Un par de horas después, Marshall estaba en el interior de su casita con Chase, preparándose para su cita. Se puso el pequeño saco y la elegante corbata de moño, mientras se miraba en un espejo y se rociaba un poco de agua de colonia en su pelaje

-Como me veo Chase? -preguntó alegremente el dálmata.

-Te ves perfecto Marshall, elegante y maduro, -dijo el pastor alemán, mientras le acomodaba la corbata-, jamás pensé en ver a mi hermanito así, estoy orgulloso muy, pronto serás todo un sabueso de familia-, concluyó Chase al mismo tiempo que enjuagaba una pequeña lágrima y abrazaba a Marshall.

-Gracias Chase, eres un gran amigo y hermano -dijo Marshall, devolviéndole el abrazo-, y espero también ayudarte para cuando tengas tu cita, ya es tiempo de que tú y Skye....

-Lo sé, cuento con ello -dijo Chase, interrumpiendo a Marshall. Ambos cachorros sostuvieron el abrazo por un momento y después salieron de la casita. Ryder y el resto de los cachorros estaban fascinados al ver al dálmata listo para tener su primera cita.

-Marshall, eres todo un galán -dijo Skye.

-Te ves estupendo, y muy elegante -dijo Rocky.

-Amigo, estas radiante, ese es mi hermano mayor! -dijo Zuma.

-Ya verás que todo saldrá bien -dijo Rubble.

-Gracias amigos, les agradezco a todos por su apoyo -dijo el dálmata mientras todos le daban un abrazo grupal. De pronto, se oyó el sonido del quitanieve de Everest, quien estaba llegando al cuartel, y se estacionaba en la nueva ranura que le habían asignado para cuando le tocaba llegar a la torre.