Marshall iba con Daisy, deseoso de mostrarle a la golden retriever la ciudad. Comenzaron con una breve parada en Playa Aventura, donde le mostró las nuevas playas habilitadas para los turistas, así como las instalaciones de la torre marina del equipo, el Sea Patroller.

-Es una playa muy bonita, y aquí trabajan también? –preguntó Daisy con curiosidad.

-Así es, ya sea en la playa o la ciudad, estamos listos a dar una pata a quien lo necesite -dijo Marshall orgulloso. La cachorra sonrió al ver al dálmata hablando con ese tono heroico, imitando a Chase, a lo cual el dálmata le devolvió una enorme sonrisa.

Después de visitar la playa, fueron al parque de juegos de Bahía Aventura. Como el lugar estaba vació, aprovecharon para subir a todos los juegos: subieron a la rampa, a los columpios, a caja de arena, al tobogán, prácticamente el parque era suyo, así que corrieron y jugaron por un buen rato, hasta quedar cansados. Los dos cachorros terminaron acostados en el pasto, admirando el paso de las nubes por el cielo azul.

-Fue muy divertido, y está muy limpio este lugar –dijo la cachorra.

-La gente hace lo posible por mantenerlo así, y también ayudamos a limpiarlo cuando podemos, Rocky es quien más ayuda recogiendo la basura y reciclando todo.

-Nunca había visto a un cachorro reciclador, y se ve que es muy listo.