No te preocupes, ya hace años que pasó eso, no es algo de lo que platique con los demás, y algunas veces me pongo emotivo por eso *sniff sniff*, pero estoy bien, tengo a Ryder, a mis hermanos cachorros, y a la gente de esta ciudad que nos quieren y aman.

-Y alguna cachorra que te quiera también? –pregunto intrigada.

-Hubo una….pero no se dio la oportunidad, pero algún día encontrare a la indicada- dijo el dálmata, pensando en la fallida cita con Everest-, y que puedes decirme de ti?

-Bueno, me llamaron Daisy porque nací en un campo de margaritas (*Daisy es margarita en inglés), y viví en Carolina de Norte con mis padres y tres hermanos, nuestros dueños eran agricultores y vivimos con ellos muy tranquilos por años. Un día, un tornado pasó por nuestro poblado, el cual destruyó muchas casas y granjas, incluyendo la nuestra. Debido al tornado, me separé de mi familia y me perdí, no podía encontrarlos por el desastre. Vanessa fue a nuestro pueblo para cubrir la noticia del desastre y me encontró vagando en las calles, sucia y hambrienta. Ella me ayudó a encontrar a mi familia, aunque después descubrimos que la granja quedo destruida, y nuestros dueños murieron en el tornado, así que el ayuntamiento nos puso a todos en adopción. Vanessa intervino nuevamente, y nos ayudó para que mis padres y hermanos fueran colocados en nuevos hogares y decidió adoptarme, es por eso que estoy con ella desde ese día –dijo Daisy, con la mirada empañada. El dálmata se acercó y con su pata limpió las lágrimas de la cachorra.

-Tu historia es asombrosa, sobreviviste con tu familia a un tornado, eres una cachorra muy afortunada, y se ve que tu dueña es una persona maravillosa.

-Así es, la quiero mucho, y me apasiona su profesión, es por eso que siempre la ayudo y también deseo convertirme en una cachorra reportera, le debo mi vida y mi felicidad, y la seguiré a donde quiera que ella vaya, y de momento, el destino nos ha traído hasta aquí.

-Es lo que veo, eres grandiosa manejando la cámara –dijo el dálmata.

-Gracias –dijo la cachorra halagada –no es difícil obtener una buen toma, pero si es más difícil entrevistar a alguien en una situación de riesgo o emotiva, requiere mucho entrenamiento y dedicación para mantenerse objetivo y calmado en esas circunstancias.

-Puedo imaginarlo, es como cuando me hice bombero y paramédico, fue complicado pero aprendí a manejar mis emociones para mantenerme tranquilo durante una emergencia.

-Es lo que me dijo Vanessa, ustedes fueron muy profesionales al atendernos.

-Tú también eres muy profesional con tu mochila de grabación, como lo obtuviste?

-Me la compro Vanessa, lo vende una empresa llamada Multitech.

-Conozco ese nombre….espera! Es la empresa del padre de Ryder! No sabía que ya vendían ese tipo de mochilas fuera de Bahía Aventura.

-Son muy populares, las hacen a la medida de cada cachorro, son algo caras pero son muy útiles, dependiendo las capacidades de cada uno, lo más seguro es que las suyas hayan sido de los primeros prototipos que hicieron antes de sacarlas a la venta.

-Eso lo explica todo, y no extrañas a tu familia? Debe haber sido difícil que los pusieran a todos en adopción y que estén alejados de ti.

-No, por suerte nos mantenemos todos comunicados por internet, así no perdemos contacto –dijo Daisy esbozando una linda sonrisa.

-Y de seguro tienes muchos admiradores y galanes detrás de ti.

-Sí, pero aun no tengo un cachorro a mi lado con quien compartir la vida –dijo un poco triste –pero tengo a Vanessa y su trabajo, eso me ayuda, algún día llegara el indicado.

En ese momento, Marshall tuvo una extraña sensación en su corazón, como si algo le dijera que actuara: sabía que esa era la señal que esperaba y dio el siguiente paso.

-Oye, te gustaría venir a cenar al cuartel? –dijo el dálmata sonriente.