... hooo... haaaa...!

—¡Hanni! ¡Cállate la puta boca, ¿quieres?!

—Síp, señorita —sonrió incómoda. Ambas estaban nerviosas.

Finalmente, tras un esfuerzo monumental, el llanto de su bebé llenó la sala. El médico sonrió mientras colocaba al niño en los brazos de Haerin.

—Se encuentra sano y a salvo —anunció. 

Hanni miró a su cachorro con lágrimas en los ojos, como si fuera la primera vez que veía un milagro.

—Es... perfecto. Es un mini Louis de ojos rasgados, Hae. ¡Míralo!

Haerin, agotada pero feliz, sonrió mientras acariciaba la mejilla del bebé.

Y, por primera vez, aceptó el nombre de un integrante de una maldita banda.

—Hola, pequeño Louis. Bienvenido al mundo. 

Hanni la besó suavemente en la frente.

—Gracias, Hae. Eres increíble

—Y tú... bueno, eres tú. Pero me alegra que estés aquí.

Ambas rieron suavemente mientras observaban a su hijo.

***

Una semana después, el caos del hospital había quedado atrás. En la sala de estar, Haerin estaba sentada en el sofá con Louis dormido en sus brazos. Hanni llegó desde la cocina con una taza de té para Haerin y un vaso de leche para ella misma.

—¿Sabes? —dijo Hanni mientras se sentaba junto a Haerin—. Creo que nunca te agradecí lo suficiente por aceptar el nombre de Louis.

Haerin la miró con una sonrisa tranquila.

—Supongo que es lo que hace el amor —Hanni se sonrojó, sintiéndose querida y bajó la mirada al bebé—. De todas formas, ahora que lo veo bien, creo que Louis le queda perfecto con su carita.

Hanni dejó la taza a un lado y abrazó a Haerin y a su cachorro, con cuidado pero con todo el amor del mundo.

—Eres la mejor, ¿lo sabías?

—Lo sé. Pero gracias por recordármelo.

Ambas rieron, y Hanni se quedó mirando a su pequeño con una sonrisa llena de amor.

—¿Te das cuenta, Rinnie? —dijo Hanni en voz baja. 

—¿De qué? 

—De que ya tuve a mi Hae embarazada y ahora por fin somos mamás.

Haerin le acarició suavemente la mejilla, mirándola con ternura. 

—Y creo que estamos haciendo un buen trabajo.

El silencio llenó la sala mientras las dos observaban a su hijo dormir, sabiendo que, aunque la vida no sería perfecta, estaban listas para todo lo que viniera. Juntas, como siempre.

***

Dos meses después

Fin

MUCHAS GRACIAS POR LEER HASTA AQUÍIIII 💞💞💞💘

estoy happy de haber subido una historia kittyz aunque salió un poquito más largo de lo que tenía planeado.

queda un extra cortito por cierto.

bye gaysssss

-lippie o lip

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