fin
Leer nota del final.
Era el día siguiente de la fiesta. Anoche desocuparon la casa del padre de Haerin a las seis de la mañana, y las novias se habían arrepentido un poco de haber bebido tanto; hoy tenían un maldito desayuno con la familia Pham.
Luego de una larga ducha compartida, besarse bajo el agua y de que Haerin bañara a su Han como si fuese una bebé, manejaron a la residencia de la vietnamita.
Claro, Kang había saltado en la mañana a abrazarla y besuquearla como nunca, pues ese sábado era el día que Hanni cumplió definitivamente los veintiuno.
Además, le entregó una muy especial carta junto a un relicario de plata que dentro del corazón traía una foto suya: la primera foto que se sacaron, sin siquiera ser pareja.
—Espero haber tapado mis ojeras bien. No quiero que tu madre se dé cuenta del desastre que es su nuera.
Hanni rió a su lado.
—Te ves hermosa, con una noche de alcohol encima o no —le aseguró, atrayéndola a sus brazos para robarle un beso frente a la puerta.
Fue un desayuno extendido, la comida estaba perfectamente planificada para el gusto de Hanni y todo salió de maravilla.
Los suegros de Haerin la adoraban y la familia Pham en general.
Ahora se encontraban en la terraza mientras la tarde avanzaba lentamente, bañando la piel de ambas en una cálida y suave luz dorada. Haerin, con la cabeza apoyada en el regazo de su chica, jugaba distraídamente con los dedos de esta.
—¿Sabes? —dijo de repente, su voz vibrando de esa particular forma que Hanni siempre encontró adorable—. Si alguien me hubiera dicho hace un par de años que terminaría desayunando con mis suegros después de una noche de vodka y tequila, les habría reído en la cara.
—Es que sí, fue una noche... salvaje.
Haerin soltó una risa suave, levantando la cabeza para mirarla.
—¿Salvaje? Apenas y te mantuviste de pie.
Ella hizo una mueca dramática.
—¡Fuiste tú la que compró alcohol como si fuera el fin del mundo!
—Excusas, excusas —replicó Haerin, estirándose para alcanzar otro beso, pero la contraria se echó hacia atrás.
—No te creas que soy tan fácil —bromeó—. Además, la próxima vez te toca a ti lidiar con mi madre preguntándome por qué su hija se la pasa de resaca en resaca.
—Lo haré con gusto —respondió con una sonrisa genuina mientras volvía a apoyarse en el regazo de la mayor.
El sol comenzaba a descender en el horizonte cuando escucharon el sonido familiar del chat grupal explotando en sus teléfonos. Minji había enviado una vergonzosa fotografía de Danielle, quien estaba lanzada en el pasto en una posición que desafiaba toda lógica y con un vaso rojo a su lado. Wonyoung aparecía detrás, sus ojos llenos de preocupación, mientras Hyein estaba a un lado celebrando con su vaso vacío en mano.
"Deberían haberla visto", decía el mensaje. "No fue tan elegante a la hora de competir con Hyein por quién se bajaba la piscola primero".
Haerin soltó una carcajada y mostró la foto a Hanni, que también estalló en risas.
—No puedo creer que nos perdiéramos eso —dijo la menor, secándose una lágrima de la risa—. ¡Debimos haberlas filmado!
—En ese momento estábamos ocupadas, tú ya sabes haciendo qué —respondió Pham con tono coqueto—. ¿O quieres que te lo recuerde?
—¡Hanni, están tus padres! —regañó.
Esta rió, callándola con un profundo beso dulzón.
Después de otro par de bromas, la pareja se quedó dormida en aquella terraza con el cielo volviéndose de color rosa.
—Sabes, Hae —comenzó la extranjera media hora después, su expresión más seria, aunque su tono seguía siendo suave—, este ha sido el mejor cumpleaños que podría haber pedido. No solo por los regalos y la gran fiesta, sino por... por todo. Por nosotras. Muchas gracias, mi amor.
Se miraron como si fuese la primera vez, como se sonrieron el día que se besaron por primera vez, como el día que se dijeron te amo por primera vez; como el día que Hanni le pidió ser novias bajo la lluvia un domingo por la tarde.
—Bueno, no se quedará hasta allí, ratoncita —dijo finalmente Hae—. El próximo año subo la vara. Te llevaré a un lugar aún más sorprendente, como... no sé, un almuerzo con la familia real de algún país exótico.
—¿Con resaca también? —preguntó la mayor, ya riendo.
—Por supuesto. ¿Qué clase de tradición sería si no?
El día terminó con más risas, más bromas y un amor estúpidamente bonito. Las chicas sabían que aún les quedaba un largo camino por recorrer, pero mientras tuvieran esos momentos, juntas y rodeadas de quienes les amaban, todo estaría bien.
Así, Hanni y Haerin cerraron un capítulo importante en sus vidas, listas para lo que viniera después, confirmando que el amor verdadero no es perfecto, pero definitivamente sabe mejor con café y aspirinas.
Y quizá, no había una Hae embarazada, pero sí una Hae locamente enamorada del pequeño demonio de celos que era su hermosa Hanni Pham.
Fin
VIVAN LAS KITTYZ 💘
bueno, les quería avisar que, no sé si les dará paja (flojera) o estén felices, pero esto tendrá una pequeña segunda parte. 🥳💗
la subiré aquí mismo (en este fic) y no quiero darles spoilers, pero espero la lean.
esooo, besitos, mis gays.
-lippie o lip, como prefieran
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