AAAhhhhhhh, ya me hacía falta distraerme un poco, gracias amigos –dijo Marshall mientras se estiraba y se acostaba en el pasto. Rocky y Chase intercambiaron sonrisas al ver que su plan tuvo éxito y que su amigo dálmata despejara su mente por un rato.

-Oigan, les parece bien si descansamos aquí un rato? La verdad me siento muy cómodo aquí con ustedes –dijo Marshall. Chase y Rocky asintieron y los tres cachorros se acurrucaron bajo la sombra del árbol, disfrutando el agradable clima. Llevaban un rato dormidos, cuando un estruendo los despertó súbitamente. Los tres se levantaron al mismo tiempo, y vieron a lo lejos una camioneta que se había estrellado contra un poste.

-CACHORROS, DEBEMOS AYUDAR!–grito Chase. Los tres cachorros corrieron a sus vehículos, y unos minutos después, todos llevaban sus mochilas y uniformes de trabajo. Del vehículo comenzó a salir humo del cofre, así que Marshall se acercó para intervenir.

-Yo me encargo, RUFF RUFF, CAÑON DE ESPUMA! –sacó sus cañones y roció el cofre del vehículo y el motor con una espuma química similar a la de los extintores para apagar un potencial incendio, mientras Chase y Rocky abrían la puerta del conductor, de donde salió una mujer joven, de cabello castaño, tez clara y pantalón de mezclilla, quien se veía algo aturdida por el impacto.

-Está bien, señora? -preguntó Chase.

-Si…coff coff, pero…..…mi cachorra…esta atrás…ayúdenla…por favor- Chase y Rocky trataron de abrir la puerta, pero estaba atorada. Rocky usó sus pinzas, pero ni con la fuerza combinada de los dos cachorros pudieron abrirla.

-Marshall, usa la nueva herramienta de tu mochila! –dijo el cachorro reciclador.

-Buena idea Rocky, RUFF RUFF, TIJERA HIDRAULICA! –de la mochila del dálmata salió una versión modificada y reducida pero potente de las tijeras hidráulicas que usan los bomberos para cortar metal en situaciones de choques. El dálmata puso la tijera en la puerta bloqueada y la encendió. La puerta cedió en unos segundos, permitiendo entrar al cachorro bombero para sacar a la ocupante. Adentro vio a una hermosa cachorra Golden Retriver de pelaje dorado con un collar negro y una peculiar placa en forma de flor con una lente de cámara adentro. Estaba desmayada por el choque y su pelaje estaba cubierto de restos de vidrio del parabrisas, pero aparentemente se veía bien. El dálmata desabrochó el cinturón de pasajeros y comenzó a mover a la golden retriver para tomar sus signos vitales. Constató que estaba viva y comenzó a moverla para que reaccionara.