Después de un rato de recorrido, Ryder y los cachorros asignados para la misión arribaron a la montaña de Jake, la cual aún continuaba cerrada al público. Al llegar encontraron al alcalde Humdinger, quien se veía impaciente, con una mezcla de nerviosismo y coraje. A su lado estaban tres de sus gatitos, el policía, el bombero y el volador, acostados y durmiendo plácidamente en el interior de su jaula.

-Ryder! Ya era hora de que llegaras! Mis gatitos llevan perdidos mucho tiempo y no los encuentro! Ya los llame pero no aparecen! Además, hace frio y me estoy congelando!

-No se preocupe Alcalde Humdinger, encontraremos a sus gatitos, Everest, usa tu olfato y comienza con la búsqueda para rastréalos.

-Por donde los vio la última vez? –dijo la husky con algo de brusquedad.

-Pues….creo que estábamos cerca de la pista de esquí, en la curva cerca del risco.

-Esa área es muy peligrosa! Que no leyó los avisos de "no acercarse" y de "cerrado por dos semanas"? –dijo la husky con severidad.

-Eehh….pues...yo…. –tartamudeó el alcalde, pero Ryder intervino.

-Everest, busca a esos gatitos, ahora! –dijo Ryder, tratando de suavizar la cosas.

De mala gana, Everest subió a su vehículo, lo encendió y se dirigió al lugar mencionado por el alcalde. Bajó de su quita-nieve y comenzó a olfatear a los mininos. A diferencia de Chase, su olfato estaba mucho mejor entrenado para rastrear en climas y lugares fríos, y sin las alergias del pastor alemán, lo cual le daba una mayor ventaja. No le costó trabajo encontrar el rastro, así que siguió la pista que la llevó hacia un precipicio. Se asomó y pudo comprobar que los otros tres gatitos, el constructor, el reciclador y el nadador, estaban atrapados en una pequeña cornisa, la cual se veía muy endeble y quebradiza.

-Ryder, encontré a los gatitos, pero cayeron a una cornisa y se ve muy frágil, no sé cuánto tiempo puedan aguantar antes de que se derrumbe.